EL TÚNEL DE LA BAHÍA Y OTROS PROYECTOS QUE NUNCA SE REALIZARON

Written by Demetiro J Perez

27 de febrero de 2024

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

El Túnel debajo de la bahía de La Habana se inauguró el 31 de mayo de 1958. Su construcción estuvo a cargo del ingeniero cubano José Menéndez Menéndez, quien junto al grupo de trabajo que lo acompañó diseñó un sistema de tubos de hormigón reforzado, capaz de soportar grandes cargas. La obra fue realizada por una compañía francesa.

“Obra magna de la construcción de la Gran Habana del Este, que incluye el Túnel, la Vía Monumental y la Nueva Ciudad…”, expresó el abogado Guillermo Alamilla Gutiérrez a nombre de la Compañía de Fomento del Túnel de La Habana en el acto de la firma de contrato con la Compañía francesa, el 6 de junio de 1955.

Después de atravesar el Túnel de la Bahía en dirección este o sea hacia Matanzas está la Vía Monumental, una autopista de 6 carriles (3 y 3) que al sur de Cojímar se une a la Vía Blanca, su longitud es de 7 kilómetros (para llegar a Berroa son 7.5 km) y se construyó en 1958.

La Vía Blanca fue la primera autopista de Cuba, la idea de su construcción surgió en 1945, dando inicio a diferentes proyectos junto a la remodelación de La Habana. Estas obras fueron auspiciadas y dirigidas por el urbanista y arquitecto Pedro Martínez Inclán (1883-1957). Según el Mapa Esso, la Vía Blanca comienza donde convergen Cristina, 10 de Octubre, Agua Dulce y Jesús del Monte, pero otros consideran que comienza en la Ciudad Deportiva (Ave. Rancho Boyeros y la Avenida 26) y llega hasta Varadero. Se construyó entre 1954 y 1958 con una longitud de 138 kilómetros. 

Si analizamos los 7 km de la Vía Monumental y los 16 km de la Vía Blanca hasta Santa María del Mar, 23 km en total, antes de la construcción del Túnel hubo muy poco desarrollo urbanístico debido a la dificultad del transporte. 

(Unos años más tarde, al salir del Túnel vía este, está la Playa del Chivo, Habana del Este, Cojímar, Alamar, Celimar, Bacuranao, Tarará, Megano, Santa María, Boca Ciega y Guanabo. El Hospital Naval, Casablanca y el Rpto. Bahía se encuentran a la derecha de la Monumental).

Por supuesto todo ese territorio estaba lleno de fincas como: La Noria, San Nicolás, Itabo, San José de la Playa, Mégano, Villa Real y Sogomar y prácticamente desde 1932 todas estas tierras habían sido heredadas a Dionisio José Velasco Sarrá (1899-1954) a su esposa María Mercedes Montalvo Lasa y a sus hijos Álvaro, María del Carmen y José Velasco Montalvo, así como a su prima Esperanza Montalvo (ex-esposa de Julio Lobo) y a las dos hermanas de Dionisio, Celia (1902-1986) y María Teresa Velasco Sarrá (1900-1987) esposa de Álvaro González Gordon (1898-1973). 

El dueño inicial desde mayo de 1919 fue, el cabeza de familia Dionisio Velasco y González-Castilla (1867-1932) hijo de asturiano (Gijón) aunque nació en Veracruz, México, graduado en Madrid de ingeniero de Caminos y Puertos. No sabemos cuándo llegó a la Isla, pero en 1892 ya estaba en Cuba. En 1898 se casó con María Teresa Sarrá Hernández (1879-1918) la hija de José Sarrá, dueño de la Droguería Sarrá (en Teniente Rey y Compostela, 2ª mayor droguería del mundo, luego su dueño era Ernesto Sarrá Hernández, hermano de María Teresa) y en 1912 construyeron su palacio muy cerca de la entrada de la bahía en Zulueta (antes Baluarte) entre Cárcel y Genios, barrio La Punta.  Al morir Dionisio en 1932 el palacio pasó a su hija María Teresa Velasco Sarrá y a su esposo desde 1931, Álvaro González Gordon y desde 1960 es la sede de la embajada de España.

El ingeniero Dionisio Velasco participó en el gobierno de Estrada Palma y de José Miguel Gómez, quien le gustaba, junto con su gabinete, ir a cazar a su finca Villa Real en la zona de Habana del Este. En 1912 quiso urbanizar sus tierras y construir un puente de hierro sobre la bahía de La Habana, desde la Avenida del Puerto a las alturas de La Cabaña. El proyecto originó años de polémicas, estudios, asesoría extranjera y jamás se aprobó su construcción.

