LOS TREINTA AÑOS DE DISNEYLAND PARÍS

20 de abril de 2022

La tímida resurgencia del turismo procedente de Estados Unidos que comienza a apreciarse en las calles de París ha coincidido con el trigésimo aniversario de la apertura de Disneyland París, llamado al comienzo Euro Disney.  La gran fiesta inaugural fue el sábado 11 de abril de 1992 acontecimiento en el cual participé con mi familia y que reporté en dos entregas consecutivas de LIBRE disponibles en nuestro archivo.  Muchos franceses habituados a viajar pero que no habían ido a los parques de Anaheim y de Orlando descubrieron el Magic Kindom durante una jornada espectacular concluída a medianoche con fuegos artificiales dignos de un 14 de Julio, después de un fiesta memorable que amenizaron artistas de renombre planetario de Tina Turner a la Miami Sound Machine. ¡Ha llovido!.

Todo había comenzado a mediados de 1984 cuando el gigante americano del entretenimiento hizo saber que proyectaba una implantación europea. Aunque los boys de California sugirieron que junto con París sopesaban Valencia como alternativa locativa, se sabe que desde el principio la apuesta más consecuente era la francesa. Aquí, el gobierno creó un grupo de trabajo cuyos miembros viajaron varias veces a Burbank, California, para observar y tantear el terreno. A partir de 1986 las reuniones se prosiguieron en esta capital. En Francia gobernaban los socialistas y fueron ellos quienes, acordando sus violines con la Región París-Île de France detentada por la derecha, decidieron como lugar de implantación definitiva Marne-la-Vallé, aproximadamente a 20 millas del borde sureste de parisino.

Los acuerdos firmados entre la compañía americana y el estado francés contaron con la indispensable participación y anuencia de las autoridades regionales y de los responsables de las compañías que operan el transporte ferroviario y las autopistas. Esto como forma lógica de garantizar un acceso rápido y económico al parque para sus empleados y los visitantes. Los representantes de Mickey obtuvieron de entrada los terrenos para el asentamiento: 20,000 hectáreas de las cuales quedan hoy 800 sin urbanizar. El volumen de construcción y de desarrollo inmobiliario en la región ha sido considerable, siempre bajo el control absoluto de Disney. Las tierras, agrícolas en su mayoría, fueron expropiadas a los 25 agricultores a quienes pertenecían al precio del mercado. Hoy el nuevo propietario, cuando cede parcelas que decide vender a promotores, lo hace embolsando réditos miríficos.

En medio de las negociaciones que precedieron la firma del acuerdo final en marzo de 1987, Disney hizo planteamientos que desde el punto de vista de las leyes francesas eran simplemente extravagantes. En materia de derecho laboral pretendían implantar disposiciones conformes a las que priman en Estados Unidos en cuanto a licenciamientos, creación de sindicatos y otras arbitrariedades que son corrientes del otro lado del Atlántico pero ilegales aquí y en el resto de Europa.

Mientras todo esto ocurría hubo cambios gubernamentales y la derecha consiguió gobernar con un primer ministro de su bando a pesar de que Mitterrand seguía siendo el presidente. Los recién llegados se montaron en el tren y el dinero gubernamental siguió fluyendo hacia las diferentes operaciones indispensables a la construcción de las infraestructuras. Al mismo tiempo, puesta sobre la mesa la cuestión fiscal, Disney consiguió que le rebajaran de 18.6% a 7% el impuesto directo sobre la venta de los tickets y los artículos comercializados en sus boutiques. La otra jugarreta, común a prácticamente todas las empresas transnacionales, fue autorizar la transferencia hacia la sede mundial y sin pagar impuestos, de los royalties derivados del uso de la marca. En 30 años Disney ha colectado por ese concepto más de 2 billones de dólares según han calculados los analistas.  Si por una parte ese tipo de gestión no es ilegal por otra debilita las inversiones y los rendimientos capitalistas en Francia, a empezar por los de los tontos que compraron acciones y que prácticamente todo perdieron: de un precio original por acción del equivalente de 25€-unidad pasó a 2€ cuando las sacaron del mercado definitivamente en 2017. Un fiasco, pero son gajes del oficio dirían los más.

Lo anteriormente descrito no significa que Disney no pague impuestos en Francia ni que este en tela de juicio la gran inyección de recursos que ha significado para el empleo y el turismo la existencia de la atracción. Ha sido un manantial al cual muchos sectores y empresas han venido a abrevarse, el Estado y el Departamento a la cabeza de ellos. En el conjunto de instalaciones, todo sumado, trabajan 16,000 personas. Como consecuencia en el territorio se han desarrollado muchos proyectos inmobiliarios y comerciales indispensables para acoger a quienes han decidido venir a vivir en la zona. Los planificadores habían previsto la llegada al territorio de 100,000 habitantes pero la cifra real ha sido comoquiera del orden aproximado de 80,000.

Este aniversario no es más que un hito. En febrero de 2020 una cláusula añadida a los contratos originales  establece que Disney está autorizado a crear de aquí a 2036 un tercer parque que se sumaría a los dos ya existentes: la aventura continúa o continuará. ¡Feliz cumpleaños Disneyland París!.

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