La Provincia de Matanzas y su evolución (1919)

Written by Libre Online

15 de diciembre de 2021

Cultura Cubana. Adolfo Dollero

La prensa matancera y su evolución desde el año 1813

En 1833 Tiburcio Campe fundó El Pasatiempo, del cual el Archivo Nacional posee el último número, es decir, el número  72 del 30 de Septiembre de 1834; se publicaba en la Calle y Cuadra del Teatro número 38, los martes y los sábados, y la suscripción costaba seis reales al mes. Se ocupaba de política y estaba bien redactado. Campe al despedirse de su público lector anunció su intención de publicar en la Habana el Diario de Avisos desde el primero de Noviembre del mismo año 1834.

En El Pasatiempo se publicaron las primeras poesías de Plácido, que fundó algunos años más tarde La Siempreviva.

En 1841 J. M. Salinero pidió autorización para fundar El Pan de Matanzas pero no encontré datos que comprobaran si llegó por fin a fundarse.

En Matanzas se publicaron, además de la prensa periódica, trabajos muy importantes.

En 1834 se imprimió clandestinamente un trabajo de José A. Saco (que apareció como impreso en Nueva Orleans), en defensa de la Academia Cubana de Literatura. En 1836 un Diccionario de Voces Cubanas por el español Esteban Pichardo; un Manual de Forasteros, etc.

Pezuela cita, elogiándolo, un plano de la Bahía y de la Ciudad de Matanzas, impreso en Septiembre de 1840.

Dos años antes había visto la luz una edición de las Poesías de Plácido; la obra Estadística y Geografía Judicial de Matanzas, etc.

En 1842 se fundó El Yumurí, periódico mercantil, artístico, de economía y agricultura; y ese mismo año La Guirnalda, que fue la primera hoja literaria de Matanzas por su cuerpo de redacción y su escogido material de lectura.

En 1847 Miguel Teurbe Tolón fundó con José Victoriano Betancourt El Aguinaldo Matancero (ya había un Aguinaldo Habanero), en el que colaboraron muchas de las primeras plumas de la ciudad yumurina: José Miguel Angulo y Heredia, Plácido, Milanés, Félix Tanco, los Guiteras. Etcétera.

Y por 1849 reaparece J. M. Salinero editando El Jardín Matancero, que se ocupaba de ciencias, artes y literatura.

A mediados del siglo XIX el arte teatral empieza a ser representado por una hoja dedicada a ella exclusivamente: La Revista Teatral Matancera, primer paso dado para la creación futura de un verdadero teatro moderno.

En El Pensil encontramos a Emilio Blanchet y a José y Domingo Del Monte, cultos los tres: y con La Pucha Yumurina de Rafael Otero y Francisco Javier de la Cruz, hemos llegado al año de 1850.

La mitad del siglo XIX culminó en una notable abundancia de prensa periódica, de la que no se conservan más que rarísimos ejemplares.

Sin embargo, muchas de esas revistas y periódicos no dejaron trazas en la  vida intelectual o política de Matanzas. Todavía estaba amordazada la prensa y no podía, por consecuencia, reflejar libremente las ideas del pueblo, cuando ellas salían del cauce que el Gobierno las fijaba.

Bien lo supo Ildefonso Estrada y Zenea, procesado en 1852 por haberse visto complicado en La Habana en el proceso político iniciado en contra de los redactores de La Voz del Pueblo, tildado de periódico subversivo.

Ildefonso Estrada y Zenea fundó también (1868) El Periquito, que fue el primer periódico que hubo en Cuba dedicado a los niños: lo dirigió en la Habana, en Matanzas y en la República de México.

Carlos Manuel Trelles cita de 1855 a 1858, La Gaceta del Bando Punzó (1855), El Lirio Azul, y El Regañón (1856); toda una colección de duendes: El Duende, festivo (1856), redactado con buena ironía por Rafael Otero y Marín y por José de Armas; El Duende Matancero, y El Nuevo Duende, semanario del año 1858.

Francisco Javier de la Cruz reapareció el año de 1856 con El Yumurí, que tuvo, aproximadamente, año y medio de vida. En ese año la misma imprenta editó una traducción de la obra de Marmier sobre Schiller, por Antonio Sellén.

Desde la mitad del siglo XIX las imprentas matanceras publicaron muchas obras francesas, que traducidas al idioma castellano tuvieron sobre las costumbres y la civilización yumurina una influencin indiscutible.

