La última presentación de Negrete en La Habana

Written by Libre Online

27 de diciembre de 2022

Texto de Rosendo Milián. (1954)

Fotos de Raúl Corrales.

Jorge Negrete, el popular cantante y actor cinematográfico falleció en Los Ángeles, California, en diciembre de 1953. Actuó por última vez ante el público cubano que sentía por él verdadera admiración en el año 1950.

Nos visitó entonces contratado por el circuito CMQ y por la empresa Bacardí y su presentación constituyó un memorable éxito artístico y económico.

Sin embargo, fue en 1940 que debutó, por así decirlo, en nuestro país. Por aquel año era completamente desconocido, iniciaba en realidad su brillante carrera artística.

En tales circunstancias, su presencia, entre otros, debía pasar y así sucedió inadvertida. 

Negrete gustaba de contar a sus amigos como había él comenzado a interesarse por su propia voz y por el arte lírico en general. En cierta ocasión andaba de paseo por las calles de México, en unión de un amigo muy estimado, ambos eran a la sazón cadetes del Ejército Mexicano. Se cruzaron en el camino con una muchacha muy hermosa y después de piropearla decidieron seguirle los pasos. La joven penetró pronto en una casa a la puerta de la cual podía leerse un letrero que decía, “Maestro de Canto”.

Negrete y su amigo por llevar la aventura callejera hasta el final entraron también y allí se toparon con un señor de aspecto respetable, quien les preguntó qué deseaban. No podían decir que habían entrado en persecución de la muchacha y optaron por inventar una explicación para salir del paso:

“Somos amantes del canto –dijeron– y quisiéramos saber si tenemos facultades para el arte”.

El profesor se sentó al piano y examinó a sus visitantes. Al terminar el ensayo, dijo:

“Por lo que se refiere a usted (hablaba con Negrete) estoy seguro de que posee excelentes cualidades. Si estudia usted con tesón y seriedad podrá llegar a ser un buen cantante. En cuanto a su amigo, sería mejor para él que abandonara desde ahora toda aspiración artística.

Negrete, interesado por la joven mucho más de lo que él mismo pensaba en un principio, resolvió tomar lecciones de canto con el profesor. A su juicio, una manera discreta de frecuentar a la muchacha que trabajaba allí de sirvienta.

Más tarde, obtuvo permiso del Ejército y se fue a Francia, ya definitivamente orientado hacia la deslumbrante vida farandulera. En París conoció a nuestro inolvidable Eliseo Grenet e hizo con él una profunda amistad. Grenet lo ayudó muchísimo en sus primeros pasos. En Nueva York, trabajó como mesero y cantante en el cabaret “La Conga” filmó cortos musicales y películas breves. 

En 1944 vuelve a Cuba ya consagrado por el cine mexicano y se le tributa aquí un apoteósico recibimiento actúa en la radio y emprende una gira por el interior de la República. 

Terminado su contrato, se marcha a Puerto Rico y allí le llega la noticia de que un furioso ciclón ha destrozado a Cuba. Altera su itinerario y regresa a nuestro país con el único propósito que realiza, de dar una función en beneficio de los damnificados por aquella catástrofe. Él mismo se dedica a vender los palcos como un medio de expresarle la gratitud del pueblo cubano. La Cruz Roja Nacional le otorga una condecoración en grado de Comendador.

Sigue después en México, pero retorna de nuevo en 1945. Entonces ofrece dos nuevas funciones benéficas, una para el edificio de los artistas cubanos y otra para la construcción de una escuela rural. 

En esta oportunidad, justamente el 23 de febrero de ese año se le regala un traje de charro hecho en Cuba, bordado en hilos de plata y con un gran escudo de la República en la espalda. Se lo estrena el día siguiente, el 24 de febrero, una fecha gloriosa en nuestra historia.

Otras visitas circunstanciales hizo Negrete a la Isla, pero su último contrato para actuar ante nuestro público lo cumplió en 1950, cuando fue traído por la empresa Bacardí y el circuito CMQ. 

Las fotos que ilustran esta nota corresponden a esa visita que fue en realidad la despedida de Negrete para siempre de nuestro país, del público cubano, que tan cariñosamente lo acogió en su seno y tanto lo aplaudió en su arte popular.

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