Por Roberto Luque Escalona
Los mandarines están muy ofendidos por el derribo de su trasto. En China el gobierno es absoluto… o no es gobierno. Por eso reaccionan con tanta desvergüenza cuando tiene lugar el menor choque con sus intereses. Se creen con derecho a hacer cualquier cosa y no conciben que algunas de sus acciones sean inaceptables.
*¿Recuerdan a Nathan Lee Chasing a Horse? ¡Qué se van a acordar! Era el actor indio que, hace más de 30 años encarnó al niño Smile a Lot en Dances with wolves, el muchachito que se queda todo mohíno después de matar de un disparo al soldado que iba a matarlo. Un indito bueno. Pues bien, Chasing a Horse está preso en Las Vegas por varios delitos de índole sexual y drogas, y la cara que aparece en el despacho que lo informa es la de un indio malo, muy malo. La gente cambia. A veces.
*Aunque los cinco policías que provocaron la muerte del joven negro en Nashville son negros, ya los activistas buscan la manera de atribuir la muerte a la influencia del supremacismo blanco. Un dicharacho cubano de tiempo atrás afirmaba que “la culpa de todo la tiene el totí”, pequeño pájaro de plumaje negro que simbolizaba a la población de origen africana. Aquí, según algunos, la culpa de todo la tienen los blancos.
*Mientras la criminalidad va en aumento en Washington DC, el Consejo Municipal intenta disminuir las penas por delitos violentos, lo que ha obligado al Congreso a intervenir; por supuesto impulsado por la mayoría republicana. La izquierda quiere disminuir la delincuencia disminuyendo las penas por los delitos, algo realmente locoide.
*Lo del globo espía de los chinos era demasiada desvergüenza hasta para Biden, que ordenó su derribo, llevado a cabo por un F-22. Veremos lo que encuentran cuando lo recojan de las aguas frente a las costas de Carolina del Norte.
Mientras, los mandarines pekineses están muy ofendidos por el derribo de su trasto, lo cual no es de extrañar. China es el país más sólidamente totalitario que ha existido. Los chinos nunca han conocido libertad alguna. En Rusia, la otra gran potencia totalitaria, han existido focos de libertad y momentos en que el país pareció tomar el camino de la democracia, aunque pocos serían los pasos en esa dirección. Bajo los zares había un sector de la población rural y aldeana que gozaba de ciertas libertades. Me refiero a los cosacos, que no estaban sometidos a vasallaje, que elegían a quienes gobernaban sus comunidades y los deponían si su desempeño no les resultaba satisfactorio. Su única obligación era servir en el ejército, lo que no suponía molestia alguna, pues eran gente sumamente belicosa. De más está decir que ya no existen. Eran aceptados por el despotismo zarista, pero no lo fueron por el despotismo comunista.
En China nunca ha habido nada ni remotamente parecido. Allí, el gobierno es absoluto… o no es gobierno. Por eso reaccionan con tanta desvergüenza cuando tiene lugar el menor choque con sus intereses. Son sinceros cuando se muestran ofendidos por el derribo de su artefacto de espionaje.
Se creen con derecho a hacer cualquier cosa y no conciben que algunas de sus acciones sean inaceptables.
Por suerte para el mundo, no son buenos soldados. Nunca han ganado una guerra. Como decía un chinito tintorero de la calle Zanja: “Nosotlo lo chino no somo bueno pa la bala. Somo bueno pa lavá la lopa.”
*Yo sé que carezco de talento para las lenguas extranjeras, pero lo cierto es que me resulta difícil entender algunas afirmaciones de Joe Biden. Por ejemplo, eso de que “más de la mitad de las mujeres de su Administración son mujeres”. Eso fue lo que dijo. Quizás se debe a que su pensamiento es tan profundo que no puedo verle el fondo.
*Lo que no es cuestión idiomática ha sido lo que le propuso a Putin para poner fin a la guerra con Ucrania: que se conforme con el Donbass, zona carbonífera del este ucraniano, y con la península de Crimea. Casi na´. Esos fueron, precisamente, los objetivos declarados de Putin cuando atacó al país vecino. Mientras, le promete armas de última generación al país agredido, como los tanques Abrams.
Tengo un dilema en mi vida: como ya soy mayorcito, no quiero que el tiempo, el poco tiempo que me queda, pase rápido; lo malo es que parte de ese tiempo, casi dos años, estará Joe Biden, al frente del país donde vivo.
*El ex Gobernador de New Jersey Chris Chistie y el de New Hampshire también Chris, pero Sununo (¡Ño con el nombrecito!) dicen que Trump perdería la elección del 2024 contra el peor Presidente que haya tenido el país. Eso es lo que los americanos llaman “wishfull thinking”. En cuanto a las aspiraciones presidenciales del Gobernador de New Hampshire, ¿después de un Obama un Suno? Hell, no!
*El discurso de Biden sobre el Estado de la Unión fue un fiel reflejo del estado de desunión que afecta los Estados Unidos. Biden fue interrumpido y abucheado repetidas veces por legisladores republicanos, sobre todo por la congresista Marjorie Taylor-Greene. En una de sus comparecencias Obama fue interrumpido con un grito de “Liar!”, pero eso no fue nada en comparación con la tormenta verbal que debió enfrentar Biden. También agresivo y muy sólido el discurso de respuesta de Sarah Huckbee-Sanders, actual Gobernadora de Arkansas. Me gusta esa señora para Presidente en el 2028.
*De los 212 congresistas demócratas, 100 se negaron a apoyar una resolución de repudio al socialismo por ser contrario a los valores americanos presentada por la mayoría republicana. El socialismo es tan antagónico con la grandeza de América que sólo Bernie Sanders se atreve a defenderlo públicamente.
*Jane Fonda está enferma de cáncer. No le deseo la muerte ni el sufrimiento. Sencillamente, no me interesa esa vieja dama indigna. Ya es muy tarde para condenarla a prisión por su apoyo a los Vietcongs, como se condenó al gran poeta Ezra Pound por su apoyo a Mussolini, que era un santo varón si se le compara con Ho Chi-Minh, aquel viejo patilludo y encutarado del que ya nadie se acuerda. Por cierto, y dicho sea en honor suyo, Ho Chi-Minh y el Che Guevara son los únicos adalides de la clase trabajadora que alguna vez trabajaron.
*Son cada vez más claras las intenciones de un grupo de billonarios, los hermanos Koch y otros por el estilo, de sabotear la candidatura de Donald Trump. Nada personal tengo contra ellos, que al que Dios se lo dio, San Pedro se lo bendiga, pero su pretensión de decidir el destino de esta nación a base de dinero me parece abominable.
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