La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

12 de enero de 2022

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

SANIDAD Y BENEFICIENCIA

He sabido que existió con anterioridad una Asociación de Beneficencia Domiciliaria, cuya Secretaría desempeñaba en 1869, la señora Rafaela Heredia de Angulo. Ignoro si esta Asociación fuera la misma de S. Vicente de Paúl, ya que coinciden las fechas de la existencia de ambas.

Asilo Palmira Duarte

La Sociedad Misionera Americana de la Iglesia Protestante denominada Episcopal, había encomendado al pastor D. Pedro Duarte, la fundación y el sostenimiento de una escuela mixta.

Duarte fundó la Escuela, y él mismo con la señorita Mercedes Acosta, la dirigieron durante 20 años,  hasta   que los acontecimientos   políticos   obligaron al pastor y revolucionario cubano a emigrar.

La hija del Sr. Duarte, Palmira, a su regreso a Cuba, después de la Paz, se ocupó con gran interés en convertir la escuela en asilo, logrando asilar e instruir unas 60 niñas.

La muerte impidió a la señorita Duarte continuar su obra de altruismo, y el asilo acabó por desaparecer.

Asilo de Ancianos

Ha sido fundado en Enero de 1892 por una Congregación Católica, quedando a cargo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Antonio y José Zavala contribuyeron a la fundación del Asilo, generosamente.

Se estableció primeramente en la Quinta Cardenal, y más tarde tuvo su edificio, para cuya construcción la señora Dolores Cruz Vda. de Ximeno cedió gratuitamente el terreno.

El Asilo de Ancianos se inauguró el 25 de Marzo de 1896.

A mediados del año de 1918, unos 76 ancianos estaban asilados en esta casa, atendidos por 13 Hermanas: doce de ellas de nacionalidad española y una colombiana.

El Asilo se sostiene con limosnas, y unas pequeñas subvenciones del Ayuntamiento y del Consejo Provincial: el primero paga $50 y el segundo $40 mensuales.

La Secretaría de Sanidad paga $0.20 centavos diarios por cada anciano, considerando que su número no exceda de 60 personas. Pero siendo casi siempre mayor, y debiéndose agregar las 13 Hermanas que también comen, se desprende cuáles dificultades económicas tendrán que vencer las pobrecitas.

¡Y con tantos ricos organizadores del egoísmo!

Asilos Municipales

Después de la re concentración, que sembró en Cuba el luto y la desesperación, un grupo de ciudadanos, altruistas, trató de salvar en Matanzas a los infelices que habían quedado con vida, recogiéndolos en el Antiguo Lazareto.

Esos buenos cubanos fueron los doctores Félix de Vera, Domingo Mádan y Andrés Ulmo, a los que habíase unido voluntariamente el dominicano Sr. Manuel Gil Caminero, persona muy identificada con su patria adoptiva.

Al conseguir Cuba su libertad el doctor Alfredo Carnot, quien fue el primer Alcalde de Matanzas, pasó esos Asilos Municipales al barrio de Versalles, y el doctor Félix de Vera, les agregó un Hospital para niños.

El año de 1900, con motivo de la nueva Ley de Beneficencia, muchos asilados prefirieron quedarse con sus familiares, aunque pobres, al verse trasladados a La Habana.

Y así, en Septiembre de ese año, desapareció el Asilo de Niñas que acogía unas 150 criaturas, y el Asilo de Varones se transformó en la Escuela Industrial, desaparecida a su vez en 1901. Los niños, no recogidos por las familias, fueron llevados a Santiago de las Vegas.

(Continuará la semana próxima)

Quedó, por consecuencia, Matanzas, sin un asilo para varones, que buena falta hace.

En Pueblo Nuevo hubo también dos pequeñas enfermerías para recoger reconcentrados, pero sus condiciones eran bastante deficientes. Denominadas “La Caridad” y “San Carlos”.

Un grupo de filántropos americanos sostuvo también un modesto asilo llamado “Industrial Home”. Me informan que hoy ha desaparecido.

Dispensario Mádan

 Esta filantrópica institución, de la que hablo más adelante, se debe a la campaña del Dr. Delfín y del Dr. Mádan.

Se fundó el día 3 de Septiembre de 1894, acogido por el Cuerpo de Bomberos del Comercio, y protegido por el Ayuntamiento de Matanzas y por damas caritativas.

