Emilio Núñez, el hombre olvidado del 20 de Mayo

Written by Libre Online

19 de mayo de 2021

Por Emilio Núñez Blanco.

El día 20 de Mayo de 1902, a las doce del día, se izaba en el morro de La Habana, la bandera de la Estrella solitaria. Se anunciaba en esa forma al Mundo, que un estado libre y soberano, se sumaba a los ya existentes y constituía un premio a los esfuerzos de varias veneraciones de cubanos, que durante más de quince años, habían combatido con as armas en la mano, por la independencia de la Patria.

El hombre que izó, por vez primera, la bandera cubana en el morro de La Habana auxiliado con sus compañeros de armas fue mi abuelo el general Emilio Núñez y Rodríguez. De la exactitud de esa afirmación no pueden existir dudas de clase alguna; lo atestiguan fotografías tomadas aquel día memorable, actas firmadas por los supervivientes y una categórica declaración de la muy respetable Academia de la Historia. No existe un solo historiador que deje de proclamar la intervención directa y preferente al general Emilio Núñez y Rodríguez en el acto de izar nuestra bandera al inaugurarse la República hace ahora 50 años.

No se designó al azar al general Núñez para tan señalado honor, se trataba de un hombre excepcional que todo lo había sacrificado por la causa de libertad de la Patria. Hasta dos de sus hermanos sucumbieron gloriosamente en combates peleando a sus órdenes contra el ejército español. Era uno de los que habían luchado en las tres guerras por la independencia y a decir de los estudiosos en estas cuestiones su labor fue tan inspiradora en la guerra de 1865 como la de Máximo Gómez, Antonio Maceo y Calixto García.

Emilio Núñez y Rodríguez cuando no tenía un 17 años de edad se lanzó la manigua en la guerra de 1868 donde alcanzó el grado de comandante. Céspedes, el Padre de la Patria, incendió el ingenio La Demajagua antes de lanzarse al combate. Emilio Núñez incendio también los dos ingenios de su familia “olaguita” y “San Francisco” con el mismo desinterés e idéntica abnegación.

El general Emilio Núñez y Rodríguez falleció el día 5 de mayo de 1922. El gobierno decretó el luto nacional. El Congreso de la República honró su memoria con acuerdos que constan en los Diarios de Sesiones. Había sido delegado a la convención Constituyente de 1901; Gobernador de La Habana 9 años y 6 meses; Secretario de Agricultura, 4 años; vicepresidente de la República otros 4; presidente del Consejo Nacional de veteranos de la independencia durante varios periodos. Murió con una sola casa hipotecada, fue un ejemplo de necesidad y patriotismo y en el acto de su sepelio una verdadera masa humana, el pueblo de toda Cuba, le mostró su dolor y la admiración que sentía por ese ciudadano ejemplar que diferenciándose de otros, había sido bravo en la guerra y honrado y patriotas en La Paz.

Observamos con profunda pena que no hayan considerado oportuno en muchas ocasiones honrar la memoria del hombre que tomó parte principalísima en el acontecimiento que se rememora, proclamando sus glorias y sus sacrificios por la causa de la libertad y su honestidad en un medio habitualmente deshonesto.

Jefe del Departamento de Expediciones en 1896, por su actuación eficiente pudo mantenerse la lucha en la manigua. Hombres, medicinas, armas, municiones y vituallas, eran traídos personalmente por él a pesar de que el gobierno de España había declarado que eran esos actos de piratería, que se castigarían con la horca en el palo mayor de la nave que lo capturase. De cada expedición libertadora podría escribirse un gran poema, sin embargo en nuestra Marina de Guerra no existe un barco que lleve el nombre de Emilio Núñez nuestro único Almirante Libertador.

Relatan los propios españoles que lo mismo en le Pacto del Zanjón, que cuando terminó la Guerra Chiquita, fue Emilio Núñez de los pocos que rechazó las ofertas de empleos burocráticos y de ayuda económica del Gobierno Español, prefiriendo el exilio antes que doblegarse ante los gobernantes de la colonia. Más de 20 años ocupando cargos públicos y dejando a la familia en herencia una casa hipotecada, debería ser la constante de ejemplo a seguir de honestidad administrativa.

Emilio Núñez Rodríguez no ha pasado totalmente al olvido en los que recuerdan con admiración el día 20 de Mayo de 1902 al izar por primera vez la bandera de la estrella solitaria en le morro de la habana; sus compañeros de profesión los han honrado. Sus compañeros de armas a los que presidió durante muchos años, a los que le logró la Ley de Pensiones que actualmente los favorece en su vejez, se han preocupado de muchas cosas pero no de glorificar al que mejor podían ofrecer como ejemplo de la pureza e integridad de los que combatieron por la libertad de Cuba.

De Emilio Núñez Rodríguez dijo José Martí, el Apóstol de la independencia de Cuba: “Como se de la pureza de su pensamiento y la del mío, jamás se me ocurre pensar que veamos de distinto modo los males que por las mismas causas presentimos y queremos reme diar”. Carta del 28 de mayo de 1889: “¿Le dré que su carta es de un hombre de Estado? No se lo diré por los que me dice de la mía. Pero gozo tanto verte a mi tierra hijos adornados con la cautela y pureza de usted”. Y ya en 1887, José Martí se expresaba de esta manera en relación con el General Nuñez: “ No se hacer nada serio, ni intentar nada bueno, sin pensar en usted, que es guía natural en estas cosas, y sin cuya compañía nada me parecería completo”.

El generalísimo Máximo Gómez el 14 de diciembre de 1896 cuando le comunicaba a Emilio Núñez que había comenzado como soldado en la guerra de 1868, le decaía lo siguiente: “Sé yo que merecerá usted siempre mi confianza y que el grado que con gusto le comunico,lo ha sabido usted ganar, significando tan solo lo que usted esotra de la Patria, que orgullosa escribe su nombre entre los mejores de sus hijos”. Y el propio General en Jefe, el 6 de julio de 1898, lo nombraba su representante legal ante el Estado Mayor del Ejército de los Estados unidos de América, durante la Guerra Hispano-americana. En agosto 26 de 1896, el Marquéz de Santa Lucía le decía al general Nuñez los siguiente: “Me complazco en la gloria que le corresponde a usted por el éxito de las expediciones que ha traído”.

Como cubano y como hombre joven más que como nieto; como ciudadano que aspira a una cuba mejor, como combatientesincero por la causa de la democracia, cuando se acerca la fecha del 20 de Mayo de 1902, quiero rendirle homenaje de recordación devota al General Emilio Nuñez Rodríguez.

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