El relato histórico por entrega: El Clandestinaje en Cuba

Written by Enrique Ros*

18 de agosto de 2021

Un estudio minucioso de la lucha clandestina cubana, a cargo del historiador Enrique Ros (†)

Una obra que reconoce la valentía, entrega y sacrificio del pueblo cubano en la batalla por su libertad

1963: Año de lucha, juicios, cárceles y fusilamientos (II de IV)

ESCALADA MILITAR PARA EL 13 DE MARZO

Se reúnen los grupos urbanos y rurales en Boca de Camarioca, cerca de una modesta residencia que allí tenía Juanito Sosa. Concretan el plan. Se realizará una escalada militar que habrá de iniciarse el 28 de enero de 1963, aniversario del natalicio de José Martí, y culminará el 13 de marzo con la liquidación física de Fidel Castro en el acto que cada año se celebra ese día en la Universidad de La Habana para conmemorar la fecha del Asalto a Palacio. El ejecutor del tiranicidio, consciente de que ofrendaba así su propia vida, sería Ricardo Olmedo que, como veterano de aquella acción, era siempre invitado a la conmemoración de esa fecha.

El plan era sencillo pero, como de costumbre, se fue agrandando innecesaria y peligrosamente.

En busca de municiones, botas y cascos para un número de hombres con los que aún no se contaba se estableció contacto con el Teniente Roberto Rodríguez, «El Colorado», del Ejército Rebelde. Mientras, Tomás San Gil había designado a uno de sus mejores hombres, Juanín Morales, para que, en La Habana, le diese a Ricardo Olmedo la cobertura necesaria inmediatamente de producido el atentado.

En las primeras semanas de 1963 se mantenía una fluida coordinación entre los grupos urbanos de la RCA y FIL y los alzados de Matanzas y el Escambray. Armando Saavedra y Julio Emilio Carretero, lugartenientes de San Gil, ofrecían todo su respaldo. Se produce en La Habana la última reunión para decidir los últimos detalles de la escalada militar. Están presentes por la RCA: Jorge Espino Escalá, Ricardo Olmedo y Luis David Rodríguez. Por el FIL se encuentran Luis O. Vizcaíno y Jorge Sánchez-Villalba. En Matanzas, como jefe civil de la provincia y representante de los alzados, sigue trabajando activamente Roberto Delgado.

En la provincia de Matanzas se encuentra también un líder agrario que vivía en el batey del Central Tinguaro, el joven Orestes Fariñas que aún conservaba armas que habían pertenecido a las guerrillas del MRR recientemente desactivadas. En la reunión de Boca de Camarioca se acordó cederle a Catalá Conde (Pichi) y a Perico Sánchez esas armas porque ya éstos se encontraban alzados. Todo marchaba bien. Hasta la delación del Teniente Rodríguez.

Descubierta la conspiración son detenidos en La Habana, en los últimos días de enero de 1963, Jorge Espino Escalá, Ricardo Olmedo y Luis David Rodríguez. Los dos primeros morirán frente al paredón el 31 de mayo de aquel fatídico año de 1963. Los dos primeros morirán frente al paredón el 31 de mayo de aquel fatídico año de 1963 y el tercero, Luis David, caerá al disparar contra dos de sus tres custodios con un arma que llevaba escondida y ser ajusticiado por el tercer custodio. Más tarde fueron detenidos Luis O. Vizcaíno, Jorge Sánchez-Villalba y Camilo Pestana.

Como se había acordado, las guerrillas de Perico Sánchez atacaron el 28 de enero a las fuerzas militares de Jagüey Grande, mientras Catalá (El Pichi) atacaba la base soviética en las inmediaciones de Pedro Betancourt moviéndose luego hacia esa población. Ramiro Almeida con su grupo guerrillero atacó dotaciones militares de Manguito y Colón. Ramón Montenegro asaltó con éxito camiones militares en los límites de las provincias de Matanzas y La Habana.

Aquel 28 de enero la quema de cañaverales en la provincia de Matanzas alcanzó proporciones alarmantes según la admisión del propio régimen. Orestes Fariñas, denunciado por el Teniente Rodríguez, escapó milagrosamente de una emboscada en unos cañaverales cercanos a Colón. El joven dirigente agrario pudo escapar hacia La Habana; luego se alzó en Matanzas; fue detenido y murió, frente al paredón, en Las Cumbres, en la propia provincia de Matanzas, el 19 de diciembre de 1963.

Más de cinco mil soldados, casi todos procedentes de la provincia de Oriente, para evitar contactos personales o familiares, utilizó el régimen para limpiar de alzados la provincia de Matanzas. Fuerzas aún superiores fueron utilizadas en la Limpia del Escambray en la cercana provincia de Las Villas.

La delación del Teniente Rodríguez sigue causando estragos. Roberto Delgado es arrestado en Jagüey Grande y fusilado en la misma ciudad de la que había sido alcalde. El Pichi Catalá, oriundo de Jovellanos, muere combatiendo el 22 de marzo en el Central Limonar de su provincia matancera. Perico Sánchez fue sorprendido cuando se encontraba en Güira de Melena, en la Provincia de La Habana y asesinado el 15 de mayo de aquel año. Dos de sus hijos, Pedro y Ramón, morirán combatiendo.