En 1937 resurgió la idea, pero ahora no como puente sino como túnel. El Ministro de Obras Públicas de Prío, el Arq. Manuel Febles retomó la idea del túnel en 1949 luego de haber comenzado la primera etapa de construcción de la Vía Blanca.

En 1949 se creó la Compañía de Fomento del Túnel de La Habana S.A., como concesionaria del Túnel y administradora de la Zona General de Influencia del Túnel.  

En 1954 el Ing. José Menéndez como asesor técnico de la obra, presentó el proyecto a la par con la firma francesa la Societé des Grands Travaux de Marsella. Entonces Menéndez recomendó a la Compañía de Fomento (que ya había contactado a compañías americanas) la aceptación del anteproyecto de la empresa francesa, superior al de los norteamericanos desde el punto de vista técnico, mucho más barato y con el atractivo adicional de que garantizaba el financiamiento de la construcción al asegurar que otra entidad francesa adquiriría azúcar cubano por el equivalente al monto de la obra. Esa compra posibilitaría el dinero necesario a través del Banco Cubano de Comercio Exterior.

Representaba una inversión de $28,500,000 además de otros $7,500,000 que aportaría el Estado para la construcción de la Vía Monumental, la cual enlazaría el Túnel con la Vía Blanca.

El gobierno uno de los grandes beneficiarios del túnel, no invertiría un solo centavo en su construcción y ganaría con el lucrativo trueque del azúcar y la misma compañía francesa tendría utilidades adicionales si especulaba con el dulce en el mercado mundial. Los grandes propietarios, otros de los máximos beneficiarios, verían revalorizarse su patrimonio.

Las obras de construcción del Túnel de La Habana, a una profundidad de 15 metros con 733 metros de largo y 22 de ancho, comenzaron el 19 de septiembre de 1955 y a los 985 días, el 31 de mayo de 1958 (2 años, 8 meses y 12 días) fue inaugurado.

Celia Velasco Sarrá, el 19 de noviembre de 1955 construyó el Centro Hípico Celimar, una escuela de equitación en tierras de su propiedad. El 11 de marzo de 1953, Celia comenzó a urbanizar el Reparto Alamar, ampliado en 3 ocasiones hasta el 22 de noviembre de 1958.

Desde el 3 de agosto de 1912, se había constituido la compañía de Terrenos de Tarará S.A. cuyo propietario y presidente era el norteamericano Royal S. Wester y su hija la vicepresidenta Helen Wester Walsh. El 5 de agosto de 1927 compraron las fincas Tarará y San Martín que comprendían 4.2 caballerías (1,610,000 m²).

La Compañía de Fomento de Bacuranao SCP era la propietaria de la Playa de Santa María formada por la finca Itabo de 42 caballerías propiedad del Dr. Arturo Bencochea González y de Ramón Balsinde Arocha.

El Reparto Bahía está situado a 3 km al suroeste de Cojímar. Se urbanizó en 1951 donde estaban las fincas Las Noas, El Desamparo, La Rosario y Mercedita, su dueña Celia Velasco Sarrá. 

El Dr. Guillermo Alamilla Gutiérrez nació el 9 de abril de 1900 y vivía en la 3ª Avenida #15 y Calle D, en La Puntilla, Marianao. Abogado en la firma Gorrín, Mañas, Maciá y Alamilla en el 4° Piso del Edificio Horter sito en Obispo #7 entre Oficios y Baratillo. Falleció en enero de 1991.

El 2 de septiembre de 1957 constituyó la Constructora Alamar S.A. para urbanizar los Repartos El Olimpo, Residencial Alamar, Alturas del Olimpo y Alturas de Villareal, que estaban incluidos en la llamada Zona General de Influencia del Túnel de La Habana. Su presidente era el Dr. Guillermo Alamilla, el vicepresidente Dr. Otto Veith Rivera y su director técnico el Ingeniero Gustavo A. Bécquer.

Alamilla y Pérez Menéndez era una urbanizadora y vendedora de casas de los repartos de diferentes propietarios que estaban incluidos dentro de la llamada Zona General de Influencia del Túnel de La Habana. La compañía se encontraba a cargo también de la contratación y cobro de los solares en las tres primeras.

Daniel Pérez Menéndez, era un pequeño accionista de Territorial Alturas del Olimpo, la propietaria del Reparto del mismo nombre.

Su hermano el Dr. Gustavo Alamilla, nacido en Marianao el 31 de enero de1904, graduado de la Universidad de La Habana en 1927 donde era luego profesor y su práctica privada de oftalmología estaba en el #101 del Edificio Solimar, en Soledad #205 entre San Lázaro y Animas. Tenía un gran capital financiero y se convirtió en una de las primeras figuras del próspero negocio de la Urbanización de La Habana del Este al poseer 3,785 acciones en la Constructora Alamar SA.

