Fruta del pan, la comida del futuro

Written by Libre Online

15 de noviembre de 2022

La nutritiva ‘patata de árbol’ o panapén, contiene almidón y carece de semillas. Es el fruto del Artocarpus altilis, una planta tropical de la región Indo-Pacífica, y pertenece a la misma familia botánica de las moreras. Se la considera uno de los alimentos más prometedores, debido a su resistencia al clima cambiante.

Por Daniel Galilea

El pan, alimento por autonomasia, es uno de los símbolos más antiguos y universales del sustento diario. Ahora el fruto del árbol del pan, un producto de la tierra que forma parte de la dieta del Pacífico Sur, el Caribe y otras zonas tropicales, se presenta  ante el mundo como un símbolo de la comida del futuro. 

Esto se debe a su resistencia a las alteraciones climáticas, por lo que se prevé que el clima cambiante tendrá poco efecto en el cultivo de árbol ‘Artocarpus altilis’, que produce la denominada fruta del pan, también conocida en América, como panapén o pana, según una investigación de la Universidad del Noroeste (Northwestern University, NWU) en Illinois (EE. UU.).

La fruta del pan (“breadfruit”, en inglés) carece de semillas, contiene almidón, es similar a “una patata (papa) en un árbol” y es consumida como alimento en los países tropicales, según la NWU (www.northwestern.edu). 

Aunque muchos investigadores predicen que el cambio climático tendrá un efecto adverso en la mayoría de los cultivos básicos, incluidos el arroz, el maíz y la soja, el estudio de la NWU ha determinado que la fruta del pan no se verá relativamente afectada, y podría llegar en el futuro a las mesas de países donde ahora no se consume o es casi desconocida.

Debido a que esta especie vegetal es resistente al cambio climático previsto y particularmente adecuada para crecer en áreas que experimentan altos niveles de inseguridad alimentaria, el equipo de la universidad estadounidense cree que este alimento “podría ser parte de la solución al empeoramiento de una crisis mundial del hambre”.

“Esta especie, hoy desatendida e infrautilizada, deberá ser tenida en cuenta en las próximas estrategias de adaptación de la seguridad alimentaria a las condiciones de mucho calor, en las que algunos de los cultivos básicos actuales tienen problemas y disminuyen sus rendimientos”, según el investigador Daniel Horton, de la NWU, autor principal del estudio.

RESISTENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

Este experto en ciencias planetarias, que dirige el Grupo de Investigación del Cambio Climático de la NWU, desarrolló esta investigación junto a Lucy Yang, alumna del laboratorio de Horton, y Nyree Zerega, una experta en la fruta del pan, que dirige el Programa de Biología y Conservación de Plantas, de la NWU y el Jardín Botánico de Chicago.

“En las partes tropicales del mundo, la gente ha estado comiendo fruta del pan durante miles de años. Los árboles que producen este fruto pueden vivir durante décadas y proporcionar una gran cantidad de frutas cada año”, destaca Zerega.

Añade que “en algunas culturas, existe la tradición de plantar un árbol del pan cuando nace un niño para garantizar que el niño tenga alimentos para el resto de su vida”.

Dado que las regiones tropicales se están volviendo más cálidas y húmedas, Yang, Horton y Zerega quisieron averiguar como podría afectar el cambio climático, la capacidad de crecimiento de la fruta del pan, según la NWU. Para averiguarlo, primero determinaron las condiciones climáticas requeridas para cultivarlo, y luego observaron cómo se prevé que cambien esas condiciones entre los años 2060 y 2080, mediante una serie de modelos climáticos por ordenador.

NUEVAS ZONAS DE CULTIVO. En todos los escenarios, las áreas aptas para el cultivo del árbol del pan no se vieron mayormente afectadas. En los trópicos y subtrópicos, el área adecuada para cultivar el árbol del pan, podría disminuir en un modesto 4,4 a 4,5 por ciento, aseguran. Los investigadores también encontraron un territorio adecuado donde el cultivo del árbol del pan podría expandirse, particularmente en África subsahariana, donde estas plantas no se cultivan tradicionalmente, pero podrían proporcionar una fuente importante y estable de alimentos, adelantan.»A pesar de que el clima cambiará drásticamente en los trópicos, no se prevé que en las próximas décadas se mueva fuera de la ventana donde el árbol de la fruta del pan se siente cómodo», explica Yang. Zerega señala que una vez establecido en el terreno, un árbol Artocarpus altilis puede soportar el calor y la sequía mucho más tiempo que otros cultivos básicos. 

Y los beneficios no terminan ahí: dado que es un cultivo perenne, requiere menos aporte de energía (incluidos agua y fertilizantes) que los cultivos que se replantan todos los años y, al igual que otros árboles, secuestra dióxido de carbono (gas que contribuye al cambio climático) de la atmósfera, durante toda su vida. Además, la mayoría de las variedades de fruta del pan no tienen semillas, por lo que tienen poca o ninguna probabilidad de volverse invasivas, apunta Yang.

El árbol del pan, de la familia de las moreras (Moraceae) se cultiva en el archipiélago malayo y la región tropical del Pacífico Sur, crece de 12 a 18 metros de altura y tiene hojas grandes, ovaladas, de color verde brillante. Algunas variedades se cultivan en regiones tropicales de América, desde México hasta Brasil, según la Enciclopedia Británica. 

Su fruto redondo u ovalado, la fruta del pan, tiene de 10 a 20 centímetros de diámetro, corteza rugosa, color verdoso a verde parduzco y una pulpa blanca y carnosa algo fibrosa, con abundante agua e hidratos de carbono (almidón) y cantidades considerables de proteínas, lípidos, minerales (potasio, calcio, fósforo y hierro) y vitaminas (A, C y del grupo B).

Los frutos de algunas de sus variedades llegan a medir 30 centímetros de diámetro y a pesar entre 2 a 4 kilos. Rara vez se come crudo, siendo asado, horneados, tostados, hervidos, fermentados o freídos, así como secados y molidos para transformarlos en harina de uso culinario y alargar su vida útil.

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