La Aurora se fusionó en 1857 con El Yumurí y desde entonces se llamó La Aurora del Yumurí, viviendo una larga vida de 72 años, existencia superada solamente por el Diario de la Marina.

De 1859 a 1860 apareció nuevamente otro Eco de Matanzas, como en 1822; lo redactaba Domingo Del Monte y Portillo.

Ese año de 1860 fue fecundo en nacimiento de hojas periódicas. Trelles nos menciona el bisemanario El Eco del Yumurí, La Tenaza, El Registro Mercantil y El Faro del Comercio, cuyo Director era D. Francisco Coronado Delicado.

Por esa misma época se empezó a publicar El Liceo de Matanzas, órgano de la sociedad de que tratamos en Capítulo aparte; su vida fue bastante larga, pero frecuentemente interrumpida por períodos de catalepsia, motivado por las crisis económicas.

De 1861 a 1868 fue otro período de abundancia de la prensa.

Ya se preparaban los días de dolor y de gloria para la patria.

El Comercio (1861), El Cartel (periódico oficial del Teatro Esteban inaugurado recientemente (1863), La Estudiantina 1862-5) fundada por el poeta Manzanet, La Sensitiva (1865) dirigida por Adalio Seola, que reaparece de 1866-67 en la dirección de Variedades, con Emilio Terry y de El Eco del Bosque poco después, El Boletín del Recreo, (1866-7) hoja literaria y económica, El Boletín Telegráfico en (1867), El Bombero, Director Pedro A. Boissier (1867), El Heraldo redactado también en 1867 por Plácido Gener y Jorge de la Calle, etc.

Y todavía olvido Camafeos, periódico satírico dirigido por el año de 1865 por Angel Mestre y Tolón; La Serenata, en la que colaboraba Emilio Blanchet, y La Revista Matancera, que Bernabé Maydagán, magnífico periodista habanero, pretendía publicar en 1866.

Trelles cita el hecho que Maydagán pidió permiso para ello, pero ignoro si la autoridad lo satisfizo en su pretensión.

Por aquel entonces (1868)) se publicó también El Alba, semanario dirigido por Angel Mestre y Tolón; La Retreta, El Diario del Comercio, etc.

De 1868 a 1878, la primera guerra por la independencia de Cuba, se paralizó la vida de la prensa y no hubo, por tanto, en Matanzas, en el campo periodístico, hechos que merezcan ser mencionados.

Las actividades renacieron después de la Paz del Zanjón.

En 1878 El Liceo era otra vez el órgano del Club de Matanzas, que poco después volvió al antiguo nombre de Liceo de Matanzas; y el poeta Rafael Otero y Castroverde publicaba su Ramillete, que duró poco tiempo.

Era la época en que nacía el Partido Liberal llamado después Autonomista.

Alberto Ortiz Coffigny fundó entonces el Diario de Matanzas, que no era la continuación del antiguo, sino un nuevo periódico, órgano del nuevo Partido político que lo subvencionaba. No había chantage.

Bernabé Maydagán fue el primer Director, viéndose sustituido al cabo de algún Tiempo por Rafael M. Mendive. Colaboraban en el Diario de Matanzas, Guillermo Schweyer Lamar, Nicolás Heredia, Augusto E. Mádan, Francisco de Jimeno, Francisco Javier de la Cruz, Nicanor A. González, etc.

Este último, buen poeta, también fundó en 1879 su revista El Pensamiento, en el que tuvo buen cuidado de mencionar como colaboradores, los mejores cerebros de la época, lo que dio motivo a Rafael Otero Castroverde para el epigrama:

¡Nicanor A. González, Director de El Pensamiento!

¡Qué tropas de Generales, mandadas por un Sargento!

(Continuará la semana próxima)

Se cuenta que González al conocer el epigrama, lo comentó filosóficamente con un: «Tiene talento el muchacho!»

Por 1880, 1881 y 1882, se publicaron El Ateneo, órgano de la sociedad homónima; Las Noticias, periódico de información que se transformó después en El Correo de Matanzas, y la revista jocosa El Trueno, fundada por Ramón Jimeno. La última representaba al grupo de los inconformes con la marcha política del país y contaba con buenos redactores.

Guillermo Schweyer al salir de la redacción del Diario de Matanzas, por el año de 1883, fundó El Pueblo, periódico independiente, adquirido un poco más tarde por Pío D. Campuzano.