La mayor parte del territorio que hoy conocemos por Alamar correspondía hasta finales de la década del 1950 a la finca “La Noria”, propiedad de la familia Velazco, dueña de grandes extensiones de terreno desde el Morro hasta Bacuranao.

Alamar viene de Ala, las tres primeras letras de Alamilla y Mar las tres de su madre María. 

Otras fincas, también propiedad de los Velazco y arrendadas a otras familias, completaron el territorio. Los Hernández eran los arrendatarios de los terrenos que bordeaban la Vía Blanca hasta Cojímar y que abarcaban la cima de la loma que hoy conocemos por “El Mirador”. Esta finca se dedicaba principalmente a la cría de ganado vacuno lechero. Como restos de estas fincas aún se conservan una casa de tejas y una torre cercana a la avenida Neptuno.

El 7 de marzo de 1956 el ayuntamiento de Guanabacoa aprobó los planos y memoria de la sección de Alamar “El Olimpo” a favor de la residencial “Alamar S.A.” de Guillermo Alamilla Gutiérrez y otros. El ayuntamiento de La Habana aprobaría, el 26 de junio de 1957, el llamado “Costa Azul” de Alamar, ambos pertenecientes a la Territorial “Alturas del Olimpo” S.A.

Después de sucesivos cambios, modificaciones y ampliaciones, Alamilla presentó al ayuntamiento el 5 de abril de 1958 el proyecto de reglamento urbanístico. Las oficinas de urbanización y ventas de terreno estaban situadas en el edificio “Hoster” sito en Obrapía nº 61, 4to piso, en La Habana. La edificación de almacenes y alguna otra construcción, constituyeron el verdadero centro de la urbanización y se le conocía como “Batey de Alamilla”.

La sección Alamar “El Olimpo”, que corresponde con el actual “Alturas de Alamar”, fue la primera en urbanizarse. Originalmente la entrada se situó donde se encuentra el tanque del agua, y más tarde se trasladó para donde se encuentra el Servicentro. Después se urbanizaría el “Residencial Alamar”, hacia el centro y finalmente la llamada “Costa Azul” de Alamar, zona que se contemplaba para el turismo y ocio.

En total se urbanizaron 36 caballerías, desde el río Cojímar hasta la Ave. “La Noria”. Alamar se parceló con precios oscilantes entre $6 y $l5 la vara cuadrada, pagando una entrada y el resto en 60 meses sin intereses. Se construyeron las calles con rajón del propio lugar, aceras, cunetas, cunetillas y redes técnicas, es decir toda la infraestructura urbana.

El 1 de enero de 1959, Alamar contaba con la infraestructura urbana creada, pero con muy pocas casas construidas, ya que algunos propietarios de terrenos habían esperado a la finalización del proyecto del túnel de la bahía para construir sus residencias y otros abandonaron muy pronto el país. Solamente se habían construido un total de 31 casas, aisladas entre sí, 14 de ellas en “El Mirador”. Sus habitantes eran fundamentalmente empleados bancarios y de oficinas, familias de clase media.

El suministro de agua llegaba a través del Acueducto propio y la electrificación se encargó la Compañía de Electricidad de La Habana del Este cuyo propietario era el Dr. Pedro Grau Triana (1894-1979) médico, legislador, inventor y empresario, Su planta eléctrica y las obras hidráulicas fue en aquel momento el mayor proyecto de esta naturaleza jamás intentado en América Latina por la empresa privada. Más de $100 millones de nueva construcción había sido inaugurado por él. Una vez que salió de Cuba en 1959. El Dr. Grau luego pasó a desarrollar el primero de los nuevos ingenios azucareros en Florida en 1960, y a principios de los sesenta se involucró en desarrollar la Isla de San Salvador en Las Bahamas, hasta que su frágil salud le obligó al retiro, muriendo en 1979.

En 1994 La Sociedad Meteorológica Estadounidense anunció una nueva beca para el curso 1994/95, la Beca de Pregrado Dr. Pedro Grau Triana, en honor al fallecido doctor, su hija Manon Grau de Rodríguez tuvo el honor de otorgarla. 

Proyecto del Edificio Libertad

En 1959 hubo un concurso de arquitectura para escoger el mejor proyecto de construcción para un edificio conmemorativo al triunfo de La Revolución. Ese edificio se iba a construir en el Reparto Alamar. Martín Domínguez, Ernesto Gómez-Sampera (ambos arquitectos del FOCSA) e Ysrael Seinuk presentaron la Maqueta del Edificio Libertad, un espectacular rascacielos de 50 plantas. 

El primer premio quedó desierto, el segundo lo alcanzó la propuesta de los reconocidos y prestigiosos arquitectos.

