La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

10 de noviembre de 2021

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

AL LLEGAR A MATANZAS

(Impresiones y reminiscencias históricas.)

Matanzas no es una ciudad que seduzca al turista por bellezas modernas: lo seduce porque es pintoresca y simpática.

¿¡Cuántas veces vemos a una persona menos hermosa resultar mucho más agradable que otras dotadas por la naturaleza de los dones más preciados!?

Lo mismo acontece con Matanzas.

Quien la visita una vez desea volver a ella a pesar de lo mucho que falta aún para encontrar lo que buscamos, europeos y norteamericanos, en las ciudades modernas.

He pasado en Matanzas horas tan agradables, he encontrado en el momento más angustioso de mi vida corazones tan abiertos, almas tan nobles y sinceras, que yo preferiría la vida sencilla y casi patriarcal en ella, a la vida bulliciosa y variada de grandes capitales dotadas de lujo y de confort modernos.

No sé lo que yo pensaría sobre el particular, si en Matanzas no hubiera también los matanceros.

No se crea sin embargo que la ciudad Yumurina puede resultar desagradable como centro urbano: algunas calles, las más céntricas, son bastante hermosas,  y hay en ellas edificios hermosos también, que alternados con lo que ha quedado de la época colonial, forman un conjunto que gusta y atrae.

Matanzas es pintoresca:

lo repito

Esas calles polvorientas que suben hasta las alturas en donde reside la autoridad eclesiástica de la Provincia, me parecen llenas de poesía: muy poética es la vista panorámica del famoso Valle del Yumurí, y la de la Playa con su lindísimo paseo a la orilla del mar.

No menos pintoresco es Versalles, que con Pueblo Nuevo completa la ciudad de Matanzas.

Versalles no se parece a la lujosa residencia de los reyes de Francia, de la que ha tomado el nombre; y sin embargo con su Castillo y con su puente antiguo, su amplio Paseo de Martí que merecería ser más cuidado y más frecuentado, su viejo Hospital y sus nidos de flores y de palomas, es extremadamente pintoresca.

EL MEJOR PASEO DE CUBA

Hace unos sesenta años la Alameda de Versalles era, según Pezuela, el mejor paseo de Cuba. Medía unos 3,600 pies desde el cuartel de Santa Catalina hasta el Castillo de San Severino y seis filas de pinos y otros árboles le daban sombra y frescura.

Versalles era entonces, (siempre de acuerdo con el citado historiador) el barrio de Matanzas que mejores edificios públicos tenía: y es que, en efecto, ya había en aquella época el Hospital, el Cuartel y el vetusto Castillo de San Severino.

Pezuela habla también de las deficiencias urbanas de Matanzas. Algunas de ellas todavía existen en la actualidad, así como en los arrabales se encuentran aún algunas de las chozas de que nos habla en su obra.

La calle del Río era la que reunía antaño los mejores edificios, y entre ellos cita la casa de Don Cosme de la Torriente, abuelo del actual Senador a quien dedico esta obra.

Al Sr. Cosme de la Torriente mucho debía la ciudad de Matanzas de aquellos tiempos, como lo veremos en su oportunidad.

Muy amplia y moderna, a pesar de su imperfecta pavimentación, es la Calzada de Tirry que lleva a la Estación del Ferrocarril.

De la ciudad antigua quedan muchas calles, las les han cambiado la nomenclatura, pero los nombres antiguos perduran a pesar de los años transcurridos: y siguen llamándose de Ayllón, Magdalena, Cortés, Jovellanos, Ayuntamiento, Santa Teresa, Manzaneda, Compostela, Río, Medio. Huachinango, etc. aún cuando se asomen tímidamente de vez en cuando, los nuevos rótulos.

No pude explicarme el porqué hayan querido relegar al olvido el nombre de Manzaneda, tan íntimamente ligado con la fundación de Matanzas.

ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA

MATANZAS

Se ha  escrito mucho sobre la etimología de la palabra Matanzas, para que convenga ahora repetir todas las versiones publicadas en obras antiguas y modernas.

Pedro A. Alfonso en el primer Capítulo de sus Memorias de un Matancero (año 1854), las recogió fielmente, y las cita también Pezuela en su Diccionario.

Parece que Sebastián de Ocampo fue el primer europeo quien reconoció la Bahía, visitada algunos años más tarde por Pánfilo Narváez en su viaje por Cuba con el célebre Fraile Bartolomé de las Casas.