PERICO SÁNCHEZ: PATRIARCA DE UNA FAMILIA HEROICA

Perico nació en la finca San Lucas de Jagüey Grande. Su niñez la desenvuelve en contacto directo con la campiña cubana. Era, por su dedicación al trabajo, para el régimen castrista un ejemplo dañino –como señalaba su cuñado el Dr. Fidel González– una negación del mito comunista, un peligroso enemigo del Partido al que había que eliminar y destruir lo más rápido posible.

El día 17 de abril de 1961 lo sorprende la Invasión de Playa Girón. Comprometido de antemano para secundar aquel movimiento libertario, se entera del mismo horas después de haberse producido el desembarco. Corre con sus dos hijos a su finca, donde tiene ocultas las armas y se van al monte para establecer un frente de lucha pero es, nos lo explica Fidel González, demasiado tarde; en pocas horas todo ha terminado. La tan esperada invasión ha resultado un fracaso. La ausencia de Sánchez y sus dos hijos despierta las sospechas de las autoridades; al regresar a su finca son detenidos y sujetos a investigaciones e interrogatorios.

El 18 de noviembre detienen a su hijo Rubén, de sólo 16 años, y lo condenan a seis años de prisión a pesar de su minoría de edad. Al día siguiente las milicias van en busca de Sánchez y rodean su casa. Lo detienen pero se les escapa. Herido, se dirige a su finca «Segovia”, donde se apodera nuevamente de las armas ocultas y se va al monte con Pedrito, su hijo mayor. Más tarde se le unirá su otro hijo Raúl.

En la segunda quincena de abril de 1963 se encuentra Perico con sus hombres acampado en la finca «Cantabria», del Municipio de Pedro Betancourt. Se ve rodeado de fuerzas comunistas en números superiores al grupo de guerrilleros. Se inicia el combate, y el primero en caer destrozado por una granada es su hijo Pedrito que sólo contaba 24 años de edad. Continúa el combate y, más tarde, cae mortalmente herido el segundo de sus hijos, Raúl (Lalo) de sólo 23 años y junto con él otro joven, Wilfredo Rodríguez, también de Jagüey Grande.

Desde ese momento se inicia una cacería humana contra aquellos guerrilleros dirigidos por Perico Sánchez. Entrado el mes de mayo era difícil obtener protección ni abrigo para cualquier perseguido político. Mucho menos para un hombre tan señalado como Perico Sánchez quien, finalmente, logra establecer un efectivo contacto con Jorge Luis Cuervo, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, que facilita los servicios de un valioso grupo de masones cubanos quienes asumen la responsabilidad de preparar la salida de Perico y sus hombres hacia el extranjero.

El 2 de mayo de 1963 llega Sánchez a La Habana, con siete de sus hombres entre los que se encuentran Mongo Morejón, José Pita, Sergio Espina, Ramiro Socarrás, Pérez Alonzo, Suárez y otros y son trasladados a Güira de Melena, buscando la proximidad a Batabanó, lugar escogido para la salida clandestina por mar.

El día 10 de mayo, por las sospechas de un vecino confidente de la Policía Política del régimen, fuerzas de Castro rodean la casa donde se encuentra Sánchez y proceden a registrarla. Logra Perico, desarmado, escapar de la casa. Cerca de la salida del pueblo se percata que no hay posibilidades de evadir la persecución y le pide al chofer que lo baje, aconsejándole que siga el viaje para que pueda salvar su vida. A los pocos minutos Perico se ve completamente rodeado de militares que se disponen a tomarlo prisionero, pero Perico ha prometido que nunca más, luego de aquella primera detención, se dejará tomar con vida y, así, solo, se enfrenta a la tropa. Un certero tiro pone fin a la vida de este héroe de la lucha por la libertad de Cuba, el Comandante Perico Sánchez.

En su pueblo distribuye la milicia panfletos con la foto del cadáver y este titular: «Muerto Perico Sánchez, Jefe de Banda Contrarrevolucionaria». y la prensa de La Habana destaca, como lo hace con otros grandes líderes de la lucha armada contra el régimen, en forma gozosa la muerte del legendario combatiente.

SE LLENAN DE SANGRE LAS DOS PROVINCIAS CENTRALES

Se llenan de sangre las dos provincias centrales. Tomás San Gil, que había asumido la comandancia del Escambray después de la muerte de Osvaldo Ramírez, como ya mencionamos, muere combatiendo en el Monte de las 40 Caballerías, en Las Villas, el 1º de marzo del 63. Junto a él caerá también su lugarteniente Armando Saavedra Gil, más conocido como Mandy Florencia. La noticia la destaca el periódico Revolución en grandes titulares de primera página: «ÚLTIMA HORA». «ANIQUILADA UNA BANDA CONTRARREVOLUCIONARIA. MUERTO EL CABECILLA TOMÁS SAN GIL, OPERABA EN LA REGIÓN DE TRINIDAD Y SANCTI SPIRITUS».

En Matanzas se inmolan combatiendo, entre otros, tan sólo en el mes de marzo, Carlos Alemán, Candelario Balzal, Francisco Cabrera Rivero, de Bolondrón; Enrique Carballo, de San José de los Ramos; Wilfredo Casanova de Jaguey Grande; Ramón Díaz González, que muere en Agramonte; Celestino Díaz, de Bolondrón; Venancio Suárez, Roberto Morales; Raúl Ramos, de San José de los Ramos; y Fredo Rodríguez; los hijos de Perico Sánchez, que caen combatiendo en la finca Cantabria en Jaguey Grande. Los que no mueren combatiendo pierden su vida ante el paredón.

(Continuará la semana próxima)

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