Nació el 31 de agosto de 1883. Me enorgullece traer a “Libre”, algo de la historia de un hombre que, como la canción “Martí, no debió de morir”, Llés Berdayes: “tampoco debió de morir”. “Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Fernando Llés y Berdayes, el motivo por el cual vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por otro, la manera de que avanza, de forma inevitable, la historia”.
Ceiba Mocha, pueblo donde nací, no presume de mis recuerdos paupérrimos, menos con rencor, para considerarlo culpable de lo que sufrí, si pensara solo en lo que fue mi niñez y adolescencia. No se puede vivir eternamente con las heridas entreabiertas, lo feo, tiene que quedar atrás, enterrado, aunque solo existe un mal que sí marca hasta el último día de nuestra existencia: haber sufrido en nuestras carnes el comunismo. Es la ideología que traumatiza, la que frustra, la que intenta arrebatarle la personalidad a cada hombre, hacer todo lo posible para que se convierta en esclavo sin que se dé cuenta porque, se la cuelan con arena y no se da cuenta. Es precisamente la “inteligencia” de la monstruosidad creada por dos engendros que no debieron nacer: Karl Marx y Freidrech Engels.
Ceiba Mocha, aquel pedazo de tierra “colorá”, también tuvo gestos que los nativos tenemos que agradecerle: haber sido el lugar en el que nacieron dos genios, aunque cada uno en facetas distintas: Armando Pérez Roura, considerado en Cuba, la mejor voz radiofónica de la historia radial de la isla, título que mantuvo en Miami (Florida) hasta los últimos días de su existencia. Pérez Roura marcó época, creó estilo, colaboró con las nuevas generaciones de locutores. Fue el gran “evolucionador” de la radio cubana. Estoy seguro, no ha surgido otro que lo iguale y menos que lo supere.
El otro genio, el cual estoy convencido de que conocen pocos “mocheros”, se llamó Fernando Llés Berdayes, que nació el 31 de agosto de 1883. Me enorgullece traer a estas páginas de “Libre”, algo de la historia de un hombre que, como dice la canción sobre José Martí: “Martí, no debió de morir”. Se lo aplico a Llés Berdayes: “tampoco debió de morir”. Pero Dios manda y el hombre obedece.
ATENAS DE CUBA
Fue uno de los ensayistas y conferencista más valioso de la isla. Fundador y director de varias publicaciones en las que siempre imperaba la alta cultura. En 1887, con 4 años de edad, viajó con sus padres a España y, en Cangas de Onís (Oviedo, provincia española) cursó sus primeros estudios. Allí permaneció ocho años regresando a Cuba con su familia, donde inició su avanzada carrera de hombre entregado a las letras. En el siglo XVIII, en aquel humilde pueblo existían familias que sabían y reconocían que España existía y que era, sin duda, la “Madre Patria”.
Inició los estudios del bachillerato en el Instituto de Matanzas graduándose en 1918. Posteriormente se graduó de profesor de Historia y Geografía Universal, y, al unísono ejercía su faceta de escritor. Era fiel participante de las tertulias matanceras, convirtiéndose en uno de los más destacados en la que se llamó “Areópago bohemio”, a la que asistió durante los años 1910 y 1915. Sus primeros escritos vieron la luz en el periódico “El Estudiante”, que recogía los movimientos estudiantiles de Matanzas, considerada la “Atenas de Cuba”; fundó y dirigió la publicación “Alma Latina”, en 1910, con la colaboración de su hermano Francisco. Además, escribió para los periódicos “Heraldo de Matanzas” (1910); “El Imparcial” (1912-1916), “Matanzas” (1913) y “El Jején” (1919). Fue miembro destacadísimo del Ateneo de Matanzas, también del Grupo Minorista de Matanzas, de la Academia Nacional de Bellas Artes y Letras, además de otras asociaciones, nacionales y extranjeras. Fue cotizadísimo conferencista, que expuso su talento por los mejores escenarios culturales de la isla. Estuvo en posesión del primer premio de poesía en el Concurso convocado por el diario “El Correo Español” de La Habana.
“Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Fernando Llés y Berdayes, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que podamos poner en valor no sólo la vida de Fernando Llés y Berdayes, sino la de todas aquellas gentes que fueron inspiradas por él, personas a quienes de un modo u otro influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió él. Las biografías y las vidas de personas que, como él, cautivan nuestra atención, deben valernos siempre como referencia y reflexión para confederar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por comprender la biografía de Fernando Llés y Berdayes, el motivo por el cual vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por otro, la manera de que avanza, de forma inevitable, la historia”.