Tampoco El Pueblo tuvo vida larga; Bonifacio Byrne perteneció a su redacción.

Casi toda la prensa de aquella época contaba con elementos muy escasos: no pagaban o pagaban muy mal a sus redactores, y generalmente tenían cuentas pendientes doquiera.

Los que deseaban prosperar tenían que publicarse en La Habana, como la famosa Revista de Cuba, de J. Antonio Cortina, cuyo director y varios redactores eran de !a provincia matancera.

La Tijera, que se publicó en Matanzas también por el año de 1883, estaba dirigída por un asturiano, dependiente de una casa de comercio, cuyo nombre no pude averiguar. En 1884 se publicó El Imparcial.

Por 1886 se fundó el Círculo de la Juventud Liberal, con tendencias separatistas, y poco después surgió el períodico que llevaba el mismo nombre. Entre otros redactores, estuvo Bonifacio Byrne.

De 1886 a 1887 hubo El Album de Nicolás Heredia, con magníficos redactores; era de índole literaria y política, con caricaturas de Torriente.

Allá por el año 1890 el mismo Byrne, con su amigo y colega el poeta M. de los S. Carballo, fundó La Mañana y La Tarde, que, a pesar de su corta vida, les causaron disgustos a granel.

Otra Revista, no inferior, en mi concepto, al Album de Nicolás Heredia, fue Arte

y Letras, que surgió a la vida el 12 de Noviembre de 1893.

Tenía muy buenos colaboradores. Recuerdo los nombres de J. del Casal, los hermanos Uhrbach, Piñeyro, José Luis Prado, Alvaro de la Iglesia, Guillermo Schweyer Lamar, Manuel Sanguily, Nicolás Heredia, C. M. Trelles, B. Byrne, Vicente A. Tomás, etc.

El director era Manuel de los S. Carballo.

Poco después, en 1894, Arte y Letras ya no existía, pero El Album de las Damas parecía haber sido la continuación de la primera revista, ya que estaba cuidadosamente impresa con los mismos tipos de imprenta, tenía la misma disposición del material y varios de los mismos colaboradores entre los que tomé nota aún de los Boissier, del poeta Nicanor A. González y del Dr. Garmendía.

En 1895 el Diario de Matanzas, en el que ya escribían Garmendía, Byrne y Fernando Romero Fajardo, acabó su vida, que había sido bastante larga.

Había también un periódico, fundado por Alvaro de la Iglesia antes de la guerra que determinó la suerte de Cuba: fue La Región, alternativamente española y cubana, y concluyó sus días, muy española, en las manos de Benito Lage.

Por el año de 1899, Rivero dirigía el diario Cuba, y Fernando Romero Fajardo fundaba su Voz de Matanzas. El Heraldo volvía a la palestra, y por Marzo de 1900 moría La Aurora.

Y habría más nombres que citar, si esta relación ya no resultara demasiado prolija.

El Republicano Conservador y El Yucayo se pueden mencionar entre los más antiguos de los que viven hoy. El segundo, en sus primeros números, publicó artículos notables.

En la actualidad la prensa está representada en la provincia de Matanzas por

muchos diarios, afiliados a uno u otro de los dos partidos políticos: algunos se profesan independientes.

No sé que alguno de ellos posea un servicio cablegráfico propio. Verdad es que tampoco lo necesitarían, ya que llegan a las provincias las primeras ediciones de los periódicos de la capital.

Se ocupan de asuntos de interés local, de política, larva roedora de los países hispanoamericanos; pero por lo general no se enfrentan con los grandes problemas del país o con los grandes problemas sociales.

Abunda a menudo la nota social en la que prevalecen noticias ligadas con las amistades de cada cronista, noticias casi siempre desprovistas de interés para otras personas que no sean las directamente interesadas, y ricas de elogios, de calificativos hiperbólicos para reflejar la gracia, la hermosura, el talento y la distinción de todos esos seres tan extraordinariamente dotados por la Naturaleza.

Es la costumbre.

En Matanzas tomé nota de los diarios conservadores El Jején, El Yucayo, El Moderado, El Imparcial y de los diarios liberales El Republicano Conservador, (¡oh anomalía!). La Nueva Aurora, La Aurora del Yumurí y El Correo de Matanzas.

A principios de 1919 nació la revista literaria Porvenir, con buenos colaboradores.

