La Manzana de Gómez y El Sol con sus trajes anatómicos y fotométricos

Written by Alvaro J. Alvarez

23 de enero de 2024

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

Para la mayoría de los cubanos la manzana más famosa de la historia no es ni la de Adán, ni la de Hércules, ni la de Newton, ni la que Guillermo Tell sino la de Gómez.

Para aquellos que no están familiarizados con el término manzana es el espacio cuadrado comprendido entre cuatro calles que miden 100 varas cada una, por tanto, una manzana tiene 10,000 varas cuadradas (1 vara cubana=0.848 metros). 

Desde inicios del siglo XIX era un reclamo popular eliminar las murallas de la ciudad debido a que ya la mayoría de la población habanera vivía en los barrios de extramuros y por los horribles atascos que se producían en las puertas habilitadas para entrar y salir de la Plaza. Por otro lado, las autoridades militares ya consideraban como obsoleta la muralla desde el punto de vista defensivo y práctico.

En 1863, comenzó la demolición del cinturón defensivo (el Plan de Defensa de La Habana presentado en 1771, comprendía la creación de un segundo cinturón defensivo fuera de las murallas que ocupase tres estratégicas elevaciones con las fortalezas de San Carlos de la Cabaña, Santo Domingo de Atarés, el Príncipe y la reconstrucción del castillo del Morro).

En 1865, quedó aprobado el proyecto que planteaba la apertura de una red de calles de 15 metros de ancho, nucleadas entre dos extensas avenidas que cruzarían de un extremo a otro del espacio antes ocupado por la muralla, siguiendo una trayectoria paralela al Paseo del Prado: Monserrate y Zulueta.

La manzana #16 era una de las más céntricas del Reparto Las Murallas y hasta el Casino Español la solicitó en 1870, para construir su sede. Pero resulta, que la tan disputada manzana había sido pedida antes por el poderoso negociante peninsular Julián de Zulueta. A pesar de que un grupo de españoles suplicaron en nombre del patriotismo y la lucha contra los cubanos, la Real Hacienda decidió otorgarle la manzana a Zulueta, quien la compró en 1872. Al parcelar el Reparto, la manzana comprendió una parte de las antiguas murallas y de sus fosos, sobre ellos el arquitecto español Pedro Tomé Veracruisse, autor de las obras, concibió el proyecto del edificio comercial aprovechando incluso, en la fábrica, la piedra resultada de la demolición del muro defensivo, pues la Real Hacienda permitía reutilizar los materiales, siempre y cuando se pagase por ellos. Por tanto, los fosos de la muralla se utilizaron como sótano del edificio y actualmente se puede ver un pedazo de la Muralla.

Julián de Zulueta comenzó la 

construcción, pero no la terminó en aquel momento. Quedó inconclusa y por eso, durante muchos años, se habló en La Habana de “las Ruinas de Zulueta”. Algunos cronistas refieren también que iniciadas las obras se descubrieron abundantes manantiales que alteraron todos los cálculos y consumieron el dinero presupuestado por Zulueta, lo que hizo que éste detuviera la fabricación.

A los compradores que fabricasen en las nuevas parcelas, se les exigía que los portales fueran de 3 metros, luego se modificó a 3.50 pero a la Manzana de Gómez se le exigió una anchura de 4 metros.

Julián de Zulueta y Amondo (1814-1878) nació en Álava, una provincia del País Vasco. Llegó a La Habana en 1832 para trabajar con su tío. Recibió el título nobiliario de I marqués de Álava. Senador del Reino, diputado de España y alcalde de La Habana de 1864 a 1876. Hizo su fortuna con la trata de esclavos (negros y chinos). Fue propietario de 6 centrales: el Zaza, el España, el Habana, el Vizcaya, el Santa Rita y el Álava, casi todos en la zona de Colón, Matanzas. Se cayó de su caballo y por esas complicaciones murió en 1878.

