LAS AGRESIONES DE LOS HUTIES NO SON NUEVAS Y NECESITAN REPARO

Written by Demetiro J Perez

16 de enero de 2024

L os rebeldes terroristas hutíes que luchan por controlar Yemen, han tenido como práctica, ya de vieja, la provocación y agresión contra Estados Unidos. Recientemente, en los últimos dos meses, desde el 7 de octubre, cuando las hordas palestinas de Hamas invadieron Israel, los rebeldes hutíes, actuando como proxis de Irán, en solidaridad con la organización terrorista de Gaza, comenzaron a atacar portaviones y barcos norteamericanos que circulan en el área del Mar Rojo como fuerza disuasoria para evitar una expansión del combate entre Israel y Hamas. Y, en ese corto plazo, hasta la fecha en que se escribe esta columna, los hutíes, desde sus bases en Yemen, han lanzado 128 incursiones aéreas con misiles, drones, y rockets, no sólo contra navíos americanos, sino contra Israel. Teniendo en cuenta los ideológicos antecedentes de los hutíes, no es difícil concluir que el conflicto de Yemen no deja de ser, en su esencia misma, nada más que un frente en el choque Irán-Saudí Arabia, con ramificaciones de potenciales amplias consecuencias. Los hutíes quieren Yemen para ellos, e Irán todo el Medio Oriente.

Pero, Estados Unidos, parece no entender que le quedan algunas lecciones por aprender de la guerra global que emprendió contra el terrorismo, a raíz del 9/11, con el ataque a las torres gemelas y el Pentágono. El terrorismo islámico, es cierto, está muy debilitado, pero todavía existe. No ha sido totalmente liquidado. ISIS, es capaz, de vez en cuando, de lanzar sangrientos zarpazos, como el que acaba de ejecutar en Kerman, Irán, causando más de 100 muertes y cientos de heridos. Por supuesto, el ataque a Irán, por lo que se sabe, es asunto milenario de origen sectario religioso. Es una malquerencia entre Irán, shiíta, e ISIS, sunita, que no conoce otro medio de convivencia si no el de la mutua destrucción. Empero, esto no significa que Occidente no forme parte de la ecuación del odio musulmán terrorista. Nuestro modo de vida, y los valores en que descansa nuestra civilización occidental, son anatema para esos grupos dizque que religiosos, pero que, en resumen, solamente aspiran a un control hegemónico, basado en un feroz fanatismo ideológico-religioso, ausente de la más elemental tolerancia humana.

El ataque del 11 de septiembre, del 2001, con ser el peor, y hasta ahora el más doloroso, no fue el primero. Quizás el inicio de la campaña terrorista contra esta nación se produjo tres años antes, el 12 de octubre, de 1998, cuando grupos de Bin Laden, atacaron, y casi destruyeron, el barco de guerra USS Cole, en las costas de Yemen. Los servicios secretos norteamericanos sabían, pocos días después del atentado, quiénes estaban detrás de la acción terrorista, y que todo ocurría con la complicidad de Afganistán. Se le ofrecieron todas las informaciones, detalladas, al entonces presidente, Bill Clinton, pero éste se limitó a unas declaraciones inconsecuentes. Lamentable y costoso precedente, que dio paso a una desgracia posterior, de inmensas proporciones.

Hoy, a 25 años del ataque al USS Cole, nos encontramos en el mismo delicado predicamento, con los mismos actores, con sede en el mismo punto geográfico, perversamente motivados por los mismos malignos objetivos, y, confrontando la misma pasividad de aquel entonces.

Una nueva generación de terroristas, discípulos del desaparecido Bin Laden, ha retomado su bandera, y, desde el mismo sitio de donde salió el ataque al USS Cole, ahora atacan incesantemente, a buques de guerra y barcos mercantes que navegan por el Mar Rojo. Los hutíes alegan que lo hacen en solidaridad con los palestinos, cuando lo cierto es que ninguno de los barcos que ellos tratan de dañar tienen conexión alguna con Israel. Estos ataques son el intento de demostrar su habilidad para dislocar la navegación en esa importante ruta marítima, a la vez que amenazan la economía mundial. Es innegable que estos terroristas, como parte del “eje de la resistencia”, están sirviendo fabulosamente los intereses de Irán en su campaña de dominar el Medio Oriente.