Desde el siglo XVI esa Bahía ya se conocía con el nombre actual, aunque llamasen Yucayo a un caserío inmediato, acaso, dicen algunos, por las siembras de yuca a la que los indígenas se dedicaran. Yo lo dudo.

Francisco Javier de la Cruz y otros historiadores aseguran que Javier de Grijalva antes de zarpar a la conquista de la parte sur del imperio Azteca, pudo proveerse de casabe y carne de puerco en la bahía de Matanzas, lo que probaría que ya existía una aldea indígena en ese lugar.  El puerto de Matanzas es bastante grande y seguro, y se han hecho reformas y dragados para mejorarlo.

LA FUNDACIÓN DE MATANZAS

La Real Cédula de Carlos II ordenando a D. Severino de Manzaneda (entonces Capitán General de la Isla) la fundación de Matanzas, lleva la fecha de 25 de Septiembre de 1690: pero no se levantó el acta hasta 1693, autorizándola el mismo Manzaneda, el Contador D. Bartolomé de Arrióla, el Tesorero D. Juan de Arrate, el Alférez D. Juan de Uribe Ozeta, etc.

Las primeras calles de Matanzas se trazaron el sábado 10 de Octubre de 1693, y el Ayuntamiento empezó a funcionar (según nos cuenta José Mauricio Quintero y Almeyda, desde el día primero de Enero de 1695.

Los inicios de la vida urbana en Matanzas fueron extremadamente difíciles: había miseria y las familias intentaban fugarse, ocurriendo a todos los posibles ardides para lograrlo, lo que obligó al Ayuntamiento a dictar medidas severas para impedirlo. (Julio de 1718).

El tabaco valía poco en aquel entonces, y sólo después de la caída de la Habana, en 1702. empezaron a adquirir algún desarrollo las transacciones comerciales.

LA CATEDRAL

El día 12 de Octubre de 1693 el Obispo D. Diego Evelino de Compostela puso la primera piedra de la Iglesia de S. Carlos, la primera de Matanzas, inaugurándose con el bautismo de dos esclavos.

A pesar de ser  muy humilde y techada de guano, (u hojas de palma), la Iglesia no quedó terminada hasta el año de 1695, habiendo costeado su construcción el Marques Jústiz de Santa Ana.

Un huracán la destruyó a los pocos años y según Pezuela el segundo templo se empezó a construir en 1725, quedando concluído y habilitado en 1736.

Pezuela difiere de Quintero y Almeida, como lo veremos en seguida.

Los historiadores no están enteramente de acuerdo sobre la fecha del huracán, ni sobre la de la reconstrucción de la iglesia, si reconstrucción pudiera llamarse el haberla levantado en un lugar situado casi en frente al otro, ocupado por la iglesia primitiva.

Quintero, que por la desordenada pero curiosa relación de acontecimientos históricos, parece haber copiado datos y fecha: por los documentos que encontrara, nos cuenta que durante varios años (después de 1730) la casa particular de D. Diego García de Amoedo sirvió para los servicios religiosos.

La casa era la del antiguo número 11 en la calle de Riela. El mismo año de 1730 (según Quintero) los vecinos empezaron a reunir fondos para la construcción de la nueva Iglesia, la que en 1751, estaba concluída, aunque careciese de sacristía y de campanario. Las campanas estaban entonces colocadas en un trapecio, y un cuartucho al lado N. del presbiterio desempeñaba las funciones de sacristía.

Según Alfonso, la nueva Iglesia ya se había inaugurado en 1750.

En 29 de Marzo de 1791 el Síndico del Ayuntamiento propuso concluirla, lo que se hizo poco a poco, y solo en 1829 estuvo terminada su primera torre siendo Obispo el benemérito D. Juan José de Espada y Lauda, y Gobernador de Matanzas D. Cecilio Avilen.

D. José Borrell le hizo otras mejoras en 1832, y en 1836 se procedió a reformas de mayor importancia, gastándose unos 600 pesos para la adquisición de un reloj, costeado por el Gobernador y los vecinos.

Por fin en 1870, cuando se procedía a una reparación completa, sobrevino un ciclón que exigió la suspensión de las obras, para dedicar toda la atención a los cementerios que acababan de sufrir serios desperfectos.

