El consultor y analista político José Pepe Cancio destacó la opinión unánime que tuvieron Simón Bolívar y José Martí en su arrolladora lucha y defensa por la libertad en América Latina en momentos en que los caudillos de España y de fuerzas dominantes querían aplastar democracias de países como Cuba.
“Lo que sí quiero dejar bien claro es que si Bolívar y Martí, aún estuviesen viviendo, no hubiera ocurrido el desastre que hoy vemos en países dominados y arrasados por la tiranía comunista y las falsas políticas de izquierda bolivarianas”, advirtió Cancio.
“Por eso debemos recordar que en homenaje al nacimiento del apóstol cubano José Martí se hizo una breve pincelada de sus pensamiento y acciones, de todo su repertorio, por lo que son considerados como propagadores de las ideas libertarias de aquella época”, recordó Cancio.
“Pero esas ideas, igualmente fueron propagadas y juntadas con las del Libertador Simón Bolívar, por lo que los dos próceres pasaron a figurar en la historia suramericana como dos valientes próceres de la lucha por la libertad”, reafirmó.
LA UNIÓN LATINA
“Hay que recordar que, a José Martí, se le consideró por varios autores como el Precursor de la Integración Latinoamericana. Ya en 1891, señalaba que “solos y aislados nuestros pueblos están condenados a morir”, destacó Cancio.
Bolívar, como se recordará, sufrió mucho con las traiciones de algunos próceres de América Latina, especialmente, de Bolivia, Perú, Ecuador y Venezuela, quienes nunca aceptaron ni acataron sus ideas libertadoras hasta el punto de que tuvo que ir a morir en una finca en Santa Marta en Colombia.
“Al hacerse una remembranza de Bolívar y de Martí hay que recordar que el prócer cubano ya había advertido esta hecatombe en el llamado de que “los pueblos que no se conocen han de darse prisa para conocerse, como quienes van a pelear juntos”, para que no pase el gigante de las siete leguas”.
Igualmente Martí destacó la unión latinoamericana, tal como la buscó Simón Bolívar, y por ello dijo: “El alma de Bolívar nos alienta; el pensamiento americano me transporta”; todo nuestro anhelo está en poner alma a alma y mano a mano los pueblos de nuestra América Latina”, recordó Cancio.
“Pero también fue necesario, como lo concibieron Bolívar y Martí, que era hora de ir acercando lo que habría de acabar por estar juntos. Si no, crecerían odios; y estaría sin defensa apropiada para los colosos peligrosos, y se viviría en perpetua e infame batalla entre hermanos por apetito de tierras”, afirmó.
“Hoy, por eso, nuestra América mestiza hace suyo el llamado de Martí en un contexto que anuncia un nuevo amanecer con tintes de unidad latinoamericana. Ya Martí presagiaba las tormentas políticas en nuestra América Latina: apenas el día anterior al de su muerte, desde el campamento de Dos Ríos, escribía en una carta: “Ya estoy todos los días en peligro de dar mi vida por mi país, y por mi deber –puesto que lo entiendo y tengo ánimos con que realizarlo- de impedir a tiempo con la independencia de Cuba que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América. Cuanto hice hasta hoy, y haré, es para eso”, trajo a colación Cancio.
BOLÍVAR, INTEGRACIÓN
“Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, fue el pensador e ideario de la integración latinoamericana. A pesar de que su proyecto no logró tomar forma, la idea de unir a nuestros países en un solo bloque económico, político y social, buscaba defender la soberanía y las riquezas de la América”, advirtió Cancio.
“Y lo decía ante el temor de que los imperios vigentes y nacientes de esa época, ya surcaban el dominio del poder en la América Latina. Bolívar fue el libertador, por eso, de cinco naciones. Siempre tuvo la intención de la búsqueda de una democracia verdadera con elementos de libertad, justicia e igualdad”, aseguró Cancio.
“Un elemento importante en Bolívar, fue, al igual que Martí, su carácter antiimperialista en su relación con la actitud hacia los pueblos latinoamericanos. Ambos lo son hasta la crítica y juicio contra los imperios”, afirmó Pepe.
“Al Padre de la Patria venezolana, siempre se le indilgo que hubiese renunciado a ser un burgués explotador, que propusiera la devolución de sus territorios a los pueblos indígenas y la abolición de la esclavitud, liberando él mismo a sus esclavos”, insistió Cancio.