En las demás poblaciones de la Provincia de Matanzas se publicaban en 1894 siete periódicos, y veinte el año de 1911.

Sin embargo, ninguno de ellos ha dejado trazas duraderas, ni influyó de un modo decidido sobre la evolución cultural del lugar en donde se publicó.

Se me dispensará por consecuencia, que exceptuando la de la ciudad de Cárdenas, yo no haga un resumen de la prensa de toda la provincia matancera, que resultaría demasiado árido y prolijo.

Hoy el número de periódicos ha aumentado todavía!

SANIDAD   Y BENEFICENCIA.

La provincia de Matanzas es una de las más saludables. La mortalidad de la Capital no alcanza el 18 por mil.

Podría ser mucho más baja todavía si las clases humildes observaran mejor las reglas de la higiene, y si las calles estuviesen en mejor estado de urbanización. En Matanzas y en Cárdenas abunda el polvo, vehículo de microbios de todas clases.

El haberse inaugurado recientemente el Departamento de Higiene Infantil en Matanzas y en Cárdenas, sin duda contribuirá a la disminución de la mortalidad.

El Sr. Jefe de Sanidad de Matanzas (ciudad) Dr. A. Lecuona, me había informado favorablemente acerca del agua potable, pero la duda había hecho presa en mi ánimo por los mil informes contradictorios de otras personas de la localidad prominentes algunas de ellas.

Y yo había quedado convencido de que el agua potable constituyese el mayor factor de mortandad para la ciudad de Matanzas. Por consiguiente, estas páginas, hoy modificadas, eran una carga a fondo en contra de la Compañía de Servicios Públicos, producto de la fusión de las del Acueducto, de los Tranvías Urbanos y de la Luz Eléctrica.

Más tarde un distinguido amigo mío que reside en la Habana, me llamó la atención acerca de las exageraciones corrientes y de los motivos en que estaban fundadas.

Decidí entonces ir más al fondo del asunto y verlo todo personalmente.

Sería inútil tratar en este Capítulo de los detalles económicos de la fusión de las tres Compañías: si las personas que intervinieron en el asunto no hubiesen procedido con toda la pureza deseable al gestionar y conceder la renovación de la concesión, la opinión pública las trataría severamente.

El discutir este detalle saldría de los límites de esta obra; pero yo creo que los accionistas han procedido con arreglo a un indiscutible derecho buscando el modo de reducir sus gastos generales con la disminución del personal y rebajar el precio del alquiler de las oficinas, etc. aumentando así sus ganancias.

Y bien se sabe que al separar algunos empleados, ellos, sus parientes y sus amigos, forman una legión de enemigos.

En el Capítulo de O. P. el lector encontrará detalles sobre el Acueducto, cuyas obras he visitado con detenimiento, y con el legítimo orgullo de que mi inspección ocular, bondadosamente permitida por el Sr. Heydrich, no haya obedecido a intreses personales.

He aquí los análisis químicos del agua potable de Matanzas.

Análisis de las aguas del Manantial de Bello.

(realizado por el laboratorio Histo-Químico-Bacteriológico de La Habana).

I

Residuo seco ………… 0.334 xl000

Residuo por calcinación .. 0.254 xl000 Pérdida al rojo ………. 0.032 xlMu-

Grado hidrotrimétrico total 24°56. Grado hidrotrimétrico persistente . 12°28.

Acido carbónico ……… Io. 16.

Carbonato de cal……… 11°. 12.

Sulfato y sales de cal excepto el carbonato ….. 9o.58.

Sales de Magnesia ……. 2o.70.

Cloro ………………. 0.0184×1000

Acido sulfúrico ………. 0.0210×1000

Oxígeno  prestado  al per-

manganato ………… 0.0012×1000

Materia orgánica total en

ácido oxálico ………. 6.0157×1000

No contiene nitritos.

ES UN AGUA BUENA.

Habana, Enero 3 de 1903. Vto. Bno.—Dr. J. Santos Fernández,

Director.—Dr. E. Acosta.