Al morir Zulueta su esposa, Juana María Ruíz de Gámiz, se convirtió en la administradora y tenedora de todos sus bienes. Así, la marquesa viuda de Álava, junto a sus hijos, heredó en la Manzana #16 una “casa en construcción, ocupando toda su área” que solo alcanzaba la altura necesaria para colocar las maderas del primer piso. En 1892 la viuda le vendió al Sr. Andrés Gómez Mena por 75,500 pesos en oro español, el solar a medio construir, ello demostraba que las obras estuvieron abandonadas entre 1878 y 1892.

La Manzana de Gómez estaba limitada por Neptuno, Zulueta (Ignacio Agramonte), San Rafael y Monserrate (Avenida de Bélgica).

Manuel Gómez Díaz y María Josefa Mena Zorrilla nacidos en Cadagua un pequeño pueblo del municipio de Valle de Mena perteneciente a la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León se casaron en 1836 y tuvieron 8 hijos, aunque solamente Pedro y Andrés fueron los que siendo muy jóvenes emigraron a Cuba.

Andrés Gómez Mena, nació el 5 de febrero de 1849 se casó el 23 de abril de 1877 con Eugenia C. Vila Pérez, nacida en 1860 en Guanabacoa y procrearon a: María Luisa, José, Alfonso y Andrés. Ellos decidieron que estos cuatro hijos tendrían los apellidos Gómez-Mena y Vila, o sea los dos apellidos de Andrés pasaron a ser un apellido compuesto a partir de ese momento. 

Andrés, era vulgarmente conocido por el alias de Chichón, por un quiste de sebo en su cabeza.

Su hermano Pedro Gómez-Mena, nacido en 1851, fundó en 1871 una casa importadora de tejidos en Cárdenas. Además, solicitó licencia a la Alcaldía Municipal en el año 1918, para construir un edificio en Obispo #302 esquina Aguiar de 9 plantas y sótano. La planta baja se destinó al Banco Pedro Gómez- Mena y el resto de los pisos a oficinas, que fueron rentadas a distintas firmas comerciales radicadas en el país.

Pedro se casó con la inglesa Enriqueta Waddington y su hijo fue Manuel Gómez Waddington, parece ser que no utilizaron el Gómez-Mena y vivían en Villa Enriqueta, en 29 y H, Vedado.

El arquitecto Pedro Tomé siguió al frente de la obra luego de adquirida por Gómez-Mena hasta completar el edificio de una sola planta rodeado de un portal publico corrido, con sus cuatro esquinas achaflanadas, vértices de dos galerías o pasajes interiores que se cruzan diagonalmente.

Este primer edificio creó un polo recreativo y comercial que, junto a los nuevos edificios de hoteles, teatros, cines, circos y otras instalaciones que llegaron con el siglo XX, convirtiendo la zona en un área de alta centralidad y liderazgo.

En 1894, terminando el edificio comenzó a arrendarlo por locales, y el primer contrato lo hizo con la Sra. Josefa Díaz y Machado, viuda de Aedo.

Esta señora alquiló el área de las puertas 4, 5 y 6, entrando por la calle Zulueta, para ubicar en estos locales una peletería y sus anexos. Entonces La Bomba, se convirtió en el primer establecimiento y así consta en la Escritura de 1894 que menciona el pasaje comercial un diseño en planta del edificio que lo ha hecho tan particular y llamativo que fue concebido desde el proyecto iniciado por el arquitecto Tomé y continuado por Andrés Gómez Mena. 

Las mismas cruzaban el edificio, se cubrieron con bóvedas acristaladas, para protección de las adversidades climáticas, quedando en el centro una especie de plaza.

¿Pretendía esta obra ponerse a tono con las construcciones de este tipo, erigidas en las ciudades europeas más importantes?

Los primeros pasajes fueron los de París y al terminar el siglo XIX fue rara la ciudad europea de cierta importancia que no poseyera una galería comercial.

Entre las cláusulas del contrato entre Gómez-Mena y la Sra. Josefa Díaz Machado, se excluyó el asegurar contra incendios el establecimiento, porque el inmueble, según su dueño, poseía condiciones incombustibles debido a los materiales de construcción que se emplearon. 

Actuaron en la inauguración los artistas del Teatro Albisu y cantó varios números la famosa artista “La Alemany”. Como un dato curioso puede decirse que el buffet servido por el Hotel Inglaterra para atender y obsequiar a los invitados al acto costó la suma de $400.00.

