HAGAMOS MÁS FÁCIL LA ENTRADA LEGAL

Written by Adalberto Sardiñas

30 de mayo de 2023

Con el paso del tiempo, el dilema de la enredada madeja del problema migratorio se ha ido agravando, paulatinamente, año tras año, hasta derivar, en una tragedia de carácter humanitario, cuya solución no es posible dilatar más allá de lo razonable. Es difícil argüir contra la complejidad del tema, pero, tampoco debe elevársele al nivel de la imposibilidad. Eso sería claudicar ante un reto que reclama suficiente coraje y voluntad política para solventar una crisis que está afectando a toda la nación en diversos aspectos de su vida diaria. 

Ante la enorme dificultad de entrar al país legalmente, cientos de miles de personas, podríamos decir millones, con no otra alternativa, deciden, tomar riesgos extremos, con peligro de sus vidas, buscando llegar, en un sueño, casi siempre imposible, a la tierra que les resulta prometida. Como nos muestran repetidamente los acontecimientos recientes, muchos de estos sueños terminan, lamentablemente, en dolorosas tragedias.

¿Podría encontrarse, en algún lugar, un precedente en el cual hallar una solución, a corto plazo, si se quiere, pero que nos sirva de patrón para llegar a un alivio razonable a esta tragedia humana?  Creo que sí.  Está en los libros de la historia reciente, y podemos abrirlos para que nos enseñen el camino.

Más de 40 años en el pasado, en 1980, atravesaba el país por una crisis migratoria, muy lejana de la magnitud presente, pero una crisis al fin, y el entonces presidente Ronald Reagan implementó una solución que, aunque distante de la perfección, conjuró la crisis mediante una combinación de amnistía con un plan de permiso de trabajo que permitía, a un considerable número de trabajadores agrícolas, ingresar al país, hacer sus trabajos, pagar sus impuestos, y regresar a sus países de origen y retornar al nuestro de forma legal y ordenada. Era, de cierta forma, si así se le quiere ver, una apertura de la frontera, de ida y vuelta, autorizada y verificada por funcionarios estatales. No fue una solución ideal, y, a pesar de que no fue abrazada con mucho entusiasmo, porque no le faltaron muchos detractores, en su momento, trabajó de manera pacífica y pragmática.  

Un sistema simplificado, al estilo del mencionado, ajustado a las exigencias de la crisis actual, sería un vasto progreso comparado con el lento y excesivamente restrictivo sistema de inmigración que tenemos hoy. 

Si estamos preocupados, y hasta alarmados, por tanta inmigración indocumentada, entonces, a través de un protocolo legal, con sus adecuadas medidas de seguridad, cubiertos todos los requisitos que impone la ley de inmigración, dejémosles entrar como inmigrantes documentados, completamente legalizados. Si lo que se quiere es menos cruce de ilegales, o indocumentados, a través de la frontera, hagámosles la entrada legal más fácil. No es tarea simple, pero tampoco imposible. 

Sin embargo, aquí se impone una aclaración importante. Lo expuesto arriba, no significa, en modo alguno, la aprobación de una inmigración irrestricta cuyo efecto sería desastroso.

No se trata de un borrón y cuenta nueva que equivaldría a premiar una conducta ilícita.

El enfoque de una posible solución debe ser sometido a un proceso escrupuloso por parte de los organismos del Estado, para determinar quién merece ser aceptado y quien debe ser deportado. La nación no necesita llenar sus ciudades de inasimilables, y es por eso imperativo un sistema de depuración, para separar, de la canasta, las manzanas sanas de las podridas, aunque al final, como casi siempre ocurre, prevalece el hecho de la asimilación que integra al inmigrante a las normas de su nuevo ambiente. 

Un factor que en el presente favorece el incremento de la inmigración legal es la demografía. No es un secreto que la mayoría de los países industrializados confrontan el envejecimiento y disminución de sus respectivas poblaciones. China ha perdido un millón cien mil personas en el año 2022 comparado con el 2021, y varios países europeos se encuentran bajo el mismo predicamento. 

En ese renglón, Estados Unidos, no está en situación tan precaria en el orden poblacional, todavía, pero empezamos a necesitar más gente. También envejecemos, y la fertilidad de las mujeres ha mermado. La natalidad disminuye, y ese riesgo, en la próxima generación, se hará sentir en cambios económicos y sociales que demandarán medidas a largo plazo para garantizar el crecimiento de nuestra economía con una sociedad estable.

Pero, felizmente, somos una nación afortunada. Mientras que otras economías, con sistemas rígidos por virtud de sus inflexibles disciplinas ideológicas, temen al ingreso humano extranjero por medio de la inmigración, además de no ser precisamente atractivas por sus sistemas políticos, Estados Unidos, permanece como la nación más atractiva y deseable para docenas de millones de hombres y mujeres ansiosos de probar el experimento americano. Existe una enrome plenitud de potenciales inmigrantes, especialmente en nuestro vecindario hispanoamericano, que no desean ir a trabajar a otro lugar que no sea Estados Unidos.

Tenemos el problema, pero también la solución: ampliemos la inmigración legal. 

Hagamos la inmigración más accesible con un sistema organizado, justo para el inmigrante, pero igualmente para la seguridad de nuestra ciudadanía y nuestra frontera, basado en el orden disciplinado que determina la ley.

BALCÓN AL MUNDO

El departamento de Estado reafirmó que Cuba sigue estando entre los cinco países que no cooperan en la lucha contra el terrorismo. ¿Cómo habría de cooperar contra sus colegas? Cuba es tan terrorista como Siria, Irán y Corea del Norte. Es doblemente terrorista porque mantiene a su pueblo bajo el terror, y coopera en el campo exterior con todos los Estados terroristas que existen en el mundo. El gobierno comunista de Cuba es tan perverso, opresivo, y corrupto, como sus otros compinches terroristas y narcotraficantes alrededor del mundo.

Pertenece a la lista de los terroristas y ahí debe quedarse hasta que el infierno se congele.

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  Aunque no lo reconozca, como sin querer, queriendo, como solía decir el Chapulín Colorado, Elon Musk está apoyando la candidatura presidencial de Ron DeSantis y ése, es un tremendo apoyo. El gobernador de Florida no pudo encontrar un bolsillo más profundo que el de Musk, probablemente el hombre más rico del mundo.

  Se presume que Elon Musk llegará a ser, muy pronto, una figura de formidable prominencia en el Partido Republicano. Un conservador, con muchísimo dinero, carismático, que no tiene miedo a decir lo que piensa.

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Cuando se escribe esta nota no se ha llegado a un acuerdo sobre el techo de la deuda que alcanza ya 31.4 trillones de dólares. Es tiempo de poner freno a esta locura desenfrenada de derroche monetario. 

No creo que lleguemos al default. Pero si ocurre, tal vez sea la medicina amarga que necesitamos para curarnos de la eterna borrachera del gasto insensato de un dinero que no tenemos.

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Un grupo de “ingenuos” negociantes rusos fue a Cuba dispuesto a invertir en negocios. Pero, en qué negocios. Allí no hay condiciones para ningún tipo de negocio. Los rusos deben saber esto mejor que nadie. En el 2014 Rusia tuvo que perdonarle una deuda a Cuba por 32 mil millones de dólares que no pudo, o quiso pagar. Estos aventureros, por llamarle de forma gentil, no han aprendido aún, que la historia se repite. Saldrán, como todo el que invierte en Cuba, con una mano adelante y otra atrás. O, en términos cubanos, como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando.

Al final, se lo merecen.

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