Los Tarafa, la familia de los Centrales, Ferrocarriles y del Puerto de ascendencia matancera

Written by Libre Online

14 de julio de 2021

La  Azucarera Central de Cuba  SA era la compañía que controlaba tres ingenios en la provincia de Matanzas.

El Central Cuba, en Pedro Betancourt; Santo Domingo, en Unión de Reyes y España, en Perico. Cuando llegó la destrucción a la Isla de Cuba, los tres centrales pertenecían a la familia Tarafa, herederos del coronel del Ejército Libertador Cubano, José Miguel Tarafa de Armas, que nació en Matanzas el 12 de septiembre de 1869 y falleció en Nueva York en 1932.

 Casó el 2 de febrero,1901 con María Luisa Govín Flores (nacida en 1875 e hija del fundador del periódico El Mundo ) y tuvieron 5 hijos: José Miguel, Graciela (1903-1941) casó con el distinguido cubano de Sagua La Grande, Oscar B. Cintas Rodríguez (1887-1957), Laura, Josefina (Fifi-1907-1982) y Antonio (1911-1951) que en 1933 casó con Alicia González de Mendoza y Goicochea (prima hermana de Miguel y Antonio González de Mendoza y Montalvolos dueños del central Cunagua y del Jaronú). Antonio falleció en Miami a los 40 años en un accidente de tránsito.

ACCIONISTAS DEL THE TRUST  COMPANY OF CUBA

La familia Tarafa, estaba entre los principales accionistas del The Trust Company of Cuba donde habían entrado desde el 23 de junio de 1949, cuando Antonio pasó a formar parte de su junta de Directores. En 1959 ellos eran: José Miguel, Josefina y Laura Tarafa Govín, así como Alicia de Mendoza la viuda de Antonio, todos directores de la Azucarera Central de Cuba. Jorge Barroso Govín del Piñar era su presidente y José R. Terrad fungía como vicepresidente.

Con una capacidad total de 1,250,000 @ que representaba el 12° grupo y el 4° de capital no norteamericano, así como 8,010 caballerías de tierra, que representaba el 14° grupo. José Miguel Tarafa tenía intereses además en la Corporación Intercontinental de Hoteles de Cuba S.A. 

AL CONCLUIR LA GUERRA

José Miguel Tarafa de Armas, al concluir la Guerra de Independencia era muy pobre pero pronto se relacionó con inversionistas norteamericanos y británicos, sobre todo con el abogado Horacio Rubens, gran amigo de José Martí. Al mismo tiempo obtenía crédito para adquirir grandes extensiones de tierras en Camagüey.

Tarafa se dio cuenta de que con el servicio ferroviario en el área tenía un gran potencial ya que la parte Norte de la provincia no contaba con el servicio de United Railway de propiedad británica que corría por el Sur, ni el  Ferrocarril Central de Van Horne’s  Cuba Company  que atravesaba el Centro de la Isla.

Tarafa nunca aceptó cargos políticos ni públicos y se dedicó por completo a los negocios.  Estuvo tan vinculado con los capitalistas norteamericanos que estos lo consideraron uno más de entre ellos y lo hicieron miembro y parte de la directiva del exclusivo Country Club (*), al que muy pocos cubanos lograron pertenecer en esos primeros años republicanos.

En 1909  Tarafa Armas adquirió su primer ingenio azucarero, el Central Santa Filomena también conocido de 1906 a 1909 como Central Enriqueta,  en Pedro Betancourt, Matanzas al  que rebautizó Cuba. Fue adquirido bajo la razón social Central Cuba Sugar Co. a los herederos de Leandro  Soler  en una transacción valorada en $5 millones. En 1912, también bajo Central Cuba Sugar Co., Tarafa adquirió el Central Santo Domingo de manos  de José María Blanco y construyó el Central Morón (Pina) que en 1915 vendió a Cuba Cane Sugar Corporation por $4,350,000.  

En 1911, en sociedad con Regino Truffin (el dueño de Villa Mina que luego sería el Cabaret Tropicana)  y Horacio Rubens (el amigo de José Martí), Tarafa fundó la Cuban Distilling Co., para cuyo emprendimiento Manuel Rionda (1854-1943, asturiano que llegó a Cuba con 16 años) consiguió el financiamiento  con el convenio de que la melaza necesaria para la destilación fuera suministrada por su Central Francisco (en Camagüey) y el Central Tuinucú (Taguasco, Las Villas). Sin embargo  la principal empresa de Tarafa no fueron los ingenios azucareros ni la destilación, sino… los ferrocarriles.

