Matanzas: El chernóbil del Siglo XXI

Written by Libre Online

10 de agosto de 2022

Treinta y seis años atrás, un 26 de abril de 1986, en la central nuclear “Vladimir Ilich Lenin”, en el norte de Ucrania que entonces pertenecía a la Unión Soviética, a 18 kilómetros de la ciudad de Chernóbil, se produjo el peor accidente nuclear de la historia, durante una prueba de seguridad en un reactor nuclear tipo RBMK, hasta provocar una serie de desequilibrios que desembocaron en el sobrecalentamiento descontrolado del núcleo del reactor  hasta llegar a un incendio que despedía gases con altos niveles de radioactividad, y el resto es historia cruel cuyas consecuencias se sufrieron en diversas partes del mundo.

El ser testigo de estas explosiones sucesivas iniciadas a la entrada de la noche del viernes 5 de agosto en la bahía de Matanzas ha sido más que impresionante para quienes allí están. De repente pierden el techo y colapsan los imponentes tanques, mientras que los valerosos rescatistas tratan de establecer zonas de escape y de cobertura previa para protegerse de la radiación térmica que los amenaza, todo lo cual recogemos en LIBRE en este esfuerzo informativo.

Esta catástrofe supuestamente se inicia por la condición precaria de los sistemas de protección ante un rayo que amenazó la zona y provocó el primer estallido.

Es típico de los jerarcas comunistas no prestar atención a las condiciones de los equipos de seguridad y protección que se supone protegen las zonas de riesgos de todas sus operaciones, como sucedió recientemente en el hotel Saratoga y como ocurre todos los días a quienes asignan el cuidado de los equipos de toda índole, mientras los caciques viven bien protegidos en el “Punto Cero”  y en cuantos refugios han habilitado en la isla prisión para estar al margen de los constantes peligros del “día a día” en Cuba. ¿Y qué hacen los militares y rescatistas que mantienen a buen resguardo a los jerarcas de la isla? Aquí pueden aparecer los vientos de libertad.

Los vehículos y recursos de bomberos en las peores condiciones y carentes de los medios  para proteger las vidas de los que a estas funciones se arriesgan.

Decían unos testigos desde las escenas yumurinas: “las mangueras se comenzaron a colocar desde el mar, y de hecho, la otra parte del personal que trabajaba en la misma instalación tuvo que saltar al agua en el momento de la explosión, con rogativas porque no se quemen las mangueras en funciones”.

Sabemos todos que el calado de la bahía de Matanzas es más profundo que el de la vecina habanera, recordando incluso cuando el “Ilé de France” visitó Cuba tuvieron que desviarlo a Matanzas, donde pudo estacionarse y recordamos haberlo visitado.

Hoy, el puerto de mayor profundidad, además de ser escenario de esta catástrofe, ha sido clausurado en funciones, desviándose los envíos de petróleo a los puertos de La Habana y Cienfuegos, aunque la mayor terminal eléctrica de la isla radica a unos pasos de la bahía matancera y sabido es que esa planta necesita renovar su contenido casi cada unas 36 horas, lo cual incrementa el estado de emergencia en el país.

Queda esta terminal en la parte de la bahía que mira al antiguo Club de Oficiales, a Dubrocq, la Rayonera y la Cubanitro, sin ser ajeno al Castillo de San Severino donde tanto cubano bueno ha sido llevado a prisión o camino al paredón.

No faltan los que entrelazan a esta tragedia con la destrucción el 6 de julio de 2022, del Monumento de “Las Piedras Guías de Georgia”, la escultura que llevaba inscriptas diez guías en ocho idiomas modernos y un mensaje corto en la parte superior en cuatro escrituras antiguas. Medía seis metros de alto y estaba hecha con seis losas de granito con un peso total de 100 toneladas, en cuyo mensaje en español de 31 líneas con 10 frases frente al texto del mensaje en inglés decía:

“Unir a la humanidad con una nueva lengua viviente”.

“Gobernar la pasión, la fe, la tradición y todas las cosas con la razón templada”.

“Evitar leyes mezquinas y funcionarios inútiles”.

“Valorar la verdad, la belleza, el amor, buscando la armonía con el infinito”.

Entre sus detractores no faltó una candidata a la gobernación de Georgia, que anunció la demolición de lo que llamaba “la agenda satánica” como primera orden ejecutiva en su primer día de gobierno.

Las terribles mareas de humo que en su camino superan las 70 millas en su vía hacia La Habana, pasando por Bacunayagua, no dan señales de extinción, lo que debe llamar también a todos los ambientalistas norteamericanos a proteger las costas y mares especialmente de la Florida ante este monstruo que amenaza los mares, playas, flora y fauna de vías marítimas y arrecifes del sur de los EE.UU., destruyendo todos los proyectos y realizaciones de quienes defienden a toda costa el cambio climático ahora frente a este Chernóbil del Siglo XXI, a pasos del terrible Corredor de la Muerte, que recoge el gesto de millares de cubanos muertos en el camino clandestino a la libertad.

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