Sabíamos que Pedro Castillo era un maestro rural sin experiencia política, torpe, por añadidura, marxista por adoctrinamiento, y títere encubierto del Socialismo del Siglo XXI por solidaridad ideológica. Ahora como presidente de Perú, electo democráticamente, ha corroborado todo lo anterior. Su ineptitud se elevó al grado supino, cuando en un tembloroso discurso desde la silla presidencial, declaró la disolución del Congreso, suspensión de los derechos constitucionales, imposición del toque de queda y gobernar por decreto. O sea, por su omnipotente voluntad, terminar, en una alocución que duró 9 minutos y 59 segundos, el estado de derecho, el proceso institucional y la democracia en Perú.

  Pedro Castillo, presidente elegido por medios democráticos, intentó dar un golpe de estado apuñalando la democracia que lo llevó al poder.

  Pero no pudo. En esta ocasión, como raras veces ocurre, las fuerzas armadas y policiales, se mantuvieron al lado de la constitución y lo detuvieron cuando éste, desprovisto del apoyo del Congreso, y del Tribunal Supremo, intentaba escapar hacia la embajada de México, donde ya el presidente López Obrador había dado órdenes que se abrieran las puertas para darle refugio.

  Todo estaba planeado al estilo castro-chavista, implantado en Latinoamérica desde hace varias décadas, ahora con la complicidad de México y Colombia.

  Dos días después de su detención, las células comunistas que operan en Perú, con apoyo logístico y financiero de Cuba, y Venezuela, iniciaron los acostumbrados disturbios, quemazones, y vandalismos, reclamando la restitución de Castillo a la presidencia. 

  Para los planes de control político regional del presidente mexicano, la destitución de Castillo representa un duro revés. Se le cae un peón importante en la cadena que ya se iba hilvanando con la reciente adición de Colombia y Brasil. Tanto escozor ha causado la destitución de Pedro Castillo en el grupo socialista, que ha enviado una carta airada, hasta desafiante, al gobierno actual de Perú, en protesta contra el tratamiento que se le estaba dando a Castillo, que nunca, hasta ahora, por todo lo sabido al escribirse estas notas, no se le ha maltratado, cosa que han asegurado fuentes oficiales e independientes. La firman, Petro, Ortega, Evo Morales, Alberto Fernández y López Obrador, la nueva pentarquía socialista con pretensiones controladoras en la zona hispano parlante del Continente.

  Es una misiva hipócritamente cínica. Pero donde el cinismo llega al cénit, es en la rúbrica de Andrés Manuel López Obrador.

  El presidente de México se ha pasado los tres años de su presidencia enarbolando, a su conveniencia, la cacareada y falsa “Doctrina Estrada” sobre la no intervención en los asuntos internos de otros países. ¿Qué se respete religiosamente la libre determinación de los pueblos? ¡miércoles!

  ¿Puede ser determinación libre de los pueblos de Cuba, Venezuela, o Nicaragua, vivir bajo el terror, el crimen y el hambre, dominados por insaciables tiranos?

  ¿No dice nada a López Obrador la agonía de estos pueblos, cuando decide aliarse ideológicamente con sus opresores? Esa es la “determinación de los pueblos” que defiende López Obrador excusándose en una “Doctrina Estrada” que funciona vendándose los ojos, y taponándose los oídos, para no oír, ni ver, nada más que aquello que le conviene.

  El presidente mexicano decidió limpiarse el cuello con la famosa doctrina, cuando se fue a ver al presidente Biden a pedirle que le retirara el famoso “embargo” a Cuba, o, como lo hace ahora, presionando al gobierno de Perú, casi demandando, en una carta improcedente, que reinstaurara en la presidencia al golpista Pedro Castillo. ¿No es esto, una injerencia, en los asuntos internos de otra nación?