LAS BARRIADAS

En 1797 la iglesia de San Agustín de la Nueva Florida (Ceiba Mocha) fue declarada auxiliar de la de San Carlos de Matanzas.

En Pueblo Nuevo se hizo el primer reparto de terrenos en 1818, y se inauguró la Iglesia de San Juan Bautista en 1832, habiéndose colocado la primera piedra el 21 de Diciembre de 1828.

La Iglesia de Versalles se bendijo el 18 de Marzo de 1870. Fue obra del arquitecto italiano Daniel Dalí’Aglio que construyó también el teatro Esteban, hoy Sauto, pintando él mismo ocho decoraciones.

El teatro Esteban fue estrenado por aficionados matanceros el 6 de Abril de 1863.

Hacia la mitad del siglo XVIII había en Matanzas gran afición a los torneos de caballería y en ocasión del advenimiento al trono de Fernando VI hubo paseos, corridas de toros, mascaradas, fuegos artificiales y solemnes funciones religiosas.

Y yo supongo que los vecinos debieron contribuir a los gastos de estas fiestas, porque eran notoriamente escasos los recursos del Ayuntamiento en esa época.

Quintero dice que por el año de 1756 el Cabildo disponía solamente de unos 1,500 pesos al año.

(Continuará la semana próxima)

Los negocios poco limpios (expresados en Cuba con otro vocablo) debían ser muy raros en aquellos tiempos; pero en la segunda mitad del siglo, el Ayuntamiento pensó seriamente en arbitrarse mayores recursos, aumentando las cargas públicas.

Para dar a mis lectores una idea de los tiempos aquellos, reproduciré unos párrafos de J. Mauricio Quintero por demás curiosos .-

«En el año de 1773 estaban todavía en su fuerza algunas prácticas que si bien eran religiosas desde la más remota antigüedad, abandonáronse después bajo el convencimiento íntimo de que más contribuían en la plebe a los escándalos que al laudable fin de arraigar las creencias católicas.

Aludimos a la precisión de sacar la tarrasca en figura de serpiente horrible que llevaban delante de la procesión de Corpus, con que  se  representaba místicamente el vencimiento glorioso de Jesucristo en su muerte y pasión, del monstruoso Laviatán, y para cuyo costo y de «los diablillos que le acompañaban se estableció un derecho a los taberneros.

Matanzas tuvo además del histórico Castillo de San Severino (concluido en 1734 aproximadamente; destruido por el Comandante Felipe García Solis en 14 de Agosto de 1762 y reconstruido desde Marzo de 1763) el Fuerte de Vigía que se empezó a edificar a principios del siglo XVIII, derribándose en 1862; y el Fuerte del Morrillo, en la desembocadura del Río Canimar, cuya construcción empezó por el año 1720, reformándose en varias ocasiones; fue reconstruido en 1779.

En 1819 se construyó la Batería de Peñas altas, que aun existe en la actualidad.

He oído hablar varias veces del carácter pacífico de los matanceros: pero yo creo que no difiere mucho de los demás habitantes de la Isla.

Probablemente lo era así antaño, cuando Matanzas estaba muy segregada de la Habana, ya que la vida patriarcal es la más a propósito para engendrar sentimientos pacíficos.

Se cuenta que el primer homicidio se registró en 1778, cuando Matanzas ya contaba casi un siglo de vida!

Hoy, al contacto de la capital de la República, los matanceros ya no han podido conservar extrictamente el carácter que acaso los distinguía antaño, pero algo ha quedado de las costumbres patriarcales de otros tiempos.

La casa de los matanceros es por excelencia hospitalaria y con facilidad se contraen amistades, y se encuentra cariñosa y franca acogida doquiera.

Yo cuento con un mayor número de amigos en Matanzas que en la misma Habana!

Un detalle. El vecindario de Matanzas cuando en 1762 Lord Albemarle, ya dueño de la Habana, intimó la rendición de la ciudad yumurina, rehusó valientemente, así como el Comandante de San Severino D. Felipe García de Solis, someterse y reconocer como soberano al monarca inglés. Lo que prueba que también en aquel entonces los matanceros sabían ser valientes ante el peligro y la imposición, a pesar del carácter pacífico que se les atribuía.

A fines del siglo XVIIl empezó a adquirir bastante movimiento el tráfico comercial con los Estados Unidos y desde entonces progresó continuamente la ciudad de Matanzas.