La propuesta creaba un soporte público en una amplia parcela, del que emergían las torres con una planta en H, conectadas por galerías. Formalmente, se iban agrupando unidades de 6 plantas de altura, con dos bandas de ascensores y dos escaleras principales situadas en los extremos del espacio destinado a vestíbulo, de manera que en cada nivel surgían dos galerías en las que se disponían las viviendas, desfasadas media planta. El programa de las viviendas era amplio, con una banda de servicios hacia la galería y las dependencias al exterior, utilizando la sala de estar como elemento pasante.

El proyecto era sumamente atractivo y nadie entendió la decisión del Jurado, por supuesto no se supo que realmente el jurado de arquitectos iba a darles el primer premio, pero cuando le enseñaron el proyecto a Fidel Castro, este dijo: “yo no lo acepto y ese gallego no vuelve a construir en Cuba”, (refiriéndose al vasco Martín Domínguez).

Esta anécdota me convence una vez más que, hasta la situación más insignificante Fidel Castro era quien decidía lo que había que hacer en Cuba. Por eso yo lo culpo siempre del 100% de todas las propiedades robadas, de todos los fusilamientos y toda la destrucción de nuestra patria durante estos 65 años.

Proyecto del Edificio El Pontón

Estos mismos tres autores, Martín Domínguez, Ernesto Gómez-Sampera e Ysrael Seinuk, pero asociados al ing. Bartolomé Bestard proyectaron el Edificio El Pontón en la manzana comprendida por las calles Manglar (o Arroyo) Clavel, Nueva del Pilar y Oquendo muy cerca del Parque de La Normal. El edificio, destinado a maestros y personal docente, incluía 576 apartamentos, organizados en 4 alas de 12 niveles, que giraban sobre un núcleo central de comunicaciones, formando una estructura esvástica en la supermanzana. La distribución de los apartamentos se realizaba mediante galerías horizontales externas, separadas de la edificación y comunicadas a través de puentes. Esta solución garantizaba la privacidad de los apartamentos y una adecuada iluminación y ventilación natural. En la base se ubicarían los servicios públicos, entre los que se encontraban estacionamientos, áreas de juego y comercios y piscina.

Otros proyectos que nunca se realizaron

También concebido en 1959 en la manzana comprendida por las calles Galiano, Reina, Dragones y Águila, en el espacio que ocupó la antigua Plaza del Vapor, apenas dos cuadras del parque de La Fraternidad. El proyecto diseñado por el Arq. Carlos Alfonso, constaba de un basamento destinado al estacionamiento de 350 autos, planta baja, destinada a comercios, una segunda planta reservada para otro estacionamiento de 250 autos y encima de ella se diseñó una zona de recreo de uso público. Seguidamente se erigía un cuerpo central de 25 niveles de 200 apartamentos. Poco tiempo después de iniciados los trabajos la Junta Nacional de Planificación abandonó el proyecto y en su lugar se concibió un parque público, bautizado con el nombre Parque del Curita.  

Estos proyectos de edificios de apartamentos se planteaban como una pequeña ciudad autosuficiente dentro de la ciudad, donde predominaba el sol, la luz y la ventilación, como el FOCSA (1956) y el Retiro Médico (1957) en 23 y N, en el Vedado.

Tampoco se materializaron otros proyectos como el Conjunto “Colinas de Lawton” de 800 residencias y un grupo de viviendas de 8 modelos para los empleados de la Revista Bohemia.

Miguel Gastón y Emilio del Junco por una parte y Ernesto Gómez-Sampera y Mercedes Díaz por otra, aportaron lo mejor de sí mismos, su ilusión, su necesidad de experimentación, su genio creador, pero no me cabe duda de que las mejores obras que unos y otros hicieron, las realizaron con Martín Domínguez.

Arquitecto Martín Domínguez Esteban

Nació el 26 de diciembre de 1897 en San Sebastián, ciudad situada en el golfo de Vizcaya en el mar Cantábrico y a 20 km de la frontera con Francia. Hijo de Concepción Esteban Guerendián nacida allí y Martín Domínguez Barros, natural de Vigo una familia de la alta burguesía de San Sebastián.

En 1914 con apenas 17 años se mudó para Madrid para luego iniciar sus estudios en la Escuela de Arquitectura donde se graduó en 1924, coincidiendo con algunos futuros destacados arquitectos como Félix Candela, Fernando Chueca Goitia y Carlos Arniches. Se alojó en la Residencia de Estudiantes compartiendo con la Generación del 25 y entabló amistad con Federico García Lorca, entre otros.

En su etapa madrileña trabajó con el arquitecto Carlos Arniches y ganaron un concurso en 1924 para remodelar la antigua lechería, Granja El Henar y convertirla en el Café Granja El Henar.