LOS FERROCARRILES, SU PRINCIPAL EMPRESA

El Ferrocarril del Norte de Cuba. Vía férrea cuyo proyecto de construcción fue solicitado al gobierno cubano del presidente Mario García Menocal por numerosas y grandes empresas, ya que constituía una de las mayores vías de acceso al comercio de la industria azucarera a principio del  siglo XX.

Se construyó entre 1916 y 1919, tiene su centro en  Morón y su línea recorre la parte norte de las provincias de Las Villas y Camagüey, enlazando los puertos de Caibarién y Nuevitas. El surgimiento de un gran número de centrales originó el desarrollo de las líneas privadas con el objetivo de transportar las cañas y el azúcar hasta los puertos de embarque.

Los puertos fundamentales eran Tarafa y Pastelillo, en Nuevitas, en la costa norte. La necesidad de ampliar la infraestructura de la provincia de Camagüey, para desarrollar unos 6 mil Km2 de fértiles llanuras situadas en la parte norte del centro de la provincia, llamó la atención de algunos grupos inversionistas, atraídos además por la oferta del gobierno cubano de subvencionar con $6,000 pesos por cada kilómetro de vía férrea que se construyera en dicha zona.

Desde 1911 Tarafa estaba asociado con el magnate financiero Regino Truffin, como se dijo en párrafo anterior. Ahora en 1912 llegó el momento de unirse en una firma ferroviaria. Ferrocarriles de la Costa Norte y Sur. El principal propósito de esta sociedad era el hacerse cargo del arrendamiento del Ferrocarril de Júcaro a San Fernando (al norte de Morón) que desde 1906 disfrutaba la San Fernando Railroad Transportation Company.  En 1912, Tarafa compró el Ferrocarril Puerto Príncipe (Camagüey)-Nuevitas construído por Gaspar Betancourt Cisneros (1803-1866 conocido como El Lugareño), bajo la razón social Ferrocarriles de la Costa Norte y Sur.

A pesar de ser forzado abandonar la Isla en 1846, por orden del Capitán General Leopoldo O’Donnell, El Lugareño, se mantuvo al tanto de las obras del camino de hierro y sintió alegría cuando supo que a pesar de tantos contratiempos finalmente, fue inaugurado el 5 de abril de 1846 el primer tramo Nuevitas–Sabana Nueva, con una extensión de 61 kms, para 5 años más tarde, el 25 de diciembre de 1851 quedar concluido el ferrocarril de Nuevitas a Puerto Príncipe, con 72.12 km. De vías.

Convocados a subasta pública concurrieron diversas empresas norteamericanas, pero también el matancero Coronel del Ejército Libertador, José Miguel Tarafa de Armas, quien mediante varios remusgos políticos con el gobierno del presidente Mario García Menocal y explotando sus relaciones con círculos financieros estadounidenses, logró constituir la Empresa que el 16 de octubre del año 1916 dio inicio a la construcción del ferrocarril de Caibarién a Nuevitas, comenzando al oeste de la ciudad de Morón, ciudad donde se instalaron los talleres y la base administrativa de la Empresa.

El ritmo de ejecución le permitió construir 77 Kms. en 1917, 40 kms. en 1918, 168 kms. en 1919 y 35 kms. entre 1920 y 1921, con los que se completaron los 320 Kms. El ferrocarril de Nuevitas hasta Caibarién, incluía un ramal desde Woodin (Esmeralda) hasta cerca de Florida, donde Tarata quería disputarle a la compañía Cuba Railroad el transporte de la producción azucarera de los 4 ingenios enclavados en tierras florideñas (Agramonte, Florida, Estrella y Céspedes).

El 1° de junio  de 1919 se inauguró la línea férrea de Caibarién a Nuevitas terminada en marzo. Se fomentaron las colonias de caña y surgieron los pueblos: Sola, Lombillo, Jiquí, Donato, Esmeralda y Tabor.