Los nombres de los médicos Ulmo de Vera, Luis Cuní, Domingo y Roberto Mádan, Eduardo Díaz, Jacinto Carrera, Juan S. Michelena, Venero, Estorino, del Junco, Font, Galup, Quirós, Trelles, Adolfo Lecuona, etc. están ligados con la vida del Dispensario.

DISPENSARIOS MUNICIPALES

Hubo en Matanzas unos Dispensarios Municipales, creados en 9 de febrero de 1899, cuya utilidad no necesita ser puesta de relieve. En ellos fueron asistidos muchos miles de personas.

Me informan que los suprimió el Coronel Domingo Lecuona cuando fue alcalde de la ciudad. Es sensible.

Hoy, por cuenta del Municipio de Matanzas, se despachan recetas en una farmacia, y los médicos municipales visitan a los enfermos provistos de su respectiva boleta.

Sociedad de Beneficiencia Asiática

En 13 de Junio de 1875, se fundó una Sociedad de Beneficiencia Asiática, cuya Junta se componia de filántropos matanceros que deseaban ser útiles a los pobres trabajadores de ese continente.

(Continuará la semana próxima)

VISITAS A LOS HOSPITALES DE MATANZAS.—LA  ERMITA DE MONSERRAT.—EL CUARTEL DE BOMBEROS DEL COMERCIO. LA ESTACION SANITARIA.

La lápida de la puerta de entrada reza textualmente:

“El Hospital de Santa Isabel ha sido fundado en 1838 por beneficencia del vecindario y solicitud del Conde de Villanueva”.

Un folleto impreso en 1834 en la Imprenta de la Real Marina, dice que el 19 de Noviembre del mismo año, al festejarse el día de días de Isabel II, se puso la primera piedra del edificio.

Algunos años más tarde, el 24 de Julio de 1846, se inauguraba el Hospital de S. Nicolás para mujeres pobres, por iniciativa del piadoso Pbro. D. Nicolás González de Chávez, y mediante el auxilio del Gobierno y de los vecinos.

No me parece que el edificio antiguo del Hospital de Santa Isabel reúna las condiciones necesarias; además se nota insuficiencia y deficiencia en su dotación, exceptuando la dotación de los instrumentos de cirujía. Faltaba también una sala para niños y otra para maternidad en la época en que yo lo visité (1918).

El personal médico, a pesar de su buena voluntad, no puede obviar a los inconvenientes aludidos, como tampoco lo puede el personal femenino que, instruido según las reglas de la ciencia y de la higiene modernos, se ve obligado a actuar en un medio no apropiado a sus conocimientos.

Las enfermeras, 28 en conjunto, llenas de abnegación, cumplen heroicamente con su cometido y constituyen la nota simpática del Hospital.

Otra nota simpática la dan los árboles frondosos que contribuyen también a levantar el ánimo oprimido por la vista de los enfermos.

Volviendo a las enfermeras, es mi deber el consignar la pena que había causado en la sociedad matancera, el ataque injustificado de que habían sido víctimas, en esos días, por un periódico local.

Pobres muchachas, que sacrifican su juventud en aras de la caridad y del deber, bien merecerían, siquiera el agradecimiento de los que piensan y de los que sienten humanitariamente!

El primer año ganan 8 pesos mensuales; 12 en el segundo y 25 en el tercero.

Qué ironía! Una cocinera o un criado de mano respondón y sucio pretende a veces ganar un salario mayor!

Solamente las graduadas pueden alcanzar 50 pesos de sueldo: $75 la graduada que hace el servicio nocturno, y $100, la Superintendente que dirige el servicio de todas.

Quien conoce la tarea muy ingrata de asistir a enfermos, casi siempre pertenecientes a las clases más refractarias a los principios de higiene; los servicios, a veces muy humildes a los que tienen que dedicarse esas señoritas: la lucha constante que deben sostener en contra de lo que les pide su juventud y de las naturales aspiraciones de la mujer instruida, debe forzosamente tener sólo admiración por ellas y verlas como ángeles de la caridad dignos del mayor respeto.

¿Qué más pudiera exigírseles que cumplir con su deber en las horas de su permanencia en el hospital y en la escuela?

