JAN Y CUJE. El gallego Rafael Cabrera, en Cuba corredor de autos, aquí mecánico famoso

Written by Libre Online

1 de noviembre de 2022

Le dije mi interés por un señor llamado Gustavo Villoldo, quien aceptó a reunirse si no le preguntaba sobre el Che. Mi interés era Villoldo, y no el Che; 

por lo tanto, no hubo reunión.

* Cuando Guillermo Álvarez Guedes murió, los que almorzábamos con él todos los viernes en el restaurante El Crucero de la calle 8 decidimos mudarnos a La Carreta de la 40. Allí conocí a Rafael Cabrera, a quien todos llamaban y aún llaman en Miami El Gallego. Hijo del general Ruperto Cabrera, Jefe del Ejército cuando Prío, en Cuba era muy conocido como corredor de automóviles; en Miami siguió siendo famoso, pero como mecánico. Hombre cordial, hice amistad con él.

Un día surgió en la conversación mi interés por conocer a un señor llamado Gustavo Villoldo, de quien hablaba muy mal la propaganda castrista. Había tenido algo que ver con la captura del Che Guevara, pero lo pintaban como mucho peor que Félix Rodríguez. No explicaban la causa de tanta maldad, por lo que me interesé en él. Cuando Cabrera me dijo que lo conocía le mencioné mi interés y se ofreció para concertar un encuentro entre nosotros. 

Villoldo aceptó, pero puso como condición que yo no le preguntara sobre el Che Guevara. Yo no necesito preguntarle a nadie sobre Guevara porque sé de ese personaje todo lo que necesito saber; por otra parte, mi interés era Villoldo, no el Che. Y como a mí nadie me dice de lo que puedo hablar, le dije a Cabrera que se olvidara del asunto.

Ni Cabrera ni Villoldo ni nadie podía imaginar lo harto que estaba yo del Che Guevara, ni mi decisión de no volver a ocuparme de él. Pero pasó el tiempo y hace poco me he visto en una situación anímica de la que he intentado escapar, y no se me ocurrió nada mejor para llenar mi tiempo que hacer una nueva edición de la biografía del calamitoso argentino, biografía que escribí en Cuba bajo el acoso del despotismo que él tanto contribuyó a crear, de modo que pronto aparecerá una nueva versión.

* Susto. Una lectura apresurada me dice que Marco Rubio tiene ventaja de dos puntos sobre su abominable rival. Aterrado, me preguntaba cómo podía ser posible cuando me doy cuenta que la ventaja no era de dos puntos, sino de dos dígitos, o sea, 10 puntos por lo menos. 

*Hay que molerle los huesos a esos demo-ratas de Hialeah que asaltaron y golpearon de muy mala manera al activista republicano. Esos animales son incapaces de distinguir entre América y el agujero pestífero del cual salieron.

*Yo provengo de lo que en Holguín llaman “las familias viejas”. Mis ocho tatarabuelas eran todas criollas, y criollos seis de mis ocho tatarabuelos. Las excepciones son el andaluz Luque y… un inglés cuyo apellido era Baxter, que, por azares de la vida, terminó siendo Báster.  Pues bien, esa pequeña herencia genética no ha logrado que simpatice con los ingleses, una nación con un historial delictivo como hay pocas, al menos en el Occidente cristiano. Entre sus fechorías está el dominio de la India, donde mataron a todos los indios que consideraron necesario matar y establecieron normas de desprecio que se manifiestan en el muy escaso mestizaje. En América, toda la gama de prejuicios contra las personas de origen hispano son una herencia, una mala herencia, inglesa.

Pues bien, como una especie de castigo divino por su arrogancia, ahora tienen los ingleses un primer ministro indio, que se suma al alcalde de Londres, que es pakistaní. Para no hablar de su duquesa mulata, la esposa del príncipe Harry.

* Bururú-bara, y no me pregunten cómo está Miguel porque él ya dijo bien claro que estaba salao. No lo creo. Lo que sucede es que el socialismo es totalmente inoperante, contrario a la naturaleza humana, y, para mayor tristeza, ustedes, los que mandan allí, están bajo la influencia espiritual del hombre más incompetente que jamás gobernó la Isla de Cuba. Todo un ñame, cuya incompetencia está ilustrada, como dijo un periodista americano de apellido alemán difícil de recordar, por “haber arruinado un país lleno de cubanos”, gente que tiene sus defectos pero que están muy dotados para crear riqueza.

Mi consejo, anda y ve a Guanabacoa a casa de un babalao. O, como eres villareño, quizás prefieras los babalaos de Palmira.

¡Fe y adelante, Daniel!

* Una serpiente pitón de 22 pies se tragó a una mujer en Indonesia. Me gustaría saber qué pasó con esas espantas culebras en los Everglades. Ya no se habla de ellas. No se sabe al menos yo no lo sé si las exterminaron o todavía están allí.

* Mientras se suprimen las estatuas de Robert E. Lee, un gran hombre, se le erige una a Emmett Till. Me pregunto cuántos de los lectores de este escrito saben quién es. Pero no se atormenten, que aquí está Roberto el Memorioso para sacarlos de su ignorancia. Lástima que pocos negros americanos sean capaces de leer en español, de modo que seguirán sin saber quién fue Emmett Till. Para decirlo con palabras del poeta cubano Nicolás Guillén, fue un adolescente negro “que una rosa de amor arrojó al paso de una niña blanca”. O sea, que le dedicó un piropo a la muchachita. Eso provocó que unos energúmenos lo asesinaran.

 O sea, que a Emmett Till no se le dedica un monumento por lo que hizo, sino por lo que le hicieron.

Lo único parecido en Cuba es el monumento, bastante modesto, a los estudiantes de Medicina, fusilados por instigación de unos energúmenos durante la Guerra que se había iniciado en 1868, y la estatua, no precisamente modesta, de Carlitos Aguirre, que murió en un accidente durante una corrida de toros en el sur de Francia; pero esa estatua la pagaron sus padres, que además donaron el terreno para el parque donde se levanta.

*Ya estamos en noviembre. A votar, para comenzar a quitarnos de encima a la corrupta camarilla que se apoderó del Congreso y la Presidencia medio del fraude y está destruyendo América.

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