El historiador Quintero y Almeida da detalles sobre los primeros pueblos que se fundaron en la Provincia de Matanzas y sobre los orígenes de cada uno, pero, faltando como faltan, los documentos que comprueban esos datos, me limito a reproducir los informes que pude recoger personalmente en cada caso al efectuar mis varias excursiones: sin tampoco garantízar la exactitud de ellos cuando la prueba fehaciente no pasó por mis manos.

Matanzas es una ciudad culta, pero los viejos de ningún modo quieren establecer comparaciones favorables entre los tiempos de ahora y los de antaño.

«Entonces, dicen muchos de ellos, en Matanzas había más cultura, más lujo,, más amor al arte, más amor al terruño…

Acaso tengan razón los viejos de Matanzas.

Hoy con las comunicaciones fáciles y rápidas, muchos de los elementos mejores que encuentran demasiado limitados los horizontes de la ciudad yumurina emigran a la Capital de la República.

Muchos de los buenos elementos que todavía se han quedado, viven retraídos, no toman parte en la vida pública. Individualmente, son todas personas cultas y distinguidas, pero no figuran mucho, porque no intrigan, y no desean encontrarse en contacto con ciertos bolsheviki, de última hora.

Mi carácter de extranjero me impide extenderme en consideraciones, y hacer patentes todas las observaciones recogidas durante los meses transcurridos en Matanzas.

Encontré en Matanzas algunas simpatías para mi obra, y gracias al Dr. Cosme de la Torriente que se interesó por ella, espero encontrar las del elemento oficial también.

En general son muy contadas las autoridades que se ocupan de una obra de cultura.

Rari nantes in gurgite vasto!

Sin embargo en Cárdenas tuve la satisfacción de verme recibido con gran interés por aquellas autoridades.

El Ayuntamiento de Cárdenas fue el primero en votar por unanimidad una pequeña subvención a mi libro, y sin que el acuerdo obedeciera a presión o recomendación de ninguna clase.

No lo olvidaré.

Me doy cuenta perfectamente que después de las revoluciones es imposible contar sólo con el elemento más culto del país. Al contrario: brotan políticos doquiera, brotan demagogos y a menudo se retraen los ciudadanos serios, más útiles, los enemigos de la intriga, de la violencia, del abuso.

Esto sucede en cualquier país.

Más tarde, poco a poco, entrarán otra vez en la lucha política los buenos elementos, y los parvenus y los patrioteros tendrán entonces que retirarse del poder, conquistado por sorpresa, o por la abstención de los que hubieran sido más dignos de obtenerlo.

BIBLIOTECAS DE MATANZAS.—LA FUNDACION LUZ CABALLEROS. LA ASOCIACION CIVICA CUBANA.—OTROS CENTROS DE CULTURA—DEPORTES  Y CLUBS.

La idea de crear en Matanzas la primera Biblioteca se debió al miembro de la Diputación  de la Sociedad Patriótica (o Ecómica, porque la Sociedad modificó su título) Amigos del País, Sr. Agustín Ibarra (año 1829).

Sin embargo no pudo llevarse a cabo su proyecto hasta el 8 de Febrero de 1835, cuando  D. Tomás Gener y D. Domingo del Monte lograron a mis gestiones personales, un éxito favorable.

Azarosa fue la vida de la Biblioteca y modestos sus principios.

Se inauguró con 605 volúmenes y hasta el año 1851, aproximadamente, progresó lenta y difícilmente.

Estaba establecida en la Casa de Gobierno.

Quedó entonces clausurada durante 6 años, volviendo a abrirse en Febrero de 1857 por corto tiempo.

En 27 de Marzo de 1864 inauguróse por tercera vez, llegando a poseer unos 3000 volúmenes, mediante varios donativos.

D. Ildefonso Estrada y Zenea hizo por ella lo que pudo, logrando también obtener alguna subvención del Ayuntamiento.

Continuó su vida lánguidamente hasta 1874, volviendo a suspenderla por esa época hasta que el Dr. Eduardo Díaz, en Diciembre de 1898, promovió la idea de abrirla nuevamente al público instalándola en el local del Instituto, lo que no mereció la general aprobación.

Cuando empezó la obra de reorganización, se hizo cargo de ella el bibliógrafo Carlos M. Trelles (Enero de 1899), bajo cuya activa y acertada dirección, llegó la Biblioteca a poseer 12400 volúmenes en el término de un año.

