LOS DEFENSORES DE LOS ESTUDIANTES DEL 71

Written by Libre Online

23 de noviembre de 2021

Mariano Rodriguez era el cura que atendía al Cementerio de Espada. Su actitud íntegra, contrasta notablemente con la del Celador Cobas. Mientras este último insistía en acusar a los estudiantes de una falsa profanación, el Padre Marianito—como le llamaban cariñosamente— afirmaba ante las autoridades que no había tal profanación y que la tumba se encontraba tal y como él la habia visto desde hacia tiempo. Murió desempeñando el cargo de Canónigo de la Catedral de la Ciudad de La Habana.

Fermín Valdés Domínguez fue uno de los estudiantes condenados a presidio. Libertado por el indulto concedido por el rey Amadeo en 1872, debido a la presión ejercida de una parte por la opinión liberal de España y por otra por la cancillería de los Estados Unidos, dedicó su vida a la reivindicación de la memoria de sus hermanos caídos en aquella tarde aciaga del 27 de noviembre de 1871. Luchó tesoneramente hasta lograr que el nombre de inocentes sea, en nuestra patria la aureola magnífica de aquel martirio.

Federico Capdevila es el prototipo del militar liberal de la España que los cubanos de veras amamos, de la España que dio al mundo a Riego, al Empecinado, a Mina, a Torrijos, y a Estébanez, la España enemiga de la otra, de la de los Weyler y los Valmaseda, la que torturó, mató y trató de destruirnos. En el primer Consejo de Guerra Federico Capdevila asumió la defensa de los estudiantes y lo hizo con una entereza que le ha ganado un lugar en nuestra historia.

Domingo Fernández Cubas era profesor de la Facultad de Medicina en la Universidad de La Habana. Como Sánchez de Bustamante se alzó de su sitial de maestro para proclamar la inocencia de sus alumnos. En aquella hora trágica su voz—como la de Capdevila o el Padre Marianito— no fue escuchada, pero el eco de aquella protesta aun vibra en la conciencia cubana, sobre todo cuando se evoca aquel día de horror, en que algunos hombres olvidaron su condición humana.

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