La ausencia de un ídolo. Consuegra en el “stand”

Written by Libre Online

3 de noviembre de 2021

Para sorpresa de los fanáticos y tristeza de los propietarios del “Marianao”, el Presidente de los Senadores del “Washington” negó a Consuegra el permiso para actuar en Cuba este invierno, alegando que necesitaba aumentar diez o quince libras. Consuegra recibió un aumento de cinco mil quinientos pesos para la próxima temporada de la Liga Americana, y además le ofrecieron una regalía para que estuviese inactivo en La Habana.

Para los fanáticos cubanos ha sido un justificado motivo de asombro la ausencia de Sandalio Consuegra en el presente campeonato de profesionales, especialmente por las declaraciones optimistas de los propietarios del Marianao, quienes antes de iniciarse las hostilidades ratificaron en más de una oportunidad que el estelar tirador de Potrerillo estaría en el elenco dispuesto a cooperar a la conquista del gallardete… De acuerdo con las palabras del doctor Alfredo Pequeño, se había conseguido permiso a través de mensajes enviados por Joe Cambria y el problema quedaría reducido a dosificar la faena del matancero, utilizándole con intervalos prudenciales que le ahorrasen un agotamiento excesivo. La solución lucía correcta, y como para otra parte el Viejo Zorro de los Senadores accedía que Julio Moreno y Patato Pascual actuasen desde la trinchera  del Habana y Conrado Marrero desde el montículo del Almendares, los parciales de la enseña marianense llegaron al convencimiento pleno de que los augurios recogidos por la prensa un mes antes de fianlizar la campaña de las Grandes Ligas, no se cumplirían jamás.

Sin embargo Consuegra, no vistió el uniforme la noche en que los tigres iniciaron la temporada, y con el transcurso del tiempo se ha desvanecido la esperanza de verle trabajar en esta contienda. El propio serpentinero, que rehuyó en los primeros momentos de su arribo la responsabilidad de una noticia oficial, ha concluído por aceptar que su contrato con el Washigton le impide jugar en Cuba durante el invierno. Cuando regresó, tenía órdenes precisas de Clark Griffith, pero confiaba en que gestiones posteriores de los propietarios del Marianao y de los dirigentes  de la Liga Cubana lograsen concesiones parciales, que hicieran posible su participación en un número determinado de juegos… Por eso rehusó decir la última palabra sobre su futuro inmediato, limitándose a responder que “hasta aquellos momentos no tenía la autorización necesaria, aunque confiaba en el éxito de las gestiones que se realizaban junto a Griffith”. La tarea de convencer al anciano dueño del Washigton, iniciaba días después de conocerse en La Habana que Consuegra había firmado un contrato que le impedía actuar en nuestro territorio, alcanzó con la llegada del pitcher su mayor intensidad, porque fue entonces que los líderes del Marianao comprendieron la gravedad del asunto… Observando que en La Habana contaba con Pascual y con Moreno, y que el team azul disponía de Marrero, los marianenses aceptaron sin reparos las promesas de Joe Cambria, quien en más de una oportunidad insistió en que todo se resolvería favorablemente. Fue realmente criterio optimista de Cambria lo que originó la confusión y motivó las declaraciones reiteradas de Alfredo Pequeño sobre la inclusión de Consuegra en su equipo.

Posiblemente Cambria mirase el panorama desde el mismo ángulo que todos los elementos interesados en que Consuegra actuase en Cuba, y de ahí partió su error. Como todos nosotros creyó que si se permitía lanzar a Moreno, a Pascual y a Marrero, no habría un real inconveniente que impidiese jugar a Consuegra, y sin previa consulta con Griffith aventuró su opinión sobre el tópico, garantizándole a los líderes del Marianao que Conseugra recibiera la autorización deseada.

Al recibir una comunicación privada del Club Washington, Joe Cambria renunció a seguir gestionando el permiso y como posteriormente el doctor Pequeño insistiera en la solicitud junto a Griffith, este le informó en una carta los motivos que le indujeron a negar a Consuegra el permiso que concedía a otros miembros en su club.

Consuegra no compartió la opinión del doctor Pequeño al hacer mención de los motivos que le impiden jugar aquí este invierno. Al preguntarle sobre los ofrecimientos de Griffith respondió: “Este es el primer programa a que asisto-dijo después de consumarse la llegada del Marianao frente al zurdo Leonardo Goicochea- y será el último porque creo que si veo más baseball desde los palcos me va a dar un ataque de locura… Jamás me sentí más nervioso que esta tarde y tampoco nunca antes había experimentado esa sensación de vacío que comprendo deben sentir los que tienen que alejarse definitivamente del deporte.

Al hacer mención del circuito aprovechamos la brecha para indagar sobre sus experiencias frente a los astros del “big show”, y sin pérdida de tiempo responde: “Cuando me hablan de eso, solo me viene a la mente dos nombres: Ted Williams y Joe DiMaggio… Para mi siguen siendo los reyes de la Liga Americana, puedo asegurarte que frente a ningún otro bateador de la Liga me invadió esa sensación de respeto como cuando se me enfrentaron por primera vez Williams y DiMaggio… Con razón son ídolos del público norteamericano”.

De un palco cercano le han llamado, es lógico, Consuegra constituye la nota de máxima actualidad y además es su primera visita al parque del Cerro…Nos despedimos, y de manera inconsciente el popular pitcher desliza un “hasta pronto” que suena hueco…

¿Hasta pronto?…A Sandalio Consuegra le concebimos todos los que estamos vinculados al baseball, con el uniforme y en el campo de juego, y a juzgar por los recientes acontecimientos tardará mucho para que volvamos a verle… Es lástima que así sea, porque el torneo local pierde una de sus atracciones; pero seamos sensatos y comprendamos que su actitud es la que corresponde a quien ve ante sí una dorada oportunidad de consagración.

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