MATRIMONIO INVERNAL

Written by Libre Online

21 de septiembre de 2022

Por J. A. Albertini,  especial para LIBRE

Silencio

Los pájaros se han dormido

y un quedo rumor de hojas

anuncia un viento vencido.

Sylvia Landa.

Del poemario Mar de adentro.

De regreso a una cotidianidad diferente, Artemisa pasó algunos días en el hogar de Eutimio y Selena, donde constantemente era visitada por familiares y amigos que la consolaban por la pérdida del compañero y le ofrecían cariño y apoyo, siendo Jacinto, sin apenas hablar, el más conspicuo de todos. Sí, Jacinto, cuando la vida volvió al cauce normal e hijo y nuera de Artemisa retornaron a sus ocupaciones habituales, era quien la acompañaba y fue la primera persona que logró que ella riese de buena gana cuando en una sobremesa, después de un almuerzo frugal, disfrutado por ambos, él le mostró una vieja foto, en que las dos parejas, jóvenes  y aún de novios, pasaban unas vacaciones playeras: Ese día Ulises fue picado por un aguamala y se asustó mucho porque no sabía lo que era. ¡Pensó que se moría!, ella evocó y lanzó, después del sepelio, su primera carcajada.

Y lo inevitable sucedió. Artemisa, a pesar de las protestas de Eutimio y Selena, regresó a su hogar, donde auxiliada por Jacinto puso orden. Siendo prioridad  recoger, empaquetar y donar a una institución de caridad ropas, zapatos y otros enseres del difunto. Jacinto, aunque no le agradaba el cometido, silencioso la ayudó. Casi al final, ella lo miró fijamente y dijo: Sé que conservas todo lo de Florinda y eso no es bueno. Ella como Ulises no va a regresar. Por siempre vivirán en nuestras mentes y sentimientos. Guardar y contemplar constantemente sus vestimentas es una forma de suplicio. Darlas a los más necesitados estoy segura que, donde quiera que ellos estén, es una idea que aprobarían.  

Y fue así como luego de terminar en casa de Artemisa, la misma tarea se repitió en la vivienda de Jacinto.

El tiempo transcurría y se convirtió en costumbre que Artemisa y Jacinto pasaran juntos la mayor parte de los días. Siendo frecuente que cada cual, armado con su respectivo álbum de fotografías familiares, compartiese, con la mirada y los señalamientos del otro, las cartulinas evocadoras de seres que como Florinda y Ulises  ya no estaban, y personas vivas que, semejante ellos, ya no eran los mismos que en su oportunidad el lente captó. También era usual que en las tardes de lunes, cuando el sol se engalanaba de amarillo suave, visitasen el cementerio para detenerse, en los panteones familiares, sostener largas conversaciones y reír con frecuencia, de muy buena gana, al recordar; siempre al recordar lo positivo y agradable de sus cónyugues ausentes. 

Y llegó un momento en la que el acomodo de una nueva versión de la felicidad logrado por Artemisa y Jacinto suscitó el interés de los hijos y nietos mayores. Al punto que a los postres de uno de los invariables almuerzos dominicales y familiares; antes del consabido juego de dominó que cerraría la reunión, Eutimio y Selena, hablando con autorización del resto, sin muchos rodeos abordaron un tema sensible que por tiempo les venía rondando: Ustedes deberían casarse, convertirse en marido y mujer, Eutimio, luego de una breve explicación, planteó el asunto. ¿Qué estás diciendo…?, Artemisa sintió que la vergüenza le cortaba la respiración. ¡Loca, es una idea loca y falta de respeto!, bramó Jacinto. Ella es la mujer de Ulises y yo el marido de Florinda. Ellos, mi madre y su padre están muertos y de seguro, desde el cielo, estarían contentos si ustedes, con el beneplácito del resto de la familia, como sucede, unieran sus vidas para cuidarse y disfrutar mejor de situaciones y momentos que sólo a personas de sus edades e intereses concierne. Selena alegó y Eutimio, con un movimiento de cabeza, apoyó. Aquel domingo no hubo juego de dominó.

Al fin, la insistencia de la familia logró que los ancianos comprendieran los beneficios materiales y sentimentales que la unión legal les traería. Por supuesto, ambos antes de acceder al pedido conversaron entre ellos, asunto que nunca trascendió ni nadie osó indagar, sobre el tipo de vida marital que sostendrían a partir del enlace. 

(Continuará la semana próxima)

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