El relato histórico por entrega: El Clandestinaje en Cuba

Written by Libre Online

8 de septiembre de 2021

Un estudio minucioso de la lucha clandestina cubana, a cargo del historiador Enrique Ros (†)

Una obra que reconoce la valentía, entrega y sacrificio del pueblo cubano en la batalla por su libertad

Los compromisos contraídos se ponen en vigor (I de VI)

El 28 de octubre del pasado año (1962), cuando Kennedy y Kruschev convienen los términos que pondrían fin a la Crisis de los Cohetes, el presidente norteamericano reafirmó al premier soviético que «los compromisos contraídos serán prontamente ejecutados».

De inmediato, tomó la administración Kennedy «todas las medidas necesarias para evitar que unidades de cubanos exiliados, con uno de sus ataques que realizan en busca de publicidad, afectaran el acuerdo a que se ha llegado».

El 31 de marzo de 1963 el gobierno, que ya había decomisado bar-cos, equipos y armas a varios grupos combatientes, emitió nuevas órdenes. Éstas alcanzaban a todos los militantes y activistas.

El Departamento de Justicia envió a los dirigentes y miembros de las agrupaciones revolucionarias cubanas órdenes terminantes de permanecer dentro de la zona del Condado Dade. Trataban, así, de impedir nuevos ataques de los exiliados contra Castro.

La comunicación era aún más estricta: «Se le prohibe a usted salir del territorio de los Estados Unidos hasta nueva orden». Las sanciones a los violadores de este confinamiento eran severas: multa de $5,000.00 o condena de hasta cinco años de prisión. El FBI entra de inmediato en acción visitando e interrogando a los dirigentes cubanos en Miami.

Todos sabían lo que había originado la restrictiva medida de Robert Kennedy. El 28 de marzo, Comandos L había atacado en la bahía de Caibarién, como ya comentamos, al carguero ruso BAKU que tenía anclada, a pocos metros, una fragata de guerra cubana.

Pocos días antes, «una nave de guerra británica guiada por un avión de patrulla norteamericano, interceptó a un grupo de exiliados cubanos que se dirigían hacia Cuba en una incursión de guerra».

El hermano del Presidente, quien, desde sus propias oficinas había planeado, controlado y apoyado acciones contra Castro, no podía permitir, ahora, que los exiliados actuaran. Mucho menos, que lo hicieran por cuenta propia. A esto se había comprometido con Dobrynin y, su hermano, con Kruschev. Eran «los compromisos contraídos aquel 28 de octubre».

Quien le responde es Orlando Bosch. Lejos de acatar la medida, el dirigente del Movimiento Insurreccional de Recuperación Revolucionario (MIRR) anunció que estaba organizando otro raid contra un barco ruso en aguas cubanas. En igual forma responden Alfa 66 y el Segundo Frente del Escambray.

Aureliano Sánchez Arango emitió la nota discordante. El viejo combatiente, apagados ya sus ímpetus revolucionarios, aconseja que «los exiliados no deben actuar de manera que trastornen las actividades que se están desarrollando a un nivel más elevado, como parte de un plan general». El dirigente del Movimiento Revolucionario Triple A se auto designaba vocero de la política norteamericana.

No está solo Aureliano. Desde La Habana llegan, también, palabras de respaldo al ucase kennediano. «El Primer Ministro Cubano, Fidel Castro, elogió al gobierno de los Estados Unidos en un discurso, por haberse opuesto al ataque de refugiados a Cuba». (Cable de la UPI de abril 22, 1963).

Este era el panorama de la lucha contra el régimen castrista el 26 de julio de 1963 fecha que, incompresiblemente, destaca Bohemia con un amplísimo artículo con fotos y mensajes autógrafos «del Comandante Guevara dirigidos al Comandante Cubela». Lo escribe el propio dirigente del Directorio Revolucinario. El destaque es poco usual. Las frases laudatorias:

«En este artículo el Comandante Rolando Cubela, uno de los heroicos protagonistas de la batalla y el triunfo, describe una de las fases más encarnizadas y decisivas de la operación…” «Se trata de una página inédita de la gesta revolucionaria que Bohemia ofrece a los lectores».

¿Qué persigue la prensa controlada de Castro elogiando desmesuradamente, sin una razón evidente, a un comandante que no es de la vertiente del 26 de Julio ni la del Partido Socialista Popular? ¿Por qué, en una conmemoración de una fecha como la del 26 de Julio en la que Cubela no tuvo participación alguna, se reproducen mensajes de Guevara al Comandante Cubela? ¿Conocía ya la inteligencia Cubana que desde 1961 mantenía Cubela contactos con la Agencia Central de Inteligencia? ¿Ignoraba esto la Inteligencia Cubana o querían ofrecerle al dirigente del Directorio Revolucionario una falsa confianza para llegar a conocer quienes más estaban «contaminados»? Por supuesto, no lo ignora.

Es el General Fabián Escalante quien afirma en la conferencia de Antigua que fue en marzo de 1961 cuando Cubela fue reclutado por la CIA, aunque no ofrece prueba para esta aseveración que da a conocer treinta años después de aquellos hechos. Igualmente informa, sin tampoco mencionar la fuente, que en el otoño de 1963 Cubela estaba envuelto en un plan para asesinar a Castro que conduciría a una insurrección armada.

