La Familia Casteleiro y sus Empresas

Written by Libre Online

19 de mayo de 2021

El nombre Casteleiro y Vizoso identificaba. desde el mismo inicio del siglo XX, actividades comerciales en Cuba que se continuaron extendiendo hasta llegar a triunfales esfuerzos, los cuales permitieron establecer en Miami las oficinas principales de Dow Chemical International para Latinoamérica.

En medio de empresas e inversiones que no se limitan “Dow Latin America”, la familia Casteleiro ha dejado su muy apreciable huella en el mundo empresarial, anterior a sus vínculos con Dow Chemical Company.

Nos remontaremos a 1901, cuando Segundo Casteleiro y Gaspar Vizoso, apoderados de Leonardo Buñuel en la empresa inicial que ellos dos administraban desde 1897, constituyeron la sociedad “Casteleiro y Vizoso, S. en C.”, a la cual pudiéramos considerar como un largo capítulo en ese tipo de actividad empresarial en Cuba y otros lugares.

“Casteleiro y Vizoso” quedó instalada en su propio edificio en la calle Lamparilla número 4. Mientras aumentaba la intensidad y el reconocimiento de esa sociedad, se organizó, pocos años después, el Departamento de Equipos de Oficina que ostentaría la representación exclusiva de los más renombrados fabricantes extranjeros.

El prestigio de esa sociedad comercial se extendía mas allá de Cuba y del continente, como lo indicaba la “Gestetner Ltd”, de Londres, surtidora de duplicadoras a un público extendido por América, Europa y las antiguas colonias británicas.

En un importante estudio que sirvió por mucho tiempo como forma de divulgación de iniciativa empresarial en Cuba se escribió acerca de la Casa Casteleiro y Vizoso lo siguiente: “…tiene sus raíces en la colonia, pero su tronco y sus frutos son de la República”.

Fuentes consultadas aseguran que las propiedades e inversiones de la familia superaban los 60 millones de pesos, equivalentes al dólar, al terminar el período de la Cuba republicana.

El apellido Casteleiro indica capacidad, trabajo, iniciativa y otros valores que identifican a cubanos que en el pasado, dentro de Cuba, y en el presente de exilio y dispersión, servirían para llenar capítulos enteros de la libre empresa.

Segundo Casteleiro, hijo de Antonio Casteleiro Rojo y de María del Carmen Pedrera y Santos, nació en La Coruña el 14 de abril de 1931. Cursó sus primeros estudios en su ciudad natal y luego pasó a estudiar el bachillerato el Instituto General y Técnico de esa ciudad. Su destino sería mayormente en Cuba, país que le acogió y que constituyó para el su segunda patria y la tierra natal de sus hijos.

Siendo todavía un adolescente, atraído por el movimiento y las conversaciones en los muelles, logró que su señora madre le sacara pasaje en el vapor “Reina Mercedes”, lo cual le permitió llegar primero a San Juan, Puerto Rico, para luego llegar a La Habana el 6 de octubre de 1891 a la edad de 16 años.

Don Segundo gustaba anotar en sus memorias, detalles sumamente interesantes para describir las aventuras y desventuras de un joven y soñador emigrante español. En sus anotaciones mencionaría como seis años después de su llegada sería se le concedería a Cuba, por parte del gobierno español, lo que el concebía como algo tardío y estéril, una autonomía que pudiera haberse concedido décadas atrás para beneficio de cubanos y españoles. Los años 1897 y 1898 indicaban algo que se otorgó demasiado tarde.

De auxiliar en el departamento de arte, un modesto empleo que desempeñó en el establecimiento “El Fénix” con $25.00 en billetes de sueldo mensual, que representaban $10.00 en oro, Casteleiro logró después ingresar, con ayuda de un familiar, Don Manuel Suárez Casteleiro, en un almacen importador de ferreteria como auxiliar de Tenedor de Libros.

Había entablado amistad y compartido planes con el distinguido señor Gaspar Vizoso, a quien conoció en Batabanó y a partir del establecimiento de esta relación se iniciaron sus labores como administradores y finalmente como dueños y fundadores de Casteleiro y Vizoso.

Surgirían otras relaciones y otros proyectos además de los descritos al principio de este trabajo y mas allá de los de ferreteria. Establecería excelentes relaciones con Laureano Falla Gutiérrez, figura importantísima de la economía cubana. Se invertiría en Ferrocarrilos Unidos y se tendría por consiguiente actividades con sistemas de trenes en Ferry.

Don Segundo Casteleiro desempeñó en su momento el cargo de presidente de la Jarcia de Matanzas, gran empresa que desde 1918 giraba bajo la denominación de “Jarcia de Matanzas, S.A.” (Matanzas Cordage Company).

No dejaremos de señalar la actividad de un hijo de Don Segundo, Jorge Casteleiro Colmenares, entre otras razones, por tratarse de un cubano que no solo continuó la tradición familiar sino que en medio de las grandes complicaciones de la vida de exiliado dejó su huella en los negocios internacionales.