El teatro Albisu fue construido en 1870 por el vasco Jesús Albisu y ocupaba la manzana al sur, o sea de San Rafael, Zulueta, Obrapía y Monserrate. Se quemó en 1918 entonces se construyó el teatro Capitolio, luego fue el Campoamor y finalmente El Centro Asturiano.

Sobre la zona de la azotea de la Manzana de Gómez, durante muchos años funcionó gratis y por la parte de Monserrate un primitivo Cabaret o Academia de Baile de Loreto Campos. Artista exótica que cultivó el género “bufo” que terminó clausurado por los frecuentes escándalos debido al excesivo consumo de alcohol entre sus visitantes, por lo regular jóvenes pertenecientes a la alta sociedad.

Del lado de Monserrate había una imprenta donde se imprimían los argumentos de las zarzuelas que presentaba el Teatro Albisu, con actores famosos. También allí se tiró una revistilla teatral llamada El Teatro, que tenía dibujos del caricaturista del periódico La Lucha.

El segundo establecimiento fue otra peletería, El Escándalo, vendían zapatos para caballeros, señoras y niños. Era propiedad del popular vendedor Carneado el primer comerciante habanero en demostrar tener un sentido renovador cuando usó la música como atracción del público al instalar un órgano dentro de la tienda que durante todo el día tocaba piezas populares. Allí estuvo hasta 1900 que el Sr. Lacalle abrió su negocio Edén París. En 1909 se estableció en el mismo local el Sr. Barros con su nombre Bazar París. 

La perfumería Frank’s Store, fue otra de las pioneras en ocupar un sitio en la Manzana. Abrió sus puertas en 1901, cuando su propietario Francisco Farnes inició el negocio. Luego al entrar en la gerencia el Sr. Francisco González cambió la firma.

Pero en 1905 la Manzana de Gómez sufrió un incendio devastador. El fuego comenzó por la peletería El Gallito, de Louzao y Farnés. Esta tienda se quemó por completo y se extendió a otros locales. 

El cálculo de los daños según el ingeniero Arturo Amigó arrojó cifra de 89,304 pesos oro español. Después de la reconstrucción y con las intenciones de aumentar las rentas, en 1907, Gómez Mena dio en arrendamiento a Enrique Rosas y Aragón, empresario mexicano, la azotea de la Manzana. El edificio que podía construir el señor Rosas sería un circo teatro destinado a toda clase de espectáculos. Igualmente, podía establecer cafetería, restaurante, un salón para patinar y dos torres anunciadoras con todos sus anexos.

En 1907, El Lazo de Oro una sombrerería, se estableció bajo la razón social de Álvarez de Collia. A su lado también por Zulueta estaba El Louvre, otra peletería, que en 1916 giraba bajo la firma Álvaro Miranda y Cía. hasta 1936 que pasó a Sucesores de A. Miranda y Cía.

Desde el 15 de mayo de 1907 se estableció La Especial dedicada a la ropa para caballeros bajo la firma de Campos y Diéguez.

Entre 1908 y 1909 se construyó el Polyteama Habanero en el techo de la primera planta del edificio. Era un conjunto de instalaciones compuestas por salas de teatro, restaurantes, pista de patinaje y algunos kioscos.

En la sala teatro Polyteama Grande, Eliseo Grenet dirigió la orquesta Polyteama Habanero e hizo su debut en el año 1911 a los 16 años. Allí el 18 de mayo de 1911, María Teresa Vera acompañada de Manuel Corona, en un homenaje al comediante Arquímedes Pous, debutó ante un lleno total. 

Aunque el Polyteama Grande, se dedicó a presentar conocidas óperas. Para atraer más público, sus propietarios incluyeron actuaciones del género bufo y comedias de segundo orden.

También contaba con la sala cinematográfica Polyteama Chico o Vaudeville, donde se estrenó en 1913 el primer largometraje silente filmado en Cuba. Desgraciadamente, la empresa fracasó y se demolieron las estructuras de acero y el interior de las instalaciones, manteniendo únicamente las fachadas y la escalera principal del teatro.

