La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

11 de abril de 2023

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

Historia del Liceo de Matanzas

Las artes recibieron un gran impulso por el Liceo de Matanzas, de 1882 a 1886.

A la sección lírica se debieron varias de las mejores composiciones de Pedro Pablo Diez, la representación de zarzuelas, el estreno de la Banda de Torroella (padre) y la Academia Lírica del Liceo con Cursos de piano, canto, solfeo, armonía e instrumentación. Lástima que esa sección se clausurara en 1884, quedando de ella la sola Academia.

Por la Sección de Declamación pasaron en esos años hombres muy conocidos, como Augusto E. Mádan, Ildefonso Estrada y Zenea, Francisco Milanés, etc.

Y hubo también por esa época una lucida velada infantil.

Durante el período en que eran Presidente, Director y Secretario del Liceo, respectivamente, los señores Mariano C. Artis, Manuel S. Trelles, y José Cabarrocas Horta, la Sociedad fue duramente atacada con libelos, y el número de sus socios tuvo grandes oscilaciones, sufriendo los resultados de la dura campaña de sus adversarios.

El déficit iba en aumento llegando a ser de $3661 en billetes y $1350 en oro.

Por el mes de septiembre de ese año se suspendió otra vez el periódico del Liceo. Esta y algunas otras economías hicieron disminuir el déficit, que en 1884 había bajado a $2980 en billetes y $957 en oro.

En 1885 cundió el desaliento, y el Presidente Carlos E. Ortiz, el Director Ramón G de la Maza,  y el Secretario Benito Bordas pasaron momentos difíciles.

Fue en 1885 que figuraron en velada del Liceo el vate José Fornaris, y Aniceto Valdivia (Conde Kostia), y elementos muy distinguidos de la intelectualidad cubana.

Se puso en escena el año siguiente “El Anillo de Hierro”, y en una velada dramática, gustó mucho un monólogo del popular poeta mexicano Juan de Dios Peza.

En 1887 el déficit marcaba un lento pero constante descenso, pero el Liceo tuvo la desgracia de perder a dos de sus socios más distinguidos: Santiago de la huerta y Roque, y algunos días después, Dionisio Font.

Algo lánguida fue la vida del Liceo en los años siguientes, pero no se suprimieron ni las fiestas ni las audiciones, aunque el número de los socios marcara una disminución constante.

En 1888 fue muy aplaudido Eliseo Giberga, cuya fama de gran orador habría traído un público numeroso y escogido.

El álbum fue por algún tiempo el órgano oficial del Liceo, y reapareciendo después el Liceo de Matanzas, que ya nos tiene acostumbrados a sus continuas interrupciones. 

En 1889 tocó en el Liceo el famoso pianista cubano Jiménez, que conquistó más tenía acostumbrados a sus continuas ingo. (Lico.)

Las finanzas del Liceo mejoraron en 1890, por los ingresos extraordinarios debidos a las iniciativas de la nueva mesa directiva: funciones de paga, anuncios en el periódico oficial, etc.

Era presidente el Dr. José Elías Jiménez; Director, Antonio B. Zanetti y Secretario Nicolás Heredia.

Ese año el Liceo hizo al ilustre médico de Sagua, Joaquín Albarrán, una solemne recepción a la que acudieron distinguidas personalidades científicas de La Habana.

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