Jorge Casteleiro obtuvo su título de abogado en dos prestigiosas instituciones, la Universidad de Harvard en Estados Unidos y la bicentenaria universidad habanera. Su vida profesional se enriqueció profesionalmente con relaciones de trabajo que incluyeron a algunos de los grandes abogados de la época.

En lugar especial debe señalarse el enorme privilegio de ingresar en el bufete que encabeza Don Antonio Sánchez de Bustamante y Sirvén, el gran jurista cubano de fama internacional.

El doctor César Salaya de la Fuente establecería después el Bufete Salaya-Casteleiro, Profesor de Derecho Internacional de la Universidad de La Habana, con su cuñado el doctor Jorge Casteleiro Colmenares, que ya hemos señalado como graduado en Harvard. El bufete estaba integrado además por Agustín Goitisolo, Eduardo Deschapelles, José Ramírez Tapia, Esteban Ferrer Ruiz, Jesús Pardo y Francisco Pérez Vich. La influencia del grupo se dejó sentir en el país y repercutiría fuera del mismo.

Pero los acontecimientos determinaron otros rumbos. Al llegar al poder la tiranía castrocomunista, Don Jorge se trasladó a Miami. Ingresó en la compañía Dow en julio de 1964 como resultado de una llamada de su amigo Manuel Maza que había sido su compañero en la Universidad de La Habana.

Cuando desempeñaba el cargo de Director de Asuntos Legales y Gubernamentales de la empresa se le pidió seleccionara ciudades en las cuales sería adecuado establecer las oficinas centrales para Latinoamérica. Se habían incluído como posibilidades a México, Lima, Sao Paulo y San Juan de Puerto Rico.
Con mucho esfuerzo, Casteleiro logró que se considera al Gran Miami entre los sitios que el Comité, designado al efecto, debía considerar. Requeriría un estudio largo y detallado describir las discusiones que condujeron finalmente, sobre todo gracias a Casteleiro, que Miami fuera seleccionado.

Después de infinidad de estudios y reuniones se logró situar las oficinas en Miami y en septiembre de 1966 se iniciaron las operaciones en Coral Gables, en el edificio con el número 120 en la calle Giralda, las cuales se trasladaron cuatro años después para el 2801 Ponce de León.

Las ventas de Dow Chemical subieron entonces, de 60 millones de dólares a 475 millones en solo diez años. Al incluirse las realizadas en Brasil se ascendería a mil millones de dólares.

Consideramos interesante, utilizar algo relacionado con otras actividades notables de Jorge Casteleiro Colmenares. Según datos ofrecidos por varias fuentes y por su hijo Jorge Ignacio, pudimos ampliar lo que conocíamos sobre las contribuciones de Don Jorge a la Agrupación Católica Universitaria (ACU). El siempre se consideró un producto “práctico” de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.

El Padre Felipe Rey de Castro había sido un verdadero director espiritual para la familia, especialmente para la esposa de Jorge. Fue ella quien quiso acercar a Don Jorge y otros familiares a los Ejercicios Espirituales dirigidos por el Padre Rey de Castro, religioso de primera fila en la tarea ejemplar de la Compañía de Jesús en formación de jóvenes.

Jorge Casteleiro Colmenares fue instrumento escogido para llevar adelante varios proyectos de la ACU y fue uno de los que hizo posible la Casa de Ejercicios Espirituales en El Calvario, La Habana. Asimismo, además de una serie de proyectos específicos, Casteleiro fue un Agrupado que se dedicó a asegurar la continuidad de la ACU en Cuba y después en Estados Unidos.

Consideró, con gran acierto, que el Padre Amando Llorente era la persona indicada para continuar la labor del Padre Rey de Castro. Testimonio de sus labores es la Casa de Retiros Pio XII, una de sus muchas contribuciones. Es mucho lo que puede escribirse de su recorrido espiritual.

Una extraordinaria persona unida en matrimonio con Maggie Casteleiro, hija de Orge, es el doctor Alberto (“Bertie”) Sánchez de Bustamante y Parajón, la figura central de la fundación de Herencia Cultural Cubana. Sería imposible escribir sobre el tema sin resaltar la inmensa colaboración que ha aportado esa piadosa dama a las grandes labores encomendadas a su esposo.

Los vínculos de los Casteleiro con la ilustre familia Sánchez de Bustamante se remontan a sus primeros tiempos en Cuba. Jorge Casteleiro Colmenares deseaba que uno de sus hijos fuera médico. Pues bien, a esa ilustre familia se unió el doctor Alberto “Bertie” Sánchez de Bustamante. Su esposa, Maggie Casteleiro de Sánchez Bustamante, ha sido la mas estrecha colaboradora de los esfuerzos de “Bertie”.

La libre empresa cubana sigue vigente en la continuidad de instituciones y en miembros de familias orgullo de la nación, lo cual gustosa y desinteresadamente recoge LIBRE, el único medio que con toda rigurosidad se encarga de revivir y actualizar las páginas históricas de nuestra Cuba cuando era república.

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