Por el Prof. Héctor Darío Pastora

En mayo de 1893, se produjo el histórico encuentro del Apóstol José Martí y el poeta Rubén Darío en Nueva York. La cita  tuvo como escenario una asamblea cívica en pro de la independencia de Cuba. En esa ocasión Darío viajaba a París, Francia, con destino a Buenos Aires, Argentina, en su carácter de Cónsul General de Colombia.

Dos años después en ocasión de la muerte heroica de Martí el 19 de mayo de 1895, Darío le dedicó en el diario La Nación, de Buenos Aires, Argentina, en su libro Los Raros (1896) un emotivo artículo póstumo.

El fraternal encuentro lo destacó Rubén Darío en su autobiografía que dictó en Argentina en 1912, con sentidas evocaciones de la lucha del Apóstol por la emancipación de su patria del reino español. He aquí algunos párrafos del magistral escrito:

¡Oh Cuba! Eres muy bella, ciertamente y hacen gloriosa obra los hijos tuyos que luchan porque te quieren libre.  Cuba admirable y rica y cien veces bendecida por mi lengua; más la sangre de Martí no te pertenecía; pertenecía a toda una raza, a todo un continente; pertenecía a una briosa juventud, que pierde en él al primero de sus maestros; pertenecía al porvenir. Martí pensador, Martí filósofo, Martí pintor, Martí músico, Martí, poeta siempre. Su cultura era proverbial, su honra intacta y cristalina, quien se acerco a él se retiró queriendo. Ya sabrá el mundo lo que tú eras, pues la justicia de Dios es infinita y señala a cada cual su legítima gloria”.

Consagración de Rubén Darío, padre del modernismo literario hispanoamericano príncipe de las letras castellanas y considerado padre de la patria en Nicaragua.

Rendimos tributo al Apóstol José Martí en el 169 aniversario de su nacimiento en La Habana, Cuba, el 28 de enero de 1853, fecha que conmemoramos, inspirados en el legado de libertad y democracia de los dos paradigmas de América: Martí y Darío.