La Provincia de Matanzas  y su evolución (1919)

Written by Libre Online

3 de enero de 2023

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

El Arte Teatral y el Arte Musical en la provincia de Matanzas

Rossini, el gran Rossini, apreciando mucho el talento artístico de White, se interesaba bastante por el joven cubano, y al organizar alguna fiesta musical, solicitaba generalmente su concurso.

Y no solo Rossini, sino Gounod, Thomas, Auber y otros ilustres maestros fueron amigos personales de J.S. White le dedicaron trozos de música selecta y sus fotografías, con frases de la más alta consideración y cariño.

White triunfó también en España, y su nombre ha sido muy popular en la Real Corte Española. Últimamente, debido a su edad ya muy avanzada, White tocaba solo excepcionalmente; Radicaba en París.

En 1864 White sustituyó en el Conservatorio de esa ciudad al maestro Alard; y más tarde dirigió el Conservatorio de Río de Janeiro, en Brasil, hasta la caída del emperador don Pedro, que mucho le estimaba.

White ha sido también un compositor muy genial.

En los últimos años ya no poseía el famoso Stradivarius que le había valido tantos honores y tantos triunfos.

Su precioso instrumento, cuya afinación era sorprendente y la armonía maravillosa, había pasado a otras manos desde hacía tiempo.

Era uno de los seis violines más notables que fabricara el célebre Luthier.

Una de sus últimas composiciones musicales ha sido una marcha cubana escrita en ocasión de la restauración de la República después de la segunda intervención americana. Posee toda la partitura instrumentada, escrita del puño del mismo White, el magistrado matancero don Alfredo Hernández.

White murió en París el día 15 de marzo de 1918 habiendo dejado un legado a su querida ciudad de Matanzas.

El Arte Pictórico

Con planteles a propósito, Matanzas figuraría más brillantemente también en el arte pictórico; pero en toda la provincia no hay verdadero ambiente artístico por lo que al pincel se refiere.

Sin embargo, también en este noble arte, se nota la natural inclinación del pueblo matancero.

Sobresalieron varios aficionados en las décadas transcurridas; y algunos, muy pocos, maestros.

Esteban Chartrand, en los certámenes artísticos del Liceo de Matanzas, obtuvo premios valiosos; sus hermanos pintaban bastante bien; y Alejandro Odero era un regular artista.

Odero, en mayo de 1867, había propuesto al Liceo pintar una colección de retratos de cubanos ilustres, como J.M. Heredia, la Avellaneda, el padre Varela, José de la Luz, Plácido, etc.

(Continuará la semana próxima)

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