Disparidad de criterios y otras razones, indujeron al Sr. Trelles a renunciar el cargo; le sustituyó el Sr. José Augusto Escoto, cuya competencia no necesita ser pregonada.

El Sr. Escoto cubre el cargo de Director desde el año de 1900.

La Biblioteca de Matanzas cuenta, en la actualidad, unos 20000 volúmenes, y una buena colección de los periódicos matanceros más importantes.

Depende de Instrucción Pública. El Dr. Domínguez Roldan. Secretario del Ramo, acordó los créditos necesarios para reformarla y embellecerla, créditos que antes se habían solicitado inútilmente.

Con pena pude observar los modales poco amables de varios jóvenes al dirigirse al Sr. Bibliotecario.

Sin saludar, sin una palabra de cortesía se les ve entrar, y como si trataran con el último de los hombres, dicen al señor Escoto: ¡Déme Los Tres Mosqueteros! o «El libro que tomé ayer! y algunos lo tutean impertinentemente con un «Dame.»

Esos muchachuelos no podrían frecuentar ninguna de nuestras Bibliotecas, sin antes aprender algunos elementos de urbanidad.

En Matanzas hay algunas otras bibliotecas particulares importantes.

La más importante y rica era sin duda la del Sr. José Augusto Escoto, hoy dispersa, porque el erudito Director de la Biblioteca viéndose obligado a venderla, no encontró en el Gobierno ni en los principales centros de cultura, adquisidores que evitaran así el éxodo al extranjero de sus tesoros intelectuales e históricos: más de 15000 volúmenes.

El bibliógrafo Trelles encontró en la Biblioteca particular de Escoto unos 1400 libros y folletos enteramente desconocidos para él.

La biblioteca del Sr. Trelles cuenta más de 3000 volúmenes; otros tantos el Liceo y el Instituto (cada uno de ellos): la Audiencia unos 1500 aproximadamente y casi todos de Derecho y unos 1000 la de los RR. PP. Paúles.

Los ideales de la Fundación Caballero figuran en el primer tomo de mi »Cultura Cubana.»

El lector encontrará algunos otros datos sobre esta Institución en el Capítulo de Instrucción Pública, ya que quise darme cuenta personalmente de lo que hizo basta ahora en Matanzas, y de las condiciones de la Escuela que sostiene.

El Presidente local Sr. Carlos M. Trelles ha levantado la Institución a gran altura, y el Dr. Cosme de la Tórriente la favoreció confiándole el importe y la distribución de premios escolares que describiré en su oportunidad.

En 1914 surgió en Matanzas la Asociación Cívica Cubana, creada con fines muy altos y desinteresados.

Los cubanos que ansian la regeneración del ambiente político corrompido, (según generalmente se afirma), la acogieron con entusiasmo y con fe en su porvenir.

Hay en ella un haz de ideales y un perfume de juventud los envuelve.

Quiere crear virtudes cívicas, y sacudir la apatía latinoamericana; lograr que los ciudadanos antepongan la patria a todo: moralizar.

Cubanos eminentes como el Dr. Enrique J. Varona, Dr Emilio Blanchet, Dr. Evelio Rodríguez Lendián, Dr. Juan M. Dihigo, Dr. Gustavo F. Aroclia, Carlos M. Trelles, Emilio Bacardí y cien más, aplaudieron la iniciativa matancera, brillantemente resumida en las frases de su primer Presidente el Dr. Filomeno Rodríguez. Hoy la preside un hombre modesto, pero que vale mucho por su patriotismo, por su civismo, y por su amor al progreso y a la cultura: Don Raúl Miranda Fernández.

Vice Presidente es el Dr. Medardo Vitier Guanche.  Secretario y Tesorero, respectivamente, los Sres. J. J. Ollacarizqueta Bataller, y Rogelio Fernández Miranda.

Hoy,  después de haber celebrado los Juegos Florales, debidos a su iniciativa, la Asociación está en espera de nuevas inyecciones de energía y de elegir una nueva directiva.

Además del impulso dado por el Liceo a los deportes (según se verá por la Historia del Liceo que forma Capítulo aparte), no fué mucho lo que se hizo en Matanzas por iniciativa de otras sociedades o de otras personas, durante el siglo pasado.

