Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE
No todos los días tenemos el agrado de leer valientes e interesantes historias como la de Manuel Pérez porque empezó su carrera militar siendo un adolescente y la terminó como paracaidista en la Brigada 2506 con 51 años.
Manuel nació en la ciudad de Camagüey el 29 de julio, 1909 cuando el presidente José Miguel Gómez llevaba 6 meses en su cargo.
Era uno de los 8 hijos del matrimonio José Pérez y Soledad García, sus hermanos eran: José Ángel, Alfredo, Antonio, Francisco, Soledad, Josefa y Enrique.
Muy joven ingresó al Ejército Nacional de Cuba, del que eventualmente, obtuvo una honrosa baja después de servir en él por varios años y posteriormente emigró a EE.UU.
Casado con la Sra. Onelia Crespo y con seis hijos: Jorge, Guillermo, Rafael, Marta, Mirta y Mayra, el 7 de diciembre de 1941 lo sorprendió el ataque a Pearl Harbor, presentándose voluntariamente para ofrecer sus servicios al país al cual le debía apoyo y lealtad.
Las fuerzas aliadas, bajo el mando del General Douglas MacArthur desembarcaron en la Isla de Leyte el 20 de octubre de 1944, cumpliendo su juramento de volver a Filipinas.
La Isla de Luzón, la más grande y septentrional de las Islas Filipinas y hogar de la capital Manila, sería el próximo objetivo de la Flecha Roja (Red Arrow era el nombre atribuído a la 32 División). Aunque la captura de Manila era el premio obvio de esta campaña, el Teniente General Walter Krueger, comandante del Sexto Ejército, esperó hasta que la 32.ª División y la 1.ª División de Caballería llegaron a Luzón el 27 de enero de 1945, 18 días después de que las fuerzas estadounidenses hicieran una sorpresivo asalto anfibio en el golfo de Lingayen, en el camino hacia la capital.
SUS CONDECORACIONES
Manuel se alistó el 12 de enero de 1944, sirvió unos 14 meses en combate.
Según sus documentos, las condecoraciones y citas de Pérez-García incluyen una Estrella de Plata con racimo de hojas de roble, y una Estrella de Bronce.
Roberto Acuña, su nieto, dijo que su abuelo ganó la medalla Corazón Púrpura después que una bala le rozara la cabeza en mayo de 1945. Regresó al campo de batalla con una placa de metal en el cráneo.
El PFC (soldado de primera con esta insignia en el brazo) Manuel Pérez-García, del 126th de Infantería, “un soldado diestro en eliminar japoneses que había nacido en Cuba”, fue saludado en un pequeño y pulcro relato de cómo el reportero de Red Arrow News había ido al hospital para entrevistar a este soldado de 37 años a quien se le atribuía el matar o capturar a 83 japoneses y ser además, un soldado modelo. Resultó que el chico ejemplar estaba ausente sin permiso, pero solo del hospital. Regresó con su equipo y salió en una patrulla de 6 días.
A lo largo de los años, Pérez-García les contó a sus familiares y amigos lo que, su nieto Acuña llama sus hazañas de la II Guerra Mundial. Las historias, incluída la captura del famoso japonés el General Tomoyuki Yamashita, «El Tigre de Malasia».
RECIBIÓ A YAMASHITA
Según versiones el Pentágono no le otorgó el crédito de haber sido el soldado que recibió a Yamashita cuando llegó al campamento para entregarse porque, tenían otro Manuel Pérez en record. Pero esto no tiene explicación posible porque como yo estoy poniendo en la nota más abajo, este soldado de Oklahoma y de origen mejicano murió en combate el 14 de marzo de 1945 o sea que cuando Yamashita se entregó el 2 de septiembre de 1945, él estaba ya muerto.
El sargento Manuel Pérez-García insistió durante toda su vida que fue él y no el otro soldado el que capturó al general japonés.
El Teniente General del Ejército Imperial Japonés Tomoyuki Yamashita (conocido como el Tigre de Malasia) fue encargado de la defensa de Las Filipinas, derrotado decisivamente en las sucesivas campañas de Leyte y Luzón, Yamashita rehusó rendirse, refugiándose en el intrincado terreno de esa isla norteña de Luzón.
Cuando Japón decidió capitular en agosto del 1945, Yamashita, obedeciendo a sus superiores, descendió de su refugio montañoso el 2 de septiembre, con su estandarte, su sable y pistola.