La causa del fracaso de los Polyiteamas, fue la falta de un medio cómodo de llegar el público que no estaba habituado a subir escaleras y comenzó a mostrarse indiferente. Además, Gómez Mena, tampoco amante de los espectáculos, se negó a construir elevadores. Algunos empresarios creían su negativa la inspiraba el deseo de que terminaran de una vez los molestos teatros.

La Concha de Venus, era otro de los establecimientos comerciales, instalado desde principios del siglo XX. Se dedicaba al giro de juguetería, aunque luego incorporó la sedería y la quincalla y era sociedad de José Zabala.

En 1911 se instaló la peletería La Libertad, de M. González hasta 1923, de Manuel Crespo hasta 1935 y desde esa fecha, de Fernando del Valle.

También en 1911 abrió sus puertas La Exposición, famosa peletería que se mantuvo abierta hasta la década del sesenta y hasta 1923, perteneció a J. Martínez y Cía. Desde entonces y hasta 1935, se hizo cargo del establecimiento Cesáreo Gutiérrez y desde ese año, Fernando del Valle, quien manejaba entonces La Libertad y La Exposición.

La conocida firma de El Gallo formó parte de los comercios desde 1912, bajo el nombre de Luis Martínez y Hermanos y desde esa fecha cambió para la razón social de Valle Llano y Cía.

En 1916, Gómez Mena solicitó varias licencias a la Alcaldía Municipal para realizar obras de ampliación en la Manzana de Gómez, construyendo pisos altos bajo la dirección del arquitecto Francisco Ramírez. Esta licencia fue expedida a principios de octubre de 1916 y con ello, el complejo cultural y recreativo que se había levantado en la azotea se vino abajo definitivamente, pues las ampliaciones proyectadas convirtieron el edificio en un productivo centro comercial en planta baja y oficinas en las plantas superiores.

En el año 1917 el edificio se terminó, con una totalidad de cuatro pisos nuevos sobre la planta baja y en los años venideros se le dotó de ocho ascensores, dos por cada una de las calles que lo encuadran. Esos pisos, fragmentados en 560 cubículos, se dedicaron a oficinas de abogados, notarios, empresarios, médicos y otros, aunque también funcionaron las academias comerciales Pittman, en el segundo piso, y Gregg, en el quinto. En uno de esos cubículos radicó la Institución Iberoamericana de Cultura, que presidió Fernando Ortiz, y no pocas legaciones y consulados tuvieron en estos sus oficinas. Allí tenían sus bufetes muchos abogados y también la revista Show, de Carlos M. Palma, de enorme circulación para conocer el mundo de la farándula cubana. 

Desde octubre de 1910 se le había vencido su contrato al relojero catalán Fernando Neugart Blanco con Andrés Gómez-Mena. Después de varias reuniones y como este no quería

renovárselo por tener otras ideas con ese local situado en la misma esquina y frente al Hotel Plaza el relojero envió a su esposa Celsa Flora Alonso para convencerlo. De alguna forma Neugart se enteró o pensó que Andrés, que estaba viudo, le dijo o le hizo algo impropio a su esposa. Neugart luego de comprar dos revólveres salió acompañado de su mujer a revindicar su honor. Gómez-Mena estaba conversando con otras personas y le hizo 5 disparos, pero el que le causó la muerte a las 6:53 pm del 11 de enero de 1917 fue el que le perforó el pulmón derecho.

Entonces sus tres hijos, María Luisa, José y Alfonso Gómez-Mena Vila heredaron la propiedad estimada en un millón de pesos y dividido en una tercera parte para cada uno y se creó la Sucesión de Andrés Gómez-Mena, quien se encargó de continuar y terminar las obras.

En abril de 1920, se concedió la declaratoria de habitabilidad del edificio. En ese mismo año, en el centro de la Manzana se colocó un busto de bronce de Don Andrés Gómez-Mena. Luego de robada la Manzana, lo quitaron y pusieron uno de Julio Antonio Mella, en 2013 se desapareció. 

Otra de las más conocidas y antiguas tiendas fue El Centro, sombrerería de Pedro Denis, ubicada, desde 1920, en el centro del pasaje, de ahí su nombre.

