Texto: JUAN EMILIO FRIGULS / Fotos de CÁNDIDO IGLESIAS (1948)

El 24 de Febrero, en feliz coincidencia con el Grito de Baire y con el aniversario de la consagración episcopal de Su Eminencia el Cardenal Manuel Arteaga Betancourt, Arzobispo de La Habana, se verificó en la Iglesia Catedral una ceremonia religiosa que tuvo una marcada resonancia popular en el alma religiosa del pueblo cubano: la coronación canónica de la imagen de Nuestra ¡Señora de Regla, cuyo Santuario del ultramarino pueblo ha sido, durante siglos, centro y meta de la devoción mariana de miles de criollos que la han venerado, sin distingos de clase alguna, como Reina y Señora.

LA SOLEMNE

CORONACIÓN

El presente reportaje recoge algunos de los aspectos de esa coronación que dio motivo a solemnes ceremonias litúrgicas que estuvieron avaloradas por una asistencia extraordinaria de fieles.

FACSIMIL de las letras romanas, ordenadas por el Cardenal Federico Tedeschini, en las que se dispone, por disposición de Pío XII, la solemne coronación canónica de la Virgen de Regla. Para conocimiento de los miles de devotos de la milagrosa imagen, se traduce el histórico documento.

«Federico, por la Misericordia do Dios, Obispo de Frascati, de la Santa Iglesia Romana Cardenal Tedeschini, Arcediano de la Santa y Patriarcal Basílica del Príncipe de los Apóstoles de Roma, Prefecto de la Sagrada Congregación de la Reverenda Fábrica de San Pedro, Saluda muy afectuosamente el Emmo. y Rvdmo. Card. Manuel Arteaga Betancourt, Arzobispo de La Habana”.

«Por la carta muy correcta por Ti recomendada con todo empeño, que el Párroco Angel Pérez Varela hizo llegar a nuestro cabildo Vaticano que goza del privilegio de coronar canónicamente las sagradas imágenes de la Madre de Dios, insignes por su arte y veneración, con agrado hemos sabido que dentro de los límites de tu ilustre Arquidiócesis de La Habana cerca de la misma ciudad, existe un antiguo Santuario en el que, desde el siglo XVII se venera con grande y especial devoción una muy hermosa Imagen de la Virgen Madre de Dios, bajo la popular advocación de «Nuestra Señora de Regla» a quien los ciudadanos tienen el alto honor de proclamar y tener como Patrona y Gobernadora de la Bahía y Puerto de La Habana y a cuyos pies suelen buscar refugio los fieles no sólo de aquellos lugares, sino también de las comarcas vecinas, ya para obtener nuevos favores, ya para cumplir sus promesas”.

“Por consiguiente, habiendo comprendido nosotros que es muy grande y filial la devoción del pueblo con respecto a esa imagen de la Madre de Dios, y que es muy vivo el deseo de tu Clero y de los fieles de que inclita cabeza de ella sea hermoseada con una preciosa corona de oro. Nosotros, que siempre estamos ardiendo en deseos de propagar por todo el mundo el culto de María, reunidos en la Sala Capitular el 18 de agosto del corriente año de 1955, examinados los documentos que fueron presentados y con sumo placer y por unanimidad decretamos y mandamos que esa predicha y venerada imagen bajo el título de “Beatísima Virgen María de Regla” pueda ser coronada canónicamente con una preciosa corona de oro con la autoridad de este Cabildo del Vaticano y Tú mismo. Eminentísimo Príncipe, o por medio de otro, si fuere de tu agrado y en el día que quisieres, te rogamos encarecidamente te dignes llevar a feliz término con ritmo solemne el oficio de realizar esta coronación”.

“Dado en Roma, desde la Ciudad Vaticana, el día  tres de septiembre del año décimo octavo del Pontificado de N.S. Papa Pío XII, año de gracia de 1955”. (firmado) Can. Julio R., Secretario de Actas, Tomás Merelli, Canciller.

Pie de foto: Nuestra Señora de Regla, Patrona y Gobernadora de la Bahía y Puerto de la Habana, luciendo ya sobre sus sienes la Corona y aureola de oro y piedras preciosas, costeadas por el pueblo cubano. No puede referirse a la devoción de la Virgen de Regla sin asociarlo al nombre de Don Pedro de Aranda, quien obsequió a fines del siglo XVII la presente imagen a la ermita – hoy Santuario- que se levantó en 1694 por donación de Don Juan Martín de Concedo, padre del patriota y sacerdote Villarejo del mismo nombre. La coronación efectuada el día 24 de febrero, fue solicitada de Roma por el ctual Párroco del Santuario, presbítero Angel Pérez Varela. El manto que luce la Virgen de tisú azul y blanco, está bordado en hilos de oro y plata, ofrenda de fieles devotos que han ido enriqueciendo su camerino a través de la marcha de los años.