El primer soldado norteamericano que se encontró Yamashita, fue el camagüeyano quien le quitó todo eso y aceptó la capitulación del Jefe de todas las fuerzas japonesas en las Filipinas. No fue por casualidad que el general japonés se tropezara con Pérez-García porque él siempre estaba en primera línea cazando a los remanentes de su Ejército.
El guerrero cubano siempre luchaba en avanzada, por lo que había sido herido repetidamente en el sangriento combate cuerpo a cuerpo de Luzón. Sumando más de 80 condecoraciones y otras muchas citaciones por valor frente al enemigo.
La Campaña de Luzón terminó oficialmente el 4 de julio de 1945, aunque la 32.ª División continuó con operaciones activas contra las fuerzas japonesas hasta el 15 de agosto, y aunque algunos hombres esperaban ser enviados a casa, la mayoría anticipó que su próxima misión sería invadir el propio Japón.
La posición en el archipiélago se consolidó con la batalla de Luzón tras un fuerte combate. Con la reconquista de las Islas, MacArthur trasladó su cuartel general a Manila, con el fin de planificar la invasión de Japón, prevista para finales de 1945, la cual no se produjo por la rendición del Japón después de la segunda bomba atómica, el 9 de agosto.
Cuando la Segunda Guerra Mundial llegó oficialmente a su fin, la División Flecha Roja (Red Arrow) había pasado 654 días en combate en el Pacífico Sur, más que cualquier otra División durante la II Guerra Mundial.
SU REGRESO A LA VIDA CIVIL
Manuel Pérez-García fue dado de baja con honores el 18 de diciembre de 1945, como Sargento de Estado Mayor de la 126ª Brigada de la 32ª División de Infantería. Se quedó viviendo en los EE.UU y trabajando como mecánico.
SU HIJO
Al estallar la guerra de Corea en junio de 1950, la cual fue provocada por la agresión militar de la comunista Corea del Norte a Corea del Sur, su hijo Jorge Pérez Crespo se inscribió en el Ejército de los EE.UU siguiendo el ejemplo de valentía de su padre y estuvo 2 años en entrenamiento hasta que llegó a la península de Corea.
Jorge alcanzó el grado de sargento en una División de Tanques pasando luego a la Infantería y allí peleando fue donde encontró la muerte el 4 de mayo de 1952.
Su cadáver embalsamado y su féretro cubierto con la bandera americana recorrió una larga trayectoria, primeramente llegó a Japón, luego a California de allí hasta Nueva York para ser embarcado en el vapor Varagua con rumbo hacia La Habana, acompañado por su padre Manuel.
El martes 15 de julio de 1952, a su llegada al muelle de la Gran Flota Blanca fue recibido por su abuela Soledad García sus hermanos, tíos y miembros de los distintos cuerpos de las Fuerzas Armadas Cubanas.
Ante una guardia de honor formada por 16 marinos, seis de ellos cargaron el féretro hasta la carroza fúnebre que lo transportó hasta el lugar donde se efectuaron los servicios funerales.
Su hermano Guillermo Pérez Crespo que también se había alistado en el Servicio Militar había llegado dos días antes (domingo 13) para estar presente en los funerales de su hermano.
Manuel, su padre, cuando supo de la muerte de su hijo se había presentado en las oficinas de reclutamiento para alistarse como voluntario y participar en la Guerra de Corea pero fue rechazado por tener una edad fuera de los códigos militares.
CON EL PRESIDENTE
TRUMAN
A su casa de 11 Old Brodway, Bronx, Nueva York, el presidente, Harry S. Truman, le envió una carta a Manuel Pérez-García el 9 de junio de 1952 donde le decía:
“Mis ayudantes me informaron que usted visitó Washington, D.C. hace unos días para ofrecerse de voluntario al ejército de los Estados Unidos con la idea de servir en Corea, donde su hijo, el sargento Jorge Pérez Crespo, recientemente ofreció su vida. Desgraciadamente usted tiene seis años por encima de la edad máxima de acuerdo con las regulaciones del ejército. Sin embargo, quiero que sepa lo mucho que aprecio su intenso patriotismo y disposición para defender a nuestro país contra sus enemigos”.
El presidente Truman y las regulaciones de su Ejército no permitieron al veterano altamente condecorado de la II Guerra Mundial fuera a pelear a Corea, pero 8 años después cuando Manuel se enteró que estaban reclutando cubanos para pelear contra el comunismo en Cuba, enseguida se inscribió, aquí si fue aceptado y con 51 años. Le asignaron el № 3136 y fue transportado en un avión para recibir entrenamiendo en los campamentos de la Brigada 2506, en Guatemala.