Sin embargo, en 1828, cuentan las Crónicas que los Vascongados se dedicaban ya a su sport favorito de la pelota en el lugar en donde se empezaba a levantar las paredes de la Iglesia de Pueblo Nuevo.

En 1841 existía una Sociedad Gimnástica. En 1850 se fundó el Casino Matancero, llamado más tarde Príncipe Alfonso.

Caleagno refiere que un fulano Ernesto Aleo, abogado matancero, a su regreso de París en 1848 abrió un picadero en la Habana (el primero que hubo en Cuba) desarrollando mucho el gusto por la equitación. Por iniciativa de Aleo se promovió la creación de un hipódromo.

Murió el tal Aleo, en Matanzas, por el año 1852.

En 13 de Febrero de 1859 hubo la primera reunión preliminar para fundar el Liceo de Matanzas.

Por el 1862. Ramón Maza, profesor de gimnasia y hombre de una cierta cultura, que fue muy popular en Matanzas, fundó un Gimnasio, que acaso fue el mismo Círculo Normal en el que el maestro Amadeo Chanmont enseñaba ejercicios de fuerza y agilidad y la esgrima. Además se bailaba.

El Sr. Maza dirigió su gimnasio durante unos 40 años.

De 1865 a 1867 existió El Recreo, en Pueblo Nuevo, sociedad fundada por Ildefonso Estrada y Zenea. En ella se bailaba (en Cuba no se prescinde del baile) y se daban veladas artístico-literarias.

En 1867 se liquidaba la Sociedad El Recreo de Pueblo Nuevo, por no haber habido alguien que tomase la presidencia vacante por renuncia de D. Ildefonso Estrada y Zenea.

En 1875 se fundó la Sociedad de Recreo y Bellas Artes Talía; uno de los promotores era el Dr. Elíseo Giberga. Sus fines eran culturales y recreativos, y se proponía fomentar exposiciones de pintura y concursos artístico-literarios. De 1875 a 1880 cambió su nombre por El Ateneo, en cuya inauguración figuró el Dr. Enrique J. Varona, con un soberbio discurso literario.

Duró hasta que se incendió el edificio, en 1883. Fue una Sociedad de empuje, que tuvo un periódico que le servía de órgano («El Ateneo»), y sostuvo también una Escuela.

Por iniciativa de la Sociedad El Ateneo se inició la Exposición de Matanzas, del año 1881.

Más tarde se fundó El Nuevo Ateneo.

El baseball fue conocido en Matanzas el año de 1878. El Club Matanzas se batió con energía con otros Clubs de la Habana. Después se fundaron varios otros Clubs de baseball, todos entusiastas.

Ya se amaba el sport.

De las Asociaciones Deportivas modernas citaremos el Club Atlético de Matanzas, con un buen edificio y un buen terreno para el baseball; el Club Náutico y varios otros Clubs menos importantes.

¿Quién no conoce las regatas anuales de Varadero?.

En el tiro descuellan dos matanceros: el Dr. Francisco Grande Rossi, cuyos triunfos ya no se cuentan, y el Sr. Juan Federico Centellas, Inspector E. de Fauna y Caza, quien ganó en París el primer Premio de Campeón Mundial por el tiro al pichón.

Se puede considerar entre las Asociaciones Deportivas la de los Boys Scouts.

Efectivamente los deportes son para los boys scouts algo como el pan cotidiano, ya que se dedican a ejercicios gimnásticos, marchas, etc. Sin embargo en la Institución hay que ver algo de más profundo y más trascendental que los deportes: su poder educador sobre la juventud.

Mucho sirve el estímulo, el ejemplo, y las idealidades para despertar sanos entusiasmos en la juventud y las bellas cualidades del alma humana, que muchas veces existen en el estado latente, particularmente en este siglo de escepticismo. Se fundó hace pocos años en Matanzas.

Hace algunos años un boy scout, de la ciudad de Matanzas, el joven Liberato Sánchez honró el Cuerpo a que pertenecía con un hecho que en otros países habría merecido un premio solemne. El día 15 de Agosto de 1915, al ver un soldado del 5o. Regimiento de Caballería (Salvador Díaz se llamaba el soldado) en inminente peligro de ahogarse, se lanzó valientemente al río, repetidas veces, para salvarlo.

Sus esfuerzos fueron inútiles, pero el hecho no fué menos heroico, y hubiera sido muy conveniente el otorgar un premio al muchacho, citando solemnemente su heroísmo como ejemplo para sus compañeros.

