La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

7 de febrero de 2023

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

Historia del Liceo de Matanzas

El Liceo, en 1860 ya tenía teatro, biblioteca y un órgano suyo que llevaba el mismo título: El Liceo de Matanzas. Su primer director fue el ya citado D. Francisco Iturrondo, quien bastante contribuyó a que los socios estimulados por el periódico suscribieron acciones del teatro Esteban.

A mediados del año, el día 7 de julio, los socios Calle y D. Del Monte propusieron agregar al Liceo una Academia de Ciencias y Letras.

Después de Iturrondo (Delio) dirigieron el periódico quincenal del Liceo, Blanchet, Domingo Del Monte y Portillo, fue Federico Milanés y otros.

Por esa época eran ya frecuentes las reuniones familiares en el Liceo, pero la directiva tenía que gestionar con el ayuntamiento se mejorase el alumbrado en las calles inmediatas al edificio de la sociedad, para alejar así los malhechores que, aprovechando las sombras de aquellas noches, intentaban hacer de las suyas.

El Liceo  favorecía, en lo que podía, las artes y los artistas, y en sus fiestas de beneficencia, y en sus diversiones procuraba siempre reunir elementos valiosos: lo mejor que existía en Cuba en aquel entonces. En marzo de 1860 el artista italiano Florenza dio varios conciertos en el Liceo, y el 28 de noviembre ya encontramos al eminente pianista Gottschalk, socio de mérito del mismo Liceo.

¡Y qué de nombres ilustres en aquella Asamblea General del 15 de diciembre de 1860! Antonio Guiteras, Benigno y Justo Yener, Emilio Blanchet, José   M.  Gálvez, José M. Govín, Manuel Zambrana, Domingo Cartaya, Manuel J.  Presas, José Miguel Angulo y Heredia, Francisco de Jimeno, Francisco Javier de la Cruz, los Acosta, los Del Monte, Pío Campuzano, etc.! 

Entre las diversiones organizadas por la directiva los bailes de máscaras eran casi siempre los preferidos: pero preciso es decir que su objeto era casi siempre altruista.

En 1861 Vinagreras dedicó al Liceo una hora, y por fin el 3 de noviembre del mismo año, en ocasión de los juegos florales del Liceo, llegó a Matanzas la gran poetisa, Gertrudis Gómez de Avellaneda. 

El Liceo la recibió triunfalmente. Le obsequió un precioso laurel de oro y esmalte, con la inscripción: El Liceo de Matanzas agrega esta hoja a la corona de la Señora de Avellaneda.

Y además se le dedicó un himno: no recuerdo el nombre del compositor.

La función del obsequio a la poetisa y la celebración de los Juegos Florales, los primeros del Liceo, se efectuaron la misma noche del 9 de noviembre de 1861.

Federico Milanés triunfó esa noche con su Oda a la muerte de Quintana, premiada con medalla de oro; y Casimiro Del Monte obtuvo otra medalla de plata por otra oda sobre el mismo asunto.

Otra medalla de oro fue asignada a Domingo Del Monte por su trabajo sobre la fusión de los Ferrocarriles de Cuba.

Eusebio Guiteras obtuvo también una medalla de oro con un romance de costumbres; otra de plata fue ganada por Ildefonso Estrada y Zenea, y el accessit fue concedido a Luis Gonzalo de Acosta.

Naturalmente el clou de la fiesta fue el hermoso discurso pronunciado por la Avellaneda.

(Continuará la semana próxima)

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