María Dolores Tarrero-Serrano la Primera Dama más linda de Cuba

Written by Alvaro J. Alvarez

23 de marzo de 2022

Mary Tarrero, nació el 5 de octubre de 1924 en el ingenio azucarero Central Morón en Pina, situado a 21 kms, al norte de Ciego de Ávila. Su padre Gerardo Tarrero Sanz, era el contador del ingenio, su madre Elvira Serrano, falleció en 1936. Ana su hermana mayor nació también en Pina en 1914, viuda desde 1993 del Sr. Antonio Fuentes, falleció en Miami el 25 de abril de 2008. Carlos su hermano falleció también en 1936.

TAQUÍGRAFAS

Gerardo, su padre quiso que tanto Ana como Mary, cuando terminaran sus estudios elementales se hicieran taquígrafas y así mismo fue, las dos hermanas lo complacieron y años después el

trabajo de sus hijas lo ayudó a subsistir cuando fue internado en un sanatorio de turberculosis.

Mary Tarrero, como era conocida, siendo todavía una adolescente y venciendo exámenes de oposición se convirtió en taquígrafa del Senado, en el Capitolio Nacional, una habilidad valiosa antes del uso generalizado de grabadoras y equipos de transcripción y era respetada entre sus pares por su experta grabación e interpretación de las sesiones de la Asamblea Constituyente de 1940.

ALLÍ SE CONOCIERON LOS PRÍO

Precisamente allí fue donde conoció y se enamoró de un Senador por Pinar del Río (de 1940 a 1945), llamado Carlos Prío Socarrás, que había nacido el 14 de julio de 1903 en Bahía Honda.

Alumno del Colegio de Belén, luego graduado de Abogado en la Universidad de La Habana, se involucró en las luchas estudiantiles contra el dictador Machado y en 1930 estuvo preso, cuando lo soltaron se exilió.

Regresó para terminar siendo una figura política importante luego de la huída de Machado en 1933. En marzo de 1935, tuvo de nuevo problemas políticos, esta vez con Batista y tuvo que marchar al exilio de nuevo.

Estuvo entre los 81 Delegados a La Asamblea Constituyente de 1940. Luego al triunfar el presidente Grau San Martin, lo nombró su Primer Ministro de 1945 hasta 1947 que pasó a ser el Ministro del Trabajo, cargo que ocupó hasta ser elegido presidente en 1948.

Senador joven y de fácil elocuencia que a la bella taquígrafa le llamó la atención la inteligencia de sus argumentos y porque siempre acababa

correctamente las oraciones aún, con muchas cláusulas.

 Aparentemente no le fue muy difícil el enamorar a una talentísima y preciosa taquígrafa, admirada por el pleno entero del Senado Nacional.

Cuando se conocieron, quedaron flechados y al poco tiempo, Prío le propuso matrimonio.

Siendo Prío, Primer Ministro de Grau, se casaron el 14 de junio de 1945 en la Capilla del Palacio Presidencial. María Antonieta (Marian), su primera hija nació en 1947.

PRIMERA DAMA

El 10 de octubre de 1948, cuando Carlos Prío fue nombrado Presidente, Mary de 24 años se convirtió en la Primera Dama más linda de toda la historia de Cuba. Realmente su vocación fue siempre mantenerse alejada de los primeros planos, ajena a las seducciones de la fama y la publicidad, prefería dedicarse a las actividades caritativas en favor de los ciegos y los animales.

“Aunque era conocida por su belleza, siempre admiré más su valentía y compasión. Nunca quiso ser foco de atención”, dijo María Elena, su hija menor que nació en el Palacio Presidencial el 3 de marzo de 1949.

Mary fue una mujer inteligente, valiente, compasiva, fiera defensora de los indefensos y enemiga de la injusticia, dio a sus hijas y nietos todo cuanto pudo, incluso lo más valioso: su ejemplo.

La gracia y la belleza de esta mujer inspiró a Osvaldo Farrés, un gran amigo de Carlos Prío, para dedicarle su canción, Sensación, tras una gira internacional que ella realizó con su esposo. “Yo lo he visto con mis propios ojos, lo he sentido con el corazón/allá en tierra hermana la cubana triunfó”, dice parte de la letra de la canción de Farrés.

JUNTO A SU ESPOSO

Podemos ver las fotos cuando la Primera Dama, Mary Tarrero de Prío, en el Palacio Presidencial, durante las fiestas Pascuales en 1950, repartiendo raciones de alimentos entre los necesitados como presidenta de la Corporación Nacional de Asistencia Social.

