Por Samuel Díaz
Poco después de que la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas estadounidense se constituyese en 1927, tuvo lugar una cena en el salón Crystal Ballroom del Hotel Biltmore, en Los Ángeles. Allí, según se lee en la página de los premios, se discutieron los objetivos de la recién inaugurada institución, entre ellos, cómo reconocer los logros de los actores de la industria.
En una de las reuniones sucesivas, el director de arte de la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Cedric Gibbons, bocetó un caballero, con una espada entre las manos, frente a un carrete de cinta. El escultor encargado de hacerlo en tres dimensiones hizo varias versiones de las que Gibbons eligió una. En ella la caja con la cinta pasó a estar bajo los pies del caballero, un diseño que se conserva hasta hoy.
Óscar, sin embargo, no es su nombre de nacimiento. El origen del apodo del Premio de la Academia al Mérito, que así se llama oficialmente, es incierto y atribuido a más de una persona. Las historias dicen que la directora ejecutiva de la Academia Margaret Herrick pensó y comentó que se parecía a su tío Óscar. El columnista Sidney Skolsky también aparece entre los que podrían haberlo bautizado como tal. También la actriz Bette Davis dijo haberlo llamado así por su exmarido, Harmon Oscar Nelson.
Sin embargo, Bruce Davis, autor del libro “The Academy and the Award: The Coming of Age of Oscar and the Academy of Motion Picture Arts and Science”, tiene otra teoría. Según recogió Variety recientemente, Davis dice que el honor debería ser “casi con seguridad” para Eleanore Lilleberg, que trabajaba como asistente de la secretaria en la Academia.
LA PRIMERA CEREMONIA
La primera ceremonia de entrega se celebró en el Hotel Hollywood Roosevelt el 16 de mayo de 1929, en la que se premiaron los mejores trabajos presentados entre agosto de 1927 y agosto de 1928.
“Wings” se hizo con el galardón a mejor película y “Sunrise” ganó el premio a la película única y artística; mientras que las estatuillas a mejor actriz y actor recayeron en Janet Gaynor y Emil Jannings, respectivamente. El premio a mejor dirección estaba dividido en dos
categorías, drama y comedia. La película vencedora en la primera categoría fue “7th Heaven” y “Two Arabian Knights”, en la segunda.
Un año después, en la segunda edición, se redujeron las
categorías y se unificaron los dos principales premios en el de mejor película. Con los años, la Academia fue modificando y adaptando desde los procedimientos a las categorías. En 1933, por ejemplo, se acordó que podrían ser candidatos los trabajos estrenados en el año natural.
En 1936, se incluyó el reconocimiento a mejor actriz y actor de reparto. Aunque ahora los candidatos se sientan a esperar con emoción el resultado de las votaciones y se enteran a la vez que los espectadores, no siempre fue así. El primer año, por ejemplo, los ganadores fueron anunciados tres meses antes de la ceremonia, según se puede leer en la página de los premios. Durante la década siguiente, la Academia adelantaba el resultado a los medios bajo embargo, pero en 1940, Los Angeles Times rompió la condición y publicó la lista en su edición vespertina antes del evento. Desde entonces, los nombres se mantienen en sobres sellados.
En diciembre de 1941, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial y durante tres años, hasta el final de la contienda en 1945, los Óscar se adaptaron al contexto y se volvieron más austeros. Desde la indumentaria y el tono de la entrega hasta las estatuillas, que, en lugar de la habitual de bronce macizo bañado en oro, fueron fabricadas con yeso debido a la escasez de metal. Tras la guerra, la Academia dio la oportunidad a los galardonados de cambiarlas.
Una historia de casi un siglo y 95 ediciones de ceremonias, que se comenzaron a retrasmitir en 1953 en Estados Unidos y en 1969 internacionalmente, dan para muchos momentos. En la memoria de los Óscar está ya la bofetada de Will Smith a Chris Rock el año pasado. También la vez que Sacheen Littlefeather rechazó el Óscar en nombre de Marlon Brando o cuando Roberto Benigni se subió a los respaldos de las butacas al descubrir que había ganado.
Momentos emocionantes como cuando Halle Berry se convirtió en la primera mujer afroamericana, y única hasta la fecha, en recibir el premio a mejor actriz. O confusos, como cuando Faye Dunaway y Warren Beatty anunciaron que “La La Land” era la vencedora a mejor película, cuando en realidad había ganado “Moonlight”.
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