JAN Y CUJE. Ni con Maradona

Written by Libre Online

27 de diciembre de 2022

Por Roberto Luque Escalona

La celebración en Buenos Aires ha sido de tal magnitud que a los jugadores hubo que evacuarlos en helicóptero. Es curioso, porque esta es la tercera Copa del Mundo que gana Argentina, pero, para los porteños ha sido como si nunca hubieran tenido algo semejante. Ni con Maradona, que generaba tanto fervor.

*El domingo 18, amanecí con ganas de escribir, lo que ya no me sucede a menudo, pero me puse a celebrar la victoria de Argentina en la Copa del Mundo de Fútbol con un merlot de Mendoza y tuve que abandonar.

*Yo soy alérgico a la chusmería. Así me educaron y así soy. Por eso no puedo dejar de referirme a la que desplegaron algunos jugadores argentinos cuando celebraban su victoria. El portero Emiliano Martínez, cuando le entregaron el Guante de Oro como premio a su brillante desempeño, se lo colocó sobre los genitales y apuntó en dirección al pesao Didier Deschamps, técnico del equipo francés. De Paul y el ya retirado Kun Agüero utilizaron una palabrota que yo he llegado a odiar por lo mucho que la emplean los castristas. Los tres se portaron como los “turbios caferatas” de los que se habla en un tango.

Por cierto, la celebración en Buenos Aires ha sido de tal magnitud que a los jugadores hubo que evacuarlos en helicóptero. Es curioso, porque esta es la tercera Copa del Mundo que gana Argentina, pero, para los porteños ha sido como si nunca hubieran tenido algo semejante. Ni con Maradona, que generaba tanto fervor.

*Curiosidad. ¿Hay o ha habido alguna vez en América un programa gubernamental que lleve el nombre del Presidente que lo implantó? Hay uno, el Obamacare. Es uno de los tantos detalles que distinguen a Barack Hussein Obama de los otros presidentes, el primero de los cuales son sus nombres, Barack Hussein, tan árabes como Alí o Mustafá, y su apellido francamente africano. Quizás algún día alguien pueda explicar cómo fue posible que el pueblo americano votara por él. Dos veces. Eso, sin contar su falta absoluta de logros. Todo un misterio.

*Hace algún tiempo, personas cuyo trabajo admiro, Andy García y Guillermo Cabrera Infante – de Guillermo fui, además, amigo, y para mí sólo tuvo amabilidades—, dos hombres para respetar lanzaron la teoría de que Dámaso Pérez Prado no era en realidad el creador del mambo, sino el bajista Cachao López, que a principio de los 40 había compuesto una pieza en la que se repetía la palabra “mambo”. 

Lo cierto es que el mambo es algo más que una palabra. Es, ante todo, una orquestación concebida para Big Band.  Y lo que es más cierto aún es la condición genial del maestro matancero. Su virtuosismo como compositor, pianista, arreglista y director de orquesta lo sitúan como lo más grande que ha conocido la música cubana bailable. No por gusto se le conoce de Escandinavia a Perú, de Argentina a Japón, ni es capricho de nadie que, con el italiano Domenico Modugno, sea único extranjero que cuenta con dos piezas entre las cien más escuchadas del Hit Parade americano, Patricia y Cherry Pink And Apple Blosson White; por cierto, ninguna de las dos es un mambo y la primera la utilizó Federico Fellini en una escena de La Dolce Vita.

En otra película cuyo título no recuerdo, pero si a su protagonista, la entonces famosa Jane Russell, aparece Pérez Prado. La escena tenía lugar en la terraza de un restaurante en la que un pianista tocaba para la concurrencia.

-Hi, Pérez Prado- saludó la Russell. El maestro le dedicó una leve sonrisa y siguió en lo suyo.

Pues bien, de La Neblina del Ayer, como en la obra de Homero y Virgilio -Homero y Virgilio Expósito, compositores argentinos- surge, en las páginas de LIBRE un viejo reportaje de Vicente Cubillas en el que Arsenio Rodríguez la emprende contra Pérez Prado hasta maldecirlo y alega que el mambo, como los ritmos de los que se derivó, el ritmo “diablo” y el “Capetillo” -de los que no se acuerda ni Roberto El Memorioso– fueron creación suya.

No se trata de que Arsenio, un magnífico tresero y compositor fuese poca cosa. Entre sus composiciones están el bolero La Vida es un Sueño, un canto a la desesperanza que no ha dejado de interpretarse durante tres cuartos de siglo, y el afro Bruca Maniguá, una joya olvidada -pero joya al fin-que grabó Miguelito Valdés con la orqueta Casino De La Playa a fines de los años 30.

En fin, mi respeto para Arsenio Rodríguez, llamado El Ciego Maravilloso, pero el mambo es Pérez Prado, que Arsenio jamás dirigió ni pudo haber dirigido una Big Band. Y el mambo es eso, música para Big Band.

*Bueno, basta de música y de fútbol. Hablemos de política. El llamado “Pantano” de Washington no son solamente los demócratas. Iguales y a veces peores son los RINOs, “Republicans In Name Only”, uno de cuyos típicos ejemplares es el senador por Kentucky Micht McConnell, que nunca sería elegido Presidente ni contra Biden ni contra Charlie Crist, pero que daría lo que no tiene para evitar que Donald Trump sea elegido. Ahora se ha tirado de barriga ante el “Tribunal de Camajanes” que quiere acusar a Trump de instigar la violencia en el Capitolio el 6 de enero del 2021. Como no pueden ganarle una elección sin apelar al fraude y eso ya lo hicieron y será casi imposible repetirlo, intentan impedir su postulación en las presidenciales del 2024. McConnell apoya con toda su alma la sucia jugada, y lo hace por pura envidia, por pura mezquindad, pues el Partido Republicano no lo va a postular a él si a Trump se le impidiera postularse.

Ron DeSantis se ha mantenido hasta ahora alejado de este chanchullo, del que saldría beneficiado si tuviera éxito. Esperemos que siga así.

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