El 26 de enero de 1952, Mary Tarrero acompañó a su esposo el presidente Prío en la inauguración de 73 kms. de la carretera entre Pinar del Río y Guane.

El 28 de enero de 1952, la Primera Dama estuvo en la inauguración de la Sala Infantil del Hospital San Juan de Dios de Camagüey, obra creada gracias a la maestra Julieta Arango.

Anécdotas que retratan la personalidad de Mary, cuando en 1956 persiguió al automóvil donde habían secuestrado a Prío, por orden de Batista y luego, en el exilio, cuando rechazó a punta de pistola a un matón que tocó a la puerta de su casa, para amenazar a su esposo e hijos.

Sólo América Arias, esposa de José Miguel Gómez y la segunda Primera Dama, se destacó por su participación en la vida política de la reciente República. Tanto fue así que según los historiadores, fue ella quien sentó a su esposo en la silla presidencial. Era una mujer de temple. Había obtenido los grados de Capitana por sus nobles tareas en las filas de los mambises y ya en la República, fue una tenaz luchadora por las clases más desfavorecidas de la población.

EL 10 DE MARZO

La madrugada del lunes 10 de marzo de 1952, cuando Batista se apoderó del Campamento Militar de Columbia y logró consolidar el Golpe de Estado contra el presidente Carlos Prío, que se encontraba, junto con su familia, en su finca La Chata (en Arroyo Naranjo). Prío se dirigió hacia el Palacio Presidencial, donde hubo algunos tiroteos y hasta muertos. Luego al conocer que había perdido todo apoyo por parte del ejército, decidió asilarse en la embajada de Méjico.

La prensa de la época presentó en marzo de 1952 la foto de Prío, con su esposa Mary y su hija María Elena, en la escalerilla del avión Douglas D-6, para abandonar el país rumbo a Méjico y con una frase al pie de la foto: Volveremos, Prío aún, mantenía la esperanza de continuar en la Presidencia de la República. La familia Prío junto con algunos miembros de su depuesto gobierno se alojaron en el Hotel Continental Reforma de la ciudad capital.

Luego, en 1953 los Prío-Tarrero se mudaron para Miami. Allí trabajó activamente contra el nuevo regimen batistiano y fue arrestado ese mismo año, acusado por violar la Ley de Neutralidad de 1939.

EL GRANMA

El 1 de septiembre de 1956 hubo una reunión secreta entre Fidel Castro y Prío en un motel de la ciudad de McAllen en Texas y Prío le dio $10,000 (otros fuentes dicen fueron $20,000) con este dinero compraron el yate Granma. Prío se comprometió a obtener más dinero a través de amigos.

En 1956, después de que Batista les concediera una amnistía, regresaron por un corto tiempo hasta que fueron obligados a exiliarse nuevamente a punta de pistola, cuando lo relacionaron con el asalto al Cuartel Goicuría en Matanzas el 29 de abril de 1956.

Después de que Batista fuera derrocado regresaron a Cuba en enero de 1959, creyendo las mentiras que Fidel Castro le había dicho, para obtener el dinero que le pidió tantas veces. Partieron hacia su exilio final en diciembre de 1959, cuando se dieron cuenta de que el gobierno de Fidel Castro se había convertido en una dictadura. Ni Prío ni Mary regresaron a Cuba.

Instalado en Miami, participó en varios intentos de derrocar a Castro y se erigió como portavoz de toda la comunidad de exiliados políticos cubanos hasta su muerte. Prío trabajó como promotor inmobiliario y empresario en Miami.

SU SUICIDIO

Carlos Prío Socarrás, último presidente constitucional de Cuba, la mañana del 5 de abril de 1977 salió, en pijamas, como todos los días hacía, a recoger el periódico, en el frente de su casa en 5070 de Alton Road, Miami Beach, luego se sentó cómodamente al lado de la piscina a leerlo. A las 8:05 se oyeron las dos detonaciones que se había disparado en el pecho con su revólver 38 cañón corto. Un vecino llamó al carro patrullero que pasaba por la calle y a las 8:11 llegó el Rescate.

Fue llevado al hospital Monte Sinaí para ser tratado quirúrgicamente, pero a las 9:30 falleció. La noticia

corrió como reguero de pólvora entre el exilio cubano, que atribuyeron su muerte a un atentado, versión desmentida por la policía, porque antes de morir dijo que no se culpara a nadie del disparo, se lo había hecho él mismo.

