El escritor, catedrático y analista político, Dr. Pedro Roig, sostuvo que el apóstol José Martí, fue el más acertado guía para luchar por la libertad en la isla.
“Si Cuba pudiera llamarse de otra forma, “Martí” se llamaría porque él como nadie, antes ni después, logró despertar en el alma del cubano, la fe en un destino superior”, recalcó Roig en sus declaraciones a este periodista.
“Martí fue en aquellos años de derrota, el guía oportuno y acertado, el político conciliador y fecundo, el revolucionario razonador y pragmático que cantó a la esperanza y convocó a la magna empresa de la independencia nacional”, resaltó el analista político cubano.
“El 26 de noviembre de 1891 José Martí dio uno de sus emotivos discursos en el Liceo Cubano de Tampa: “Y ahora a formar filas. Con esperar allá en lo hondo del alma no se fundan pueblos… alcémonos para la república verdadera… y pongamos alrededor de la estrella, en la bandera nueva, esta fórmula del amor triunfante. Con todos y para el bien de todos”.
“Es bueno también destacar en este momento tan patriótico que Jose Martí nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Su padre, Mariano Martí, era sargento del ejército español, de carácter brusco y limitada educación. Su Madre Leonor Pérez, hermosa isleña de Tenerife, supo a lo largo de su vida, mitigar la pobreza del hogar con infinito amor y ternura”.
“Martí fue todo un genio. Estudió con Rafael María de Mendive quien fue su mentor y figura decisiva en la vida del Apóstol. Alumno de José de la Luz Caballero, Mendive alentó su visión de independencia, hasta alcanzar la gloriosa plenitud en el ideal de libertad, profundamente apostólica”, insistió.
“Nunca se quedó quieto. De España Martí viajó a México donde se radicó en 1875. Allí escribió en la prestigiosa “Revista Universal” y pronto fue conocido entre escritores y poetas.
“En efecto el insigne poeta Luis G. Urbina escribió: “Martí tuvo un sueño espléndido, la libertad de Cuba. Su fe era ilimitada, su amor por la belleza no conoció límites”, agregó Roig en su reflexión para celebrar un nuevo aniversario del nacimiento del insigne apóstol cubano.
Por su parte, Amado Nervo, magistral poeta que le da belleza y elegancia al recuerdo triste de su gran amor dijo de Martí: Lo conocí. Y dejé que mi espíritu se colmara de sus versos resplandecientes y escuché al patriota …José Martí tiene un don, un carisma. Me hizo creer en la libertad”, añadió.
Roig aseguró que, en sus años de lucha por la libertad de Cuba, el pensamiento político de José Martí estuvo profundamente influenciado por la doctrina del filósofo inglés Herbert Spencer, sobre los Derechos Individuales frente al poder del Estado.
“La Libertad Individual fue paradigma del Apóstol. Durante la inauguración de la conferencia Panamericana en Nueva York al referirse Martí a las antiguas colonias españolas en América Latina, sumidas en sangrientos conflictos por el poder político”.
Roig recordó una de las épocas de Martí en Guatemala cuando él enseñó Literatura e Historia de la Filosofía en la Escuela Normal.
“Entre sus alumnos se encontraba María García Granados, la bellísima hija del expresidente y general Miguel García Granados. María poseía una atractiva y hermosa elegancia. Sensible y virtuosa pianista que cautivaba a los invitados en las tertulias de su familia y amigos”, exaltó Roig.
“Martí visitaba con frecuencia a María y pasaba largas horas de grata conversación en el calor de sus reuniones familiares. María se sintió atraída por el carismático maestro, pero Martí ya estaba comprometido con Carmen y se sentía obligado a cumplir su compromiso”, dijo Roig.
“Y entonces Martí viajó a México y se casó con Carmen y regresó con su esposa a Guatemala. Unas semanas después la joven de tierna pureza murió. Profundamente entristecido, Martí asistió al funeral. El entrañable recuerdo de María inspiró uno de sus inolvidables poemas, “La Niña de Guatemala”.
‘Martí tuvo un hijo con Carmen, pero el matrimonio fracasó. Ella tenía la ilusión de un hogar estable y seguro, Martí no pudo proporcionar ninguna de las dos cosas. Él estaba entregado a la Independencia de Cuba”, relato Roig.
En 1881 Martí se fue a vivir en la ciudad de Nueva York que fue su residencia por 15 años. En la imponente metrópolis se alojó en la casa de Manuel Mantilla, casado con una venezolana medio santiaguera, Carmen Miyares”.
“La Guerra Chiquita” (1879-1880). Esta fue una época de fracasos y decepciones para los que luchaban por la independencia de Cuba. Y entonces en el otoño de 1891, Martí fue invitado por un grupo de cubanos en Tampa y Cayo Hueso, para ser orador de eventos y pedir fondos para la guerra”.
“El Apóstol no descansó y con desvelos y sacrificios se fue ganando el respeto y cariño de los humildes tabaqueros que comenzaron a contribuir generosamente a la causa de la independencia de Cuba”, recordó Roig.
“Una de sus épocas más importantes fue el 5 de enero de 1892 al fundarse en el exilio el Partido Revolucionario Cubano, ya que la causa independentista contó con un moderno órgano político de vanguardia y la revelación del genio político de Martí que dio sentido, propósito y dirección al movimiento insurreccional”, acotó.
“En agosto de 1892, Martí viaja a Santo Domingo, residencia de Máximo Gómez, con el propósito de ofrecerle su antiguo rango de general en jefe. Esta reunión y la aceptación de Gómez a la invitación de Martí marcan un hecho de enorme importancia en la vertebración del nuevo organismo militar al sumar el prestigio del indiscutido jefe a la guerra que preparó Martí”, explicó.
“El súbito desastre del plan de la Fernandina tiene una dimensión positiva. La noticia genera una extraordinaria conmoción en Cuba. Los conspiradores de la Isla no habían sospechado que los preparativos organizados por Martí fuesen de esa magnitud, que incluía tres barcos cargados de armas y hombres”, destacó.
Los militares españoles son los primeros sorprendidos por la dimensión del plan militar descubierto en la Fernandina y las crecientes conspiraciones en la Isla, pero los cubanos rebeldes a España están en inminente peligro de ser arrestados.) De hecho, Martí enfrenta una enorme responsabilidad. Y es precisamente en este minuto crucial cuando el Apóstol, ordena el alzamiento.
“Y el 24 de febrero de 1895, como se había previsto, Oriente respondió al alzamiento ordenado por Martí. En aquellas empinadas montañas se erguía la Cuba mambisa; luego de haber sido tanto tiempo la Cuba de las manos encadenadas y la esperanza trunca. Los combatientes corrían a empuñar las armas y la ronca voz de la angustia vieja rugía con el cañón y hería con el machete veterano que volvía a brillar en los campos de Cuba al grito de “Independencia o Muerte”.
“El carácter esencial del 24 de febrero en Oriente fue la valerosa presencia de veteranos de la Guerra de los Diez Años y jóvenes mambises que respondieron a la orden del alzamiento”, aseguró Roig.
0 comentarios