En 1924 The Royal Bank of Canada solicitó al Alcalde Municipal de La Habana licencia para realizar reformas en el local ocupado por su sucursal en la planta baja de la Manzana de Gómez. Las obras, proyectadas por el arquitecto José Sabí Carreras, consistieron en la construcción de un piso, a manera de pequeño entresuelo, a nivel de la bóveda existente. Después del crack bancario de 1920, esta institución canadiense absorbió las acciones del Banco de Pedro Gómez Mena, incluyendo su sede y las sucursales, como esta de la Manzana de Gómez.

El control de rentas, de 1930-1931, arrojó que el alquiler del edificio estaba distribuido de la siguiente manera: 16 oficinas de esquina, 32 oficinas de chaflán, 168 oficinas de frente y 76 en interiores, para un total de 292. En la planta baja los 22 locales reportaron $5, 969,000. 

Sastrería EL SOL con sus trajes Anatómicos y Fotométricos

Félix de la Caridad Carvajal y Soto (1875-1949) un cartero conocido como El Andarín Carvajal, en 1928 ya con 53 años, logró la proeza de darle 4,375 vueltas a la Manzana de Gómez. El Andarín había quedado en 4° lugar en la carrera del Maratón en la Olimpiada de San Luis en 1904, no pudo hacer mejor papel porque durante la carrera por el hambre que tenía se comió varias manzanas de una mata que le causaron vómitos y diarreas.

Uno de los negocios más famosos era la sastrería y camisería El Sol fundada en 1898 por José Cordero, que comenzó como una modesta vidriera de quincalla en los portales de la Manzana de Gómez. En 1905 asociado ya con Modesto Torres pasó a ocupar el local que luego los haría famosos y donde estaba la bodega El Arca de Noé cuyo dueño era un simpático bodeguero llamado Patilla.

Torres se retiró del negocio en 1927. Heriberto Cordero, su sobrino, empezó a trabajar en la quincalla en 1922 y al retirarse su tío José Cordero en 1932 pasó a ser el primer gerente y entonces fue que comenzó el negocio de sastrería.

En 1931 adquirieron El Dandy, para la venta de sombreros para caballeros, luego se llamó el Bazar Cubano, también en la misma Manzana de Gómez y en 1948 compraron Peerles, en Monserrate #569 esquina a Neptuno. Sus negocios estaban dedicados a trajes o a ropa deportiva o a camisería.

Heriberto Cordero muy inteligentemente se asoció con sus empleados Pedro Cordero, Vicente López Balboa, Manuel García Barrosa, Alberto Barros y Emilio López.

En 1950 fue que introdujeron una técnica fotográfica para la confección de la ropa a la medida. Sus trajes estaban de moda desde los primeros años de la década de 1930 entre los socios del Habana Yatch Club.

El Sol se hizo célebre por regalarle trajes a los artistas o personajes famosos que visitaban o residían en La Habana.

El glorioso boxeador cubano Eligio Sardiñas Montalvo (1910-1988) conocido como Kid Chocolate, Campeón Mundial en 1931 y 1932, se vestía con los trajes de El Sol. Durante la década del treinta fue considerado uno de los hombres más elegantes del mundo, por la manera en que vestía y se mostraba en sociedad.

Los profesionales “mayorcitos” todavía hoy recuerdan con cariño donde iban para hacerse los trajes a medida.

En la cerca del jardín izquierdo, a continuación de la raya de faul del Estadio del Cerro, había una valla que anunciaba, Sastrería El Sol, Sastres Anatómicos y Fotométricos, en la Manzana de Gómez. El bateador que conectara de “jonrón” sobre ella, le regalaban un traje de ellos.

Fotométricos porque utilizaban fotografías del cuerpo del cliente para que los sastres cosieran y ajustaran los trajes, estas diferencias se comprobaban no solamente con las medidas tomadas.

Gracias a su sistema de fotografías podían hacer un traje en muy poco tiempo, he oído que hasta en una hora, aunque no he podido comprobarlo. 

El Bazar París en 1931 pasó a ser Peerless que en 1948 fue comprado por los dueños del Sol y siempre estuvo dedicada esta casa al giro de ropa para hombres.