Agua procedente de los Manantiales de San Juan

Residuo seco a 110° …. 0′ 332 x 1000

Id. por calcinación….. 0’200 x 1000

Pérdida al rojo …….. 0’025 x 1000

Grado hidrotrimétrico total ……………… 28° 526

Grado persistente …… 8o 390

Acido carbónico…….. Io 174

Carbonato de cal …… 18° 962

Sulfato y sales de cal excepto carbonato ….. 0o 839

Sales de Magnesia ….. 7o 551

Amoniaco libre……… 0’000lx 1000

Amoniaco albuminóideo.. 0’000lx 1000 Materia orgánica total en

ácido oxálico …….. 0’0200×1000

Oxígeno prestado al per-‘

inanganato ………. 0’0026×1000

Cloro …………….. 0’023 xl000

Ácido sulfúrico en S03. .       0’006 xl00

No tiene nitritos.

ES UN AGUA BUENA.

Este análisis fue practicado por los doctores J. N. Dávalos y Ernesto Cuervo en muestras tomadas directamente en la ciudad de Matanzas en 2 de Mayo de 1904.

Pronto Matanzas contará con otro servicio público de agua y luz eléctrica, el que proporcionará la Compañía Hidro-Eléctrica de Matanzas S. A.

La competencia abarata los precios, y el pueblo sale beneficiado por ella. Es por lo tanto deseable que haya una nueva Compañía, y que sus accionistas resistan al natural deseo de aumentar su capital, pasándose al campo del rival más poderoso.

En mi visita a los manantiales y a las obras del acueducto de Matanzas, pude convencerme de que el agua es suficientemente pura, aún cuando produzca abundante sedimento, como casi todas las aguas de Cuba.

Los manantiales producen diariamente unos 12000 m c. y la Sanidad exige 150 litros como cantidad mínima por cada habitante.

Siendo que la población de Matanzas es de 40000 habitantes, aproximadamente, resulta que la Compañía proporciona una cantidad mayor.

Sin embargo, resulta escasa, como pude comprobarlo personalmente en varias ocasiones.

En gran parte la escasez se debe al descuido de las familias; a veces dejan las llaves abiertas, a veces no funcionan las válvulas de los inodoros, y el agua se desperdicia en grandes cantidades.

Una inspección girada por un alto empleado de la Compañía por las calles de Milanés y de la Independencia, habitadas por la mejor clase social de Matanzas, permitió calcular en un 40 por ciento el desperdicio de agua potable.

En 1872, cuando la Compañía obtuvo su primera concesión, no estaba obligada a dar más que 58 litros por segundo, es decir, unos 4300 m. c. diarios.

Y la Compañía dio mucho más a Matanzas en los últimos años de la concesión: no se puede negar que ha prestado un servicio positivo, aún cuando susceptible de ser mejorado todavía.

Pude observar que después de algún fuerte aguacero, el agua potable era turbia y parecía contener detritus orgánicos; lo que había contribuido a convencerme de la deficiencia absoluta de la tubería, tanques, etc.

El Sr. Heydrich me dio la explicación siguiente: Se debería lavar la tubería cada semana, pero el caudal de agua de que se dispone no lo permite. Se aprovechan pues los días de lluvias para esta indispensable operación, porque en esos días no se necesita agua para el riego de las calles.

La cuota que se paga fluctúa entre $0.50 y $4 mensuales, no teniéndose en cuenta, según un principio socialista, el consumo, sino la casa.

A los pudientes se cobra más para rebajar la cuota de las casas pobres que necesitan el agua en iguales proporciones.

El precio de la fuerza eléctrica es 1 peso mensual por cada foco de 32 bujías y de 4 a 20 centavos por kilowat, según sea el consumo.

El Jefe de Sanidad inspecciona dos veces por semana la Estación Receptora del Acueducto, y pide siempre a la Compañía el aumento de la maquinaria en los manantiales de San Juan para remediar la escasez, que a cualquiera causa se deba, es sin embargo innegable. La Compañía prometió aumentar el diámetro de la tubería.

Yo agregaría todavía que sería deseable en el manantial de Bello (o Benavides) instalar un gran filtro económico de grava, carbón y arena en capas superpuestas, y levantar una barrera más elevada alrededor de la represa para impedir que las lluvias arrastren materias orgánicas en caso de aguaceros torrenciales.

Sin embargo, repito, la instalación es buena, y la tubería (hasta la misma del año 1872) está en perfecto estado.

En 1918 la fiebre tifoidea contribuyó al aumento de la mortalidad en Matanzas, pero absteniéndose de tomar el agua sin hervir y mediante las inyecciones preventivas, el riesgo resultaba mínimo.

En la primavera se nota generalmente un aumento en los trastornos gastro-intestinales que de preferencia atacan a los niños que en la primera infancia carecen de la alimentación materna.