Abrazó las ideas de la arquitectura racionalista que lo llevaron a explorar nuevas formas de hacer vivienda en España y a participar en proyectos de residencias y hoteles. 

El equipo Domínguez-Arniches ganó en 1928 el concurso convocado por el Patronato Nacional del Turismo para la construcción de Albergues de Carretera, llegando a construir 12 unidades hasta 1936. 

Fascinado por los impulsos dinámicos y estéticos, Martín Domínguez realizó su primer viaje a Estados Unidos entre 1932 y 1933 diseñando allí decorados en Hollywood.

Aunque el proyecto más relevante del equipo Domínguez-Arniches es el que realizaron junto al ingeniero Eduardo Torroja para el Hipódromo de la Zarzuela. Ganaron el concurso en 1934 y la obra fue iniciada en 1935, interrumpida por la guerra en 1936, retomada a solicitud de Franco en 1940 y quedó inaugurada en 1941. Con la dictadura el único autor reconocido fue Eduardo Torroja, ya Domínguez estaba en el exilio y Arniches había sido anulado profesionalmente.

Al estallar la Guerra Civil Española abandonó Madrid y a finales de 1936 llegó a Valencia para tomar un barco hasta Barcelona y así cruzar los Pirineos para llegar a Francia, por cierto, fue gracias al salvoconducto otorgado por el líder comunista Juan Negrín a quien había conocido en la Residencia de Estudiantes. Se embarcó en Amberes en diciembre de 1936, llegando a La Habana a principios de enero de 1937.

En la capital trabajó primero con Honorato Colete entre 1938 y 1943 y después con Miguel Gastón y Emilio del Junco entre 1943 y 1948. A partir de ese año colaboró solamente con Gastón hasta 1952 para luego unirse con Ernesto Gómez Sampera y Mercedes Díaz entre 1952 y 1960, año que debió tomar su segundo exilio, esta vez hacia Estados Unidos.

Martín, como escritor tuvo durante años la columna dominical Arquitectura y Decoración para el Diario de la Marina que facilitó su participación de numerosos proyectos de viviendas sociales, aunque en colaboración con otros arquitectos, ya que no había convalidado su título de arquitecto. 

Se casó con Josefina Ruz y su hijo Martín nació en 1945 y es arquitecto también.

Según su hijo: “por corporativismo, el Colegio de Arquitectos de Cuba se negó a reconocer su título profesional español. En su certificado de nacimiento, de 1945, figura como hijo de Josefina Ruz, secretaria y trabajadora del hogar y de Martín Domínguez Esteban, decorador de interiores”.

“Luego de 1959 el Che lo invitó a cenar”. Y ahí Martín Domínguez selló su suerte. Guevara quiere saber más de él. “Bueno, Domínguez, usted es republicano español. ¿Y cuáles son sus ideas?”. “¿Mis ideas?”. “Sí, sus ideas”. “Pues desde el punto de vista personal soy conservador, y desde el punto de vista político soy liberal”. A partir de aquella conversación empezaron a llegarle agitadores a las obras, para sublevar a los obreros”.

Junto con Honorato Colete realizó la casa Gil Plá, los apartamentos La Sortija y el Teatro Favorito en 1938 y tres viviendas para la familia Gómez Mena en Varadero en 1940.

Con Emilio del Junco y Miguel Gastón, construyó 4 casas en la playa de Bocanegra, las casas Enríquez, Roca y Prío en Marbella, las casas Prat y Grau en La Habana, dos edificios de apartamentos en Miramar y Alturas de Miramar (1946), el edificio Radiocentro CMQ (1947), que fue un hito en la arquitectura habanera porque fue el primer edificio de arquitectura moderna, los Teatros Prado y Récord, el edificio Miranda en Calzada y calle I, la Oficina Expreso Aéreo y la vivienda del Presidente Grau San Martín en Varadero (1948), además del Plan de la Playa de Jibacoa. El edificio de apartamentos de Eduardo J. Suárez-Rivas en la Calle 21 entre N y O, Vedado entre 1946-1949.

Con Miguel Gastón realizó el Teatro y Centro Comercial Miramar (1949), el Plano Regulador de Marianao (1950), el Plan de la Playa de Santa María del Mar, los Teatros Miramar y Atlantic, un edificio Municipal y el Auditorio al aire libre en Marianao, el Balneario San Diego y la vivienda para el Presidente Carlos Prío Socarrás (1950) en Arroyo Naranjo cerca de La Habana.