La sombrerería Broadway, propiedad del señor José Incerra y la peletería El Sol, de Virginio Rodríguez, se establecieron en el año 1935, en el local donde, originalmente, estuvo el café Torre de Oro.

Se llamó Bazar el Progreso hasta 1931 posteriormente se denominó Camisería Orbe, propiedad de Cándido Fernández Mel. 

Desde 1936 La Farmacia Central, anteriormente era National Drug Store.

Dos populares barberías instalaron sus sillones allí, La barbería Torre del Oro y La Internacional. La primera de Antonio Baronat y la segunda de Zubia y Fraginals.

El Centro de la Moda, hizo época en ropa para caballeros. Desde 1939 era propiedad de Modesto Menéndez. En 1940 se estableció la peletería, El Pasaje, de Martínez y Cía.

El Café El Salón H era también uno de los más antiguos establecimientos comerciales. En 1925 era manejado por Marcos Fernández. Fue siempre por su situación céntrica lugar preferido por los que acostumbraban a hacer sus veladas en los cafés. Era lugar habitual de reunión de artistas y celebridades que visitaban La Habana. Las compañías que trabajaban en los teatros Polyteama y Albisu, se reunían alrededor de sus mesas.

En tiempos de la colonia era lugar frecuentado por la oficialidad del Ejército Español, hasta el asesino Valeriano Weyler la visitó.

En el mismo Salón H había otro negocio, pero dedicado a la venta de tabacos y cigarros, una propiedad de Lores y hermanos desde 1924, aunque anteriormente era de Celestino Fernández.

Los pisos superiores estuvieron ocupados por reconocidas empresas e instituciones de diverso carácter. Allí se instalaron las oficinas de las compañías azucareras de la familia Gómez-Mena así como el Banco de su propiedad. Varias Asociaciones y clubes como el Club Rotario de La Habana, la Cámara de Comercio Francesa y la Española también. Los consulados de República Dominicana y de Alemania. Diversas compañías de Seguros y otras ramas de la Economía. Hasta la oficina de la Falange Española. Igualmente, fue sitio ideal para abogados, contratistas y comisionistas y hasta para gabinetes de estomatología como el del Dr. Lamas. Fue sede de varias Escuelas Internacionales y de la famosa Academia Pitman.

La Unión de Comerciantes de la Manzana de Gómez creada en 1934, fueron los primeros en Cuba que instalaron una planta eléctrica para producir su propia electricidad. A iniciativas de Miguel Barros, de la casa Peerless, que fue quien inició la colecta de $25,000, para comprar e instalar la planta necesaria, mediante un impuesto que ellos mismos se fijaron de 1½ % sobre las ventas. Era una planta de petróleo marca Ruston y a los 5 años de comprada amortizó el capital invertido, quedando la planta para el alumbrado a los 22 establecimientos comerciales que de ella se abastecían. La última reunión de la Unión de Comerciantes fue en 1961 porque ya había llegado el Destructor en Jefe y había comenzado la destrucción de Cuba.

En mayo de 1938 cuando los festejos de las Bodas de Oro, con motivo del cincuentenario de la Manzana de Gómez, fueron alumbrados 5,800 bombillos eléctricos, sin alterar en nada el consumo normal con la sobrecarga del derroche de luz para el decorado de vidrieras y portales.

Las fiestas duraron una semana, hubo un concurso a las mejores vidrieras, un locutor de radio permaneció 70 horas hablando por el micrófono. Orquestas y cantantes transmitieron programas durante el tiempo de los festejos, alegrando a la concurrencia.

El 1° de diciembre de 1940 José Antonio Alonso y Xiomara Fernández se casaron en CMQ y el novio, por supuesto, llevaba puesto un frac del Sol.

Habían pasado 34 años desde la muerte de su padre en el mismo lugar y el lunes 29 de enero de 1951, José Gómez-Mena y Vila fue atacado con tres tiros cuando subía al edificio por la puerta de Zulueta, recibió un disparo a sedal en el cuello, otro en el pómulo izquierdo y un tercero en la pierna derecha. Ingresado y operado en el Centro Médico Quirúrgico, sobrevivió. Su agresor fue Ángel Machado Palomino, ex empleado de confianza de uno de los ingenios azucareros de los Gómez-Mena quien se disparó en la cabeza y falleció el 1° de febrero de 1951.

