Nadie, absolutamente nadie pudo contener las lágrimas. Muchos hablaron y recordaron al insigne patriota durante su sepelio en el cementerio Rivero Woodland South de Miami, donde las coronas, las tarjetas y los elogios estuvieron a la orden del día.

“Se nos fue un gran hombre. Siempre vivió y murió por su Cuba”, dijo Ossiel González, quien, junto con otros miembros del PEN Club de Escritores del Exilio Cubano en Miami, estuvo en las exequias fúnebres en un día frío y doloroso para la comunidad cubana.

“Fue uno de los más grandes poetas del mundo de habla hispana y de Cuba. Está consagrado como uno de los grandes de la isla. Era el mejor sometiste y su poesía de lucha habla por sí sola. Y su poesía reclamando el derecho de Cuba”, expresó Albertini.
“Denunciando sin ningún rencor ni odio todas las  atrocidades del régimen castrista. Su obra la voz inevitable. Fue su gran obra. Está en Cuba con sus pensamientos. Nunca ha dejado de estar”, expresó el escritor al llevar la palabra en el sepelio.

“Algún día sus restos con los de otros grandes personajes que murieron en el exilio volverán a la patria que los vio nacer”, concluyó Albertini su improvisación que hizo en la tumba donde fue sepultado Cuadra.

Aguno de los asistentes a este acto fúnebre,  no pudieron contener las lágrimas. Otros expresaron de otra manera su dolor. Y la mayoría tomó una rosa roja y la puso sobre el féretro. Muchos trajeron a colación sus recuerdos y su don de gente, de gran hombre, de cubano de honor.