A pesar de su edad fue aceptado en el cuerpo de paracaidistas cuyo Jefe era Alejandro del Valle. Compartió el entrenamiento rudo y riguroso con compañeros hasta más de 30 años más jóvenes, sin la menor queja ni jactancia. Era disciplinado como el que más y no titubeaba en regañar duramente a sus compañeros al verlos violar esa disciplina. En suelo cubano combatió con valentía y arrojo.
LLEGÓ A GIRÓN
En la madrugada del 17 de abril de 1961, Manuel fue uno de los primeros Brigadistas en pisar suelo cubano como miembro de la 3ra. Escuadra de la Compañía “A”, del Batallón 1 de Paracaidistas que cayeron detrás y frente a las líneas castristas, con el mérito de haber sido uno de los primeros en entrar en combate.
Unos pocos días después supo enfrentar la derrota y la prisión con honor y estoicismo y encarando a sus carceleros con tal increíble desafío que lo tomaban por loco.
NO CONOCÍA EL MIEDO
Pérez-García fue capturado y condenado junto con el resto de los Brigadistas a 30 años de trabajo forzado. El Brigadista camagüeyano Camilo Samayoa Álvarez (#3201) estuvo preso con Manuel Pérez-García en el Castillo del Príncipe.
Camilo presenció un acto de confrontación de Manuel con un grupo de soldados, cuando se subió a un muro del patio que se encontraba a unos cinco pisos más arriba el foso de la prisión. En el foso había una garita de soldados y comenzó a gritarle a los guardias que ellos eran unos cobardes.
Los soldados le ordenaron que se bajara inmediatamente del muro pero él rehusó y les gritó que le dispararan al pecho.
Los Brigadistas que presenciaron junto a Camilo ese acto de confrontación y valentía le rogaron que se bajara del muro. Inclusive estaba en peligro de caerse y morir. Después de unos 20 minutos, Pérez-García se bajó. Camilo concluyó que su amigo y compañero de Brigada, no conocía el miedo.
Manuel pasó unos 20 meses en la cárcel hasta que se produjo la liberación de los Brigadistas el 24 y 25 de diciembre de 1962. Pérez-García volvió a su oficio de mecánico. Cuando cumplió 100 años la Brigada 2506 y sus amigos le ofrecieron un banquete que fue cubierto por la prensa local.
MUERTE Y DESCENDENCIA
Manuel Pérez-García murió el 9 de octubre de 2011 en el Hospital Monte Sinai, en Miami Beach a la edad de 102 años. Allí se encontraban su esposa, hijos y nietos. Hasta la fecha es el Brigadista que ha vivido más años.
Su nieto, Roberto Acuña dijo que las cenizas de su abuelo iban a ser enterradas en el Cementerio Nacional de Arlington, Virginia y un tiempo después allí se realizó la ceremonia final con la presencia de su esposa Onelia de 93 años, sus hijas Mayra, Mirta y Brigadistas de la 2506.
Ese día se pudo escuchar aquellas palabras del presidente Truman…”aprecio su intenso patriotismo”.
En la Casa Museo del 1821 SW 9 St. sus campañeros Brigadistas le habían honrado con un servicio funeral el 12 de noviembre de 2011.
El museo tiene una caja con sus numerosas condecoraciones y cuelgan en la pared una bandera japonesa de combate y la bandera de los Estados Unidos que cubrió el ataúd de su hijo Jorge.
Después de Audie Murphy, que luchó en Europa, Pérez-García fue el soldado de infantería que más enemigos mató, logrando el sorprendente total de 83 soldados japoneses muertos en combate.
Manuel Pérez-García, valiente camagüeyano, héroe y patriota de Cuba y EE.UU.
La 32.a División reclamó los siguientes registros durante la Segunda Guerra Mundial:
654 días de combate, más que cualquier otra división en la guerra.
15,696 horas de combate, más que cualquier división y el 48 % del tiempo total que EE. UU estuvo en la II GM.
41 meses en el extranjero, con más de 21 meses en combate.
Responsable de 35,000 soldados japoneses muertos en acción.
11 Medallas de Honor.
157 Cruces de Servicio Distinguido.
49 Legión al Mérito.
845 Estrellas de Plata.
1,.854 Estrellas de Bronce.
98 Medallas Aéreas.
78 Medallas de Soldado.
11,.500 Corazones Púrpura.
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