La Famosa esquina de Tejas

Written by Alvaro J. Alvarez

27 de octubre de 2021

En la ciudad de La Habana había algunas esquinas famosas como: Prado y Neptuno, Galiano y San Rafael, 23 y L, 23 y 12, Esquina de la Cruz Verde, Esquina de Toyo y Esquina de Tejas.

En la Esquina Prado y Neptuno donde estaba el restaurante Miami, había en el segundo piso una sala de bailes donde todos tenían derecho de entrar y la visitaban muchos jóvenes, sobre todo estudiantes. La orquesta que amenizaba era La América dirigida por Ninón Mondéjar y el director musical era Enrique Jorrín quien declaró que vio entrar a una jovencita muy desarreglada que se encaminó hacia el baño pero cuando salió lucía de lo más compuesta, bien peinada, maquillada y elegantemente vestida con un traje de hilo puro. Los músicos, que se percataron del cambio tan rápido, comentaron que esa muchacha engañaba y uno de ellos exclamó: ¡Es una engañadora! Esto inspiró al maestro Jorrín para escribir en 1953, la letra de su famoso chá-chá-chá: A Prado y Neptuno, iba una Chiquita, que todos los hombres.

La Esquina de Galiano y San Rafael, era el centro de toda esta zona comercial donde estaban ubicados cuatro de los establecimientos que más dieron que hablar en aquel entonces: la tienda de ropa y novedades El Encanto; la quincallería La Casa Grande, donde luego se estableció el Ten Cents; la peletería La Moda y el café La Isla, este último desapareció, dando paso al moderno edificio de la actual tienda de ropa Flogar. Galiano se llama Avenida de Italia.

El pueblo comenzó a llamarla popularmente como la Esquina del Pecado, ya que, en ella, al decir de un cronista de la época, era perdonable el pecado de mirar a las mujeres bonitas que frecuentaban el lugar. Parece ser que la frase se debe al periodista Manuel Lozano (1874-1939).

La Esquina de la Cruz Verde se conoce así por una cruz pintada de ese color en la pared de la casa que mira hacia el noroeste, donde se cruza la calle Amargura con Mercaderes, en La Habana Vieja. La cruz es una de las 12 que podían encontrarse a lo largo de la calle Amargura en los tiempos de la colonia, originadas como una señal cuando el Vía Crucis pasaba por allí cada Pascua, desde la Plaza de San Francisco hasta la Plaza del Cristo.

La calle Amargura (entonces de la Cruz Verde) se llenaba de ofrendas y procesiones frente a las cruces verdes que marcaban las estaciones del Vía Crucis, era bastante común que quienes no podían participar de los pasos de Semana Santa se arrodillasen a rezar delante de las distintas cruces colocadas a lo largo de la calle y que dieron nombre a la misma durante varias décadas.

La Esquina de Toyo se encuentra donde converge la Calzada de 10 de Octubre (o Jesús del Monte), la Calzada de Luyanó y la calle San Leonardo. Toyo puso su negocio en 1832 y después era Panadería, Dulcería, Bodegón, Café y todos con el nombre Toyo. Allí estaba también la Oncena Estación de Policía, el Cine Moderno, una Peletería, una Barbería, una Fotografía, una Farmacia, una Tintorería, las tiendas de los llamados “Polacos”, el Bazar Boston y el Apartamento donde vivía el Sargento Fulgencio Batista el 4 de septiembre de 1933, al parecer allí se preparó en parte, el cuartelazo contra el presidente Céspedes.

La Esquina de Tejas se le llama así porque las casas que se ubicaban allí durante la época colonial tenían techos de tejas francesas color terracotta o porque ahí vivía Felipe Tejas que poseía dos casas en esa zona. La Esquina de Tejas nunca fue y ahora menos, un lugar bonito o atractivo, ni de grandes comercios, simplemente ha sido un punto de referencia para viajar a un lado u otro de la ciudad porque se encuentra en la intersección donde termina la calle Infanta, nombrada en honor a la Infanta Eulalia, o Avenida Menocal, que corre de Norte a Sur y allí empieza la Calzada de 10 de Octubre o de Jesús del Monte. También allí termina la calle Monte o Calzada de Máximo Gómez que nace en Egido y continúa como Calzada del Cerro hacia la Avenida de la Independencia o de Rancho Boyeros, al oeste. Era una zona de mucho tráfico durante todos los horarios, incluso en la noche y comenzó a hacerse famosa finales del siglo XIX, cuando ya era una esquina con nombre propio.

