La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

6 de diciembre de 2022

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

El Arte Teatral y el Arte Musical en la provincia de Matanzas

En resumen, Matanzas mucho podrá dar al arte de la música cuando tenga un Conservatorio como los de París, Milán, Roma o Barcelona.

Hay afición y gusto, y aprenden con mucha facilidad; falta disciplina como en todos los países latinoamericanos en general.

Muchos alumnos se preocupan más de la obtención de un título para a su vez impartir lecciones y ganar pronto dinero, más que de la perfecta ejecución y de una técnica irreprochable.

Y pronto habrá plétora de maestros y maestras: particularmente de las últimas.

De una onza de oro que antaño valía la clase de música alternada, bajó hoy hasta tres o cuatro pesos mensuales ¡Lástima!.

En Cárdenas no hubo una vida artística tan intensa como en la capital de la provincia.

Sin embargo, allá por el año 1865 se empezó a construir el teatro Otero. (así llamado por su propietario).

Era bastante bueno por su aspecto exterior y por su decorado y cualidades acústicas.

El teatro se quemó por 1911, pero pronto quedará ventajosamente sustituido por el actual teatro Arechavala, todavía no enteramente concluido.

Recuerdo haber leído que en 1864 como en el patio de la escuela de Jorrín, había un teatrito de la sociedad pasatiempos cardenenses, cosa duramente criticada por los vecinos, debido a la distracción que los ensayos diurnos ocasionaban a los alumnos. Y tanta guerra hicieron a la citada sociedad que acabó por disolverse.

¿Quién sabe si el particular que antecede haya sido la causa de que el señor Otero dotara entonces Cárdenas con un teatro?

Paulino Delgado, hijo de artistas, y nacido accidentalmente en Cárdenas, fue el único que adquirió fama por su repertorio clásico como actor dramático, logrando, tanto en Cuba como en España, señalados triunfos.

Hasta el año de 1900 no hubo en Cárdenas una verdadera Academia de música: la fundó el profesor Félix Burés a quién se debe allí la introducción del sistema de escuela moderna en la enseñanza del piano, y antes, del violín también.

Su Academia Beethoven, en que se aprende rigurosamente la música en cuatro años de estudios, es el primer centro artístico de Cárdenas.

El señor Burés organizó 30 conciertos de gran vuelo: hizo arte, y supo despertar el gusto por la música selecta y los autores clásicos.

La notable pianista inglesa Adela Verne, visitó Cárdenas hace años, y encontró un público ya formado y competente, que apreció su labor artística.

Tocaron en Cárdenas el mismo Hubert de Blank, Benjamín Orbón, E. Lecuona ,  etc.

Después de Burés, La Academia Ignacio Cervantes fue también útil al desenvolvimiento del medio artístico cardenense, y no hace mucho el tenor mexicano señor Lelo de Larrea sacó, en un año, la voz a la mitad de los aficionados de Cárdenas.

Pero el eje del arte musical en Cárdenas sigue siéndolo la Academia Beethoven, incorporada al conservatorio de música del señor de Blank, en La Habana

Poco a poco el cinematógrafo distrae a las familias de los estudios musicales serios, y en los últimos años no duraron mucho las agrupaciones musicales creadas por dilettanti.

Sobran elementos para música de bailes, pero escasean los verdaderos temperamentos artísticos, como las señoras y señoritas Carmen Piquet de Galdo, Carlota Pérez Maribona, Carmen Betancourt, Luz M. Maicas, Paulina Faz, Amelia Caragol, Elvira Segrera, el señor Armando Cartaya, etc.

La niña de 8 años María Teresa González (apodada «Teddy») promete ser muy notable, si tenemos en cuenta sus especiales disposiciones para la música y su inteligencia poco común.

Hay en Cárdenas una banda infantil bastante buena, dirigida por el Mo. Ramón Egea, músico competente, aunque modesto.

(Continuará la semana próxima)

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