Cultura Cubana. Adolfo Dollero
Historia del Liceo de Matanzas
Es el año de 1906 fue de trastornos en Cuba, y el Liceo, como consecuencia directa de los acontecimientos, a través de una época de dificultades. Sin embargo, se dieron 15 fiestas; ocho de ellas fueron bailes de máscaras.
Una velada fue de homenaje a Emilio Blanchet; en otra el mismo Blanchet conferenció sobre terremotos y volcanes, y en otra ocasión, el Dr. Betancourt Manduley pronunció un magnífico discurso.
El septimino del Liceo alegró las veladas y también tocó el distinguido violinista matancero Sr. J. Torroella.
La fiesta del último día del año estuvo dedicada a los niños de los socios, a los que se obsequió con dulces y regalos.
Observé que ese año de 1906, El Liceo rehusó contribuir al regalo de una casa con que se proyectaba obsequiar a la viuda del heroico general Lacret Morlot; rehusó un auxilio al Asilo de Ancianos, y por fin declinó favorecer a los periodistas españoles Segarra y Juliá, que deseaban organizar una conferencia para arbitrarse recursos. Pero el 25 de agosto se tomó el acuerdo de vender al mejor postor todo el papel viejo del Liceo.
Las antiguas tradiciones señoriales de antaño empezaban a desaparecer… Pero había administración.
Presidente y vicepresidente eran los señores A. Botet y J. Cabarrocas, y director el señor Francisco Berzán. La misma presidencia continuó en su cargo durante los años 1907 y 1908, cambiando solamente el director, que en 1907 fue el señor A. Heydrich, y el doctor Russinyol el año siguiente.
En 1907 hubo solamente unos 256 socios; sin embargo, a pesar de la crisis económica, la Sociedad estaba con mayor existencia en caja y convinó en adquirir una faja de terreno limítrofe en el que había quedado instalada anteriormente la Academia de Música: $330 oro.
Se efectuaron solamente diez fiestas sin ningún acontecimiento artístico y cultural digno de ser mencionado, a no ser la ejecución de una marcha cubana compuesta e instrumentada por el gran White.
El año de 1908, fue para el deseo de mayores dificultades económicas porque el número de los socios había bajado a 178. Sin embargo, se aumentó igualmente el patrimonio social mediante la compra de una buena parte del solar de la calle de Maceo número 83 en $920, y la donación de otra faja de terrenos (6m x 40) cedida por los herederos de Rafael Lucas Sánchez y completada en 1909 por las gestiones del presidente A. Botet.
Las fiestas del año 1908 fueron solamente nueve.
En 1909 continuó el decaimiento general en el país; las fiestas se redujeron a 7 y los socios bajaron a 167.
La Secretaría, desde el año 1907, había estado a cargo del doctor Garmendía y la presidencia era todavía la misma.
El Director era el Ldo. Ángel de la Portilla Guilloma.
El Dr. Russinyol cubría el cargo de presidente en 1910; J. Cabarrocas seguía de vice y Gabriel Díaz y Horacio Díaz Pardo eran respectivamente Director y Secretario del Liceo.
El número de los socios había vuelto a aumentar: en 1910, llegaron a ser 246.
Hubo 12 fiestas en el año: una notable Conferencia del Dr. Carlos de la Torre; la visita de Dr. Altamira, de la Universidad de Oviedo; la organización del Liceo Tennis Club etc.
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