“Sin embargo, Simón Bolívar, fue un gran visionario, con sus planes patriotas atrajo a los afrodescendientes, a los mestizos y a los valerosos llaneros a luchar hasta alcanzar la libertad y la igualdad”, resaltó.
BATALLAS EMANCIPADORAS
“Las batallas emancipadoras se convirtieron en una gran revolución que incluso amenazaron con subvertir el orden en todo el Continente. El proyecto encabezado por Bolívar fue original y tuvo su concreción en la República de Colombia, así como en sus intentos por unificar los países hispanoamericanos cuando celebró el Congreso Anfictiónico de Panamá. Retomamos de Nuestro Libertador que la patria es la América toda, la conformación de una gran nación gloriosa, más por su libertad que por sus riquezas”, agregó.
“Y efectivamente, a la luz de este mismo camino sobresalió otra de las figuras cimeras dentro de la pluralidad de voces que se escuchaban en la época, a favor de este mismo ideal: José Martí, quien no solo refrendó la idea acerca de la unión de las Antillas, sino también clama por el deseo de independencia e integración de América Latina amparado por Bolívar”, aseguró.
CUBA Y PUERTO RICO
“Sin duda, el punto de vista en lo referente al equilibrio martiano no solo se avino a la ubicación de las Antillas en la zona, sino que adquirió una dimensión mayor al momento que llegó a pensar en la viabilidad de lograr un acercamiento entre Cuba y Europa, a creer que si Puerto Rico y Cuba lograban finalmente su independencia tendrían la posibilidad de formar una liga, junto con Santo Domingo y algunos países de América Latina y Europa”, añadió Cancio.
“Igualmente, que el Caribe podría llegar a ser el fiel de la balanza entre los dos hemisferios o el crucero del mundo, y hasta un posible enlace entre aquella y América Latina, lo que implicaría la tentativa y disfrute de una tercera fuerza equilibradora del mundo”, sostuvo.
“Hay que recordar por eso aquello que dijo Martí, en un algún pasaje de su vida, de que yo alzaré el mundo. Pero mi único deseo sería pegarme allí, al último tronco, al último peleador: morir, callado. Para mí, ya es hora. Pero aún puedo servir a este último corazón de nuestras repúblicas”.
“Todo nuestro anhelo está en oponer alma a alma y mano a mano los pueblos de nuestra América Latina. Vemos colosales peligros; vemos manera fácil y brillante de evadirlos (…) Pensar es prever. Es necesario ir acercando lo que ha de acabar por estar junto. Si no (…) se estará sin defensa apropiada para los colosales peligros”, recalcó Cancio a propósito del ideario martiano sobre libertad.
LA GRAN CONCLUSIÓN
“La gran conclusión -según Cancio—es que al margen de las innumerables concepciones ideólogas que se han desarrollado desde una mirada eurocentrista hacia este llamado “Nuevo Mundo” –imaginando y legitimando la imagen de una América dependiente y hasta colonizada–, se ha convenido con la reserva de un análisis de dos modelos teóricos del pensamiento en América Latina: José Martí y Simón Bolívar, por ser faros y ejemplos de los que más se han comprometido con el reencuentro con la memoria histórica y se evocan en un momento histórico crucial para la total y definitiva salvación de Nuestra América”.
“Bolívar y Martí desde perspectivas diferentes, patrocinaron e intercedieron por la filosofía de la unidad como única vía de salvación para Latinoamérica y, a pesar que ella no evoluciona en dirección lineal, sino mediada por múltiples tendencias y posiciones ideológicas de diversos matices, convergen en cuanto a la convicción de que hacía falta una organización legítima, con entidad propia y con nuevos sujetos históricos al frente, aptos y dispuestos a garantizar los propósitos que animaban su creación”, concluyo Cancio en su análisis sobre los pensamientos de Martí y Bolívar.
PAZ Y LIBERTAD
“Y concluyo—enfatizó Cancio—que en realidad, al ahondar en el pensamiento de ambos próceres se comprueba con meridiana convicción que sus concepciones acerca de la unión de Latinoamérica y el Caribe no solo se fueron ajustando a partir de la percepción de los dilemas de su tiempo, sino que van más allá en tanto enlazan la historia cubana, antillana y americana del siglo XIXcon la del XX, a partir de la simetría que se patentiza en sus formas de pensar y actuar, lo que se pone de manifiesto a través de la conjunción de meditaciones y atenciones de largo alcance sobre las sentencias de unidad, libertad, justicia e igualdad, pues como afirma Bolívar “la justicia social y la democracia son los grandes activadores de la paz y la libertad”.
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