El primero de enero de 1959, algunos miembros del grupo de Rolando Masferrer Rojas, quien apoyaba al gobierno de Batista, se atrincheraron en una oficina en la Manzana de Gómez. Se armó un tiroteo y durante muchos años se podía ver los impactos de bala en el edificio. 

Durante muchos años seguían grabados en el piso de granito el nombre de “EL SOL” y el logotipo de “MG”, que no se sabe si correspondía a Gómez- Mena o a la Manzana de Gómez.

En las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX, fue considerada el Wall Street cubano, el motor económico de la capital, las grandes fortunas de la Isla y otras que invertían en ella radicaban o pasaban por allí, a negociar en sus bancos y oficinas. FC quiso o llegó a cambiarle el nombre al edificio, como queriendo borrar todo rastro de su pretérito esplendor, pero todos los cubanos la siguen nombrando Manzana de Gómez y no importa lo que allí hagan, así se seguirá llamando.

En 1958 estaban estos 

negocios en la Manzana 

de Gómez:

Salón H (Cafetería)

Savoy (Efectos de Fotografía)

El Lazo de Oro (Sombreros)

Orbe (Sastrería)

El Sol (Sastrería)

El Centro (Sastrería)

Havana Sport (Sastrería)

Pérez Ladislao (Sastre)

Ernesto L. Gans (Seguros) #447

La Corporación Panamericana de Cuba (Seguros)

El Águila Imperial (Seguros de Vida) #414-25

Jesús M. Pino (Seguros) #265

Bruno Stahl (Seguros)

Amador Rodriguez (Seguros) #450

Manuel Diéguez (Ropas para Caballeros)

Monsiur (Ropa para Caballeros)

La Especial (Ropa para Niños y Jóvenes)

Peerless (Ropa de Niños y Jóvenes)

Domingo Bolet (Efectos Sanitarios) #450

Ernesto Rodríguez (Dentista) #352

Gilberto Díaz (Efectos Eléctricos)

Angélica Fernández Barroso (Academia Corte y Costura) #213

Academia Pitman (Clases Mecanografía y más) #214-216

Escuela de Radio, Electrónica y TV #540 al 543

ABOGADOS:

Gumersindo Acosta #270                                                

Rolando Acosta #425

Julio C. Arriaga #341

Carlos A. Arriaga #341

José A. Casabuena Miranda #351

Rafael S. de Calzadilla #5

Miguel Ángel Camejo #312

Manuel Cano #546-A

Aurelio R. Cantera Fernández #232

Andrés Castañeda Padrón #550

Alberto Darias #514

Raúl Fernández Mederos #452

Armando Flores #206

Ángel García Silva 

Hernández & Revilla #228

Manuel F. Lamas #251

Leopoldo Ledón #322

Carlos López Aguiar #232

Raúl López Castillo #433-A

Manuel B. López #564

José Francisco Olivera Sendra #106

Pedro Matos Pérez #551

Cesar Mederos #531

Gregorio Montano #231

José Musa #513

Francisco Ozequera #245

Ricardo Padierne #302

Feliciano Padrón #444

Raúl Plasencia #247

Alberto Rubén Rodríguez #247

Rousseau y Doreste #338

Raúl Santo Tomas #344

Oscar Sieglie #237

Ángel Sierra Menéndez #550

Alberto de la Torre #264

Alberto Valdés #565

Joaquín Vega Jorcano #203

Ernesto Villaverde Hava #351

Aldo Zervigón #328

Rafael Zuazo #402

INGENIEROS:

Adrián Macía #325

Félix Rousseau #338

Raúl Simeón #463

CONTADORES: 

Miguel del Valle

He dejado para el final esta información sobre los cuatro hijos del burgalés Andrés Gómez-Mena y la cubana Eugenia C. Vila y Pérez.