Los intentos contra la vida de Castro continúan. Se ha preparado uno para ejecutarlo cuando en el mes de septiembre se celebre en La Habana la serie mundial de béisbol juvenil. Un mes antes son detenidos Osvaldo Valentín Figueroa Gálvez, Reynaldo Figueroa Gálvez y José Manuel Rodríguez Cruz, miembros de la organización «Movimiento de Liberación Nacional». Meses después, Felipe Alonso Herrera. Las autoridades castristas los asocian con Alberto y Frank Grau Sierra que serán calificados, por supuesto, como «agentes de la CIA».

La lucha dentro de Cuba se mantiene. Algunas acciones se realizan con éxito; otras se frustran. En el propio mes de septiembre son apresados militantes de las organizaciones «Ejército de Liberación Nacional». y Frente Interno de Liberación» que fraguaban un atentado contra Castro. Son arrestados Nemesio Cubillas Pérez, Ángel Miguel Arencibia Vidán, Alfonso Torquemada Tendero, Marino Bailac Valdez y otros. El atentado lo iban a realizar en la residencia de Celia Sánchez. Durante meses no se hacen públicos estos encarcelamientos.

TRIBUNALES CON SENTENCIAS DICTADAS ANTES DEL JUICIO

El Tribunal Revolucionario de Las Villas, en la Causa 5 del 29 de enero aquel año, el Ministerio Fiscal, representado por Humberto Jorge Gómez pide 30 años de prisión a Pablo Cepero López, Juan Gilberto Cepero López, Reinaldo Cepero López, Clemente Veliz Castellanos, Antonio Pérez Veliz Castellanos, Humberto Hernández Morejón y Lázaro Hurtado Lara. Otros doce acusados recibirán condenas de diez.

El 11 de febrero de 1963 se celebra el juicio oral y público ante el Tribunal Revolucionario de La Habana por delitos «Contra la integridad y estabilidad de la nación« en la Causa 33 de 1963. Se le pide 30 años de prisión a Manuel Sabas Nicolades y 20 años a René Santos Gómez, Gerardo Morera del Campo, Francisco Fernández de Reyes, Abel Quiliado García, José de la Caridad Linares, y Miguel Ángel Lunas Covar. Veinte acusados se les condenaron a distintas penas de prisión.

El 18 de abril de 1963 se celebra el juicio, ante un Consejo de Guerra Ordinario, de la Causa No. 484 de 1962 por el delito «Contra la integridad y estabilidad de la nación». Los enjuiciados son: Julio Hernández Rojo, Raúl Cay Gispert, Laureano Rubiera (Feíto), Juan Valdés de Armas, Raúl Cay Hernández y Lester García Rosales. El fiscal pide 30 años para Julio Hernández Rojo y distintas condenas de prisión para los demás acusados. Preside el tribunal el Teniente Raúl Quintana Sainz.

Siguen los juicios. El próximo se celebra el 19 de abril, comienza la vista sobre la Causa 302. La presidirá el mismo Teniente Raúl Quintana Sainz. Están acusados Carlos Samper Vega, Rafael Gómez Fernández, Gerardo Lalo Pastrana, Ignacio Fernández Barroso, Juan de Armas Castellano, Benigno Pérez Vivanco y otros tres, entre ellos, una mujer, Elba González Fernández. Poca ayuda –o ninguna– recibían los cubanos anticastristas. Al extremo que en una reunión de José Miró Cardona, Presidente del Consejo Revolucionario Cubano con Robert Kennedy, Secretario de Justicia, aquel califica a éste en los peores términos y horas después renuncia a la presidencia del Consejo, y tras amenazas, solicita asilo en Costa Rica que le es concedido por el presidente Orlich.

El 18 de marzo de 1963 en la Audiencia de Matanzas comienza el juicio de los cubanos acusados en la Causa No. 32 en la que el fiscal pide pena de muerte para Roberto Delgado López, Luis Pérez Larrosa, Roberto Pérez Alonso y Ramón Correa Acosta y severas condenas de prisión para una veintena más.

Dos días antes, el 16, se celebra el juicio contra Juan Falcón Zamar, Arturo Mugarra Pupu, Manuel Reyes García, Felipe Santiago Estévez Fuentes y varias decenas más de cubanos para todos los cuales el fiscal pedía 30 años de reclusión.

El 4 de aquel mes muere Luis Rodríguez, Coordinador de Acción Militar. Muere también Jorge Espino y otros. Ese día es fusilado Pedro Murgado, Coordinador Militar del M.R.R.

El día 2 se había celebrado en Pinar del Río el juicio seguido por el delito «Contra los poderes del estado». en el que son procesados José Manuel Almero Campagnioni y Julio Hernández Muñoz. Preside el tribunal el teniente Carlos Mendoza Cabrera. El fiscal será Juan Francisco Rivera Díaz. Termina febrero con otras Causas contra la Seguridad del Estado. La Causa 53 por la que son condenados a morir frente al Paredón Pedro René Hernández García y Antonio Alonso Hernández. Se dictará sentencia de 30 años de reclusión a José Manuel Martínez Bernal, Eladio Claro Galván y Héctor Parra Pérez. A una docena más de acusados se les condenará a penas que oscilarán entre 12 a 20 años de prisión.

Felipe Vidal Santiago solicita de los Estados Unidos que se le conceda estado de «beligerancia». al grupo que él dirige. Ese mismo día Al Burt informa en su columna de Miami Herald que cuatro bombas dejadas caer sobre la refinería de petróleo de La Habana fallaron de explotar.

(Continuará la semana próxima)

Temas similares…

Recompensa

Recompensa

Por  Charles Hazel (1934) ¡Cinco mil francos! Déjate de bromas... Es demasiado. A ese Alí, después de...

0 comentarios

Enviar un comentario