Hubo un brote de paludismo en Corral Muevo, pueblito a tres leguas de Matanzas, entre esta ciudad y el antiguo Canasí.

La campaña de la Secretaría de Sanidad es activa en las casas, en los sumideros, en las letrinas. Se inspeccionan todos los depósitos de aguas, o de materias orgánicas; se petrolizan para destruir las larvas de los mosquitos, y se vigila que el fondo y las cuatro paredes estén cementadas perfectamente.

Para no ser injusto, debo agregar que desde el año 1828 la Sala Capitular de Matanzas, ya se ocupaba de ordenar a los propietarios la disecación de pantanos en sus solares yermos, así como les prohibía acumular en ellos basuras, para evitar el perjuicio que podía originar a la salud pública.

En Matanzas no hay muchos mosquitos: los que hay son generalmente de la especie culex.

Para recoger las basuras de la ciudad hay 18 carros especiales, y 5 bombas de riego.

Para la petrolización hay 4 hombres, y cada uno de ellos lleva diez galones de petróleo.

Las basuras recogidas se arrojan en los vertederos a sotavento, en las afueras de la ciudad.

Otros carros están destinados a levantar escombros y el servicio de chapeo en las orillas de calles y caminos.

Servicio de Bromatología.—En los días y en las horas fijadas por la Jefatura Local de Sanidad, se procede a recoger muestras de leche a los expendedores.

Las muestras selladas y lacradas en presencia de los interesados, son llevadas a la Jefatura para ser examinadas.

Inspecciones Sanitarias.—Los médicos de cabecera están obligados a informar a la Jefatura Local de Sanidad de lodos los casos de enfermedades cuarentenarias. En vista del informe, se procede a la inspección y a la desinfección que sean del caso. Pero hoy, no existen estufas modernas de desinfección, sino simplemente aparatos de fumigación.

También, cuando es necesario, se hace un perfecto lavado de los muebles y puertas, y se recogen y queman en los vertederos los efectos de la indumentaria contagiada.

La Jefatura Local de Sanidad distribuye e inyecta gratuitamente la vacuna en contra de la viruela, el suero antitetánico, el suero de Behring, el suero antitífico, etc.

La Jefatura de Sanidad tiene también a su cargo el Servicio de Cuarentenas, en los puertos.

No disponiendo aún de los datos de 1918, exponemos los del año de 1903 y de 1917 para que se pueda establecer una comparación entre las dos épocas.

La diferencia que resulta se debe a la mayor centralización de los servicios públicos, en general, en la Capital de la República; lo que ha disminuido naturalmente la labor de los puertos menos importantes. Además hoy se expide patente de Sanidad solamente a buques que procedan del extranjero, o excepcionalmente de algún puerto infecto de la misma isla.

Año de 1903.                              Cárdenas   Matanzas

Patentes de Sanidad expe

didas …………….. ………………………… 434        343

Total de buques inspeccionados ….. 280        279

Total de personas inspeccionadas …8.050     9.927

Total   de   individuos en

cuarentena………… …………………….. 0           0

Año de 1917.

Patentes de Sanidad expedidas ……..278        344

Total de buques inspeccionados ……..156       172

Total de personas inspeccionadas …. 3.887    5.468

Total   de   individuos en

cuarentena…………………………………… 27        0

La Jefatura de Sanidad de Matanzas estaba a cargo del Dr. Adolfo Lecuona en la época de mis visitas a esa ciudad.

Según Quintero y Almeida, la primera Junta de Sanidad se creó en Matanzas el año de 1814 ee 14 de Junio, siendo respectivamente primer Presidente y primer Secretario los señores Lorenzo García y José Teurbe Tolón.

El Licenciado Juan García, en 1740, fue el primer médico de Matanzas.

A principio del siglo pasado los servicios médicos para casos accidentales no existían, y se debe al Gobernador Cecilio Ayllon la creación (A. 1830) del sistema de turnos en los que los Facultativos estaban obligados a prestar servicio público para evitar el bochornoso caso de que a veces los heridos permaneciesen toda una noche sin auxilios.

He aquí algunos datos sobre la Beneficencia en Matanzas. Casi todos proceden de la tercera Conferencia Nacional de Beneficencia y Corrección.