En 1960, tras su segundo exilio (ahora desde Cuba), fue contratado como profesor en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Cornell. Durante este tiempo viajó a Canadá para conocer los nuevos complejos comerciales y urbanos allí. También viajó a Sudamérica para asesorar a diferentes gobiernos y agencias de vivienda. M. Domínguez fue consultor de la Fundación Ford enfocándose en proyectos escolares para la Universidad de Chile, colaborando con el BDI para formar un estudio con Peter Cohen en Rochester, NY escribiendo el proyecto de remodelación del Tercer Distrito de la ciudad y el 

diseño de escuela primaria #28. A partir de 1965 Martín Domínguez fue miembro del The American Institute of Architects (AIA), su trayectoria fue reconocida a través de una exposición monográfica realizada en la Universidad de Cornell en 1962 en el Andrew Dickson White Museum of Art. En 1967 ejecutó proyectos para una vivienda unifamiliar para la familia Lennox en Pittsford (Rochester), Nueva York.

Falleció en Nueva York el 13 de septiembre de 1970, a los 72 años, después de cenar con su esposa Josefina y el matrimonio de Dorothy y Félix Candela (1910-1997), arquitecto español-mexicano que en plena Guerra Civil española emigró a México, hasta 1970 que llegó a EE.UU.

Ernesto Gómez Sampera

Nació en La Habana, el 11 de octubre de 1923, estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de La Habana, donde se gradúo en 1947. Posteriormente trabajó en el Ministerio de Obras Públicas y en empresas privadas. Fue uno de los arquitectos asociados en el proyecto del nuevo edificio del Miramar Yatch Club en 1952.

Arquitecto, proyectista y constructor junto a Martín Domínguez del Edificio FOCSA y el edificio del Ministerio de Comunicaciones terminado en 1954 en la Plaza Cívica, edificio que se destacó como una de las nuevas obras del referido centro urbanístico, según los lineamientos planificados por los arquitectos e ingenieros Enrique J. Montoulieu de la Torre, Pedro Martínez Inclán y Jean-Claude Nicolás Forestier.

En 1962, Sampera se exilió en Puerto Rico donde continuó ejerciendo su profesión. 

Proyectó el condominio Las Marías, edificio de 14 plantas, que realizó conjuntamente con la Compañía Molina, García y Asociados, G.S.P, en Villa Carolina, Puerto Rico. 

En el período de 1978 a 1984 formó, junto a Lucas Cambó, la firma Gómez-Sampera & Cambó. En 1983 diseñaron el edifico de la ILA (Internacional Longshoremen´s Association) en la Ave. Kennedy cerca de Puerto Nuevo en San Juan. Este es la típica caja de cristal dorado reflectante y en ella se utilizaron elementos protectores del sol de hormigón, ideales para un clima tropical como el de Puerto Rico. El costo fue $7.8 millones.

También proyectó con la firma varias casas en las zonas de Miramar, Ponce y Mayagüez. Falleció en Puerto Rico el 19 de enero de 2004.

Estaba casado con Mercedes Ofelia Díaz González nacida en 1920. Terminó el bachillerato en Ciencias y Letras en 1939 en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana. Matriculó en la Universidad de La Habana en el curso 1939-1940 para hacer estudios de arquitectura y ciencias fisicomatemáticas y físico química. En 1945 se graduó como arquitecta con el ejercicio “Centro social y deportivo en la Playa Varadero”, calificada de sobresaliente. A partir de 1948 trabajó en la Comisión de Urbanismo con el profesor Pedro Martínez Inclán y en dos ocasiones obtuvo el primer premio en distintos concursos. Uno en 1947, con el proyecto de casas económicas, junto con su esposo, el arquitecto Ernesto Gómez Sampera y el también arquitecto Luis Echevarría. Y el otro en 1951, la Caja del Seguro Social del Arquitecto, con Gómez Sampera, Eduardo Montoulieu Jr. y Jorge de Quesada. En 1954, con otros arquitectos cubanos de vanguardia, participó en la exposición de Nueva York.

Ingeniero Ysrael Abraham Seinuk

El exiliado cubano que moldeó los horizontes en la ciudad de Nueva York.

A finales de los años 50, el ingeniero Ysrael Abraham Seinuk soñaba con hacer realidad el proyecto del edificio “Libertad”, en Cuba. Como una cruel paradoja, la revolución castrista le impidió concretar esa ansiada libertad y en 1959 tuvo que salir de Cuba rumbo a Nueva York. Salió con 20 dólares, su regla de cálculo y su diploma universitario. En toda su vida de exiliado siempre estuvo pendiente de la isla y repitió de algún modo el camino de su padre, que había escapado del comunismo en Lituania.

Seinuk nació en La Habana, Cuba en 1931. Era el único hijo de Jaime Seinuk, quien había emigrado a Cuba desde Lituania y Sara Seinuk (Sara B. tenía una tienda de ropas en la Calzada de Güines #60.

Estudió en la Universidad de La Habana y se graduó en 1954 como ingeniero civil. En 1953, Seinuk formó parte del equipo que diseñó FOCSA en La Habana, el edificio más alto de Cuba y el segundo edificio de hormigón armado más grande del mundo en ese momento.

