La imprevista muerte del general de división cubano, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, ha disparado las conjeturas sobre su desaparición y también las posibles consecuencias para el presente de los cubanos, en el Archipiélago y en todo el mundo.

Esta es la respetable opinión del conocido historiador Juan Manuel Salvat, quien por años ha estado vinculado con los asuntos de la isla, siendo uno de los más populares representantes de librerías en Miami a través de Ediciones Universal.

“El hecho de que han muerto, en un corto tiempo, muchos generales, ha llevado a algunos, con cierta razón, a creer que allá se había disparado una purga secreta”, insistió Salvat luego de que la prensa se ha hecho eco sobre la muerte de López-Calleja.

“Perolas de Stalin y Fidel Castro fueron aparatosamente públicas y muy bien preparadas con la destrucción psíquica de los encausados”, recalcó Salvat quien siempre ha seguido de cerca todos los aconteceres de la vida política en la isla desde Miami.

TOTAL OCULTAMIENTO

“Todo esto es posible pero muy difícil de llegar a demostrarse como una verdad razonable. Hay noticias de que quizás su salud venía quebrantada hace meses. Pero todo se oculta bajo el secretismo de la sombrilla castrista”, denunció Salvat.

“No hay dudas de la importancia que tenía el personaje fallecido. Acumulaba todo el poder del Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (GAESA), largo nombre, pero quizás, después de la Seguridad del Estado (represores), el más importante organismo del régimen castrista”, recordó Salvat.

Hay economistas que suponen que los ingresos de GAESA constituyen más del 60% de las rentas del país  y, por ello, Luis A. Rodríguez, controlaba industrias, hoteles, gasolineras, comercios y cuanto objeto que pudiera generar ganancias”, agregó.

“Nada más parecido a un “holding” capitalista, como lo describía Ángel Lozano en un artículo del periódico español El Mundo”, opinó Salvat, quien reiteró que López-Calleja era una especie de “cerebro” económico al servicio del régimen de los Castro.

“Nadie sabe quién será el personaje que saque de la manga el jefe máximo en la sombra, para reemplazar al general de división llamado a rendir sus últimas cuentas frente al Creador”, señaló Salvat.

“Sin dudas será el día más nervioso y triste de su vida. Es cierto que el régimen sufre con su pérdida, pero seguramente lograrán reemplazarlo. Así lo han hecho durante estos largos 63 años de poder total y continuo”, recalcó.

ESTA NO ES LA SOLUCIÓN

“Lo que considero más importante es que el pueblo cubano, de allá y de acá, no vea en estos hechos el principio de una solución a la funesta realidad cubana. Murió Fidel y el régimen totalitario continúa. La solución solo vendrá de nosotros mismos”, agregó.

“Y de nuestro quehacer inteligente por lograr una salida a nuestros problemas, una posibilidad de libertad, justicia y solidaridad para todos los cubanos”, sostuvo Salvat luego de que el mundo político se hace conjeturas múltiples sobre las causas reales de la muerte de López-Calleja.

“Con ojo avizor para que el cambio sea realmente hacia la democracia y no a otro régimen más o menos dictatorial, como pasó en Rusia al caer el sovietismo”, insistió Salvat en su respetable opinión acerca de lo que vendrá ahora para el régimen tras la muerte de este general.

“Los cubanos, sin embargo, en la Isla demuestran, cada día más, el sentido opositor hacia un cambio pacífico”, presagió Salvat luego del tremendo golpe que significará para la tiranía castrista la muerte de este importante general.

“Sin embargo las redes sociales han ayudado mucho a que unos y otros, dentro y fuera de Cuba, puedan intercambiar opiniones y mostrar la rebeldía ante la esclavitud humana que significa el régimen”, acotó Salvat.

¡APOYEMOS!

“Esto se irá masificando y dando una oportunidad real a ese cambio, a pesar de la terrible represión después de las masivas demostraciones del 11 de julio pasado con gritos de Libertad y Patria y Vida”, insistió.

“El exilio debe apoyarlos con todas las posibilidades que nos brinda la libertad en que vivimos y lo mucho que hemos alcanzado como exiliados por todo el mundo”, sintetizó el importante historiador.

“Pensábamos que la tercera generación exiliada iba a olvidarse de Cuba. Pero la cantidad de jóvenes preocupados por el destino del país, la montaña inmensa de creación cultural que sigue ocupando a los jóvenes, muestra posibilidades muy positivas”, enfatizó.

“Dios quiera que sepamos aprovechar las circunstancias, que suavicemos el ego soberbio que muchas veces empañó nuestro sendero nacional, que aprendamos a dar sin recibir cuando se trata del bien común”, advirtió Salvat.

“Y que volvamos a la lectura martiana que señala caminos hermosos para el futuro, si aprendemos a no desviarnos. Dios así lo quiera y que todos trabajen para lograr la nación de hermanos con un destino común con todos y para el bien de todos”, concluyó.