Les hablé de los verdaderos amigos cubanos, que al final de la jornada los podemos contar con los dedos de las manos. Hoy les voy a hablar de los inicios de nuestras vidas: Cuando nuestros amigos se daban como la verdolaga.

Desde el portal de Pinillos 463 ya logramos algunos, y cuando nos atrevemos a salir a la acera se van multiplicando.

Un simple guante, una pelota y un bate los atrae como moscas. El béisbol infantil nos produce 17 amiguitos, nueve en cada equipo. Nunca estaba en mí mismo “team” Luis Bin porque es zurdo igual que yo compartiendo un guante comprado en “El Gato Negro” de Perucho Lamelas.

Las bolas, las quimbumbias, los trompos, los papalotes, nos traen montones de amigos. Me sentía rodeados de muchachitos que se convierten de sopetón en íntimos amigos.

Una mañana mi madre me coge de la mano y me lleva al “Colegio Americano”, voy extremadamente preocupado, sé que en ese instante se acaba la “mataperrearía”, imagino que me voy a encontrar con caras nuevas que no serían tan amistosas ni receptivas, pero me equivoco.

Ya en el Kindergarten me sentí bien recibido, y la escuela y después el Instituto resultan ser gigantescas canteras de amigos. Ya desde el inicio tengo a mi alrededor montones muchachos a los que comienzo a llamar mis “socios fuertes” … Milton, Tony, José Ángel, Ledia, Ibis Carabeo, Félix Nasser, Carlos Fandiño… Y del Colegio Salesiano también adquirí magníficas amistades, Marianito, Jesús, Amich, Mederos.

De ahí paso a “las grandes ligas” de las amistades: Al Parque Central. Yo diría que allí conocí a más de mil personas a los cuales ingenuamente a todos y cada uno los consideré mis amigos.

El castrismo desmochó muchas amistades, nos separó, algunos que creíamos buenos resultaron ser malos, ni imaginamos que hasta una bicicleta recibida un 6 de enero era motivos de envidias callejeras.

Cuba se dividió, producto de eso todos perdimos infinidad de amistades y nos dimos cuenta de que muchos a los que inicialmente consideramos amigos no solamente dejaron de serlo, sino que nos traicionaron y nos chivatearon.

Y lo triste del caso es que en la actualidad me veo en la necesidad de eliminar (y ellos a mí) a algunos que sorpresivamente están apoyando y votando por los que obviamente están intentando comunizar a USA.