En Matanzas, ya por apatía general, ya por falta de apoyo oficial, acaba de suspenderse la vida de la simpática asociación.

Conocieron del hecho el Alcalde de la Ciudad, el Coronel del 5o. Regimiento de Caballería y no sé cuántas personas más Nadie contestó la comunicación recibida, nadie vio allí una oportunidad para cumplir con un deber cívico, y si el Consejo N. de los Boys Scouts decretó nominalmente una Medalla de Oro al joven explorador, de hecho ni se la dio ni reunió solemnemente a todos los muchachos para que conociesen el valor demostrado por el compañero Sánchez.

¡Qué apatía! ¡qué lamentable apatía !

En Cárdenas también se fundó la institución de los Boys Scouts, recientemente, (20 de Mayo de 1917), pero su vida es acaso más activa, debido al entusiasmo que anima a su Presidente y fundador, el Sr. José Arechavala (hijo), a quien se conoce cariñosamente en Cárdenas con el diminutivo de Pepucho.

El Cuerpo de los jóvenes exploradores de Cárdenas, cuenta con las mismas Secciones de Cruz Roja, Topografía y heliógrafos etc., y además está incorporado en la Banda Infantil de Cárdenas, subvencionada por el acaudalado Sr. Arechavala: lo que aumenta los bríos de los 130 boys scouts que forman la Asociación.

Lo rigen las mismas leyes y disposiciones de la Habana, pero el Cuerpo de Cárdenas es independiente.

LA   PRENSA  MATANCERA   Y  SU EVOLUCIÓN DESDE EL  AñO 1813.

Francisco de Jimeno en los Apuntes Bibliográficos, asienta que Pedro Antonio Alfonso en sus Memorias de un Matancero, y Pedro José Gaiteras en su Historia de la Isla de Cuba, anduvieron equivocados en creer que «El Patriota» fue el primer periódico publicado en Matanzas.

Según Guiteras, El Patriota empezó a publicarse el 22 de Septiembre de 1813.

José A. Escoto posee el número 14 del Diario de Matanzas, con fecha de principios de Febrero de 1813.

Jimeno atribuye la fecha de Enero de ese mismo año al Diario de Matanzas, que en Abril de 1813 ya publicaba su 80 número.

El Boletín del Archivo Nacional en el número 3o del año XVI, página 139, publicó el facsímile de un suplemento de El Patriota, número 54, con fecha de sábado 19 de Febrero de 1814, Salía entonces tres veces por semana.

El Patriota no era gran amigo del Gobierno, y la Junta de Censura lo amonestó varias veces por sus ataques a las Autoridades. Cesó en publicación en Septiembre de 1814. por la abolición de la Constitución.

Según el erudito Carlos M. Trelles en Julio de 1813 también se publicaba en Matanzas El Paquete, segundo periódico de Matanzas.

La primera imprenta en Matanzas fue, según el historiador Alfonso, la de Francisco Camero, que supongo haya quedado abierta muy poco tiempo, por la carencia de noticias sobre la misma.

A Trelles débese también el descubrimiento del primer folleto matancero, que trata de la reposición de D. José Tolón en el cargo de Secretario del Ayuntamiento de Matanzas (año 1814).

Cierto es que en 3 de Noviembre de 1812 se publicó un Bando de Buen Gobierno, pero Jimeno cree se imprimió en la Habana.

En la imprenta de José M. Marrero se imprimió El Patriota en 1814.

Vidal Morales cita en 1813 una imprenta fundada por el venezolano José Pizarro y Gardin (1784-1871), autor de la memoria sobre la necesidad y la utilidad de los ferrocarriles.

De 1814 a 1820 no se encuentran noticias sobre la prensa y las imprentas, hasta después del 7 de Marzo, cuando se juró la nueva Constitución.

Surgieron  entonces  nuevos  periódicos en Cuba, y en 1821 Juan Justo Jiménez abrió en Matanzas su imprenta La Constancia, de la que salieron los periódicos Juan del Portal (1821-1822); La Tertulia del Maestro Cordovés (1821-22); El Centinela del Orden (1821-22); El Semanario de Matanzas (1822) ; El Eco de Matanzas (1822), periódico en 8o. del que solamente se publicaron ocho números; y La Gazeta de Matanzas.

(Continuará la semana próxima)

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