Su viuda Mary Tarrero nunca se pudo recuperar totalmente de aquel golpe tan duro.

Durante muchos años Mary vivió junto con su hermana hasta que Ana murió en abril de 2008. Sus últimos meses de vida, Mary tenía problemas mentales debido a la enfermedad de Alzheimer, pero su

fallecimiento, el 23 de septiembre de 2010, se produjo por complicaciones de una neumonía. Ella y su esposo, Carlos Prío, están enterrados en el cementerio Woodlawn North Park situado en 3260 S.W. de la calle 8 en Miami.

El sábado 25, se realizó la misa fúnebre en la Iglesia de St. Peter and St. Paul, concelebrada por Monseñor Agustín Román con tres sacerdotes más. Allí estaban familiares, amigos y algunos que no la conocían pero que fueron a despedir a la última Primera Dama de todos los cubanos.  En el vestíbulo de la iglesia, dos monitores trasmitían fotos de Mary en distintas etapas de su vida.  Algunas mostraban la belleza esplendorosa de una mujer en plenitud.  Otras reflejaban la angustia en su rostro, al salir de Cuba después de aquel fatídico golpe de estado el 10 de marzo de 1952.

La bandera cubana cubría el féretro. Sus dos hijas hablaron, visiblemente emocionadas, pero serenas. María Elena, la menor, comentó que mientras todos elogiaban la belleza física de su madre, sus tributos mejores eran los del espíritu. Habló de su labor como Primera Dama a favor de los desvalidos: huérfanos, ancianos, ciegos. Mencionó su amor a los animales. Contó las dificultades que vivió, a los 12 años, después de la muerte de su pequeño hermano y de su madre. Luego la tuberculosis de su padre, su trabajo como taquígrafa, el primer exilio, el breve regreso a Cuba, el rápido

desencanto con la Revolución, el segundo exilio, el suicidio de Prío y, finalmente, las tinieblas con que el Alzheimer invadió su mente. 

Expresó su admiración por el coraje que mostró siempre para defender a su esposo e hijas. Evocó a la madre sabia, tierna, alegre, sencilla, a pesar de la pérdida de la memoria, siempre reconoció a sus dos hijas. Pidió rezar “por su alma y porque otras cubanas, calladas pero llenas de valor y amor como ella, mantengan vivas las ansias de libertad y justicia de nuestro pueblo”.

HABLA MARIÁN

Marián, la hija mayor, agradeció nombre por nombre a los que estuvieron cerca de su madre en los últimos años. Enfatizó sus cualidades como la discreción, la sensatez y la habilidad de saber escoger.  No faltó el humor cuando dijo que entre todos los Senadores, se enamoró del único que llegó a ser Presidente. 

Rememoró sus sabios consejos, que podían frenar cualquier proyecto descabellado con un cauteloso “eso hay que pensarlo”. “Podía ver más allá de las apariencias y nos señaló a mi hermana y a mí la crueldad que entrañaban por ejemplo, los zoológicos y los circos”, contó.

Siempre estuvo a favor de la independencia económica de la mujer. Madre “Inteligente, valiente y compasiva, defensora de los indefensos y enemiga de la injusticia; dio a sus hijas todo cuanto pudo, incluso lo más valioso: su ejemplo”, concluyó Marián Prío de Odio.

En el cementerio se reunieron un centenar de personas alrededor de la tumba donde descansa el Presidente Cordial.  Cuando doblaron la bandera sobre el féretro y la entregaron a sus hijas, quedó sobre la pulida madera un bello arreglo de rosas blancas. El sacerdote pronunció una última oración y un solitario cornetín dejó oír las notas del himno nacional, que luego los presentes cantaron. El día estaba apropiadamente gris.

Recordando historias relacionadas con otras posibles Primeras Damas, la escritora cubana Tania Díaz Castro contó estas dos anécdotas: En 1944, con Grau como presidente, éste le amasó las nalgas a la escritora Renée Méndez-Capote durante todo el tiempo que Spruille Braden (1894-1978) ofreció un largo discurso en el Palacio Presidencial.

Grau en 1933, enamorado perdidamente de la bella y sensual Renée, estuvo a punto de meter preso en La Cabaña a su marido, el periodista Antonio Cabrera Escanelle para así no tener competencia. La misma Renée le contó esta historia a Tania, cuando su única hija Maricusa Cabrera la llevó a conocerla, allá por los años setenta del siglo pasado. ¡Qué manera de reírse con aquella encantadora anciana! escribió Tania.

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