En Guáimaro se trazó la pauta democrática de Cuba

Written by Libre Online

9 de abril de 2024

Guáimaro es uno de los sagrarios de la patria cubana. Se trata de un humilde pueblecito que se levanta en el límite de las provincias de Camagüey y Oriente. Fue fundado en 1790. Pero su verdadera significación histórica, parte el 10 de abril de 1869, cuando se redactó allí la famosa Constitución de la República de Cuba en armas. El magno documento, que ponía las bases de una patria cubana, libre y democrática.

Por aquellos días se hallaba en Guáimaro un coro de gigantes: eran los delegados de las fuerzas revolucionarias de Oriente, Camagüey y Las Villas; Carlos Manuel de Céspedes, José María Izaguirre, Miguel Betancourt, Antonio Alcalá, Jesús Rodríguez, Salvador Cisneros Betancourt, Ignacio Agramonte Loynaz, Antonio Zambrana Vázquez, Francisco Sánchez Betancourt, Honorato del Castillo, Miguel Jerónimo Gutiérrez, Eduardo Machado, Antonio Lorda, Tranquilino Valdés y Arcadio S. García.

En el código fundamental de la República de Cuba que redactó aquella ilustre Asamblea, que se reunía en pleno campo revolucionario, desafiando el ataque de las tropas españolas, se declaró abolida la esclavitud en Cuba, se asentó la República sobre bases democráticas, se adoptó como bandera nacional la enarbolada por Narciso López en 1850 y por Joaquín Agüero en el 51. O sea, la nuestra de hoy, con su estrella solitaria,  el triángulo rojo, tres franjas  azules y dos blancas. 

Se determina también que el territorio de la República en armas quedaba dividido en cuatro departamentos: Oriente, Camagüey, Las Villas y Occidente. Se proclamó primer mandatario de la nación a Carlos Manuel de Céspedes y General en Jefe del Ejército Libertador a Manuel de Quesada. Se creaba la Cámara de Representantes elegida por votación popular, siendo su presidente Salvador Cisneros Betancourt (el Marqués de Santa Lucía) y secretarios: Antonio Zambrana Vázquez e Ignacio Agramonte Loynaz, y un gobierno integrado por Francisco Vicente Aguilera, ministro de la Guerra; Eligio Aguirre, de Hacienda; Eduardo Agramonte Piña, de Interior; Cristóbal Mendoza de Relaciones Exteriores. A José Morales Lemus se le designaba Enviado Extraordinario en los Estados Unidos.

Por el curso que llevaban los debates, en los primeros momentos, se creyó que en Guáimaro iba a dominar el anexionismo de Cuba a los Estados Unidos. Al cabo, el espíritu independentista predominó.  Un espíritu que estaba guiado por los sacrificios que, en la manigua heroica, se centuplicaban a legiones de patriotas.

La Guerra de los Diez Años se perdió. Pero las pautas que trazara la Asamblea de Guáimaro, se mantienen vigentes aún hoy, en la libre y democrática República de Cuba. (Publicado en 1947).

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