En Nueva York, Seinuk se unió a la firma de ingeniería de Abrams, Hertzberg & Cantor. Más tarde se convirtió en socio designado de lo que se conoció como Cantor Seinuk. También fundó la firma Ysrael A. Seinuk, P.C., en 1977.

Algunos de los edificios en los que perduran sus aportes son: Adrienne Arsht Center for the Performing Arts (Miami), Torre Mayor (México), Messeturm Tower (Alemania), Levinstein Tower (Israel), y la Torre 14 (Dubai). En Nueva York, la firma de Seinuk diseñó las estructuras de The Lipstick Building, Trump Tower, Trump International, Trump World Tower, Rockefeller University Research Building, Time Warner Center, Hearst Tower, The Westin Hotel, entre otros.

Como dijo una vez el expresidente Donald Trump, “Ysrael Seinuk y su personal son los mejores en el negocio”. Nombrado por la revista Time como uno de los 25 “Hispanos más influyentes de Estados Unidos”, el judío cubanoamericano Ysrael Abraham Seinuk fue un brillante ingeniero estructural que cambió la forma en que se construyen los rascacielos y diseñó las estructuras de muchos de los lugares más emblemáticos de Nueva York y de todo el mundo.

Seinuk se convirtió en uno de los principales expertos del mundo en el diseño estructural de rascacielos. The New York Times escribió que Seinuk “hizo posible que muchos de los edificios nuevos más altos de la ciudad de Nueva York resistieran el viento, la gravedad e incluso los terremotos”.

Se le atribuyen innovaciones en el uso de hormigón armado como material estructural en rascacielos. Elizabeth O’Donnell, decana asociada de arquitectura de Cooper Union, lo llamó “la persona que trajo el hormigón armado a la ciudad de Nueva York, porque esta era una ciudad donde sus rascacielos estaban estructurados en acero”.

Sin embargo, uno de sus logros más satisfactorios era la enseñanza. Impartió clases de ingeniería estructural en la escuela de arquitectura The Cooper Union. Como se lee en la página de este centro educativo, “después del 11 de septiembre, Seinuk fue el único diseñador estadounidense invitado por la Institución de Ingenieros Estructurales de Gran Bretaña a participar en la publicación de Safety in Tall Buildings: Standards for Tall Building Design for the European Union”.

En 2004, Real Estate Weekly dijo sobre él: “No se puede caminar por las calles de Manhattan sin ver un edificio que el famoso ingeniero estructural Ysrael Seinuk no ha tocado”.

Seinuk y su empresa diseñaron más de 50 oficinas de gran altura, edificios y cientos de estructuras de apartamentos en Nueva York. Fue apodado ‘Mr. New York’ por su ingeniería de los rascacielos de esa ciudad”.

La viuda de Ysrael, Fanny Seinuk contó que Philip Jonhson uno de los arquitectos con quien él trabajó, una vez se acercó y le dijo: ‘your husband is a genius’. Él era especial y me alegra ver que el mundo piensa de la misma forma.

Una de las frases que su hija Beatriz Seinuk-Ackerman rememora con más cariño es la que Seinuk decía cuando alguien celebraba sus logros: “nada mal para un cubanito pobre de Luyanó”. Así lo guarda en su memoria, amante de la música cubana, con un gran sentido del humor que combinaba con su rigor en el trabajo.

Arquitecto Carlos E. Alfonso 

Nació en La Habana en 1924 se casó el 29 de septiembre de 1952 con la guantanamera Dulce María del Rosario Valcarce nacida el 14 de enero de 1929. Se graduó de arquitecto en La Universidad de La Habana. 

Frustrado por la triste tormenta que azotaba sin descansar abandonó su patria en 1960 junto con su esposa y sus tres pequeños hijos, Carlos, Alberto y Antonio trayendo solamente tres bolsos y $10. Como tenía familiares en Tampa, hacia allí se dirigieron. 

“Empezar de nuevo a esa edad demostró su temple y carácter”, dijo el promotor inmobiliario Dick Beard, quien también trabajó con Alfonso.

Como había sido un arquitecto de éxito en Cuba y había impartido cursos de arquitectura en la Universidad de La Habana rápidamente encontró trabajo en varias firmas en Tampa. En 1963 a la firma donde trabajaba Alfonso se le encomendó la importante tarea de rediseñar el Aeropuerto Internacional de Tampa. Desde entonces hasta 1965, Alfonso fue el arquitecto proyectista liderando la fase de diseño de la reforma. Cuando abrió sus puertas en 1971, la nueva terminal y los estacionamientos separados de la terminal se consideraron avances arquitectónicos.

