LAS ALEGRÍAS DEL AMOR

Written by Rev. Martin Añorga

7 de febrero de 2023

Le llaman “el Día de los Enamorados” pero hemos querido saltar la cerca y llamarle el “Día del Amor”, en el que quepan los nombres de varias personas que han superado la feliz etapa del noviazgo y han formado una romántica familia que se cubre de flores, regalos y encantadoras celebraciones. Yo como pastor, a lo largo de más   de cuarenta años he casado a centenares de parejas que hoy cargan nietos y biznietos. 

Voy a intentar una lista de casos y personas que merecen un abrazo de cordialidad y admiración.

Empiezo mi lista;

(1) La Biblia dice que Dios es amor y mejor que esta definición no encontramos otra. Démosle gracias a Dios por haber insertado en nuestros corazones la santa presencia del amor.

(2) Las más importantes personas en nuestra vida son papá y mamá. Si han partido al cielo envíemeles un beso de puro amor grabado en el brillo de una estrella. Y si permanecen a nuestro lado, en el lenguaje de muchos besos y abrazos digámosles de nuestro amor y de nuestra gratitud. 

(3) Hablemos de nuestros hijos, que son la cumbre de nuestro amor. Los mismos se alojan permanentemente en nuestros corazones sin importar el apuro de los años. Nunca crecen ni envejecen. Son siempre niños que ríen dentro de nuestros corazones.

(4) Y nosotros, los que vivimos en la grata compañía de nuestros cónyuges, celebremos el Día del Amor engalanado de flores y joyas nuestro corazón.

(5) Los amigos son personas con las que compartimos gran parte de nuestra vida. Nos acercamos en las horas de dolor y nos reunimos en los gratos momentos de la risa. Sin amigos la vida sería un desierto, con ellos se convierte en un jardín. 

(6) Tendremos una gran ocasión para hablar del amor a nuestra patria el martes 14 de febrero. Yo nací en Cuba, y en Estados Unidos, igual que yo, hay millones de personas que viven apartados del amparo de sus banderas. Separar un espacio para orar amorosamente por la patria que nos vio nacer es una linda forma de acercamos a la vieja cuna en la que lloramos nuestra primera lágrima.

(7) En Estados Unidos, por obligadas razones, hay muchos ancianos que viven acompañados por su soledad en supuestos hogares, provistos por fondos oficiales gubernamentales. Muchos de ellos jamás reciben una visita. Son los pobres que olvidados simplemente viven esperando el premio de la muerte.  Nosotros, los pastores y los cristianos  cimentados hemos visitado a docenas de ancianos, llevándoles sencillos regalos y concediéndoles un tramo de alegría en nombre del amor. La gratitud de ellos es un premio insuperable.

(8) No quisiéramos dar la impresión de que hemos deslucido el famoso Día del Amor. Lo que hemos querido, sin embargo, es reconocer, aplaudir y exaltar la extensión del amor, que es siempre inagotable fuente de alegría. A una joven muchacha de nuestra congregación fuimos a visitar un Día del Amor llevándole de regalo un par de discos en los que se derramaba la música romántica y se hacían sentir canciones que llenaban de luz el corazón. Una plácida sonrisa, acompañada de una furtiva  lágrima, la llevaron a la estación de servicio militar nada menos que en Corea del Sur. Claro, para el amor no existen las distancias.

(9) No queremos terminar sin hablar de los niños que sufren enfermedad sostenidos en los acogedores brazos de sus madres. Probablemente un niño de breve edad no sepa todavía de la paz y  de la alegría del amor, pero en el corazón de una madre siempre abunda el buen ánimo y nunca falta una ferviente oración  a Dios. La fuerza del amor vence siempre las sombras que nublan la paz.

(10) Y para terminar citamos las insuperables palabras de San Pablo en su primera carta a los Corintios, un himno que no toca el corazón, sino que lo penetra de gozo, tranquilidad y esperanza:

“Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuma o un platillo que hace ruido. Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montes, entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. Si reparto entre los pobres todo lo que poseo y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará.”

El martes 14 el sol desde su trono brillará con más entusiasmo, las estrellas bailarán entre las nubes formando en el cielo románticas figuras, y el corazón se vestirá de alegrías y abrirá sus puertas para que nos sobre espacio, para los recuerdos y la esperanzas.

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