El joven y caballeroso doctor Roberto Benavides (uno de los médicos internos del Hospital), tuvo la bondad de acompañarme en mi visita.

También el doctor Benavides sacrifica  en su tarea humanitaria los mejores años de su juventud.

El pabellón de los tuberculosos, todo de madera, y deficientísimo no tiene nada de común con el Sanatorio La Esperanza. Es para hombres exclusivamente, porque en Matanzas han olvidado probablemente que la mujer es la madre del hombre y que está sujeta a casi todas las mismas enfermedades.

Y pasaremos al Laboratorio.

Los muebles, las mesas de operaciones, los aparatos de esterilización piden a grandes voces ser sustituidos, por otros modernos, y aumentada la dotación.

En una sola sala están reunidas las enfermas del sexo femenino, los niños, cuando hay alguno; las mujeres embarazadas y las que dan a luz.

Para el transporte de heridos o de enfermos que necesiten ser operados de urgencia, no hay elevadores: las camillas deben ser trasportadas a mano hasta el piso superior.

Los dementes, por carecer el Hospital de un pabellón adicional, están recluidos en unas jaulas gigantescas.

Y no podría hacerse de otro modo sin riesgo positivo para los demás enfermos.

Unas modestas habitaciones, que se titulan salones para pensionistas de primera y de segunda clase, constituyen lo mejor del edificio.

La cuota es de $2.00 y de $1.25 respectivamente.

Pezuela dice que en 1853 los gastos del Hospital Militar de Santa Isabel ascendieron a $32.122 pesos fuertes con 5 reales, y que la mortalidad no superó el 8 por ciento.

Al Hospital de Caridad de Santa Isabel, que era entonces un departamento del primero, se dedicaban 19,000 pesos aproximadamente.

El 21 de Diciembre de 1901 el Hospital de Santa Isabel acogió las mujeres enfermas del Hospital de San Nicolás destruido más tarde por un incendio.

El Sr. Secretario de Sanidad proyecta un viaje de inspección y sin duda se convencerá que es rigurosamente cierto lo asentado. Mi criterio imparcial demuestra que si hoy no pude hablar con entusiasmo del Hospital de Santa Isabel, se me puede creer cuando no escatimo los elogios.

Y muchos han sido los que brotaron de mi ánimo en varias oportunidades al hablar de la labor de la Secretaría de Sanidad y Beneficencia.

El patriotismo y el altruismo de la Colonia Española, en Matanzas, se han puesto de relieve con la creación del Sanatorio, cuyas condiciones son mucho mejores que las del vetusto Hospital de Santa Isabel.

Debo a la cortesía del señor Presidente de la Colonia, D. Pedro de Urquiza y Dea, el haber visitado el Sanatorio en todos sus detalles, y la favorable impresión que me hizo la visita.

El edificio, sin ser notable, tiene una apariencia que agrada, y la higiene de sus salas, de sus mamparas de cristal, de sus pisos de mosaico, de las 60 camas y de los gabinetes para los varios servicios, es inmejorable.

La Colonia Española adquirió en propiedad otro edificio y otros terrenos inmediatos con el propósito de ampliar el Sanatorio que va resultando pequeño para las necesidades de los socios.

En la actualidad el Sanatorio comprende, además del edificio fundamental, un Pabellón de Tuberculosos completamente aislado; otro para enfermedades infecciosas, construído recientemente en cemento armado y dotado de dobles puertas con telas de alambre para aislar a los enfermos evitando que los piquen los mosquitos: un Gabinete de Hidroterapia con aparatos modernos: uno de Electroterapia: una sala para las curaciones: otra para las operaciones de cirujía y por fin un Laboratorio para toda clases de análisis y una farmacia.

En el último año se trataron en el Sanatorio 420 casos de medicina y 108 de cirujía.

El dar una descripción detallada de cada sala o gabinete y de los instrumentos y aparatos que forman su magnífica dotación sería trabajo que saldría de los límites reducidos de esta obra; sin embargo reseñaré brevemente los detalles de mayor importancia, para honra de la Junta Directiva de la Colonia y del personal facultativo del Sanatorio.

El gabinete de Electroterapia está dotado de todos los aparatos más modernos y más necesarios para la aplicación de la electricidad; corrientes alternas, botellas de Leyden, etc., y además un aparato de Rayos X. El total de servicios en esta sala fue de 326 en el año pasado.

