La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

5 de enero de 2022

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

SANIDAD Y BENEFICIENCIA

En Matanzas no hay muchos mosquitos: los que hay son generalmente de la especie culex.

Para recoger las basuras de la ciudad hay 18 carros especiales, y 5 bombas de riego.

Para la petrolización hay 4 hombres, y cada uno de ellos lleva diez galones de petróleo.

Las basuras recogidas se arrojan en los vertederos a sotavento, en las afueras de la ciudad.

Otros carros están destinados a levantar escombros y el servicio de chapeo en las orillas de calles y caminos.

Servicio de Bromatología.—En los días y en las horas fijadas por la Jefatura Local de Sanidad, se procede a recoger muestras de leche a los expendedores.

Las muestras selladas y lacradas en presencia de los interesados, son llevadas a la Jefatura para ser examinadas.

Inspecciones Sanitarias.—Los médicos de cabecera están obligados a informar a la Jefatura Local de Sanidad de todos los casos de enfermedades cuarentenarias. En vista del informe, se procede a la inspección y a la desinfección que sean del caso. Pero hoy, no existen estufas modernas de desinfección, sino simplemente aparatos de fumigación.

También, cuando es necesario, se hace un perfecto lavado de los muebles y puertas, y se recogen y queman en los vertederos los efectos de la indumentaria contagiada.

La Jefatura Local de Sanidad distribuye e inyecta gratuitamente la vacuna en contra de la viruela, el suero antitetánico, el suero de Behring, el suero antitífico, etc.

La Jefatura de Sanidad tiene también a su cargo el Servicio de Cuarentenas, en los puertos.

No disponiendo aún de los datos de 1918, exponemos los del año de 1903 y de 1917 para que se pueda establecer una comparación entre las dos épocas.

La diferencia que resulta se debe a la mayor centralización de los servicios públicos, en general, en la Capital de la República; lo que ha disminuido naturalmente la labor de los puertos menos importantes. Además hoy se expide patente de Sanidad solamente a buques que procedan del extranjero, o excepcionalmente de algún puerto infecto de la misma isla.

Año de 1903.              Cárdenas   Matanzas

Patentes de Sanidad expedidas:           434      343

Total de buques inspeccionados:          280      279

Total de personas inspeccionadas:   8.050   9.927

Total de  individuos en cuarentena:  0         0

Año de 1917.

Patentes de Sanidad expedidas:       278      344

Total de buques inspeccionados:     156       172

Total de personas inspeccionadas:   3.887    5.468

Total   de   individuos en cuarentena: 27      0

La Jefatura de Sanidad de Matanzas estaba a cargo del Dr. Adolfo Lecuona en la época de mis visitas a esa ciudad.

Según Quintero y Almeida, la primera Junta de Sanidad se creó en Matanzas el año de 1814 el14 de Junio, siendo respectivamente primer Presidente y primer Secretario los señores Lorenzo García y José Teurbe Tolón.

El Licenciado Juan García, en 1740, fue el primer médico de Matanzas.

A principio del siglo pasado los servicios médicos para casos accidentales no existían, y se debe al Gobernador Cecilio Ayllón la creación (A. 1830) del sistema de turnos en los que los Facultativos estaban obligados a prestar servicio público para evitar el bochornoso caso de que a veces los heridos permaneciesen toda una noche sin auxilios.

He aquí algunos datos sobre la Beneficencia en Matanzas. Casi todos proceden de la tercera Conferencia Nacional de Beneficencia y Corrección.

Hospital de Santa Isabel y de San Nicolás.—Se fusionaron el 12 de Diciembre de 1901. Hasta entonces el primero era para varones, el segundo para hembras.

El de Santa Isabel nació del extinguido Asilo de San Juan de Dios levantado en 1757 por iniciativa de Carlos Tapanes, filántropo, cuyas gestiones habían tenido principio desde el año 1749.

Entonces era el asilo citado un pobre edificio en el que todo faltaba. Su techo era de guano, y siendo escasas las limosnas para sostenerlo, el Capitán General Guemes y Horcasitas, le había concedido el producto de la valla de gallos.

Más tarde D. Bernardino Blanco, cirujano del Castillo, obtuvo algunas concesiones para hacerse cargo del Hospital o Asilo en cuestión. Pasó después en varias manos y hasta cambió de sitio antes de dar lugar al Hospital de Santa Isabel que existe todavía.

A Alejandro Ramírez (1825) y al Conde de Villanueva (1827) se deben las reformas y mejoras principales de ese Hospital en el siglo pasado.

sQuintero, en sus ‘’Apuntes para la Historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de Matanzas”, escribe que hubo una iniciativa aún anterior a la del filántropo Tápanes, porque en 1742, D. Pedro Nolasco S. y D. Francisco Valderrama, ya habían pedido terrenos para fundar un Hospital de Caridad, obteniéndolos de inmediato por el Honorable Cabildo. Sin embargo, las dificultades encontradas para, reunir los fondos necesarios, dieron al traste con los buenos propósitos de esos señores.