Diseñador de algunas de las estructuras más reconocibles de la Bahía de Tampa y el campus de San Petersburgo de la Universidad del Sur de Florida.

“Hizo una enorme cantidad de trabajo”, dijo el recaudador de impuestos de Hillsborough, Doug Belden, quien trabajó con el Sr. Alfonso. “Era un absoluto caballero y un excelente arquitecto”.

Después de trabajar para otros fundó en 1966 su propia firma Alfonso, Greene & Oliva, en Hyde Park, luego Alfonso y Asociados en 1972.

Entre los proyectos en los que trabajó y los edificios que ayudó a diseñar, dijo su socio Ángel Oliva Jr., se encontraban la antigua Escuela Primaria Crestwood, el Hillsborough Community College campus modular original de Dale Mabry y el Centro de Servicios Vecinales de West Tampa.

La educación fue un tema constante en la carrera de Alfonso. Diseñó varios edificios para la USF, incluido su campus de Bayboro en el centro de San Petersburgo. En 1983, ese proyecto le valió el Premio de Diseño del Gobernador, que reconocía a los mejores diseñadores por su trabajo en edificios públicos.

Carlos E. era el arquitecto principal de una de las firmas de arquitectura más exitosas de la zona, Alfonso Architects Inc., que fundó con sus hijos los arquitectos Alberto y Carlos Jr.

Posteriormente, Alfonso fue arquitecto principal en la renovación del Aeropuerto Internacional St. Petersburg-Clearwater, proyecto en el que trabajó durante la década de 1990. 

Su hijo menor Antonio es piloto de aerolíneas.

Desde 1988, la empresa que reside en la histórica Ybor City, está dirigida por sus hijos Alberto y Carlos Alfonso, junto con el socio Ángel del Monte.

 La ardiente filosofía de Alfonso Architects, Inc. y su reputación a largo plazo se ha basado en un intenso servicio al cliente, un diseño galardonado y estrictos controles de calidad y presupuesto en cada proyecto. 

La firma y sus directores han ganado premios por excelencia en diseño del Instituto Americano de Arquitectos, el Gobernador del Estado de Florida, la Comisión de Planificación del Condado de Hillsborough, Tampa Preservation Inc., la Asociación Nacional de Parques Industriales y de Oficinas, entre otros. La firma recibió anteriormente el premio “La Firma del Año” otorgado por el Capítulo de Florida del Instituto Americano de Arquitectos, el premio más prestigioso otorgado a una firma de arquitectura de Florida.

El 29 de noviembre de 2002 murió a los 78 años, el arquitecto cubano que moldeó el área de la Bahía de Tampa. 

“Él nos inculcó el amor por el diseño y la arquitectura porque siempre nos tenía en su regazo cuando éramos pequeños, dibujando”, dijo Carlos Jr. “Era un gran papá. Era lo mejor que se podía imaginar”.

“El éxito que Carlos Jr. y Albert encontraron con el liderazgo de su padre es uno de sus mayores tributos”, dijo Jim Burt, de Capstone Group, 1700 South MacDill Ave, Suite 260 en Tampa.

“Vino en 1960 sin un centavo en el bolsillo y envió a tres niños a la escuela”, dijo Burt. “Yo diría que su mayor legado es que dejó tres grandes hijos”.

“Era un arquitecto muy talentoso y respetado en la comunidad”, dijo el arquitecto Sol Fleischman Jr. “Su carrera dejó una impresión duradera en Tampa”.

Le sobrevivieron sus 3 hijos y su querida esposa Rosa (Yaya para sus 8 nietos) durante 51 años, la cual conoció a través de su compañero de estudios de arquitectura Miguel Alcolado (Pipo) que vivía en la casa Rosa en La Habana y convertida en una casa de huéspedes al morir su padre Antonio.

Rosa estudiaba para contadora y a petición de su madre siguió su carrera luego de casada y tomó su examen final con casi 9 meses de embarazo de Enriquito que falleció de 6 meses. 

Rosa partió al encuentro de Carlos el 20 de enero de 2024, a los 95 años.

Además de los arquitectos antes mencionados, tenemos estos que después de salir de Cuba han triunfado en su profesión como: Mario Romanach (1917-1984), Max Borges Recio (1918-2008), Max Borges del Junco (1890-1963), Nicolás Quintana (1917-2008), Hilario Candela, (1934-2022), Nicolas Arroyo (1917-2009), Gabriela Menéndez García-Beltrán, Ricardo Porro (1925-2014), Eugenio Batista González de Mendoza (1900-1992), Jorge Luis Echarte Mazorra (1891-1979).

La revolución comunista española de 1936 y la cubana de 1959 lograron que muchos de sus mejores profesionales se fueran hacia otras tierras las cuales, finalmente, resultaron beneficiándose de sus méritos.

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