LA TERMINAL MARÍTIMA

Comenzó a funcionar en Punta de Güira en la Bahía o Ensenada de Mayanabo, la Terminal Marítima de Puerto de Tarafa, perteneciente a los Ferrocarriles del Norte de Cuba y construida por la concesión otorgada en el Decreto. N° 912 del 5 de octubre de 1912, firmada por el presidente José Miguel Gómez.

En 1919  Tarafa obtuvo la concesión del Gobierno para prolongar sus líneas desde Caibarién hasta Santa Clara, donde entroncó con el Ferrocarril Central de Cuba. El 15 de diciembre de 1927 se terminó la línea principal de Morón a Santa Clara que abrió el tráfico directo entre Nuevitas y La Habana.

La empresa construyó un magnífico edificio en Morón, en donde instaló sus oficinas principales, siendo a la vez una amplia y nueva estación terminal. También estableció en Morón grandes y modernos talleres de reparaciones y obras.

En el mes de diciembre de  1919 se inauguró dentro del puerto de Nuevitas una terminal marítima a la que el Coronel le puso Puerto Tarafa, que contaba con 3 espigones y 20 grandes naves de almacén para el azúcar en sacos. Esta terminal propició que el puerto de Nuevitas pasara de 6 millones de pesos exportados en 1917, a 55 millones de pesos en 1922 y a 93 millones de pesos en 1947, sólo superado en actividad por el Puerto de La Habana. Aunque era considerado por muchos el mayor puerto exportador de azúcar del mundo, en ese momento. A lo largo de este ferrocarril se fomentaron varios importantes centrales azucareros: Cunagua, Violeta y Jaronú, este último considerado el mayor de Cuba hasta 1970.

FERROCARRILES

CONSOLIDADOS

La creación de la Cía.  Ferrocarriles Consolidados de Cuba fue el resultado del éxito de Tarafa el 9 de octubre de 1923 con la aprobación de la Ley Tarafa,  por el entonces presidente de la República Alfredo Zayas Alfonso.  En virtud de esta ley, todos los ingenios azucareros de propiedad extranjera debían utilizar la Compañía Ferrocarriles Consolidados de Cuba, de Tarafa y Rubens, para transportar su azúcar. Al nordeste de la ciudad de Nuevitas se encuentra Puerto Tarafa, nombrado así en honor a José Miguel Tarafa de Armas.

El Busto a José Miguel Tarafa: la obra fue erigida en homenaje al benefactor de la ciudad, ya que además de donar el dinero para la construcción de un hospital, una escuela y un parque, también aportó el dinero para la construcción del Puerto Tarafa, principal fuente de ingreso en la población por varias décadas.

CENTRAL CUBA

Cerca del pueblo Corral Falso de Mascujéis, en Pedro Betancourt se fundó un ingenio azucarero que inicialmente fue nombrado Enriqueta, posteriormente cambió su nombre y lo llamaron Sonora, después fue nombrado Piraña hasta que obtuvo el nombre de Santa Filomena en 1830 el cual mantuvo durante varias décadas.

En 1905  fue inscrito como  Sociedad Anónima de la familia Soler. Contaba entonces con 4 torres de hierro que remataban el conjunto arquitectónico de la fábrica.

En 1906 debido a una deuda que pesaba sobre él, Santa Filomena, pasó al National City Bank y en 1907  operó bajo órdenes de un norteamericano de apellido Green. En 1908 no molió.

En 1909 el coronel José Miguel Tarafa lo adquirió y cambió su nombre por el de Cuba. Tarafa realizó importantes cambios en cuanto a horarios laborales y en la estructura del central.

En 1919 las torres de hierro fueron sustituidas por una de hormigón, aumentando notablemente los resultados de producción. Liquidada en 1924 la deuda de la fábrica, Tarafa llevó a cabo una considerable inversión para modernizar y elevar la capacidad de molida, la cual concluyó en 1928. Tuvo lugar un aumento significativo en la propia zafra de 1924, aunque superado luego por la de 1937 y más tarde por la de 1948  la más alta en la etapa republicana.

En la década del ‘50 también se produjeron cambios, ya en poder de Josefina (Fifi) Tarata-Govín,  hija del coronel Taratfa.