En la sala de Cirujía observé una mesa modernísima para operaciones, modelo M. Schaerer (Berna). Juegos de tornillos permiten plegarla parcial y totalmente en cualquier posición, y anestesiar al paciente sin que pueda darse cuenta de los preparativos del cirujano. Esa mesa constituye, creo yo, una novedad para Cuba.

La sala mencionada posee también una colección magnífica de instrumentos de cirujía, de auto-claves y una buena dotación de material quirúrgico.

El Gabinete de análisis, a cuyo frente está el culto y joven facultativo doctor Florencio de la Portilla, está muy bien montado. Pueden hacerse en él toda clase de análisis clínicos, habiendo podido observar entre su material una Incubadora de la casa The Freas Electric Oven; una Centrífuga de Víctor, eléctrica, para sangre: otra de mano; esterilizadoras por calor seco (auto-claves);  un ureómetro de Moreyne; un lactobutirómetro, de Marchand; un aparato Backoch para análisis de leche de vaca: un microscopio; una destiladora de acetona, etc., etc.

El total de los análisis fue en 1917 de 1061.

Anexo al Laboratorio hay unas jaulas en donde se crían curíeles y conejos para los experimentos científicos.

La farmacia perfectamente montada, posee además un refrigerador Mulford para sueros y vacunas de todas clases.

¿Qué más pudiera yo decir?

La Colonia Española de Matanzas puede ufanarse de haber llevado a cabo, y ahora de sostener y mejorar continuamente una obra muy hermosa y muy encomiable; y el doctor Armando Estorino, director del sanatorio y los Doctores Luis D. Díaz cirujano, y Florencio de la Portilla, médico auxiliar y bacteriólogo, de haber contribuído eficazmente con sus afanes y su cultura científica a la realización de los ideales del grupo entusiasta que está al frente de la mencionada Colonia.

Una última nota. En el año pasado se gastaron en el Sanatorio 30 303.99 pesos.

Al concluir la visita al Sanatorio, subimos hasta la Ermita de Montserrat, que domina el hermoso Valle del Yumurí.

Alrededor de la Capilla la Colonia Española posee unos terrenos que a pesar de

ser pedregosos son a propósito para las giras campestres de los socios.

La carretera que lleva para la meseta está muy bien cuidada.

Unas casuchas de madera, algunas vacas, un molino de viento para subir el agua desde una profundidad de 130 m aproximadamente; unos asientos de cemento, y la base de la Casa de España que se proyecta construir en el punto más elevado, pero que hasta ahora se ha limitado a los sólidos muros de hormigón hidráulico.

La Ermita, fundada por los catalanes y dedicada a la Virgen del terruño, es hoy

un símbolo de la unión lograda entre casi todos los componentes de la colonia de España. Reúne todos los estandartes de las provincias que duermen amparados por la bandera de la nación española. Flota en la Ermita una aureola de poesía y de amor a la patria que seduce.

El altar mayor, casi escondido entre un paisaje de corcho de Cataluña, salpicado de aldeas y de recuerdos, se me antojaba un suspiro reprimido por la tierra lejana.

D. Segundo Botet, hijo de padres catalaes, ha regalado el armonium; D. Pedro de Urquiza y Bea, presidente de la Colonia-Española, costeó el piso de mosaico y el zócalo de la sacristía, D. J. M. Altuna arregló y mandó barnizar las bancas, y D. Antonio R. Mazón, dio siempre cuerpo y alma a la dirección de las obras.

Aletea la concordia en ese rincón de España. ..

Un hermoso cuadro, atribuido al pincel de Murillo, adorna una de las paredes del Sanatorio: por desgracia, un pincel muy inferior profanó- el lienzo para restaurarlo.

Yo creo que la Colonia concluirá con levantar el Palacio o la Casa de España con los hermosos arcos de estilo morisco que figuran en el proyecto, y su mirador elegante y ligero.

He visitado también el cuartel de Bomberos de Matanzas sorprendido que una institución de tamaña utilidad no haya todavía perdido ese carácter de fundación privada que la distingue de casi todas sus congéneres, a pesar de la subvención que le concede el Honorable Ayuntamiento (#750.00 mensuales).