En la esquina noreste (Infanta y Monte) había un edificio de tres plantas construido en 1926 y en los bajos estaba la panadería La Esquina de Tejas, nombrada antes La Cantábrica, de donde salía el mejor olor a pan de La Habana, aroma a pan fresco y tocaba un timbre para anunciar el café acabado de colar. Allí estuvo durante varias décadas, un limpiabotas muy famoso y conocido solamente por El Conguito.  A continuación y por la acera de Monte, la Fonda El Globo de Tejas y Ferretería Esquina de Tejas en el #1170.

Había gente, comida, bebida y la posibilidad de hacer un alto en el camino para luego coger un transporte que te llevaba a otro lado de la ciudad. Solo faltaba algo que hiciera quedarte un poco más, era en la esquina noroeste (Infanta y Calzada del Cerro) el modesto y anciano Cine Valentino donde la entrada costaba 10 centavos y el martes era Día de Damas. Como tantos cines de barrio en Cuba, el cine Valentino fue derribado. Anteriormente al Cine, estaba la Quinta del Conde de Villanueva. Actualmente, en este lugar, ahora nivelado, redondeado y la calle ampliada, se construyeron dos edificios residenciales de 21 pisos, que demoraron más de 15 años en construirse y ya en 2010 estaban derrumbándose. Detrás, por Infanta estaba la Valla de Gallos, La Nacional, donde el dinero corría aún en los peores momentos de la República y no pocos quedaron arrancados por las apuestas al gallo perdedor.

En la esquina sureste (Monte y 10 de Octubre) estaba el Bodegón de Tejas y luego el Bar Cantabria.

En la esquina suroeste (10 de Octubre y Calzada del Cerro) por la Calzada del Cerro, estaba el Bar Moral, nombrado así por el apellido de su propietario, Ramón Moral García, con una escalera estrecha al lado a la planta alta de esa edificación, el Juzgado Municipal del Oeste y a continuación en el #1217, la Quinta de Don Miguel de Cárdenas, el Marqués San Miguel de Bejucal. En el patio de la casa número 1213, al lado de la residencia de Don Miguel, se encontró en 1944 un yacimiento petrolífero. La casa en la que vivían más de 40 personas fue adquirida por Miguel Martínez Chávez, campesino agricultor de papas en el municipio La Salud (45 km al sur de la Esquina de Tejas). Al comenzar el derribo del edificio, abriendo una fosa para el tratamiento de las aguas albañales, se sintieron emanaciones de gas procedentes de la excavación y a 150 pies se encontró un fango negro y craso muy saturado de un líquido oscuro, pero no se tiene referencias de lo que sucedió después. No sabemos si era petróleo, gas o una falsa alarma.

La Calzada de Máximo Gómez, Calzada de Monte o simplemente la calle Monte, una antigua calle habanera donde podías caminar a la sombra de sus portales y por supuesto no te mojabas si llovía. Estaba llena de hermosas vidrieras que exponían ropa, zapatos y otros muchos productos, por lo era un paseo típico de los habaneros recorrerla de día o de noche. Jorge Mañach cataloga-ba a Monte como: sabroso criollismo. Comienza en Egido y termina en la Esquina de Tejas, desde allí y en la misma dirección Este-Oeste comienza la Calzada del Cerro que finaliza en la Avenida de la Independencia o de Rancho Boyeros.

Era en el Cerro donde estaba ubicada la entrada de agua a la ciudad y la sede del acueducto que aún existe hasta nuestros días. Se encuentra en El Cerro el Canal de entrada de La Zanja Real, primer acueducto habanero, que llevó el agua a la ciudad desde 1592 hasta el siglo XIX.

Por tanto, es cierto, el Cerro tiene la llave.

La Calzada de Infanta se llamó primeramente la Calle del Pontón, luego Infanta y desde el 5 de mayo de 1921, oficialmente la Calzada del Presidente Menocal, comienza en la calle 23 y Malecón, para terminar en la Esquina de Tejas y allí comienza, en la misma dirección Norte-Sur, la Calzada de 10 de Octubre o también conocida como la Calzada de Jesús del Monte que termina bifurcúndose en Calzada de Bejucal y Calzada de Managua.

Curiosamente, Infanta era la única de las calles importantes de La Habana cuya numeración corría de sur a norte (y no a la inversa como era lo usual en el resto de la ciudad), por lo que los primeros números correspondían a las inmediaciones de la Esquina de Tejas. El orden de los números se invirtió en los años 1936-1937.

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