Hospital de Santa Isabel y de San Nicolás.—Se fusionaron el 12 de Diciembre de 1901. Hasta entonces el primero era para varones, el segundo para hembras.

El de Santa Isabel nació del extinguido Asilo de San Juan de Dios levantado en 1757 por iniciativa de Carlos Tapanes, filántropo, cuyas gestiones habían tenido principio desde el año 1749.

Entonces era el asilo citado un pobre edificio en el que todo faltaba. Su techo era de guano, y siendo escasas las limosnas para sostenerlo, el Capitán General Guemes y Horcasitas, le había concedido el producto de la valla de gallos.

Más tarde D. Bernardino Blanco, cirujano del Castillo, obtuvO algunas concesiones para hacerse cargo del Hospital o Asilo en cuestión. Pasó después en varias manos y hasta cambió de sitio antes de dar lugar al Hospital de Santa Isabel que existe todavía.

A Alejandro Ramírez (1825) y al Conde de Villanueva (1827) se deben las reformas y mejoras principales de ese Hospital en el siglo pasado.

Quintero, en sus »Apuntes para la Historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de Matanzas», escribe que hubo una iniciativa aún anterior a la del filántropo Tápanes, porque en 1742, D. Pedro Nolasco S. y D. Francisco Valderrama, ya habían pedido terrenos para fundar un Hospital de Caridad, obteniéndolos de inmediato por el Honorable Cabildo. Sin embargo, las dificultades encontradas para, reunir los fondos necesarios, dieron al traste con los buenos propósitos de esos señores.

En Septiembre de 1900 el Cor. Domingo Lecuona, Alcalde de Matanzas, solicitó y obtuvo del Gobierno Americano se encomendara a Miss Henry la organización de una Escuela de Enfermeras en el Hospital.

El Hospital de S. Nicolás, para mujeres, se debió al Pbro. Nicolás González Chávez, filántropo también.

Ese señor dejó en 1846 los censos que poseía a favor de su iniciativa altruista, y con tan loable ejemplo, siguieron otros donativos valiosos: entre ellos los de S. de Ximeno, de Josefa Santa Cruz de Oviedo, de Martina Garcia, Manuel del Portillo y María de Jesús, Antonia de Armas.

Casa de Beneficencia.—El Ldo. José María Casal planteó el problema de la necesidad imprescindible de un Colegio para niñas pobres, desde el año 1843. La Sociedad Económica Amigos del País acogió favorablemente su iniciativa, y J. Tomás Ventosa, catalán, le prestó un apoyo decidido.

Unos censos, un bazar de caridad, el impuesto de un real sobre cada barril de harina, y el alquiler de los esclavos embargados por los Tribunales (para todo sirvieron los pobres esclavos) fueron la base de la Casa de Beneficencia.

Después varios benefactores hicieron donativos de dinero: Simón de Ximeno dio $2,000; Francisco de la O. García. $10,000; Francisco Hernández Morejón, $6000; Julián Alfonso $4,800; Martina García, $3,000; Simón Labayén $2,000, etcétera.

La casa se abrió en la quinta “El Recreo», del barrio denominado Simpson, dando albergue a 10 niñas; según Quintero, el año de 1847, teniendo un capital de 83,458 pesos que subió hasta $130,000.

En 1860 ya tenía 50 asiladas, pero hoy ha decaído y el número de las niñas en Septiembre de 1918 llegaba solamente a 19, y por un abuso del Gobierno de antaño, y la mala administración de varias Juntas de Patronos perdió las tres cuartas partes de su capital o acaso más todavía.

Asilo de S. Vicente de Paul.—El 8 de Junio de 1863 la Junta de -Maternidad y Beneficencia de Matanzas había acordado la creación de este asilo, efectuándose su fundación el 6 de Mayo de 1866.

Los esposos Luisa Valiente y Luis López de Villavicencio y el señor Juan N. Valiente apoyaron la filantrópica idea con importantes donativos: los dos primeros cedieron para ese fin 40 casas de su propiedad.

Las Hermanas de la Caridad tomaron a su cargo el asilo desde el 18 de Febrero de 1868.

Podrían caber en él 100 niñas, pero solamente hay 40, aparte de las externas cuyo número es variable. A las últimas está dedicada, desde el año de 1894, la planta baja.

La Asociación o Conferencia de San Vicente de Paul se fundó el 27 de Noviembre de 1864 por un grupo de señoras piadosas, bajo la dirección espiritual del Pbro. D. Ramón Maceda. La primera Presidenta fue la señora Asunción Gastón de Rodríguez Rivera, esposa del Gobernador Provincial.