En Septiembre de 1900 el Cor. Domingo Lecuona, Alcalde de Matanzas, solicitó y obtuvo del Gobierno Americano se encomendara a Miss Henry la organización de una Escuela de Enfermeras en el Hospital.

El Hospital de S. Nicolás, para mujeres, se debió al Pbro. Nicolás González Chávez, filántropo también.

Ese señor dejó en 1846 los censos que poseía a favor de su iniciativa altruista, y con tan loable ejemplo, siguieron otros donativos valiosos: entre ellos los de S. de Ximeno, de Josefa Santa Cruz de Oviedo, de Martina Garcia, Manuel del Portillo y María de Jesús Antonia de Armas.

Casa de Beneficencia.—El Ldo. José María Casal planteó el problema de la necesidad imprescindible de un Colegio para niñas pobres, desde el año 1843. La Sociedad Económica Amigos del País acogió favorablemente su iniciativa, y J. Tomás Ventosa, catalán, le prestó un apoyo decisivo.

Unos censos, un bazar de caridad, el impuesto de un real sobre cada barril de harina, y el alquiler de los esclavos embargados por los Tribunales (para todo sirvieron los pobres esclavos) fueron la base de la Casa de Beneficencia.

Después varios benefactores hicieron donativos de dinero: Simón de Ximeno dio $2,000; Francisco de la O. García. $10,000; Francisco Hernández Morejón, $6000; Julián Alfonso $4,800; Martina García, $3,000; Simón Labayén $2,000, etcétera.

La casa se abrió en la quinta “El Recreo”, del barrio denominado Simpson, dando albergue a 10 niñas; según Quintero, el año de 1847, teniendo un capital de 83,458 pesos que subió hasta $130,000.

En 1860 ya tenía 50 asiladas, pero hoy ha decaído y el número de las niñas en Septiembre de 1918 llegaba solamente a 19, y por un abuso del Gobierno de antaño, y la mala administración de varias Juntas de Patronos perdió las tres cuartas partes de su capital o acaso más todavía.

Asilo de S. Vicente de Paúl.—El 8 de Junio de 1863 la Junta de Maternidad y Beneficencia de Matanzas había acordado la creación de este asilo, efectuándose su fundación el 6 de Mayo de 1866.

Los esposos Luisa Valiente y Luis López de Villavicencio y el señor Juan N. Valiente apoyaron la filantrópica idea con importantes donativos: los dos primeros cedieron para ese fin 40 casas de su propiedad.

Las Hermanas de la Caridad tomaron a su cargo el asilo desde el 18 de Febrero de 1868.

Podrían caber en él 100 niñas, pero solamente hay 40, aparte de las externas cuyo número es variable. A las últimas está dedicada, desde el año de 1894, la planta baja.

La Asociación o Conferencia de San Vicente de Paul se fundó el 27 de Noviembre de 1864 por un grupo de señoras piadosas, bajo la dirección espiritual del Pbro. D. Ramón Maceda. La primera Presidenta fue la señora Asunción Gastón de Rodríguez Rivera, esposa del Gobernador Provincial.

Los fines de la Asociación son universalmente conocidos: recolectar fondos para beneficiar a los pobres en sus mismas casas; moralizar las familias evitando los concubinatos y los malos ejemplos a los niños; recoger huérfanos indigentes, educarlos e instruirlos.

Para lo último se creó el Asilo, que el 2 de Noviembre de 1873 había quedado a cargo del Obispado de La Habana. Cuando se creó el Obispado de Matanzas los poderes del primero fueron delegados en el segundo.

Asociación de las Señoritas de la Caridad.—La componen jóvenes católicas movidas por un alto ideal de feminismo bien entendido. ¿Qué puede haber más hermoso que el ejercicio de la caridad por obra de la mujer?

La Asociación, venciendo con buena voluntad, fe y abnegación muchas y graves dificultades económicas, recolecta fondos y organiza fiestecitas para aumentar sus ingresos. Semanalmente reparte víveres a unas 60 familias menesterosas, y en la fiesta de Navidad a un número mucho mayor. A veces regala medicinas o paga los alquileres de las familias que no pueden satisfacerlos.

En el pasado año se repartieron $1,473.25 de limosnas, sin contar los regalos extraordinarios de Navidad.

La Comisión Especial de Señoritas, en algunas ocasiones reparte también frutas y dulces a los convalecientes en los Hospitales.

La Asociación posee una biblioteca de índole moral y religiosa.

Presidenta, en 1918, ha sido la señorita Pilar Penichet y Director Espiritual lo es el P. Nieto, de los Paúles.

He leído con gusto su opúsculo acerca de la Asociación y de sus fines, pero no estoy conforme con lo asentado por él sobre el respeto y las consideraciones de los pueblos germanos para la mujer.

Los hechos nos han demostrado que si ellos nos  respetan la mujer de su país, no saben de ningún modo respetar la de los otros pueblos, y la debilidad es para ellos un incentivo para cometer toda clase de oprobios.

(Continuará la semana próxima)

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