Cultura Cubana. Adolfo Dollero
Evolución de la ciencia
en la provincia de Matanzas
Médicos-Cirujanos.- Químicos.- Naturalistas.- Ingenieros
Cartaya y García (Domingo J.)
Hermano de Pedro M. Cartaya García, y también médico distinguido de la facultad de París. Su tesis del doctorado en 1856, fue notable y versó sobre las úlceras del cuello del útero en mujeres vírgenes. Muchos de sus discursos fueron muy celebrados. Fue Catedrático de Historia Natural del Instituto de Matanzas y después se fue a Francia, en donde vivió hasta su fallecimiento.
Nació en Santa Ana y falleció en 1892 en París.
Cartaya (José I.)
Médico matancero (1881-1917) autor de varios trabajos científicos publicados por la más importante prensa médica cubana.
Casuso y Roque (Gabriel)
El muy digno Rector de la Universidad de La Habana, es también un hijo preclaro de la Provincia de Matanzas, habiendo nacido en Guamutas el año de 1850.
Había empezado sus estudios médicos, cuando estalló la revolución de Yara. Entonces Casuso logró alistarse en una expedición que Rafael de Quesada llevaba a Cuba desde Nassau, (a principio de 1869), quedando durante 4 años en las filas insurrectas hasta que fue hecho prisionero y deportado a España.
En España concluyó los cursos universitarios recibiéndose de médico en octubre de 1874, y en 1878 se doctoró nuevamente en París. El año siguiente había ya vuelto a la patria, obteniendo por oposición una plaza de Cirujano en el Hospital de San Felipe y Santiago, plaza que conservó también al trasladarse el citado Hospital al moderno Hospital Mercedes.
Desde 1879 el Dr. Casuso fue conocido muy favorablemente por los hombres de ciencias de Cuba, ya por su habilidad como operador, ya como conferencista culto y profundo, ya por su gran amor a la ciencia y a la verdad.
Contribuyó a la fundación de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana (1879); fundó con el Dr. Saenz el periódico científico y a veces batallador El Progreso Médico (1889) y logrando vulgarizar la asepsia y antisepsia, pudo disminuir la gran mortalidad que causaba entonces la fiebre puerperal.
En 1885 ingresó en la Academia de Ciencias Médicas, contribuyendo muchísimo desde aquella época a estudios y debates de alta cirugía.
Por fin, en 1892, obtuvo por oposición la cátedra de Obstetricia y Ginecología en la Universidad, cátedra que desempeñaba desde diciembre de 1884, aunque gratuitamente en los primeros tres años.
Además de la vulgarización científica del método aséptico, el Dr. Casuso estableció con el Dr. Claudio Delgado un Servicio Ginecológico en el Hospital de Higiene, que sirvió muchísimo a formar la nueva generación dedicada a esa rama de la ciencia médica.
Al estallar la Revolución de 1895, el Dr. Casuso, tan ardiente y batallador como en su primera juventud, inspiró desconfianza al Gobierno, quien lo deportó hasta la conclusión de la paz entre España y Estados Unidos.
Durante la época de la Intervención Americana, bajo el Gobierno del General Wood, al Dr. Casuso cupo el alto honor de iniciar la reforma de la Enseñanza Superior, y particularmente la de la Escuela de Medicina que funcionaba aún con los antiguos sistemas. En vez de la enseñanza teórica solamente, se agregó la enseñanza práctica objetiva, siendo aceptado, en principio, el plan propuesto por Casuso, e implantada la enseñanza oficial de la Ginecología.
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