En 1951 se sustituyó la torre de hormigón por otra. En 1952 se construyó una nueva oficina para los empleados. Era el 22°central en capacidad de producción diaria con 500,000@, un rendimiento de 13.30%, con 4,335 trabajadores y 1,356 caballerías de tierras propias. Uno de los 30 centrales criadores de razas selectas de ganado.

El central Cuba era cliente del Banco de los Colonos con créditos de $200,000. Después de ser robado en 1960 se llamó Cuba Libre hasta su destrucción completa en 2010 por los eternos constructores de ruinas.

Central Santo Domingo

Central Santo Domingo. – El 95°central en capacidad de producción diaria de 200,000@ un rendimiento alto de 13.30%, con 2,000 trabajadores y 338 caballerías de tierras propias, situado en Unión de Reyes, Matanzas.

Fue fundado en 1805 por Gonzalo Alfonso, propietario también de los centrales Santa Rosa, San José, Concepción y el Armonía, que pasaron por herencia a su nieto Miguel de Aldama, pero en la Guerra de los Diez Años fueron embargados todos sus bienes por el gobierno colonialista español.

Durante la década del 30 del siglo XIX el ingenio Santo Domingo fue golpeado por dos acontecimientos que hicieron descender su producción: una epidemia de cólera en la que perdió el 75% de su dotación de esclavos y la represión por la llamada Conspiración de la Escalera que fue particularmente brutal en la región matancera.

De 1902 a 1912 fue propiedad de José María Blanco y ese año pasó a la Central Cuba Sugar Co., la compañía de José Miguel Tarafa. De 1931 a 1934 estuvo inactivo. En 1960 fue robado por el castrocomunismo a la familia Tarafa-Govín, le cambiaron el nombre a Juan Ávila y lo demolieron en 2005 como parte del sistema de construcción de ruinas de Fidel Castro.

Central España

Central España.- Ubicado en Perico, provincia de Matanzas. Constituyó uno de los ingenios dedicado a la molienda y procesamiento de la  caña de azúcar  que más producción aportó al territorio matancero. 

La fundación de este central azucarero tiene su registró en el año 1861  por Julián de Zulueta y Amondo (**) un hacendado y político que, aunque nació en España, desarrolló su labor en Cuba, se destacó por sus inversiones en la Industria Azucarera  y por la trata de esclavos que eran traídos de África, procedentes de Dahomey, la actual  República Popular de Benín.

El 24 de abril de 1882, se solicitó la inscripción de dicho ingenio azucarero incluyendo todos los terrenos comprados alrededor de éste, para que así fuera entregado como herencia  a Josefa, Salvador, Ernesto y Eduardo, los 4 hijos de Julián Zulueta-Amondo con Francisca de los Dolores Samá, su primera esposa, quienes lo mantuvieron en su poder hasta 1915.

Los esclavos vivían en un batey  amurallado de piedras, con varias puertas que se cerraban por las  noches. En la actualidad se conservan partes de las murallas. Los esclavos que iban alcanzando la libertad reunían dinero y con la suma de 50 pesos, liberaban a los que todavía estaban esclavizados. Existían también trabajadores chinos especializados en el purgado del azúcar.

En 1904 el Central España fue destruido por un fuego de grandes proporciones. Lo cual trajo nefastas consecuencias para la economía de la  zona afectando la posición financiera  de sus propietarios.

Un año después comenzó a procesar la caña de azúcar con algunas mejoras introducidas en sus maquinarias. Las fincas contaban con 86 colonos cubanos que cultivaban toda la caña molida en este ingenio. En 1913 el ingenio incorporó un laboratorio que contribuyó a elevar la calidad del azúcar, alcanzando un aumento en la producción durante esta zafra de 138,108@  de caña por día.

Cuando falleció Zulueta-Amondo, el central pasó a manos de la viuda y de sus últimos 4 hijos, los que continuaron administrándolo hasta 1915. Luego fue vendido a José López Rodríguez, propietario en el  período  comprendido entre 1915 y 1921. López Rodríguez, era eludiesen del  Banco Nacional de La Habana y  conocido como Pote, introdujo adelantos en los medios de  producción, al ampliar las operaciones fabriles con un segundo tándem, aumentando su capacidad de molida.

Esto le permitió convertirse en uno de los colosos de Matanzas. En la zafra correspondiente al período del 1920-1921, el España alcanzó una capacidad productiva de 350, 000 sacos de azúcar, principal fuente de  riquezas para el municipio.