Los fines de la Asociación son universalmente conocidos: recolectar fondos para beneficiar a los pobres en sus mismas casas; moralizar las familias evitando los concubinatos y los malos ejemplos a los niños; recoger huérfanos indigentes, educarlos e instruirlos.

Para lo último se creó el Asilo, que el 2 de Noviembre de 1873 había quedado a cargo del Obispado de La Habana. Cuando se creó el Obispado de Matanzas los poderes del primero fueron delegados en el segundo.

Asociación de las Señoritas de la Caridad.—La componen jóvenes católicas movidas por un alto ideal de feminismo bien entendido. ¿Qué puede haber más hermoso que el ejercicio de la caridad por obra de la mujer?

La Asociación, venciendo con buena voluntad, fe y abnegación muchas y graves dificultades económicas, recolecta fondos y organiza fiestecitas para aumentar sus ingresos. Semanalmente reparte víveres a unas 60 familias menesterosas, y en la fiesta de Navidad a un número mucho mayor. A veces regala medicinas o paga los alquileres de las familias que no pueden satisfacerlos.

En el pasado año se repartieron $1,473.25 de limosnas, sin contar los regalos extraordinarios de Navidad.

La Comisión Especial de Señoritas, en algunas ocasiones reparte también frutas y dulces a los convalecientes en los Hospitales.

La Asociación posee una biblioteca de índole moral y religiosa.

Presidenta, en 1918, ha sido la señorita Pilar Penichet y Director Espiritual lo es el P. Nieto, de los Paúles.

He leído con gusto su opúsculo acerca de la Asociación y de sus fines, pero no estoy conforme con lo asentado por él sobre el respeto y las consideraciones de los pueblos germanos para la mujer.

Los hechos nos han demostrado que si ellos respetan la mujer de su país, no saben de ningún modo respetar la de los otros pueblos, y la debilidad es para ellos un incentivo para cometer toda clase de oprobios.

He sabido que existió con anterioridad una Asociación de Beneficencia Domiciliaria, cuya Secretaría desempeñaba en 1869, la señora Rafaela Heredia de Angulo. Ignoro si esta Asociación fuera la misma de S. Vicente de Paúl, ya que coinciden las fechas de la existencia de ambas.

Asilo Palmara Duarte—La Sociedad Misionera Americana de la Iglesia Protestante denominada Episcopal, había encomendado al pastor D. Pedro Duarte, la fundación y el sostenimiento de una escuela mixta.

Duarte fundó la Escuela, y él mismo con la señorita Mercedes Acosta, la dirigieron durante 20 años,  hasta   que los acontecimientos   políticos   obligaron al pastor y revolucionario cubano a emigrar.

La hija del Sr. Duarte, Palmira, a su regreso a Cuba, después de la Paz, se ocupó con gran interés en convertir la escuela en asilo, logrando asilar e instruir unas 60 niñas.

La muerte impidió a la señorita Duarte continuar su obra de altruismo, y el asilo acabó por desaparecer.

Asilo de Ancianos.—Ha sido fundado en Enero de 1892 por una Congregación Católica, quedando a cargo de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Antonio y José Zavala contribuyeron a la fundación del Asilo, generosamente.

Se estableció primeramente en la Quinta Cardenal, y más tarde tuvo su edificio, para cuya construcción la señora Dolores Cruz Vda. de Ximeno cedió gratuitamente el terreno.

El Asilo de Ancianos se inauguró el 25 de Marzo de 1896.

A mediados del año de 1918, unos 76 ancianos estaban asilados en esta casa, atendidos por 13 Hermanas: doce de ellas de nacionalidad española y una colombiana.

El Asilo se sostiene con limosnas, y unas pequeñas subvenciones del Ayuntamiento y del Consejo Provincial: el primero paga $50 y el segundo $40 mensuales.

La Secretaría de Sanidad paga $0.20 centavos diarios por cada anciano, considerando que su número no exceda de 60 personas. Pero siendo casi siempre mayor, y debiéndose agregar las 13 Hermanas que también comen, se desprende cuáles dificultades económicas tendrán que vencer las pobrecitas.

Y con tantos ricos organizadores del trust del egoísmo!

Asilos Municipales.—Después de la re concentración, que sembró en Cub

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