LA NOVELA BREVE EN LIBRE. MATRIMONIO INVERNAL

Written by Libre Online

27 de septiembre de 2022

Por JOSE ALBERTINI

El matrimonio civil se efectuó en intimidad familiar y después que el notario certificara las firmas de consortes y testigos hubo un pequeño brindis en que todos alzaron sus copas en recordación de Florinda y Ulises, al tiempo que hacían votos por la felicidad futura del matrimonio que se iniciaba. 

De momento cada cual prosiguió pernoctando, a no ser por una causa mayor, en la vivienda correspondiente, aunque el día y las primeras horas de la noche inalterablemente las pasaban juntos.  

Y fueron Eutimio y Selena quienes, en medio de una conversación, de inicio casual, les sugirieron a sus progenitores respectivos dos cuestiones. La primera que escogiesen una de las dos casas para vivir y que vendieran la otra ya que no se veía bien que un matrimonio no durmiera bajo el mismo techo. La segunda fue que con parte de la ganancia, obtenida de la transacción, viajasen a la aldea española y cumplieran el sueño de Jacinto: Él quiso hacerlo con Florinda, Artemisa objetó con un hilo de voz. Papá, ¿qué tú opinas?, Selena lo interpeló. Bueno, yo…si ella… fue la primera titubeante e inconexa respuesta que Jacinto ofreció. 

En resumidas cuentas, para no lastimar sensibilidades, en pocas semanas las dos viviendas fueron vendidas y adquirieron una más pequeña con muebles nuevos y adecuados a sus necesidades. Empero, los recuerdos más preciados, como las fotografías, encontraron en paredes, mesas de centro y de dormir acomodo. Allí, en sitios visibles y escogidos, estaba la historia de las dos familias; la amistad que las unió y solidificó con el compadrazgo y la boda de Eutimio y Selena, generadora de nietos que transportaban en sus venas la fusión de las sangres.  

Y a un mes de instalados y habituados al hogar nuevo se preparó la travesía a Europa, previa notificación a los parientes desconocidos de la aldea gallega. Jacinto por aquellos días iba de asombro en asombro ya que, con la muerte de Florinda,  había relegado la idea, por siempre acariciada, al rincón de los sueños imposibles. Una mañana fría, soleada e invernal en el cómodo buque de pasajeros español Covadonga, para los isleños nave de recuerdos ambiguos, viajando en primera clase fueron despedidos, con alborozo, por la totalidad de la familia, donde los más chicos agitaban pañuelos blancos y se asombraban ante la  majestuosidad del barco, perteneciente a la Compañía Trasatlántica, que cubría la distancia marítima que separa la bahía isleña del puerto gallego de La Coruña.  

Para Jacinto el recibimiento en la tierra paterna resultó fabuloso y Artemisa experimentó la misma emoción por la calidez y gentileza de los moradores de la aldea incrustada en el paisaje de antaño y en la que, de una u otra forma, todas las familias estaban relacionadas; parentesco del que no escapaba el párroco de la iglesita, el cual era nieto de un lugareño que había emigrado a Argentina, y que al ordenarse sacerdote, por obra de los impredecibles, pero siempre caminos coincidentes de la existencia, con su acento bonaerense, topó con el origen.

Los días previos a la boda,  Jacinto y Artemisa, hospedados en la mejor habitación de la hostería ocasional del poblado, visitaron hogares modestos y no tan modestos en los que eran agasajados con comidas y vinos típicos de la región. Y aunque no quedaban sobrevivientes de cuando los jóvenes Emeterio y Jacinta partieron para la Isla Prodigiosa, algunos primos y primas, de edades disimiles, conservaban la memoria oral, fotografías amarillentas y cartas, entre las que se incluían las de Jacinto y sus postales navideñas. 

Y llegó el mismo día crepuscular de diciembre, poco antes de la navidad, en que Jacinto, al igual que su padre lo hiciera en un invierno dormido en el tiempo, condujo a la novia, vestida de blanco, por el corto pasillo del templo, abarrotado de personas. Otros vecinos, imposibilitados de entrar, aguardaban en el exterior para vitorear a los recién casados e iniciar el festejo que desbordaría la villa.

(Continuará la semana próxima)

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