Familias cubanas sientan raíces en Colombia

Written by Germán Acero

16 de marzo de 2022

Bogotá. – La mayoría de los cubanos que residen en Colombia, llegaron por pura casualidad a este país, asentándose en las partes urbanas de Bogotá, para ahorrar algún dinero en  su larga travesía hacia los Estados Unidos.

Pero lo más imprevisto es que algunas familias, como las de Amparo Martínez, se toparon con la cruel realidad de que tuvieron que estar aquí más tiempo de lo proyectado, porque sin querer tuvieron bebés que fueron bautizados en Colombia para tener más seguridad y legalidad migratoria.

PROSPERIDADES

Y a otros les sonó “la flauta” y montaron negocios que se volvieron prósperos, lo cual les ha permitido estar solventes económicamente en Colombia.

Muchos otros, asimismo, se asentaron en el mundo de la música y, algunos, han llegado a la televisión colombiana como grandes actores, y es el caso de Cao y Cimarro, quienes han sido galanes en series como “Pasión de Gavilanes”.

Los cubanos se han encontrado con un país cuyas costumbres son muy similares a las de Cuba donde la “pachanga” y la buena vida se gozan en toda su dimensión, esencialmente, en áreas de la costa pacífica o atlántica.

En ciudades como Cali predomina la permanencia de cubanos, donde han montado las viejotecas bailables, las cuales se han popularizado a través de la salsa, con orquestas que han formado aquí, siendo el caso de la Sonora Carrusel.

EN LA COSTA

“Colombia nos gusta mucho. Pero en Bogotá todavía no nos hemos podido amañar  debido al intenso frío. Preferimos mudarnos a Medellín o las ciudades de la costa. Buscamos ciudades que en el futuro nos puedan llevar hacia Panamá a fin de llegar por Centroamérica a los Estados Unidos”, afirmó Miriam.

SUEÑO AMERICANO

Lourdes Cepero, asimismo, insistió en que la hospitalidad que les ha dado Colombia es muy buena, pero, en el fondo, el sueño es llegar a los Estados Unidos, ya que allí tienen en Miami una gran mayoría de familia y amigos.

Las gemelas Sonia y Yamisle, quienes residen en la vecina ciudad  de Bogotá llamada Zipaquirá, aseguraron que han vivido de lo más bueno y agradable en este país, donde han logrado conseguir papeles para permanecer legalmente.

“La gente y las autoridades nos han tratado de lo más bien. Lo increíble es que, con el correr del tiempo, hemos dejado a un lado ese acento cubano”, insistieron las dos jovencitas, quienes estudian en un colegio de esta localidad turística.

“Nadie nos ha discriminado por ser cubanas. Al principio las gentes nos dieron hospitalidad en sus casas. Nos trataron como si fuéramos su familia. Nos compraron ropa y nos dieron comida. Y nuestros padres fácilmente encontraron trabajo pronto”, recalcaron las dos muchachas cubanas.

PAÍS BONITO

“Aquí no hemos sufrido.  Nos comunicamos con nuestras familias en Cuba. Y cuando podemos les enviamos dinero. Estamos muy agradecidos con nuestros hermanos colombianos. Compartimos las fiestas con ellos y los paseos. Este país además es muy bonito y acogedor”, aseguraron.

“Al principio fue difícil la cosa. Yo llegué con mi familia en una total pobreza. Se nos había acabado el dinero. En Ecuador nos robaron. Y nos tocó mendigar para conseguir lo del transporte para irnos a Colombia. En el camino los coyotes nos amenazaron” afirmó Julio.

“Pero en el camino también tuvimos buen trato de las autoridades de inmigración de Colombia. Algunos oficiales, inclusive, nos ayudaron con dinero. Y nos defendieron de los coyotes que pretendían abusar de nuestras esposas e hijas”, relató.

PRIMER EMPLEO

“El primer trabajo me lo dieron en una carpintería. Yo traía la experiencia desde Cuba. Y aquí además aprendí otras cosas de mueblería. Y luego trabajé en un taller de mecánica donde me ha ido muy bien y donde he podido ahorrar para algún día llegar a los Estados Unidos”, aseguró.

“Yo pienso que con el dinero que ahorremos podremos viajar fácilmente a Panamá. Al menos tenemos papeles que nos dio inmigración de Colombia. Por estos días se ha arreglado el problema con Panamá y quizás viajemos pronto para seguir nuestro camino a Norteamérica”, enfatizó.

“Aquí hemos pasado ya varias Navidades. Pero estamos conscientes que hay que seguir adelante. Hemos encontrado gente buena en nuestro camino. Y lo mejor es que podemos hablar a diario con nuestras familias en Cuba”, enfatizó.

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