La Semana Santa en Sevilla, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1980. En el siglo XVI ya tenía reconocimiento en el extranjero, momento en el que se creó el mayor número de cofradías. Lo que se conmemora cada año es la Pasión de Cristo, días en los que la ciudad de Sevilla se transforma, y recauda decenas de millones de euros.
Si algo les causa urticaria, sarampión, una espina atravesada en el gaznate a los comunistas españoles, es todo lo que esté relacionado con el cristianismo. Recordemos cuando los H. de la G. P. se apoderaron de la isla cubana, que una de sus predilecciones fue borrar de la mente las fechas relacionada con el cristianismo. Iniciaron una “caza de bruja”, vigilando a los que asistían a misa, incluso si algún joven estudiante entraba a una iglesia, lo aplastaban haciéndole la vida imposible, intentando frustrarle las ilusiones de estudiante. Fui testigo de más de un caso.
España, desgraciadamente, está siendo apaleada por un desgobierno socialista-comunista, ambos piensan de la misma forma y tienen el mismo propósito: borrar todo lo relacionado con el cristianamos. “Karl Marx y Friederich Engels, que fueron los que crearon el comunismo, unidos a los sátrapas Lenin, Stalin, si resucitaran, no tendrían los suficientes C. como para prohibirnos la Semana Santa”, sostienen rotundamente Andrés Hernández, sevillano de pura raza y además católico hasta los tuétanos. En esta ocasión, los comunistas españoles se han cogido el trasero con la puerta, pues si alguna tradición ha echado raíces kilométricas, que no podría desterrar ni “la madre de los tomates”, es el grandioso “espectáculo” que representa la Semana Santa en este país que se llamó España.
MARQUÉS DE TARIFA
Los que se han tenido que tragar la lengua han sido los componentes del Partido “Unidas Podemos”, formado por lo peor de la raza humana, que son los que, desde la “oscuridad”, silenciosamente, como reptiles venenosos, están intentando, lentamente, e introduciendo toneladas de maldad y odio, destruir una tradición que data desde 1521, cuando el Marqués de Tarifa, Fadrique Enríquez de Ribera, llegó a la ciudad de Sevilla procedente de Jerusalén. Aquel mundo que vio le sorprendió con el Vía Crucis de doce estaciones que se celebraba en Tierra Santa, que decidió hacerlo en Sevilla el primer vienes de marzo. El trayecto se iniciaba en su residencia, a la Casa de Pilatos, y llegaba hasta la Cruz del Campo. Este recorrido simbolizaba los 997 metros que Jesús caminó desde el pretorio de Pilatos hasta el Gólgota, sitio en el que fue crucificado.
“Este vía crucis se popularizó en Sevilla y comenzó a repetirse cada año el primer viernes de marzo. Las primeras comitivas no posesionaban imágenes, sino que llevaban solo una cruz parroquial y el sacerdote un crucifijo. Fue a mediados del siglo XVI, cuando el Concilio de Trento recomendó sacar pasos a la calle para legar a más fieles, momento en el que las hermandades empezaron a portar sus imágenes”.
Debido a la pandemia creada por el virus inventado entre los chinos y Estados Unidos, la Semana Santa en España no se celebraron durante los dos últimos años; un mazazo en el corazón de cada andaluz y en general, a todos los españoles, puesto que, en toda la Península, en cada pueblo y ciudad, la Semana Santa se ha celebrado desde hace los siglos que cito más arriba. Este año se pronostica buen tiempo, que no va a llover y que la maldita pandemia ha sido, creo, vencida, o por lo menos la gente ha perdido
el miedo. Existe un entusiasmo general en todo el país, mucho más en Sevilla, que se considera la “matriz” de tal celebración debido a la enorme cantidad de imágenes que salen a la calle y de las procesiones kilométricas, algo que, según algunos sociólogos, no se ha visto, ni se ve, en ninguna otra parte del planeta.
Desde hace dos años, la flamante líder del partido “Unidas Podemos”, en la capital andaluza Begoña Gutiérrez, se ganó la antipatía del mundo cofrade y de los partidarios de una tradición religiosa muy arraigada en Sevilla por decir que en “Podemos todos no deciden los ciudadanos y si alguien llegara a plantear la prohibición de la Semana Santa, serían ellos quienes lo decidirían”. El desprecio se multiplicó y las redes sociales se convirtieron en un polvorín contra el partido de Pablo Iglesias, uno de los personajes más despreciables en la “gangrenosa” política española.
PASIÓN DE CRISTO
Ellos, los comunistas, siempre tiene presente aquellas nefastas palabras del desgraciado (¡Nunca debió de nacer!), Karl Marx: “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión de la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el alma de un mundo sin corazón, porque es el espíritu de las condiciones sociales sin espíritu. El cristianismo es el opio del pueblo”. “Su oposición a la religión se basaba sobre todo en este punto de vista en que creía que la religión mantenía a los seres humanos alienados de la realidad y retiene su verdadero potencial. Por consiguiente, consideró que la religión tenía que ser eliminada de la sociedad”.
La Semana Santa en Sevilla, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en 1980, no es reciente, sino que allá por el siglo XVI ya tenía reconocimiento en el extranjero, momento en el que se crearon la mayoría de las cofradías. Lo que se conmemora cada año es la Pasión de Cristo, días en los que la ciudad de Sevilla se transforma. Se llena de miles de visitantes interesados en conocer como es esta particular fiesta. Porque, aunque la Semana Santa de Sevilla es una cita religiosa, también una fiesta que se vive con intensidad. Gracias a la fama y a la enorme cantidad de visitantes, en Sevilla entran muchos millones de euros, trabajan miles de personas en restaurantes, cafeterías, y todo tipo de negocio de interés turístico.
¿Creen los comunistas que van a destruir algo tan milenario y arraigado en los glóbulos de los españoles (especialmente en los andaluces)? En este caso no podrán hacer lo que hicieron en Cuba que, durante cinco décadas borraron de la mente el sentimiento religioso, para a las 6 o 7 décadas aflojar cuando ya todos los nacidos en ese tiempo, no tenían ni P. idea de los que es entrar a una iglesia y rezar, o de acudir a una procesión. La juventud cubana fue privada de ejercer esos sentimientos, por lo que, en estos momentos, los únicos que asisten a las pocas iglesias, son octogenarios, que a la dictadura le son indiferentes, inofensivos. Ello les permite afirmar que “en Cuba hay libertad de culto”.
“Durante el siglo XIX, la Semana Santa en Sevilla sufrió varios contratiempos que afectaron a su desarrollo como fue la invasión francesa, la desamortización de Mendizábal o la revolución de 1868, entre otros. Pero fue la infanta Luisa Fernanda de Borbón quien le dio un importante impulso y la restauración borbónica favoreció la aparición de nuevas hermandades, convirtiendo la Semana Santa de Sevilla en un reclamo turístico que continua vivo hasta hoy”.
Es por ello que, la Semana Santa en España, es la espina que los comunistas tienen clavada en el gaznate y esa sí que no se la podrán sacar.
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