Fue una de las plumas más solicitadas en “El Estudiante” de Santa Clara; “Orto” (Manzanillo), “Letras, Cuba y América”, “Bohemia”, “El Fígaro”, “Evolución” “Social”, “Revista de Avance”, “Sagitaria”, éstas últimas en Buenos Aires (Argentina) En Caracas (Venezuela) colaboró en “El Cojo Ilustrado”, “El Repertorio Americano” (San José, Costa Rica), convirtiéndose en uno de los intelectuales más internaciones de entonces. Y lo fue por su talento, e interés en servir a la humanidad con su obra, sin necesidad de pertenecer a ninguna ideología. Al menos eso no aparece en su historial. Era un hombre libre, demócrata y amante de Cuba hasta los tuétanos. Muchas veces recibió ofertas de España, y varios países latinoamericanos para que ejerciera el profesorado en Universidades y Centros Culturales; prefirió permanecer en su isla, aportarle a su pueblo sus conocimientos y compartir con los que, como para él, lo más importante era la cultura, siendo la literatura una de las facetas que más le apasionaban.
“MERECE NO SER
OLVIDADO”
Publicó varios libros de poesía, entre ellos “Crepúsculos”; “Sol de invierno”; “Limoneros en flor”; “A orillas del Pireo”. Cuando falleció, dejó inédito varios libros de ensayos y poesía. Entre ellos: “Nazismo, Fascismo, Plutocracia, Oligarquía, Marxismo y Democracia”. Título que demuestra que era un adelantado sin haber sufrido lo que vino tras su partida: el cáncer que sigue devorando al planeta: El comunismo.
“La historia del mundo está contada por aquellos hombres y mujeres que, a lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus reacciones o su talento, han hecho que la humanidad, de un modo u otro, progrese”, escribió alguien sobre nuestro coterráneo.
La trascendencia que atesoró Fernando Llés y Berdayes en la historia, lo convierte en un intelectual que se adelantó a su época. “La forma en que vivió y aquello que hizo fue decisivo no sólo para quienes lo trataron, sino que posiblemente dejó una señal mucho más insondable de lo que podamos figurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Fernando Llés y Berdayes en persona. Ha sido una de esos que, por algún motivo, merecen no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia de la Cuba pre comunista”.
En Wikipedia: “Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Fernando Llés y Berdayes, que detentó su trascendencia en un momento concreto de la historia, es indispensable tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible”.
Cuando leo algo así, se me agita el recorrido de los glóbulos por mis venas y siento que voy a estallar de orgullo. Ceiba Mocha ¡Cuántos genios más nos habrías aportado de no habérsete cortado las alas con una Hoz y un Martillo!
Falleció en la ciudad de Matanzas el 12 de mayo de 1949.
______________________________
Para perpetuar la
memoria de Fernando LlÉs y Berdayes
El 15 de marzo de 1954, por decreto presidencial 498, publicado en la Gaceta Oficial el 31 de mayo del propio año, quedó oficializada la Escuela Profesional de Periodismo y Artes Gráficas «Fernando Llés y Berdayes», que aunque no dotada económicamente entonces, se convertía en la segunda escuela de periodismo del interior, después de la de Santa Clara, en preparar periodistas sin tener que acudir únicamente a la escuela «Márquez Sterling» de La Habana.
Al ser escogido el nombre de Fernando Llés y Berdayes, era la intención de sus promotores yumurinos perpetuar la memoria del ilustre intelectual.
La escuela contaba con un patronato que atendía su mantenimiento y limitados compromisos, de acuerdo con sus ingresos. Las clases eran impartidas en la sede del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Matanzas, en horas de la noche, encontrándose adscrita al Ministerio de Educación, contando con dirección, secretaría y un claustro de profesores, entre quienes se encontraban el Dr. José Manuel Rodríguez Haded, Dr. Demetrio Pérez Arencibia, José Mier Aguiar, Antonio Pimentel Herrera, Pastor Valdés, Américo Raúl Amieva, entre varios otros. Era la secretaria, Juana Arencibia.
