Santiago Jont Camejo por esta fecha en que se va a celebrar el Día del Padre, se siente orgulloso de haber luchado por su patria y haber levantado a punta de muchos esfuerzos a toda su familia, entre ellos, cinco hijos.
Jont Camejo integró en 1961 la respetada Brigada 2506 que estuvo luchando en Cuba para tratar de deponer del poder, al dictador Fidel Castro, además de la cuadrilla de asesinos como su hermano Raúl.
Hoy en día Santiago está tranquilo y lleva una vida muy apacible porque, al fin, logró llevar adelante a su familia, entre ella su esposa Elbia, con quien vive en Miami.
Los hijos de Camejo hicieron su propia vida y tienen muchos hijos luego de haber superado todas las vicisitudes gracias al apoyo de Santiago quien ha llevado una vida muy sana y productiva a nivel familiar.
Santiago hizo parte del Batallón 5 de Infantería e, inclusive, estuvo preso más de 23 meses y recobró su libertad gracias a un acuerdo que hubo entre James Donovan con Fidel Castro en 1962.
“Fue algo doloroso y terrible que no quiero recordar mucho porque todos los prisioneros sufrimos mucho en aquel entonces debido a los vejámenes a que nos sometió el comunismo de Fidel”, recordó Santiago.
Por allá en 1962 Santiago llegó a Miami, exactamente a Cayo Hueso, donde le tocó hacer labores de pesca para poder sobrevivir pero estaba sólo y afrontó con valor esta penosa situación económica.
“Fui para Cayo Hueso y trabajé de pescador. Porque tenía que conseguir dinero para vivir”, reiteró Santiago, quien ahora está de voluntario en el Museo de la Brigada 2506 en la Pequeña Habana.
Más tarde, hacia 1971, vino para Miami y, estando trabajando con Raúl Alarcón en un barco que él tenía, Santiago conoció a Elbia, de origen guatemalteco, quien también laboraba en esta ciudad.
“Una amiga de ella, no recuerdo el nombre, le dio mis datos a ella (Elbia), porque esta mujer quería conocerme pero para conseguir la residencia y yo no acepté esa solicitud”, advirtió Santiago.
“Yo me decidí mejor a hablar con Elbia y, poco a poco, entablamos una buena relación que más tarde se convirtió en un matrimonio estable”, afirmó Jont Camejo.
“La empecé a conocer. Tenía ya cinco hijos. Ellos estaban en Guatemala. Y con el tiempo medié para que pudieran venir para los Estados Unidos. Fueron agradables conmigo. Y, a la larga, me aceptaron como un padre”, sostuvo.
“Me casé a los 50 años. Nos entendíamos a las mil maravillas. Ya que al final decidimos que no queríamos tener más hijos. Con los que había nos bastaba. Ya que integrábamos una bella familia”, dijo.
“Con el tiempo la familia, cada día, se integró más y más. Nos estabilizamos económicamente. Valió la pena todo eso porque alcanzamos la felicidad, tanto que decidimos estar juntos hasta que la muerte nos separe”, aseguró.
“Lo que más me alegra en estos momentos es que los jóvenes son de buenos sentimientos. Y son muy respetuosos conmigo. Se adaptaron a mí y yo a ellos. Sienten que su verdadero padre soy yo”, expresó.
“Tengo ahora 16 nietos y 5 bisnietos. Cuando la familia se reúne, por esta fecha, la pasamos muy bien. Hay muchos regalos para mí. Y partimos una torta para celebrar el Día de los Padres. Todo ha sido muy emocionante”, apuntó.
“Llevo 32 años casado. Y en libertad me siento muy feliz. Encontré una buena mujer que hace muy bien todos los oficios de la casa. Ella es muy respetuosa y fiel. Soy el padre más feliz de la tierra”, acotó.
“La magia para estar bien unido con mi esposa es que yo no bebo, no fumo, soy fiel y me llevo muy bien con los hijos de ella. Soy muy comprensivo. Y respetuoso. Mi familia lo es todo en mi vida”, insistió.
“Es tan firme mi matrimonio que yo le doy consejos a los hijos de ella y ellos los aceptan y comparten conmigo las ideas que tengo acerca de la libertad y la democracia en mi país. Están orgullosos de haber venido a los EE.UU.”, aseguró.
“Ellos hablan de mi heroísmo. Y muchas veces han venido a las reuniones en el Museo de la Brigada 2506. Mis nietos también se sienten orgullosos de mí. Y de mi vida cuando estuve luchando en Cuba”, sintetizó.
“Mi esposa es una buena mujer. Estupenda. Y cariñosa. La vida que llevábamos ha sido el éxito de estar todavía unidos y amados. Todos somos personas muy sanas y productivas familiarmente”, enfatizó.
“Ellos son mi adoración. A todos les he dado la mano. Y estímulo. Y a todos los amo por igual. La vida me compensó con esta familia. Por eso vamos a celebrar con amor y felicidad el Día del Padre. Cumpliré además mis 86 años”, apuntó.
“Soy muy feliz porque comparto con mis compañeros de la Brigada 2506. Todos son estupendas personas. Compartimos nuestros recuerdos. Y esperamos que algún día llegue la libertad a Cuba, ojalá, cuando aún estemos vivos”, finalizó.
0 comentarios