Y también, como lo sucedido a un cuarto de siglo de distancia, la respuesta de Washington viene siendo débil, e inadecuada. El mundo, la Casa Blanca, y el Pentágono, saben, mejor que nadie, de dónde parten los ataques. Dónde se encuentran las bases. Como se sabe también, que todo el apoyo, la logística, los armamentos, y las órdenes vienen de Irán. 

El enloquecido mundo terrorista del momento, como lo hizo en su día Bin Laden, ha percibido una tendencia pasiva, una oportuna brecha abierta, una falta de voluntad de lucha por parte de los Estados Unidos, que merece ser retada. Y así lo están haciendo. Para la administración del presidente Biden, estos ataques que se repiten impunemente no pasan de ser actos menores, consecuencias infortunadas de la guerra en Gaza y Yemen, y su reacción se ha limitado a una advertencia a los hutíes que, en su totalidad, ha sido ignorada, mientras que los ataques continúan sin que las consecuencias amenazantes, hayan sido materializadas.

Si el centro de la discordia y el terror en el Medio Oriente radica en Irán, ¿por qué no se toman medidas serias, enérgicas, aleccionadoras, para detener ese eje maligno que amenaza no sólo nuestra presencia en la región, sino nuestros intereses y la paz mundial?

¿Qué nos van a hacer mañana nuestros enemigos si toleramos hoy que ataquen a nuestros barcos? 

¿Esperaremos con indiferencia, tranquilamente, a que Irán termine su bomba atómica?

La explosión del USS Cole en las costas de Yemen, hace 25 años, nos deja una lección muy clara: la impunidad es siempre una irresistible tentación para agresiones mayores.

Los hutíes, también lo saben…

BALCÓN AL MUNDO

La delincuencia armada se desató en Ecuador tomando por breve tiempo el control de varias ciudades. El presidente Noboa, con las limitadas facultades que le concede la constitución, ordenó al ejército y la fuerza pública restaurar el orden empleando las medidas pertinentes.

Es interesante que estos brotes hayan surgido todos a la vez, siguiendo un plan evidentemente bien organizado. Detrás de estos sangrientos disturbios armados, dicen estar los carteles de la droga, y elementos políticos de la extrema izquierda ecuatoriana con la ayuda de extremistas peruanos ligados al depuesto presidente Pedro Castillo.

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El primero de febrero el gobierno comunista de Cuba le impondrá un nuevo ajuste a la miseria en que viven los cubanos. La mayoría de los precios serán aumentados, pero la carga mayor recaerá en la gasolina, el gas, el agua y la electricidad. 

¿Por cuánto tiempo más resistirá el cubano tanto atropello? Ni Haití, eterno sinónimo de pobreza y miseria, la está pasando tan mal.

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Uno de cada ocho recipientes del Social Security, mayor de 65 años, depende, enteramente de ese beneficio, para cubrir la casi totalidad de sus gastos, incluyendo la renta. El promedio mensual del retiro es de $1,900 lo que en muchos casos los fuerzan a buscar la ayuda de familiares u organizaciones caritativas para subsistir. 

Queda entendido que el Social Security, en su creación, nunca fue diseñado como un retiro de soporte total, pero las cosas han cambiado, y el altísimo costo de la vida ha tenido un considerable impacto en la vida de aquellos retirados que no tienen una pensión adicional, o un sistema de ahorro como el 401(k).

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MI RELACIÓN CON EL GPS

Esteban Fernández Roig Jr. Sostengo una rara relación con la joven del “GPS” que me ayuda a llegar al lugar deseado....

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