En las ciudades modernas, el de bomberos es casi siempre un servicio municipal, que debe funcionar de una manera constante y segura, sin verse expuesto a sufrir las consecuencias de una eventual disminución de los ingresos que le dan vida.

El Cuerpo de Bomberos del Comercio Número 1 ha sido fundado en 10 de Julio de 1884 por Rafael B. IHamel ¿ciudadano inglés? autorizado por el Gobierno de la Isla. Hamel fue el primer jefe.

Pero, con anterioridad, había habido el indispensable cuerpo, porque desde 18 de Noviembre de 1836 ya se había publicado un Reglamento del Cuerpo de Honrados Obreros y Bomberos de Matanzas, reimpreso después en 1847.

Actualmente desempeña el cargo de Jefe del Cuerpo de Bomberos del Comercio, el señor D. Rafael Alandete y Jiménez, quien tuvo la cortesía de acompañarme en mi visita, proporcionándome los datos más indispensables.

El primer cuartel fue proporcionado por el señor Francisco Junco, quien cedió gratuitamente una casa de su propiedad en Milanés número 10.

En esa fecha el Cuerpo contaba solamente con un carro de escaleras y un caballo.

En 1885 ya había la bomba San Carlos, dos caballos,  3.000 pies de mangueras, un calentador y los demás útiles más indispensables; más tarde el Ayuntamiento entregó la bomba Matanzas y otros accesorios que habían pertenecido a los Cuerpos de bomberos disueltos desde hacía varios lustros.

Varias otras adquisiciones se hicieron en 1890 y 1891, hasta que en 7 de Marzo de 1897 fue colocada con toda solemnidad la primera piedra del edificio actual, cuyos planos habían sido trazados gratuitamente por el Ingeniero Sr. Bernardo de la Granda y Callejas. Jefe del mismo Cuerpo.

La inauguración tuvo efecto el día 12 de Agosto de 1900, y el 2 de Diciembre le 1917 se descubrió solemnemente la lápida que perpetúa la memoria de Enrique Estrada, a cuyo altruismo y perseverancia Matanzas debe ese tan útil y hermoso edificio.

En la actualidad el Cuerpo cuenta con 4 bombas de vapor, un extinguidor químico, 3 carros para mangueras, 1 carro de auxilio,1 carro de escaleras, 1 de ambulancia, 1 carretel para cable, 1 cañón lanza cabos, 9 caballos de raza americana, y todos los demás accesorios para extinguir los incendios, como mangueras, etc.

Desde su fundación basta la fecha, el Cuerpo de Bomberos ha prestado sus servicios en 895 casos, entre incendios, ciclones, inundaciones, etc.

He admirado el orden y la limpieza del local y del material, que prueban la eficaz dirección del actual jefe señor Alandete.

Es por demás curioso el ver como los caballos al oir el toque de alarma se colocan en seguida en su puesto para que el personal encargado de ello enganche los arreos para salir violentamente, así como al oir otra señal, se separan espontáneamente de los carros comprendiendo que se ha acabado su tarea…

El cuartel de Bomberos de Matanzas tiene un gran patio y en él hay una hermosa estatua de un guerrillero cubano, obra de un artista de Italia.

En el fondo, un chalet de madera. Antaño allí se proporcionaba a muchos alumnos instrucción musical gratuita.

Por desgracia, la insuficiencia de los ingresos mensuales obligó el Cuerpo a suspender las lecciones, y hoy la Banda Municipal aprovecha, también gratuitamente, el mismo local para sus ensayos.

Otra nota simpática para los filántropos y altruistas en general, y para nosotros, los italianos en particular, es la colecta de que se hizo iniciador el Cuerpo tantas veces citado. Me refiero al Paseo de Beneficencia organizado a principio de 1909 para las víctimas del terremoto de Messina (Dic. 1908).

Las señoritas y los Bomberos recogieron en sus alcancías en aquella ocasión unas 1,450 liras.

Las ventajas que el Cuerpo de Bomberos del Comercio ha reportado a la ciudad de Matanzas, no se reducen solamente a los servicios propios de una institución de esta naturaleza. Se le debe también la creación de la Estación Sanitaria, inaugurada el día 27 de Agosto de 1893.

La Estación Sanitaria es propiamente

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