La administración estaba integrada por: José María Casanova, como Administrador; Bienvenido Matenzo como Jefe de Fabricación y Eligio Zulueta como Jefe de Maquinaria.

La  crisis económica en 1920 ocasionó una caída abrupta del precio mundial del azúcar, se produjo la quiebra de los bancos y esta gran depresión afectó seriamente la posición financiera de Pote, quien apareció ahorcado días después.

Al fallecer Pote, el Central España  pasó a ser propiedad del  Estado Cubano, en cobro de una deuda de 20  millones  de pesos  adeudados al Banco Nacional. El Gobierno cubano en 1921 le entregó el central al ingeniero José Manuel Casanova Diviñó (1884-1949, pinareño, hacendado y senador) (ver Azucarera Bramales S.A.) para ser administrada por éste hasta1926, que pasó a la Compañía Matanzas Sugar Company S.A. que presidía Casanova Diviñó.

La familia Tarafa Govín en febrero de 1951 le compró El España a la Pepsi-Cola por 5 millones de pesos. España era el 17°central en capacidad de producción diaria con 550,000@ y un rendimiento algo pobre del 12.76%, con 1,675 trabajadores y 1,710 caballerías de tierras propias.  Era la 6ª refinería y la 21ª destilería. El 4° ingenio entre los de capital cubano y el más antiguo entre los 20 mayores.

Su situación financiera era buena, su capital líquido ascendía a $3,600,000 y deudas elevadas con The Trust Company of Cuba, con el City Bank y con el de Boston. En 1953 tuvo pérdidas por $376,000 y sus acciones se cotizaban en la Bolsa de La Habana. En 1960 fue robado por los constructores de ruinas, que le llamaron España Republicana para demolerlo en 2006.

MORALEJA

Moraleja:  Fidel Castro, el hombre que más ha odiado a Cuba y a los cubanos, criticaba a todos los que con esfuerzo, dedicación, inteligencia, perseverancia y visión financiera, aportaban trabajos e hicieron de nuestra Isla un país autosuficiente en la mayoría de sus necesidades básicas. El cruel dictador que nunca trabajó, robó, cambió los nombres y la verdadera historia para luego destruirlo todo.

DOS

ACLARACIONES

(*) El Country Club fue fundado por el norteamericano Frederic Snare el 14 de sept/1911, en un lugar de Marianao conocido como la Finca La Lola, situada en una zona elevada de las proximidades de la capital desde donde se dominaba un extenso barrio en pleno desarrollo, que un tiempo después recibiría el nombre de Miramar.

La primera Directiva del Country Club estuvo formada por los siguientes socios: Presidente: Frederick Snare, quien se mantuvo en el cargo hasta su fallecimiento en 1946. Vice- Presidentes: Robert M. Orr y Norman H. Davis. Tesorero: Regino de Truffin.Vice Tesorero: James M. Hopgood. Directores: Frederick Snare; Regino de Truffin; José Miguel Tarafa; Dr. Antonio Sánchez de Bustamante; W. A. M. Vaughan; José Rodríguez; Norman H. Davis; Walter G. Ogilvie; Robert M. Orr; H. Olavaria; Leslie Pantín, y T. L. Huston.

Al fundarse el Club contaba con solo 23 socios. En 1953 alcanzaba la cifra de 1,630, y en ese año la cuota social para Socio Residente era de 180 pesos al año y la cuota de ingreso era de 750 pesos.

DON JULIÁN

ZULUETA

(**) Don Julián Zulueta y Amondo. Vasco conocido como “el negrero” por dedicarse con gran éxito a ese sucio negocio, fue también un hombre inteligente, emprendedor y carente de escrúpulos que amasó una considerable fortuna diversificando sus negocios con gran visión comercial. Como político  llegó a ser alcalde de la Habana. Alguno de sus muchos navíos eran los mejor equipados, los más veloces y los de mayor tonelaje que podían verse en los mares.

Cargados a la ida con el producto de sus 5 ingenios azucareros y otros géneros de ultramar, a la vuelta con mercancías europeas y americanas que en Cuba doblaban su valor. Los provenientes de África atracaban en calas escondidas, muchas veces al abrigo de la noche.

