“Siempre fue un alumno sobresaliente. Asimilaba con bastante facilidad las enseñanzas policiales. Fue muy cumplido y siempre se consagró a su carrera. Soñaba con llegar a un cargo muy alto. Y, por eso, todos los días se preparaba mejor para llegar a la cumbre”.
Este es el análisis que hizo la sargento Bonnie Andres, quien matriculó a George Fuente cuando apenas tenía 14 años, e ingresó a la Academia Policial en Hialeah, en medio de la esperanza y el fervor de ser algún día un buen policía.
“Tenía una personalidad muy bien definida. Amaba lo que hacía. Se mostró orgulloso cuando vistió su primer uniforme de policía. Compartía muy bien con sus compañeros de curso. Y se entregaba de lleno a estudiar las normas y los reglamentos”, opinó la sargento Andres.
“Ahora estoy completamente sorprendida porque nunca me imaginé que mi alumno de honor fuese a ser el director de la Policía de Hialeah. Se lo merece. Siempre, además, soñó con alcanzar grados de oficialidad policial. Siempre ha sido una persona correcta y honesta”, insistió Bonnie.
El pasado jueves ella se puso su traje más elegante y, junto con su familia y algunos conocidos, se fue para el Milander Park, a presenciar la ceremonia en la que oficialmente Fuente fue envestido como el jefe de la Policía de Hialeah.
“Al igual que su familia, yo estoy también muy orgullosa de él, porque sabía de antemano que llegaría muy alto en el escalafón policial. Fue estricto y disciplinado. Se esmeraba en llegar temprano al salón de conferencias para preparar su clase”, reiteró la sargento, ahora ya retirada.
“Nunca tuve que llamarle la atención. Era y es muy correcto. Y nunca me dio problemas. Por el contrario, siempre sobresalía entre los demás alumnos, por su inteligencia y sagacidad para captar las reglas y normas policiales”, destacó.
“A medida que se fue capacitando, también añoraba con el manejo de las armas, además de todos los equipos, que se usaban en ese entonces para las distintas tareas policiales en la calle. Pero nunca fue agresivo. Era muy consecuente que había que respetar a las personas”, exaltó Bonnie.
“Siempre tuvo un profundo amor y ternura por la gente mayor Y, especialmente, por los niños. Nunca fue imponente. Sabia manejar bien su humildad. No se le subían los humos a la cabeza por el hecho de ser un oficial con mando”, apuntó.
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