María Luisa (1880-1963) casó con Agapito de la Cagiga, nacido en Revilla de Camargo, en Cantabria, de allí su título de condesa de Revilla Camargo. Construyó en 1909 un edificio comercial de 5 pisos en Teniente Rey y Mercaderes. En su casa de 17 #502, en El Vedado le encontraron y robaron en 1964 y 2013 obras de arte que había escondido antes de salir al exilio. 

Alfonso (1881-1936) se casó con su prima María Vivanco y padres de 7 hijos: María Luisa, Gloria, Olga, María de las Mercedes, Alfonso, Andrés y Cristina que murió el mismo día de su cumpleaños cuando se casó el 1° de agosto, 1927 por accidente en su automóvil.

Andrés, se casó con Germana Peña.

José Genaro “Pepe” (1882-1980) Ministro de Agricultura en 1936. Se casó en 1917 con Olga Seigle y padres de Lillian Rosa (1917-1992) quien casó en 1936 con Alfonso Gerónimo Fanjul Estrada (1909-1980), hijo de María Josefa Estrada con Higinio A. Fanjul Fernández, este era hijo de María de la Concepción Rionda y Polledo, la hermana del asturiano conocido como el Rey del Azúcar, Manuel Rionda Polledo (1854-1943) por tanto Alfonso G. Fanjul Estrada era sobrino nieto de Manuel Rionda. 

Lillian y Alfonso tuvieron 5 hijos, cuatro varones y una hembra, sobre ellos podemos afirmar que: Alfonso “Alfy” (1937), José “Pepe” (1944), Alexander (1950), Andrés (1958) y Lillian “Lian” Fanjul Gómez-Mena son bisnietos de Andrés Gómez Mena y a su vez sobrinos bisnietos de Manuel Rionda Polledo.

Lillian “Lian” estaba casada con Norberto Azqueta (1930-2020) el hijo del vasco Jesús Azqueta dueño de 3 centrales en Cuba: Santa Isabel, Trinidad y Guipúzcoa. El central Matilde en Chivacoa, Venezuela. Dueño además de papeleras en Cuba y de la línea aérea Cuba Aeropostal.

José Genaro, divorciado de Olga se casó en 1939 con Elizarda Sampedro Robato, la hermana de Edelmira Sampedro, condesa de Covadonga (1906-1994) primera esposa de Alfonso de Borbón y Battenberg, hijo primogénito del rey Alfonso XIII, Príncipe de Asturias y tío del rey Juan Carlos. De aquí las buenas relaciones de los hermanos Alfy y Pepe Fanjul Gómez-Mena con el rey emérito Juan Carlos.

José Genaro vivía en la calle 146 # 2107 entre 21 y 21-A, en el Country Club.

Estos reyes del azúcar son propietarios no sólo del Central Romana en República Dominicana, sino también de Domino Sugar, un grupo empresarial de refinerías ubicadas en Nueva York, Baltimore y Luisiana. En Florida, donde tienen su residencia, poseen Okeelanta Corporation, Osceola Farms Co., Atlantic Sugar Association, New Hope Sugar Company, Closter Farms Inc., además de otros centrales, refinerías y empacadoras.

Florida Crystals, produce dos de cada tres cucharadas de azúcar que se consumen en EE.UU.

En Cuba fueron dueños de los centrales: Gómez-Mena, Merceditas, Resolución, Estrada Palma, Sofía, La Julia, San Antonio, Vitoria, Miranda y Amistad en Güines donde en los primeros años de la década 1950, la escultura en bronce del valenciano Mariano Benlliure (1862-1947) “El Coleo” fue colocada sobre un pedestal de 4’9” de altura, en una especie de plazoleta frente a la casa de vivienda, las oficinas y la capilla del ingenio Amistad.

Propietarios también de: La Industria Andorra S.A., la Industria Siporex, para fabricar bloques de concreto, el Club Almendares, Banco de Comercio, Compañía Arrocera Guanamón, Industria Arrocera Mayabeque, entre otros.

Los patriarcas de la familia son los hermanos José “Pepe” Fanjul y Alfonso “Alfy” Fanjul. Pepe es un partidario del Partido Republicano y Alfy del Partido Demócrata desde hace mucho.

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