El negocio del  tráfico de esclavos era realmente lucrativo desde que se prohibió la trata. Los precios se dispararon: pudo nutrir sus 5 ingenios azucareros de mano de obra barata y además la venta a otros propietarios le reportó enormes beneficios. Pero era arriesgado, multas, pérdida de barcos y cargamentos, apresamientos, incluso le costaron  la cárcel, aunque el dinero y sus contactos le hicieron salir indemne de las acusaciones.

Naturalmente, el gobierno español condenaba pública y enérgicamente el tráfico de esclavos y apoyaba la actuación de los barcos ingleses que interceptaban a los traficantes y liberaban a los esclavos. Pero muchas veces los desembarcaban en un puerto cubano, a merced de funcionarios corruptos y avispados revendedores.

Cuando desde el gobierno se optó por importar trabajadores chinos como alternativa a los esclavos Julián vio otra oportunidad. Teóricamente arribaban a Cuba con un contrato por 8 años, con condiciones semejantes a la esclavitud, sin embargo su transporte, manutención y posterior venta aumentaron su ya considerable fortuna. Julián introdujo por lo menos 8,000 chinos en Cuba.

En 1868 colaboró activamente en la traída de los tercios vascongados y fue coronel de milicias voluntarias, Julián no estaba de acuerdo con los más radicales. La guerra siempre conlleva importantes pérdidas económicas y ésta está resultando muy larga. Ni como concejal, teniente de alcalde, alcalde, presidente de Círculo de hacendados o miembro de la junta para expropiaciones de propietarios, ha mostrado ningún tipo de escrúpulo en utilizar su cargo para promover negocios privados.

¿Quién mejor que él para traer la piedra molida desde EE.UU para empedrar las calles. Sus inversiones en el ferrocarril, bancos, la  producción de azúcar y mieles de sus ingenios, constituía el 1,3 % del país, su  flota de cargamento o pasajeros, sus muelles, almacenes, el  alambique de Cárdenas (que más tarde dará al mundo el Ron Havana Club), el dique flotante en Nueva Orleans, fábrica de harinas del Zadorra, Álava, la fábrica de tejidos en Andoain, Guipuzcoa. ¿Quién podía haberlo imaginado cuando llegó en la década de los 1830 desde Anúcita (Álava), “pobre y animoso”, a trabajar para su tío Tiburcio? Al morir su tío el heredó su fortuna. Y no debe olvidar su último proyecto:  construir un Centro Comercial en los terrenos adquiridos con el derribo de las murallas, en 1863. Como fue uno de los promotores del derribo de las vetustas murallas que separaban La Habana antigua de la nueva, con lo que de paso pudo especular en urbanismo,  una calle de la ciudad recibió su apellido.

En la provincia de Las Villas,  el ilustre negrero Zulueta no sólo financió la construcción del tren a Caibarién, sino que promovió una población que, erigida sobre antiguos barracones de esclavos, aún hoy lleva su nombre. Un lugar que se convertirá en el cogollo comercial de la Habana pero que no pudo verlo finalizado, el sábado 4 de mayo de 1878, a los 64 años, murió en su palacete de La Habana por las complicaciones derivadas de  una caída del caballo en la ciudad de Colón mientras visitaba sus propiedades en la zona de Matanzas.

Los 4 hijos de su primer matrimonio con Francisca de los Dolores Samá Mota (1825-1857), los 2 hijos de su segunda esposa y sobrina, Juliana Ruíz de Gámiz Zulueta (fallecida en1862), los 6 hijos de su tercera esposa y sobrina Juana María Ruíz de Gámiz Zulueta (1841-1913 hija de su hermana Florentina Zulueta Amondo) 12 en total, y esta última, recibieron una herencia en metálico. Más de 200 millones de reales de oro, además de numerosas propiedades muebles e inmuebles.

Algunos de sus herederos se quedaron en Cuba; otros volvieron al País Vasco o se asentaron en Madrid. La capilla-panteón de Julián Zulueta en el cementerio de Santa Isabel de Vitoria, donde fueron trasladados sus restos cuando se acabó de construir en 1882, obtuvo el privilegio de ser construida en una intersección de calles y se yergue en recuerdo de aquel aldeano que se convirtió en el hombre más rico de Cuba.

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