Entre los graduados se encontraban Liria Tápanes de Pérez Jaén, su esposo Domingo Pérez Jaén, Adalberto Sardiñas Cruz, Dra. Gloria María Mesa Ayllón, Lionel Rodríguez de la Torre, Fefita y Elio Montenegro Falcón, el poeta y Teniente de Cultura del regimiento 4, Alberto Ulloa, Darío García, Bienvenido González, Heraclio García, entre otros, dejando a los lectores de LIBRE en libertad de agregar los nombres que recuerden para así publicarlos.
Como parte del control comunizador de todos los medios informativos, esta escuela desapareció el 27 de junio de 1960 por orden de la tiranía.
Muchas veces recibió ofertas de España, y varios países latinoamericanos para que ejerciera el profesorado en Universidades y Centros Culturales; prefirió permanecer en su isla, aportarle a su pueblo sus conocimientos y compartir con los que, como para él, lo más importante era la cultura, siendo la literatura una de las facetas que más le apasionaban.
“MERECE NO SER
OLVIDADO”
Publicó varios libros de poesía, entre ellos “Crepúsculos”; “Sol de invierno”; “Limoneros en flor”; “A orillas del Pireo”. Cuando falleció, dejó inédito varios libros de ensayos y poesía. Entre ellos: “Nazismo, Fascismo, Plutocracia, Oligarquía, Marxismo y Democracia”. Título que demuestra que era un adelantado sin haber sufrido lo que vino tras su partida: el cáncer que sigue devorando al planeta: El comunismo.
“La historia del mundo está contada por aquellos hombres y mujeres que, a lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus reacciones o su talento, han hecho que la humanidad, de un modo u otro, progrese”, escribió alguien sobre nuestro coterráneo.
La trascendencia que atesoró Fernando Llés y Berdayes en la historia, lo convierte en un intelectual que se adelantó a su época. “La forma en que vivió y aquello que hizo fue decisivo no sólo para quienes lo trataron, sino que posiblemente dejó una señal mucho más insondable de lo que podamos figurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Fernando Llés y Berdayes en persona. Ha sido una de esos que, por algún motivo, merecen no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia de la Cuba pre comunista”.
En Wikipedia: “Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Fernando Llés y Berdayes, que detentó su trascendencia en un momento concreto de la historia, es indispensable tratar de ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible”.
Cuando leo algo así, se me agita el recorrido de los glóbulos por mis venas y siento que voy a estallar de orgullo. Ceiba Mocha ¡Cuántos genios más nos habrías aportado de no habérsete cortado las alas con una Hoz y un Martillo!
Falleció en la ciudad de Matanzas el 12 de mayo de 1949.
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Para perpetuar la
memoria de Fernando LlÉs y Berdayes
El 15 de marzo de 1954, por decreto presidencial 498, publicado en la Gaceta Oficial el 31 de mayo del propio año, quedó oficializada la Escuela Profesional de Periodismo y Artes Gráficas «Fernando Llés y Berdayes», que aunque no dotada económicamente entonces, se convertía en la segunda escuela de periodismo del interior, después de la de Santa Clara, en preparar periodistas sin tener que acudir únicamente a la escuela «Márquez Sterling» de La Habana.
Al ser escogido el nombre de Fernando Llés y Berdayes, era la intención de sus promotores yumurinos perpetuar la memoria del ilustre intelectual.
La escuela contaba con un patronato que atendía su mantenimiento y limitados compromisos, de acuerdo con sus ingresos. Las clases eran impartidas en la sede del Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Matanzas, en horas de la noche, encontrándose adscrita al Ministerio de Educación, contando con dirección, secretaría y un claustro de profesores, entre quienes se encontraban el Dr. José Manuel Rodríguez Haded, Dr. Demetrio Pérez Arencibia, José Mier Aguiar, Antonio Pimentel Herrera, Pastor Valdés, Américo Raúl Amieva, entre varios otros. Era la secretaria, Juana Arencibia.
Entre los graduados se encontraban Liria Tápanes de Pérez Jaén, su esposo Domingo Pérez Jaén, Adalberto Sardiñas Cruz, Dra. Gloria María Mesa Ayllón, Lionel Rodríguez de la Torre, Fefita y Elio Montenegro Falcón, el poeta y Teniente de Cultura del regimiento 4, Alberto Ulloa, Darío García, Bienvenido González, Heraclio García, entre otros, dejando a los lectores de LIBRE en libertad de agregar los nombres que recuerden para así publicarlos.
Como parte del control comunizador de todos los medios informativos, esta escuela desapareció el 27 de junio de 1960 por orden de la tiranía.
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