  Tanto López Obrador, como los otros tres signatarios, no hicieron más que mostrar su verdadero color, al hacer causa común con un violador de los principios constitucionales de su país, que pretendió asestar un golpe de estado que rompería el ritmo institucional de la nación con desastrosas consecuencias. 

  Al quinto día de la destitución de Pedro Castillo, las calles de varias ciudades de Perú, incluyendo Lima, la capital, son objeto de disturbios y vandalismos de simpatizantes de éste, organizados por las redes comunistas venezolanas.

  Perú, incluso dentro de los parámetros de América Latina, tiene un pésimo récord de gobernabilidad. Esa es una realidad incontrovertible. La corrupción ha sido un mal endémico por décadas. En los pasados 8 años, para anotar un ejemplo, Perú ha destituido a seis presidentes por corrupción, lo cual expone una imagen deplorable para la nación, sin síntomas visibles de corrección a corto plazo.

  La única realidad que surge de la ineptitud y transgresión moral de Pedro Castillo es la caída vertiginosa de Perú dentro de la más profunda crisis constitucional de los últimos 30 años, cuyas implicaciones podrían ser devastadoras en el orden económico, político y social para la nación. 

  Al final, Pedro Castillo se tornó en un dictador de unas pocas horas, después de 17 meses en la presidencia con una ejecutoria ruinosa, nombramientos y renuncias de 80 ministros, y se va con serias acusaciones de corrupción.

  El intento de autogolpe le falló a Castillo. Pero, dentro de toda esta tramoya fatal, resalta un tema preocupante. Media docena de países de la región, se han negado a reconocer a Dora Boluarte como nuevo presidente, apoyando de hecho a Castillo y a su pretendido golpe de estado.

   En verdad, América Latina, continúa siendo un continente en erupción.

BALCÓN AL MUNDO

Finalmente, Estados Unidos ha aprobado suministrar a Ucrania con el sofisticado sistema de defensa aérea conocido como Patriot. Los misiles que serán enviados tendrán un alcance de, aproximadamente, 100 millas, no los de mayor alcance que posee la fuerza aérea norteamericana, ni los más avanzados, pero, no obstante, podrían cambiar el curso de la guerra en favor de Ucrania.

El armamento les llegará en las próximas semanas, pero antes de ponerse en uso, los soldados ucranianos, previamente escogidos, serán entrenados en Alemania por seis semanas, en un entrenamiento acelerado. El soldado americano recibe un entrenamiento de 5 meses, antes de manejar solo las baterías de Patriots.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, fue un factor importante en la aprobación del suministro de los Patriots a Ucrania.

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Sam Bankman-Fried, fundador de la compañía FTX, que a los 30 años llegó a alcanzar una fortuna estimada en 16 billones de dólares, no por vías ciertamente legales, va terminando en completa destitución, y probablemente en la cárcel.

SBF como le llaman en sus círculos allegados, enfrenta ocho cargos de conspiración y fraude por haber cometido, según un fiscal federal, uno de los más grandes fraudes financieros en la historia de América, en el riesgoso negocio de la criptomoneda.

Como dice un viejo refrán: cuando más alto se sube, nos duele más la caída.

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La republicana Kari Lake quien perdió en las elecciones del mes pasado como aspirante a gobernadora en el estado de Arizona, estableció una demanda legal, alegando que los resultados de esas elecciones fueron falsas, que ella triunfó, y que, por lo tanto, debería ser declarada ganadora. 

¿Dónde habré escuchado yo antes ese alegato…dónde? 

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 El departamento de energía de Estados Unidos anunció la semana pasada un extraordinario avance en el desarrollo de la fusión nuclear por científicos del Livermore National Laboratory, radicado en Livermore, California, que logró, por primera vez, una ignición que generó más energía que la consumida. Se estima que este descubrimiento producirá renovable energía ilimitada indefinidamente. 

Pero no se entusiasme mucho por ahora.  Para que este prodigio materialice, tomará más de una década. Hay que tener paciencia, porque, con el tiempo y un ganchito, todo se logra.