Fin de la soberanía española en Cuba

12 de enero de 2022

Las últimas tropas españolas abandonan la Isla de Cuba

El 1° de enero de 1899, el Capitán General Adolfo Jiménez Castellanos, último gobernador español de Cuba -y un español que no abandonó a los hombres de su ejército-, tuvo a su cargo y a nombre del Rey de hacer la entrega oficial de la Isla de Cuba al gobierno de Estados Unidos:

-«Señor, en cumplimiento del Tratado de París, de lo acordado por las Comisiones militares de la Isla y las órdenes de mi Rey, en este momento del mediodía de hoy, 1º de enero de 1899, cesa de existir en Cuba la Soberanía española y comienza la de los Estados Unidos…

(Breve fragmento de su alocución).

Bajo la Regencia de María Cristina de Austria ocurren los levantamientos de la guerra justa y necesaria de José Martí en la isla de Cuba el 24 de febrero de 1895 y el de Andrés Bonifacio en las islas Filipinas en 1896. El gobierno de Estados Unidos apoyó a los rebeldes cubanos y declaró la guerra a España a consecuencias de la explosión del barco Maine en la bahía de La Habana. Tras las victorias de los cubanos y norteamericanos en los campos de batalla en la isla de Cuba, y cuando ya la independencia de Cuba era inevitable, España tuvo que aceptar, tras una larga negociación con los estadounidenses, el Tratado de París el 10 de diciembre de 1898, dándose entonces por terminado–con este hecho- el dominio de la Monarquía española en América.

“… España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba, en atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España…..”

Adolfo Jiménez Castellanos, -entregado el poder a Estados Unidos- liquida lo posible, y paga cuanto puede; pero su prioridad es el soldado español. Como presidente de la Comisión de Evacuación frena las prisas norteamericanas por hacerse del gobierno sobre la isla, ya que Jiménez Castellanos necesitaba resolver la repatriación de los 87,000 soldados que aún permanecían en la Isla, velando el personalmente por la asistencia, alimentación y acomodo de la tropa, así como de la evolución de los hospitalizados, y en especial que los soldados no embarcaran hacinados. Resuelve la repatriación de otras tropas asignadas en distintas partes de la isla, y en febrero 1899, regresa a España en los momentos en que el último Regimiento es repatriado a España.

Felipe II de España, en 1562, había declarado:

”El que sea dueño de la Isla de Cuba tiene la llave del Nuevo Mundo.”

Paseo de la Reina, después nombrado Paseo del Prado

Bajo la Regencia de María Cristina de Austria ocurrieron los levantamientos de «la guerra justa y necesaria» de José Martí en la isla de Cuba el 24 de febrero de 1895 y el de Andrés Bonifacio en las islas Filipinas en 1896.

El gobierno de Estados Unidos apoyó a los rebeldes cubanos y declaró la guerra a España a consecuencia de la explosión del barco Maine en la bahía de La Habana el 15 de febrero de 1898. Explosión que ilumina el puerto y se hace sentir en la ciudad-capital.

Tras las victorias de los cubanos y norteamericanos en los campos de batalla en la isla, y cuando ya la independencia de Cuba era inevitable, España tuvo que aceptar, tras una larga negociación con los estadounidenses, el Tratado de París dándose entonces por terminado –con este hecho- el dominio de la Monarquía española en América.

“… España renuncia a todo derecho de soberanía y propiedad sobre Cuba, en atención a que dicha isla, cuando sea evacuada por España…..”

Poco después bajan de su pedestal la estatua de la Reina Isabel hasta entonces en el Parque Central de La Habana y se le cambia el nombre al Paseo de la Reina por de Paseo del Prado.

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